Se..Senpai...esta segura de que deberiamos hacer esto en este lugar?Ara ara, ¿estas nervioso?- le pregunto la joven al muchacho que yacia acostado en el piso- No te preocupes, yo te guiare..poco a pocole susurro esto ultimo al oido, mientras la mano de la joven tocaba suave y sensualmente el pecho del muchacho

Esa tarde, dos jovenes habian perdido sus virginidades y se habian entregado a sus sentimientos, a la pasion que dentro de ellos. El calor del momento habia afinado sus oidos, haciendo que ambos se dieran cuenta de que sus latidos estaban empezando a sincronizarse.

Ninguno queria detener sus caderas, que se movian al compas que marcaba el intenso ritmo de sus corazones. El joven no queria dejar de saborear los montes gemelos de aquella preciosidad de mujer, a la cual todavia se preguntaba, ¿porque lo habia escogido a el? una rafaga de adrenalina y de pasion golpeo a ambos antes de que el exquisito momento final llegara.

Los jadeos silenciosos parecian resonar por todo el lugar, el aroma a perfume y sudor se esparcia embriagando y ahogando a ambos en el momento que acababan de joven miro al muchaco una vez mas, y este al verla, no pudo hacer mas que soltar una lagrima al mismo tiempo que la sostenia en sus brazos en un fuerte abrazo.

-Senpai...Te amo- Dijo silenciosamente el muchacho, enterrando una daga invisible en el corazon de la muchacha, haciendo que la desicion que habia tomado fuera mas dificil.

-Yo tambien- Contesto ella, terminando de crear la herida-Yo tambien...

El joven enamorado la espero en el mismo lugar al dia siguiente, pero ella, no volvio a aquel lugar.

Los dias pasaron de esa manera, las caminatas matutinas a la escuela, las vespertinas a casa, los almuerzos llenos de risas, las sesiones de estudio que dejaban su cabeza adolorida...todas, todas y cada una de esas cosas habian desaparecido junto a ella el dia que esa muchacha llamada azusa habia desaparecido, dejando a keitaro con el corazon roto y preguntándose cual habia sido su error.