Bianca, ¿Qué hacía Bianca ahí? La oyó gritar su nombre, que resonó por su cabeza. Nico, ese era el. Todo pasaba muy rápido por su cabeza. Le entro un dolor en el pecho, que le saco todo el aire. Luego sintió que caía de rodillas sobre vidrio, sintiéndose lamentable y desgraciado. Luego oyó una voz.

La voz de Percy Jackson, llamándolo. La voz del chico de ojos azules primero fue tranquila, colándose por sus oídos como una caricia. Pero los llamados fueron convirtiéndose en quejidos dolorosos y desesperados. Le seguía llamando por su nombre, mezclándolo con gritos de ayuda.

Se despertó jadeando. Tubo que respirar varias veces para darse cuenta de lo que paso. Solamente estaba soñando. Comenzó a llorar, desconsoladamente. Era la segunda pesadilla que tenía esa noche.

Las lágrimas eran gruesas, le dolían cada vez que las sentía contra las mejillas, dejando un camino caliente comparado con la fría noche. Siempre revivía eso malditos recuerdos.

Le habían dicho que era muy valiente e increíble que hubiera sobrevivido en el Tártaro. Él no lo pensaba así, el solo trataba de sobrevivir y lo logro. No era nada especial.

Su llanto se volvió un poco más histérico, más descontrolado. Ahora tenía que salvar a Percy y a Annabeth, por su culpa ellos estaba en el Tártaro. Por su culpa, por él.

Le costaba respirar entre sus sollozos, no podía recuperar el control. Se sentía tan abrumado por esa obligación. No se dio cuenta que su llanto era alto y doloroso.

Oyó, bajo su respiración errática, el sonido que la puerta hizo al ser abierta. Nico se enjugo las lágrimas rápidamente, y escondió la cara con su cabello. Escucho los pasos que se acercaban. Y también sintió los brazos que lo cubrían.

El cabello de Hazel rozo con su cara, haciéndole cosquillas. No tenía ni idea de que hora era, pero agradecía a la chica por preocuparse por él. Su voz repetía una nana, que se alternaba con su nombre. La delicada voz de su hermana le calmo poco a poco, hasta que se quedó dormido.

Hazel repetía 'está bien, Nico, está bien', y luego le cantaba. Lo siguió haciendo hasta que el chico se quedó dormido. Ella también comenzó a llorar, silenciosamente por su hermano.

La chica se levantó con cuidado, para no despertarlo. Le cubrió con la sabana y le dio un beso en la frente mientras se iba despacio.

Y no pudo evitar decir un 'te quiero, Nico'.


No recuerdo muy bien en donde dormía Nico en el Argo II, así que decidí otorgarle su propia habitación.

Por un momento pensé hacer que Jason lo consolara, pero a la final fue Hazel.