Antes que nada, aclaro que es la primera vez que escribo un Gruvia, pero al momento las palabras salieron, y esto quedo, espero les agrade.
Los personajes de Mashima no me pertenecen sino seria un fic de puro romance y lemon :3
Un solo hombre, en toda mi vida hizo mi cuerpo temblar con solo una mirada, porque tus ojos grises me dejaron con el corazón en la boca, y un deseo extraño alorando mi piel.
Envolverme en su cuerpo era una adicción, acercar mi nariz a su espalda y respirar profundamente hasta llenar mis pulmones de su olor, la primera vez que vi su cuerpo desnudo me volví loca, sentí que un verdadero hombre se paraba frente a mí y caminaba desnudo por toda la habitación.
Cada vez que cierro mis ojos me es imposible no ver dentro de mi mente, sus músculos tensionarse y aflojarse mientras se ocupa de darme placer. No puedo no volver a recordar cómo me aferro a su cuerpo desnudo con un brazo y a la barra que estaba sobre mi cabeza con mi otra mano. Su sudor se mezclaba con el mío mientras extasiada por su respiración en mi cuello yo tiraba la cabeza hacia atrás.
Nunca voy a olvidar a aquel amor tan efímero que sentimos y fue tan corto porque yo al fin y al cabo debía volver con mi esposo y él con su mujer.
Conocernos fue cosa del destino, aquel día tan común como cualquiera cambio mi vida radicalmente. Fue cien por ciento inevitable, sentí el mundo pararse alrededor y en lo único que podía pensar era en el pelinegro parado frente a mí.
Pude apreciar su personalidad altanera y orgullosa desde el momento en que cruzamos palabras, sus ojos grises profundos como una mañana nublada se clavaron en mi paralizando mi cuerpo y fundiéndolo en fuego y nerviosismo, los míos los pude adivinar brillando de la curiosidad, de ansiedad, de un deseo que me carcomió la sangre.
Esa misma noche tuvimos una discusión, gritos de reproches, yo intentaba arreglar el desastre que la persona que tanto amaba había ocasionado en el bello pelinegro y termine pagando por los platos rotos. Él se encargó de desquitarse conmigo todas y cada una de sus frustraciones, comenzó con palabras duras y dolorosas que de un momento a otro se transformaron en apasionados besos que volvieron mi cabeza borracha de pasión.
No pude hacer más que seguir el ritmo acelerado de sus labios, mi corazón gritaba de despecho y odio igual al suyo, gritos sordos convertidos en gemidos de placer cargados de amargura.
Todo se comenzó a nublar en mi cabeza, mi corazón acelerado tumbando fuertemente en mis oídos después de que todo mi cuerpo estallara en un orgasmo desgarrador, lagrimas se formaron en mis ojos y mientras gritaba envuelta en placer me encargaba de morder el trapecio de este hombre tan viril que me sostenía de mi trasero terminando al unísono conmigo.
Me sentí desfallecer, jamás unas manos habían recorrido mi cuerpo de esa manera, nunca una piel me produjo esa sensación de necesidad, de apretarla como si realmente necesitara estar dentro de ella, todo lo que estaba bien éramos él y yo, nosotros en ese primer momento en que compartimos cuerpos.
Pero todo era una mentira, porque él no era mi marido, y yo no era su esposa.
Aquella verdad lastima mi alma hoy en día, porque me es imposible estar a su lado. Convivir con él y no poder decirlo mío frente a los demás.
Vuelvo al momento en que escucho el gemido más placentero de la boca de algún hombre, ni en mis más sucias fantasías imagine que un sonido casi gutural pudiera poner mi piel de gallina.
Y ahora, vuelvo a la realidad de mi presente, donde tú no habitas en mi futuro, y esta vez las lágrimas que se acumulan en mis ojos son de tristeza, de desesperación porque te vas, porque nunca serás mío de verdad.
Te ruego Gray-sama detén todo esto ahora antes de que mi boca suelte palabras de las cuales siempre me arrepentiré. Porque todas ellas habitan en mi garganta, las de amor y las de odio.
Con el tiempo nos convertimos en amantes, y verte me hace tan bien como poco a poco me destruye, porque el placer de tenerte por unas horas no equivale al dolor de perderte por días.
Aunque antes fuera al revés, porque al principio solo me importaba el placer.
Porque quise conocerte, quise saber cuáles son tus miedos y tus alegrías, saber de tus tristezas y tus manías. De lo que amabas y lo que no soportabas, pero jamás pensé que me arrepentiría de ello, porque ahora te veo en cada cosa que miro.
Porque veo el hielo y recuerdo tu mirada y te recuerdo a ti tan igual a aquel elemento.
Porque eso dejaste en mí, hielo, tan helado que se esparció por todo mi interior congelando allí un sentimiento que quedaría viviendo por siempre en mí.
Fue cuando aprendí de ti, de tu extraña obsesión con quitarte la ropa, del cigarrillo que fumas luego del sexo o por la noche apoyado sobre el barandal de tu departamento. Fue cuando comencé a extrañarte que todo se fue de mi alcance.
Perdida, sintiendo como un mar tormentoso y furioso me tragaba.
Ya era demasiado tarde, ya me importabas más de lo que podía llegar a aceptar. Porque esto estaba mal, horriblemente mal.
