Disclaimer: Harry Potter le pertenece a J. K. Rowling.
Este fic participa del reto Anual "Nuevo año, nuevas historias" del foro La Sala de los Menesteres.
Marietta Edgecombe.
Estaré contigo en las buenas y en las malas, te lo prometo.
Es la primera vez que me nombran para algo importante, aunque al principio no quería hacerlo pero no me dejó elección, me siento muy nerviosa..., ¿qué pasa si me descubren?, ¿despedirían a mi madre?. Espero que no, me desagrada completamente mentirle a mi parentela... mas me da más temor pensar en lo que pasará cuando Umbrige le cuente al ministro Fudge sobre el Ejercito de Dumbledore, pero Potter alega que eso no sucederá, que estaremos a salvo. Sin embargo no le creo, sus planes siempre fallan al último momento; sé que si no le cuento a alguien me terminará carcomiendo viva. ¡Nunca me gusto dar subterfugios!.
Por eso ahora mismo me encamino en dirección a la biblioteca donde sé que la encontraré, era típico de Granger estar allá; cuando llegué me sorprendí cuando no noté a sus dos amigos. No debía tener importancia, no siempre estaban juntos.
—Emm..., Granger —la llamé, con cierta timidez. Después de todo lo que le pediría sonaría algo egoísta.
Ella se volteó, me vio y saludó amigablemente— Hola, Edgecombe. ¿Qué te trae por aquí? —me preguntó retornando a su lectura.
Ves-saber-qué leerá esta vez; suspiré y me puse a jugar con mis dedos pensando en cómo se lo plantearía. Ya lo había ensayado sin embargo parece que se me olvidó... tranquilízate, Marietta, me dije— ¿Y si, algún miembro de la Brigada Inquisitoria, nos descubren; o en el peor de los casos la propia Umbrige?, ¿qué haremos?. Hay que tener que la profesora tiene mucho poder desde que ninguno de nosotros dice palabra alguna, no quiero que me castiguen; no después de ver lo que les hizo a los anteriores. ¿Y si mejor nos olvidamos de esto?, quiero decir, ¿y si deshacemos el ED?.
Traté de dar mi punto, espero que no se enfade conmigo sólo por tener miedo. Después de tono yo soy Ravenclaw, además que nunca quise formar parte de esto... ¿entonces por qué estoy aquí?. Porque Cho Chang, mi mejor y única amiga, me convenció de formar parte de esta travesía, alegando que estaría todo bien; pero intuyo que la verdadera razón fue estar cerca del Chico-Que-Sobrevivió. Volví a suspirar esperando la respuesta de la cerebrito Granger.
—No te preocupes, Edgecombe, nadie nos descubriera; tanto Harry como Ron y yo tenemos todo fríamente calculado —me expresó con aires de saber lo que dice, cosa que dudé, se fue del lugar muy segura.
Es que tu no me entiendes, Granger, eres solamente una bruja nacida de muggles... ¿una bruja como tú cómo entenderá lo que se siente saber que por un mínimo error todo puede acabar en sufrimiento?. ¡Mi madre trabaja en el Ministerio de Magia, por Merlín!, ¡ella puede quedarse sin empleo, y por mi culpa!, pero no, a ti en qué te afectaría. ¡En nada, Granger!.
Me hallaba exasperada, decidí inhalar y exhalar para tranquilizarme; funcionó. Ahora medité en el hecho que Potter en parte acierta: con el Director Dumbledore presente Umbrige no se atrevería a castigarnos tan severamente... ¡Merlín, hasta prefiero insultar al profesor Snape, seguramente sería más amable que esa sapo!; quitando a la profesora McGonagall y al profesor de Pociones, Umbrige tiene más poder. Bueno, sin contar al Director. De nuevo suspiré.
Pasaron los días y por alguna razón el Director Dumbledore fue echado de Hogwarts ¡ahora sí que tengo miedo!, sobre todo porque Umbrige está al mando y parece que ha enloquecido por eso, o ya lo estaba y solamente aumentó; lo último en referencia por algo que dijeron los gemelos Weasley en los pasillos. ¿Cómo es posible que esto suceda? ¿Qué hizo el Director para semejante decisión? No lo sé y quizás nunca lo sepa, mas de lo que aseguro es que esto será malo, muy, muy malo para los que no pertenezcamos a la Brigada Inquisitoria.
Las cosas no mejoran con los días, Umbrige cada vez se vuelve más desesperante e... e... intimidante; ¡cuánto me asusta! Cuando me ve siento que observa hasta mis pensamientos, ¡es verdaderamente escalofriante! y presiento que sabe algo que yo no, normalmente no me importaría pero, es que..., ya no puedo seguir con esto ¡tengo que decirle lo que quiere sobre el Ejercito de Dumbledore! Así estaría más tranquila, en paz y sin nada que me preocupara.
—No, Marietta —me empezó diciendo Cho cuando le conté mi idea estando en la sala común de Ravenclaw—, no lo hagas. Prometiste fidelidad al ED, no puedes retractarte ahora ¡quedarás como una traidora! Y Harry, que pensaría él de ti.
Ahora fruncí el ceño, ¡siempre Potter primero!. Ahora no, ahora le diré mis sentimientos.
—Escúchame, Cho Chang, y escúchame bien: puede que a ti te importe muchísimo el Niño-Que-Vivió pero a mi no; para mi sólo es una figura célebre, alguien a quien solamente conozco superficialmente... o al menos eso era antes de Ejercito de Dumbledore, sin embargo, ahora me angustia lo que le pueda pasar a mi madre; ¿no te has puesto a pensar que la pueden despedir? Claro que no, es natural. ¡Sólo te interesa tu "Harry"! —le terminé chillando a mi mejor amiga, quien me miraba muy sorprendida.
Pasaron unos segundos de completo silencio, uno bastante incómodo.
—Lo siento —habló finalmente—. No sabía que te sentías así, perdóname, fui una completa egoísta. Marietta, hazlo si deseas y aseguro que aunque todos te vean como una traidora, para mi siempre serás mi amiga... ¡a la que protegeré! —me sonrió con aires de saber lo que dice.
A diferencia de Granger, a ella sí le creí.
—Gracias, Cho —le devolví la sonrisa.
Se acercó y me abrazó.
—Estaré contigo en las buenas y en las malas, te lo prometo.
Con eso ahora me siento más confiada que antes, puede que cometiera un error al meterme al Ejercito de Dumbledore no obstante no fue un error el ser amiga de Cho Chang ¿y cómo lo sé? Porque a pesar de tener un letrero en mi frente que dice Chivata ella no se avergüenza de caminar conmigo en los pasillos, sentarse a mi lado ¡inclusive aguanta las burlas y comentarios despectivos! Si eso no es amistad verdadera, pues no sé lo que será.
