Lisanna Strauss, la cupido de Fairy Tail

Era un día normal en Fairy Tail (dentro de lo que en Fairy Tail puede llamarse normal), y Lisanna estaba pensando en algo de suma importancia:

¡¿Por qué no hay parejas oficiales en este gremio?!

¡¿Es que todos están ciegos o qué?!

Ella no lo comprendía. Era incomprensible para su mente. Después de todo lo que habían pasado todos, era normal que se formaran parejas. Pero era como si –de alguna manera– todo siguiera igual. Nadie salia, nadie se confesaba, nadie se esforzaba por hacerlo formal. Y eso la frustraba, la frustraba mucho. Sus compañeros (su familia) arriesgaban sus vidas más de lo que le gustaría, cuando estaba en Edolas fue igual. Ella tubo la oportunidad de volver, pero eso no pasaba. Ninguno de sus compañeros tendrían esa suerte.

—Cuando se invento el dicho "el amor es ciego" seguro que se referían a que "el amor te deja ciego", eso tiene más sentido— murmuro Lisanna, apoyada en la barra del gremio.

—Sé a lo que te refieres— dijo Mirajane, que se acerco por el otro lado de la barra. —Pero, como mencionaste, para ellos no es tan obvio como para nosotras— dijo suspirando.

...Quizás si les diera un empujoncito...— pensó Lisanna.

...

—¡Eso es!— exclamó. —¡Te veo luego Mira-nee!— dijo mientras se levantaba de a la barra y se dirigía a la salida.

—...¿Suerte?