La culpa llego acompañada de tanta felicidad a tu lado, ya poco me importaba la hora en la que volvía, dejo de interesarme el chequear no tener marcas en mi cuerpo y poco me importaba rasguñar tu espalda de tal manera que no podías quitarte la camisa por varios días.
Todo esto estaba mal, desde el principio estaba condenado, no solo porque ambos estábamos unidos a otras personas si no porque mi esposo y tu hermano…
…ambos son la misma persona.
Y aquí te tengo frente a mi nuevamente, tu ceño fruncido, gritando palabrerías sobre mí, estabas con el torso desnudo puesto no esperaste las dos palabras que me condenaron a este momento cuando estabas recostado en mi pecho.
Saltaste de la cama, con las cejas fruncidas, todo tu hermoso rostro deformado en una incógnita y en furia.
Sin embargo yo sabía que esto ocurriría, y necesitaba que todo acabase, creo que, inconscientemente fue por eso que las dije.
Mis ojos lloran, no había preparado lo suficiente a mi corazón para esto que estaba ocurriendo.
¿Es posible amar a dos hombres que son como el agua y el aceite?
Vivía preguntándome eso, porque mi Lyon-sama era un excelente hombre, un buen esposo que me brindaba todo lo que necesitaba menos una cosa, la seguridad de que puedo valérmelas por mí misma, me cuidó tanto que hasta creo que soy una muñeca de porcelana que está a punto de ser destrozada por un malvado titiritero de personalidad fría.
Gray-sama por favor detente, no quiero continuar con esta discusión, deseo terminar todo por las buenas.
Se acerca a mí, diciendo que era mentira, que yo no podía amarlo de aquella manera que simplemente estaba confundiendo sentimientos.
Me grita que él jamás podría sentirse así respecto a mi persona, que él ya tiene a alguien a quien amar de aquella manera, pero yo me pregunto por qué esta aquí, reaccionando de esta forma.
Te quejas de que soy una idiota por arruinar tremenda relación, por acabar lo que para los dos fue la más increíble conexión sexual, incluso de piel y pensamientos.
E inevitablemente las palabras salen de mi boca y lo toman por sorpresa, me mostré decidida, furiosa conmigo y con él, porque el amor que genera es igual al desprecio que me produce su indecisión.
Gray-sama ya no puedo aguantar y me deshago de esta guerra que habita en mi garganta, y las palabras "te amo, pero ya no puedo soportar este trato, tus cambios, siento que un día me quieres y otro me odias. Ya no soporto sentir que cuando me alejo y me decido por dejarte atrás, tu vuelves a tomar mi corazón de la única manera en la que sabes hacerlo…" y dejo las palabras en mi boca porque si lo revelo seré prisionera de él por siempre. Pero las pienso fuertemente en mi cabeza.
La manera en la que tan descaradamente toma mi corazón y lo retiene es con una mirada de súplica silenciosa, jamás escapa de tus labios un quédate, un te amo, ni siquiera un te extraño, pero son tus ojos, a los cuales leo a la perfección, quienes lo dicen, gritan lo que tus labios callan.
Pero ya no puedo quedarme por una mirada, tengo mucho que perder y que de hecho ya deje en el camino, mi peliblanco marido lloro desconsolado, tal cual yo hacía ahora, cuando descubrió mis sentimientos por otra persona, aunque jamás supo quién fue el ladrón.
Aquel que había robado mi amor, tan cálido y siempre feliz hacia mi marido, porque yo con Lyon-sama nunca conocí la tristeza y aquí estoy sintiéndola en cada rincón de mi ser por ti, un malvado señor de ojos nublados, era tanto el dolor que ya no podía permanecer de pie.
Quería volverme loca, arrodillarme sobre el suelo jalarme los cabellos y gritar y dejar salir en forma de lluvia todo este sentimiento.
Porque el verte con ella, tu mujer, escuchar cuánto decías amarla pero el ver que me miras y suplicas porque sea yo la que abra las puertas de tus miserias, que sea yo quien deje salir tus lados más oscuros y nos los juzgue, simplemente querías que los abrace y los acepte.
Oh Gray-sama cuánto llegue a conocerlo en tan poco tiempo, pero juro que este amor está desgarrándome y no de placer como lo eran tus manos en mi cuerpo, sino de aquella manera dolorosa y que desearía no existiera.
Pero aquí estas diciendo que todo esto es producto de mi necesidad de atención, de que era una obsesión, un capricho que debía superar.
Te fuiste dejando tu ropa en mi departamento, tu aroma, aquel varonil olor que quedó atrapado en mis nariz por siempre, azoto mis sentidos cuando golpeaste la puerta fuertemente, un poco más y te la llevarías contigo también, sonreí estúpidamente por esto último.
Así como entraste a mi vida y la diste vuelta, te fuiste dejando el desorden en mi corazón, con el piso en el techo y viceversa, te fuiste sin preocuparte cuanto rompiste en el proceso.
Bueno, recibo todo tipo de criticas, realmente me gustaria un review para saber si tengo algo donde mejorar, soy muy nueva. Amo el gruvia y la necesidad me surgió de repente.
Tengo pensado escribir la parte de Gray desde el momento en que se conocen, solo si les gustaria.
Matta nee
