•Personajes son de Meyer :D La historia es mía•
•Aclaracion: Ubicado despues de Eclipse, pero antes de amanecer xd. Jacob jamás se va y comienza un romance con Leah.•
Maldita consecuencia
Prólogo
La prueba estaba ahí, tirada en el suelo del baño, mirándome con picardía y con burla, y con ese signo de "más" remarcado en el centro. Náuseas, mareos, cambios de humor –aunque eso es algo más normal en mí– todo comprobaba mis sospechas. Pero esto... es una condena de muerte. Digo, ¿Como es que ocurrió? ¿No era una veiteañera menopáusica? Mi condición de licántropa me tendría que impedir totalmente concebir un bebé.
Me senté en el baño con las manos en mi cabeza, desordenando mi cabello. Los recuerdos comenzaron a aparecer en mi mente, diciendome cada detalle de aquel día en que caí tentada en sus fuertes brazos.
–Vamos Leah, yo sé que tú quieres hacerlo –su cálido aliento estrellándose contra mi oreja me hizo temblar.
Sus manos jugueteaban con mi vientre, no podía resistir más. ¡Dios! era un idiota, pero sabía como calentarme en un segundo. Unió su boca con la mía, y me humedecí en un instante. Bajó a mi cuello, haciendome gemir el grito del paraíso.
–Demonios Black –fue lo último que pude decir, me lanzé con él en su pequeña cama y me perdí poseida por sus labios.
Mis recuerdos fueron desvanecidos por un toqueteo insesante en la puerta.
–Leah, llevas una hora ahí y de verdad necesito entrar –Era Seth quien rogaba desesperado por entrar. La verdad, beber demasiados refrescos es algo que no se le aconseja a nadie.
Tomé el plástico largo y horrendo, y lo escondí en el bolsillo de mi pantalón. Cepillé mi cabello, para no lucir tan demacrada, y le dejé la entrada libre. El pobre estaba sudando, ni siquiera se molestó en cerrar la puerta. Tuve que hacerlo yo, para no oír el líquido caer estrepitoso.
Tenía un mal presentimiento, ya eran las diez y media de la mañana y aún no había devuelto mi desayuno. Pero me sentí aliviada, quizas hoy no sentiría las náuseas. ¿Como es que hay mujeres que van a bancos especiales para sufrir todo esto?
Mi mano se posó sobre mi vientre, en este mismo instante, tenía un pequeño engendro creciendo ahí. Pensé en Jacob, ¿Como rayos se lo voy a decir? Ya está con su lote de problemas junto a su chica comprometida con una sanguijuela. Un nudo se armó en mi garganta y empezé a sollozar como una loca, parada en frente del baño.
Seth salió y me observó extrañado.
–¡Lo siento! No sabía que necesitabas el baño –se disculpó con preocupación.
Le negué con la cabeza y dije varias cosas incomprensibles entre el llanto interminable. Seth me envolvió en un abrazo, y eso calmó un poco más mis lágrimas. Bueno, al menos contaba con Seth, y pronto tendría que enterarse. Necesitaba contarle a alguien y desahogarme. Además, mis llantos ya lo estaban haciendo sospechar.
–Ven –dije sorbeteando la nariz.
Lo llevé a mi cuarto de la mano, el lucía muy confundido, pero ahora aclararía todas sus dudas. Miré a todos lados antes de cerrar la habitación, precavida de que mi mamá anduviera cerca, y cerré con seguro.
–¿Que te ocurre?
–Lo que pasa es... –saqué la prueba de embarazo de mi bolsillo y se la dí– Este pequeño asunto.
Sus ojos se abrieron de un golpe, una combinación entre furioso, entristecido y preocupado se marcaron tallados en su rostro. Sin medir su fuerza, partió la prueba en dos. Se puso de pie en un salto y me sacudió levemente los brazos.
–Leeh, tú... tú... estás... –al pobre no le salían las palabras.
