Corazón Indómito
"No juzguéis a los demás si no queréis ser juzgados.
Porque con el mismo juicio que juzguéis habéis de ser juzgados,
Y con la vara que mediaréis, seréis medidos vosotros".
Jesús.
Capitulo 1
Sus ojos estaban puestos en las cuatro patas del animal, mientras que su oído acoplaba el ritmo descontrolado de este, la bestia estaba cansada y él también pero no la soltaría y menos la dejaría descansar hasta que por fin se rindiera ante su amo, quien se encontraba solo con el pantalón de mezclillas, su botas de montar y los guantes de cuero marrón y el sudor perlando su torso perfectamente cincelado, entres sus manos enfundadas en el cuero mantenía la soga para que al momento de demostrarle al caballo quien era el amo al tensar la cuerda este cediera o se viese obligado a salir lastimado, aunque realmente no le gustaba lastimar a los animales, pero era necesario domar a este semental en el menor tiempo posible, ya que se lo habían encargado para uno de los hipódromos mas importantes del mundo, cuando este estuviese completamente domado, le tocaba un largo viaje y él un reconocimiento mundial como uno de los mejores domadores de caballo, necesitaba ganarse ese titulo, porque necesitaba el dinero que este proporcionaba ya que las cosas en la granja no estaban del todo bien, una peste arraso con la mayoría del ganado y a duras penas estaba logrando tanto él como su padre hacer que la granja Stevenson resurgiera de la cenizas.
Su ceño se encontraba fruncido ante el sol de media mañana, él en medio del corral con el barro que pintaba su botas, mientras intentaba que el semental galopara a su alrededor manteniendo el paso acoplado y que no se desbocara nuevamente, arrastrándolo por todo el corral circular.
El caballo se detuvo y se levanto en su dos patas delanteras, haciendo las fuerzas para soltarse, pero Tom no lo dejaría por lo que empleo toda su energía para sostenerlo, mientras maldecía al carro que llegaba a su casa, pero sobre todo a la persona que lo conducía, apenas desviando la mirada para no perder la concentración en tratar de tranquilizar al animal, logro dirigirse hacia una de las barandas de las barandas del corral y atar la soga, para poder atender a la inoportuna visita, sabia de sobre manera que no podría salir por la portezuela si no quería ser pisoteado por la bestia por lo que apoyándose con una mano ágilmente salto la baranda, para dirigirse al hombre que llegaba cerca del corral y que su mirada estaba puesta en el hermoso ejemplar.
- Buenos días. – Saludo Tomas Stevenson aun con la voz agitada por el trabajo que realizaba, mientras observaba con el ceño fruncido al hombre que había llegado, el cual le parecía conocido, pero aun no sabia donde lo había visto antes.
- Buenos días joven, permítame presentarme. – Acoto el hombre tendiendo la mano. – John Leagan. – Su voz era amable y sus ojos demostraban serenidad.
Tom se quedo observándolo por un segundo, para seguidamente quitarse uno de los guantes y recibir el saludo.
- Mucho gusto, Tomas Stevenson. – Hablo mientras su mente ataba cabos y dio con la conclusión de donde conocía al hombre, fue quien una vez adopto a Candy y que sus hijos le habían hechos docenas de maldades a su hermana, mientras que con estos recuerdos se mezclaba una escena del pasado, en donde tuvo un encuentro para nada agradable con la hija de este hombre, una joven caprichosa, vanidosa, malcriada, engreída, pero sobre todo que había hecho sufrir a su hermana. – Me imagino que busca a mi padre. – Hablo por fin, pero sin darle tiempo al hombre de responder continúo. – Él no se encuentra, esta en el pueblo buscando alimento para los animales. – Hablaba mientras se encaminaba a una estaca y tomaba el sombrero que había colgado en esta, colocándoselo de manera despreocupada.
- En realidad quería hablar contigo muchacho. – Hablo el señor Leagan observando los movimientos del joven.
- Usted dirá señor. – Prosiguió el chico tomando interés en la conversación.
- Me han dicho que eres uno de los mejores domadores de caballos. – Dijo el hombre y Tom apenas parpadeo, pues no sabia que se había ganado ese merito por haber domado apenas una docena de caballos. – Que para tener apenas veintidós años sabes todo lo referente a estos.
- Solo se lo necesario señor. – Acoto para que él hombre no lo siguiese vanagloriando. – Pero me gustaría saber que es exactamente lo que desea… no quiero parecer grosero, pero como vera, estoy un poco ocupado. – Expuso el joven volviendo la mirada al animal, inquieto en el corral.
- Si comprendo… disculpa, veras es que necesito tus servicios para que me ayudes a domar un semental que me han traído de Egipto. – Hablaba el hombre y sin que este terminara, Tom intervino.
- Perfecto no hay problema puede traérmelo la próxima semana, lo estudiare y le diré en cuanto tiempo podrá estar acto para montar.
- Es que solo hay un pequeño problema, el animal se deja montar… - El hombre buscaba las palabras para proseguir con la conversación, al ver que el joven levanto las cejas en señal de incomprensión. – Es que no se deja montar por su dueña… mi hija, yo se lo regale y ella esta empeñada en montarlo, pero no hay manera de que ella se le acerque, entonces es necesario que lo entrene con ella presente para que pueda conocerla. – Hablaba Leagan mirándolo a los ojos. – Por lo que creo debe usted dirigirse hasta mi casa, cuento con lugares actos para el entrenamiento.
Tom al saber que debía entrenar el animal era para la caprichosa de su hija, decidió que no lo haría, pues no prestaría su ayuda para esa joven y no por el caballo, sino porque tenía que estar presente y no estaba dispuesto a lidiar con una mocosa voluble.
- Lo siento señor, pero no puedo movilizarme, aun tengo otro caballo que entrenar, pensaba domarlo los dos al mismo tiempo…
- Perfecto no hay problema, puedes llevarlo también y domarlo en mi casa, las extensiones son bastante grandes, los corrales y establos están en optimas condiciones. – Hablaba el John, pues le había prometido a Eliza el encontrar al entrenador esta semana, había visitado a tres pero al saber que era para la hija de los Leagan sencillamente se negaban, por lo que intentaría hasta que el joven accediera. – El pago que ofrezco es bastante generoso, si quieres tu mismo lo puedes estimar, no tienes que viajar hasta aquí, también cuanto con una cabaña la cual esta amoblada cómodamente.
- La verdad señor, no sé. – EL joven dudaba pues si el pago era lo bastante beneficioso podría ayudar a su padre y comprar al menos una cabezas de ganado, pero estaba ese rechazo hacia la joven, por lo que prefirió ganar tiempo mientras se ponía de acuerdo. – Déjeme pensarlo y después le daré mi respuesta. - Acoto Tom, John Legan le mostro una amable sonrisa.
- Esta bien hijo, muchas gracias, pasare dentro de dos días. – Acoto el hombre tendiéndole la mano la cual Tom recibió, para después ver como el hombre subía al auto donde lo esperaba el chofer, apenas el carro se puso en marcha, el se volvió y camino de regreso al corral, brincando enérgicamente sobre las barandas para seguir con su trabajo.
Continuara...
Hola chicas, primero que nada quiero agradecer el que hayas tomado un poco de tu tiempo para leer el inicio de esta historia, la cual escribi para celebrar el cumpleaños de Eliza en Febrero.
es un minific el cual consta de cinco capitulos, mas un final opcional, publicare cada dos dias, espero me dejen saber su opinión, feliz día!
