Hello!!!!... les traigo acá mi primera historia de Hogwarts, una que pensé hace mucho pero que recién ahora me atreví a publicar. Una aventura con el profesor mas odiado y amado de todo el colegio, de este sexi mortífago por el cual aceptaría lo que sea con tal de pasarme un castigo con él en sus mazmorras. Por supuesto que debo decir que estos personajes no me pertencen, salvo Angelina y Lara (ya les conocereis mas adelante)... porque si Severus fuera mío las cosas serían muy distintas mi querida Rowling!!! ejem... ejem... retomo la compostura.
Esta historia como bien dice el nombre, trata de Angelina, un angel que llega a la vida de Snape, alquien que podría ser como cualquiera de Uds, una niña arrogante y temeraria que pondrá todo de cabeza y que sera capaz de enrredarlo en el juego del amor, la seducción y el sufrimiento. Una trama que comienza dos años antes que "el niño que vivió" llegue al colegio y durará... pues lo que tenga que durar.
Ahora, si les ha entusiasmado, les invito a que comcemos por el principio, es decir, cuando estos dos se conocieron.
PARTE UNO : PRIMER AÑO
Capitulo 1
EL ENCUENTRO
Esa mañana era particularmente fría y la niebla se colaba por las ropas, algo muy inusual para el primer día de septiembre. Angelina se sobaba las manos mientras intentaba darse valor de cruzar la oscura puerta que los transeúntes parecían no notar. El caldero chorreante se eriguía casi dormido, frente a las puertas de un Londres que despertaba frenético a un nuevo día de trabajo. El sol asomó por detrás de los edificios y Angelina se decidió a dar el primer paso que la conduciría a un mundo nuevo y ajeno. Arrastró su gran bolso un poco despistada por el mohoso y sucio local mientras los extraños rostros la seguían curiosos con la mirada.
Angelina tenía apenas once años y cuatro semanas antes había recibido una carta que la sorprendería. La verde caligrafía rasgaba el sobre que no poseía sello postal ni estampillas. En el interior, una grueso pergamino le indicaba que había sido aceptada en un colegio llamado Hogwarts, el cual por cierto no figuraba en ninguno de los directorios en los cuales su padre tan afanosamente buscó. La respuesta del hombre fue rotunda e inmediata, ella no asistiría a un lugar que ni siquiera era reconocido por el ministerio de educación, del cual no se adosaba dirección, número telefónico y mucho menos referencias. Su madre le quitó la carta de las manos y continuó leyendo para entender de qué se trataba.
- ¿Colegio de Magia y hechicería? – La mujer rodó los ojos al leer el resto de la misiva – De seguro es una broma de tus tíos, ya sabes como les encanta hacer rabiar a tu padre. Sería mejor no asistas a esa supuesta cita que figura aquí. Es un absurdo, fíjate, ni siquiera el lugar de encuentro es real ¿Anden 9 ¾ ¡por favor!.
Sí, como ya lo habrán notado estamos hablando de una familia muggle que se negaban a enviar a su hija a un circo de locos, opinión que conservaron aún luego de la visita de Minerva Mcgonogall quien les explicó que tenían una bruja en la familia. Sin embargo, la niña tenía un temple a toda prueba y no estaba dispuesta a perder esa oportunidad de empezar una nueva vida, una que parecía salida de sus más profundas fantasías.
- Primer año? – el mesonero le preguntó distraído limpiando un sucio vaso – es el tercero de la derecha -
La niña de dorados rizos lo miró sin entender lo que quería decir con aquellas palabras. Se quedó inmóvil sin atrever a molestar al sombrío dependiente del Caldero Chorreante, el cantinero sólo se limitó a preguntar.
- ¿Vienes sola?. ¿ Donde están tus padres? –
¿Sus padres? Seguramente todavía no se habrían enterado que no estaba en su cama, luego de la dura discusión de la noche anterior lo más probable es que se hubieran marchado a trabajar sin siquiera despedirse de su pequeña, pero la decisión estaba tomada.
- Eres mi hija, yo decido lo que es mejor para ti, y si digo que no es bueno que vayas a ese antro de locos entonces no irás.- su padre ya estaba perdiendo los estribos. No era común que una de sus hijas lo desautorizara, de las cinco chicas ninguna desacataba sus órdenes, ninguna excepto la menor, había salido tan difícil.
- ¡¡No puedes encerrarme en la casa sólo porque te da miedo!! – Angelina gritaba con los ojos llenos de lágrimas al ver que agosto terminaba y su padre aún no cambiaba de opinión – Es mí decisión y si quiero iré.
- Veta a tu cuarto!! Y no se diga más!! – el hombre golpeó la mesa con el puño y se dirigió a su despacho – y si me entero que asomas la nariz fuera de él para intentar ir al dichoso colegio, es mejor que te olvides de esta familia, porque no volverás a poner un pie en esta casa !! – Luego de una vida sirviendo a la real armada se había vuelto duro y estricto, creía que la disciplina era la mejor enseñanza que podía darle a sus hijas.
- Vas a necesitar una varita para llegar al callejón – el tabernero continuó al notar que la pequeña no le respondía.
¿Una varita?. Cómo era posible que necesitara una varita para poder llegar al lugar donde debía comprarla, era absurdo
- Buenos días señor Snape – El sucio mesonero le dirigió una repulsiva sonrisa al hombre que acababa de llegar, este sólo contestó con un ademán de cabeza – ¿Viene a hacer compras antes del nuevo año? – el hombre lo miró con hastío.
