Una idea que tuve el 28 de marzo de 2008, después de ver parte de la saga de Hades, ch. Santuario. Para que este fic pudiese funcionar, mi mente retorcida considera que Shura y Aioria salían juntos antes de que el fic ocurriera. También aviso que esto fue escrito antes de que saliera la película de Artemisa y Apolo, otherwise it won't make sense.
Gracias por leer. Aprecio las críticas, así que envíenlas =D Sigo peleada con la clasificación y categoría. Disculpad si no era lo que esperaban.
Saint Seiya y/o sus personajes no me pertenecen, sólo los tomo prestados por un momento para jugar con ellos y devolverlos después de haberlos dañado XD
Aioria despertó. Su parte en la batalla de Hades había terminado al unir su cosmos con el de los demás caballeros dorados para destruir el muro de los lamentos. Se preguntaba qué seguía ahora. Sabía que había muerto, pero qué pasaba después; no tuvo tiempo de preguntar a Shura, Saga o Camus qué ocurría después.
Despertó. No, aún no. Despertó su conciencia mas sus ojos aún se encontraban cerrados. Sentía su cuerpo… estaba recostado. ¿Había luz? Sí, atravesaba sus párpados. Quería abrirlos para mirar pero estaba nervioso por saber qué encontraría. ¿Los abriría? Sí, sí lo haría. Poco a poco… muy lentamente.
¡Ouch! Demasiada luz. No podía enfocar nada; tardaría un poco en acostumbrarse, pensó. Era como levantarse en las mañanas. Aioria rió un poco, no sé sentía somnoliento ni cansado como era su costumbre al levantarse. Por fin sus ojos podían ver algo. Pero… ¡¡¿podría ser?!!
Los ojos de Aioria miraban fijamente los de otra persona. Los ojos azul obscuro de un caballero dorado. Un par de ojos con el que había soñado durante tantas noches mientras rogaba a los dioses que no lo dejaran despertar porque lo perdería. Los ojos de Shura, sí era él. No podía equivocarse.
Parpadeó consecutivamente tres o cuatro veces, no quería equivocarse, no quería que todo fuese una ilusión. Era real, ahí estaba. Apartó momentáneamente la vista y observó la frente y el cabello de Shura. Parecía que Shura estaba de cabeza. No distinguía su nariz o sus labios. Aioria levantó su brazo derecho, necesitaba tocarlo, confirmar que no era una imagen que se desvanecía como siempre en sus sueños.
Sin embargo, ni siquiera había levantado su mano cuando sintió sus labios de Shura sobre los suyos. Tan cálidos como los recordaba. Cerró los ojos, después de tanto tiempo volvía a estar junto a él.
¿En qué momento permitió que Shura entrara completamente en su boca? No lo sabía, ni le importaba. Sólo quería continuar besándolo, sólo quería que la lengua de Shura continuara recorriendo lentamente toda su boca. Entrelazándose y jugando con su lengua, mordisqueando sus labios.
Nuevamente Aioria intentó levantar su brazo. Esta vez ambos. Los entrelazó en el cuello de Shura, atrayéndolo aún más. Su nariz rozaba el mentón de Shura, podía oler su aroma. Lo inspiró lentamente mientras su mano derecha acariciaba el cabello de Shura. Hundió sus dedos en él disfrutando de la sensación.
Estaba con él una vez más, no podía verlo ya que mantenía sus ojos cerrados pero sí disfrutarlo a través de sus otros sentidos; sentirlo, respirarlo, saborearlo a través de sus labios y escuchar los leves gemidos que comenzaban a formase en su garganta.