¿Quién de los dos estaba mas traumado por la bizarra situación?
–Embarazada –solté finalmente.
–¿Pero ... como... quién...? –su voz comezó a aumetar su volumen, en resumen, gritos.
–¡Shh! No debe saberlo nadie, y no voy a contarte más o si no te va a dar un paro cardiaco o respiratorio. En este minuto necesito tu apoyo, eres el único que tiene el conocimiento de mi estado –Le miré con ojos de borreguito, eso siempre funcionaba.
Su tención desapareció y se lanzó contra mi cama rendido.
–Prometo guardar silencio. Pero después le contarás al resto, ¿No?
–Supongo que tendré que hacerlo. Nadie me va a creer a los siete meses que tengo indigestión –esa si sería una situación ridícula y graciosa.
Ambos reímos, relajandonos un poco y dejando atrás todo el dramón de la cosa que venía en camino. Pero una presión en mi estómago me debilitó, e hizo a mi frente sudar gotas de agua saladas y frías. No podía correr el cerrojo de la puerta, estaba desesperada por ir al baño. Terminé devolviendo mi cena en la papelera de mi habitación.
Seth me sostuvo el cabello y me acarició la espalda. Después de varias arcadas y asquerosidades, mi estómago calmo sus ancias de devolver. Suspiré aliviada y alejé la papelera lo más lejos para no repetir tal acción.
–¿Estas bien? –Seth siempre preocupado de mí.
–Claro que no –respondí con amargura– Pero tendré que acostumbrarme a esto, deberé vivir así por mucho tiempo.
Seth me dió un último abrazo –este lo recibí a regañedientes– y dejó la habitación conmigo dentro. Maldije una media hora, ¿Como lo haría para lidiar con todo después? No creo estar mentalmente lista para críar un bebé, y no sé si tendré que hacerlo con Jacob o por mi cuenta.
Otra vez un toqueteo se escuchó en la puerta, irritándome más de lo que estaba.
–¡Pasé! –grité, no tenía ganas de levantarme a abrir.
La puerta se movió lentamente, y la cabeza de mi madre se asomó por el pequeño espacio que dejó. Dió una mirada express a la habitación, luego a mi y por último en la papelera. Creo que ya estaba haciendo suposiciones, pero no quise pensarlo.
–¿Que quieres? –le pregunté sacándola de su letargo
–Hoy iremos a cenar con Billy y Jacob, así que no hagas planes para la noche.
Cenar con Billy y Jacob. ¿Podría ser capaz de mirarle a la cara disimulando que cargo con su hijo? Otra vez sentí un mareo, y me mecí un poco. Al menos, estaba sentada, porque estando de pie ya estaría estancada en el suelo.
–Sí, como sea –le contesté con mi mente en otra parte.
Volvió a mirarme con conjeturas, y cerró la puerta. Esta vez, los mareos me hicieron perder la conciencia, quedando medio recostada en la cama. Llegué a despertar horas mas tarde, eran las tres o algo así. El estómago me rugía, ahora tenía que comer por dos, genial.
Mamá y Seth ya habían almorzado, así que me di el privilegio de comerme un gran plato de pasta de pie en la cocina. Me era mucho mas agradable así.
Terminado el plato, me fui directo a la cama, me sentía terriblemente fatigada. Dormí todo el resto de la tarde, sin preocuparme por nada, soñando con que era un pájaro volando libre.
Desperté de un salto, ya eran las seis, y teníamos que irnos a casa de Jacob. Mierda, no quería ir, pero no tenía de otra. Además no podía seguir dándole pistas a mi madre para que me descubriera.
Llegando con mi segundo fic escrito, pero el primero publicado xd Siempre me pregunté ¿Como sería una historia donde Leah está embarazada de Jake? Raro, muuuy raro. En fin, reviews son algo muy adorado por todas las escritoras de fanfics. Sería lindo que me dejaran uno, para seguir con esta lesera :D Si no, no tendré motivos para seguir D: ~Liz