- A disfrutar de la "hermosura" del lugar no vengo – dio una mirada arrugando la ganchuda nariz – eso salta a la vista. –
Rodando su capa en el aire se dirigió a la puerta trasera del local. Rápidamente Angelina lo siguió y se encontró con un delgado arco de ladrillos acomodándose, se habría a una enorme calle que bullía a tan tempranas horas. Cruzó el umbral y quedó deslumbrada con la extravagancia de todo lo que había por allí, en verdad que todo ese mundo era amenazador. Cuando notó que la alta figura de capa negra se alejaba se sintió desvalida inmersa en un devenir de varitas y extrañas cosas que no comprendía. Instintivamente siguió al hombre por miedo a quedarse sola y permaneció a su lado como una sombra temiendo perderse, ese primer paso marcaría las vivencias más importantes de toda su vida.
- ¿Se te ha perdido algo?– La rudeza de su voz le sobresaltó por un momento, pero pronto se repuso, si había sido capaz de desobedecer a su propio padre nada podía intimidarla – Es mejor que dejes de seguirme o …
- Necesito encontrar un gringo.¿Puede llevarme a uno? – por un momento el hombre del cabello negro se quedó confundido y no supo que responderle a aquellos ojos dorados que lo veían anhelantes
– Es que necesito cambiar dinero – Diciendo esto sacó de sus bolsillos un montón de billetes arrugados, los cuales había tomado a hurtadillas de donde su madre los escondía
- Muggle, era de suponerse. Lo que tu estas buscando es "Gringotts", y es un banco. – Severus estaba fastidiado – Cada año decae más la selección de nuevos estudiantes.
- ¿Puede llevarme?- Angelina restó importancia a lo que el hombre habia dicho, necesitaba alguna ayuda para encontrar el famoso banco.
- ¿Si lo hago prometes dejarme en paz? – La niña asintió enérgicamente y suspirando resignado el hombre comenzó a caminar con la pequeña pegada al ruedo de su capa.
- Guau que son esas cosas!! - en una vitrina se retorcían unas raíces con cabeza de niño que parecían estar vivas y Angelina se había pegado a la ventana.
- ¿Vienes? No tengo todo el día para ti – el tono era seco e impaciente pero en el fondo Severus estaba alagado que la pequeña niña se interesara por esos exóticos ingredientes cuando todo mundo los pasaba por alto.
– son raíces de mandrágora – le escupió.
- ¿mandrágora? Eso se come? – Snape esbozó una sonrisa burlesca por el desconocimiento de la niña.
- Incluso la ignorancia debería tener sus límites, y aún si los tuviera estoy seguro que tú los rebasarías. ¿Si acaso se comen? Sólo un muggle preguntaría algo semejante – Eea vez no pasó por alto el ácido comentario. Angelina no tenía por qué aceptar gratuitamente los malos modales de su acompañante, no era su culpa no saber de que se trataba.
–Si estamos hablando de límites, la mala educación también debería tenerlos. – Los ojos desafiantes de la muchacha lo penetraron como hierro candente y una mueca desagradable inundo las cetrinas facciones – Bueno, y que decir de tu mal carácter prfff. Puede que ahora no sepa pero pronto sabré más que tú. Voy a asistir a un colegio de magia y hechicería. ¿Lo conoces? – Severus mantuvo su rígida mueca petrificado tratando de digerir la reprimenda que le acaba de dar la mocosa.
- ¿O será quizás que nunca has oído de él?. ¡Pero bien¡,¿quien es el ignorante ahora? – Angelina continuó estrujando cada gota de mordacidad que había en su cabeza– Bueno, puede ser porque no es un lugar donde invitan a "cualquiera", a mis hermanas tampoco las han invitado. Así que no tengo porque aguantar que cualquier imbécil me mire en menos de esa manera –
- Y… a ti te parece que yo soy un"cualquier imbécil"? – El mago la miró resentido y la muchacha solo se encogió de hombros– Tú, una niña hija de padres ordinarios, unos muggles corrientes, quizás incluso idiotas si dejan que una mocosa ande sola por acá. Tú no me pareces la más indicada para decidir si soy digno de Hogwarts o no.
- Mis padres no son corrientes!! Y mucho menos idiotas!!– La gente de la calle se quedó mirando como la niña le gritaba al profesor - y a decir verdad que si ando sola o acompañada no es algo que le incumba a un ... a un... a un don nadie como tú!!!- Cada vez estaba más molesta con ese sujeto y se arrepentía de haber entablado conversación justamente con él. – así que si me dices donde está ese tonto banco estaría mucho mejor, y si no, pues me da igual.
- El banco está doblando aquel recodo – El hombre apuntó con el dedo crispado de la indignación - ahora lárgate. –Agregó sin siquiera despegar los dientes.
- No te preocupes tampoco pretendía quedarme a platicar.- y dándose media vuelta enarboló sus perfectos tirabuzones.
Encaminó sus pasos hacia la torcida arquitectura deseando nunca más ver a ese estúpido de nariz ganchuda y pelo grasiento.
y bien??? que les ha parecido?. Espero que me dejen review y me cuenten como ha estado. Se que el capitulo es corto, pero ya luego les pondré más con más personajes y más encuentros entre estos dos.
un abrazo desde ya a la distancia y gracias de antemano por la paciencia.
