Pokemon no me pertenece ni ninguno de sus personajes
Un Aura De Hada
En una isla un poco lejos de la costa de Kalos, vivían bastantes Pokemon, en la isla abundaban los Lucario y los Eevees, los Lucarios se dedicaban a la agricultura de vegetales, frutas y bayas, era la isla de toda la costa más protegida gracias al régimen estricto de protección, protegiendo los huevos Pokemon y a los ciudadanos. Mientras que los Eevees se dedicaban a repartir la comida a todos los habitantes de la isla, ayudar a los Pokemon y a los más pequeños, en la comunidad de los Lucario se hacía una actividad que todo Riolu debe cumplir, si no evolucionaba por falta de educación estricta u no sabía nada del régimen de la isla, obligatoriamente debería de irse de la isla hasta volver como un fuerte Lucario y servir al centro de guardianes Lucario.
Miguel era un Riolu, travieso, curioso, algo serio y muy buen amigo, quería convertirse en un fuerte Lucario, era casi el único Riolu en la isla, ya que aún no había evolucionado y los demás Lucarios se burlaban de el sin piedad, causando tristeza consigo mismo y no dudo en la decisión de irse de la isla, al llegar del centro de guardianes Lucario les conto a sus padres la noticia, los padres de Miguel lo apoyan y lo preparan para irse.
- Te lo pido Miguel, ten mucho cuidado, tu padre y yo sabemos que eres muy aventurero, atrevido y torpe que eres -Le pidió la madre de Miguel agarrando las pequeñas manitas de su pequeño hijo adolescente.
- Recuerda no excederte mucho fuera de la isla, conoce relajado y con tiempo y regresa con un fuerte Lucario, y tal vez con una esposa -Dijo el padre un poco burlón al final.
- Si madre, si padre, no saben cuánto los voy a extrañar -Dijo Miguel para que una lagrima corriera por su mejilla y abrazar a sus padres.
Miguel sale de casa para irse a la costa de la isla para empezar a nadar, pero en el camino se encuentra con un Lucario que recién evoluciono, pero no era un buen encuentro para Miguel.
- Miren a quien tenemos aquí, ¿vas a huir de la isla por miedo a jamás evolucionar pequeño Miguel? -Dice el Lucario agachándose hasta quedar cara a cara con el pequeño Miguel.
- Alex, tus palabras no me afectan y lo sabes -Se alejó un poco por precaución- Y no, no huyo, tu sabes más que nadie que debo irme por órdenes del comandante Lucario John, no quiero problemas y necesito irme ya -Intento acabar la conversación pero el Lucario se interpuso en su camino, Miguel trago saliva.
- Que mal pequeño, se viene una tormenta, parece huracán, mira las nubes -Agarró a Miguel con mucha fuerza del cuello para alzarlo y que viera las nubes, Miguel empezó a perder aire mientras los segundos pasaban y su terror avanzaba mientras las nubes oscuras se juntaban cada vez más, a los 15 segundos él lo soltó y lo dejo caer.
- U-una tormenta no me detendrá, n-no claro q-que no -Dijo Miguel apunto de desmayarse porque estaba por quedarse sin aire.
- Bah, has lo que quieras pequeño Miguel -Dijo el Lucario para empujarle y retirarse, Miguel fastidiado siguió su camino.
Al llegar a la costa volteo para ver el pequeño pueblito donde vivía para recordarlo, se volteo de nuevo y salto de chapuzón al agua, de unos 5 minutos de nadar el huracán llego, intento nadar rápido pero sus brazos y piernas no aguantaban la fuerte corriente ni el agua helada.
- ¡Ayuda, alguien ayúdeme por favor! -Gritaba Miguel nervioso mientras intentaba seguir nadando, pero una ola de 2 metros lo empujo hasta darse contra una roca en la cabeza para quedar inconsciente.
Horas después…
Miguel despertó en un lugar totalmente desconocido, se sentía totalmente cómodo, confundido intento elevar el torso y vio que estaba acostado en una suave cama de algodón tejida, el alrededor era solo madera, se dio cuenta que estaba en una casa del árbol algo ampliada.
- ¿Hola, h-hay alguien? -Pregunto Miguel con esperanza de respuesta y que no fuera un secuestro.
- ¿Huh? Oh, ya despertaste -Se escuchó una voz femenina y melodiosa que resonó por la habitación.
Continuara…
Chaiwyys!
