Los personajes que aparecen en esta historia no me pertenecen, solo tal vez alguno que salga por ahí, sino a Craig Barttlet y a Nickelodeon.
.Lo que no sabía sobre mis padres.
—Oye abuelo, ¿por qué tú nunca me cuentas nada acerca de mis padres?— preguntó un pequeño joven desde el sofá en el que se encontraba observando a su abuelo, el cual se situaba en el sofá frente a él.
— ¿Qué dices enano? — Preguntó dejando de observar el programa que tanto lo distraía — yo siempre te platico historias de sus aventuras hombre pequeño— contestó sonriéndole mientras volvía su vista nuevamente al televisor.
—No abuelo, estoy hablando enserio— le contestó dejando de leer el libro que se encontraba en sus manos — Quiero que me platiques cosas verídicas, no historias que probablemente inventó tu alocada mente.
— ¿Acaso me estas llamando un viejo senil Shortman?— ahora sí dejó de observar la tv para centrar toda su atención al niño que le veía con insistencia en su mirada.
—Claro que no abuelo, sólo que por una vez me gustaría que me contarás algo que sea real y no ficción como suelen resultar tus cuentos.
— ¡¿Qué?! Con qué eso piensas de las historias que te he platicado acerca de ellos — expresó sumamente indignado al percatarse de que su nieto pensaba así de él — pues sí no me crees puedes preguntárselos tú mismo a ellos.
—Vamos no seas pesado abuelo — estaba comenzando a impacientarse, pues cuando su abuelo se pone en ese estado de indignación y recelo no hay persona que lo haga cambiar de actitud, bueno solo existe alguien que podría hacerlo, pero por el momento no se encontraba en casa.
— De acuerdo— dijo apagando el televisor y volteando completamente hacia el pequeño rubio, quien estaba expectante — Hoy te contaré como tu padre conoció a tu madre.
Comenzó la narración centrando completamente su atención a él.
— Todo comenzó en el año de mil novecientos... Mil novecientos, ¿En qué año estamos? —
— ¡Abuelo! me estas contando un episodio más de esa famosa serie con la que siempre me engañas— volvió a reclamar el niño perdiendo por completo la paciencia, pues ese era el cuento de nunca acabar, su abuelo siempre le tomaba el pelo en cuanto a historias se refería.
— Bueno, comenzó hace varios ayeres, en uno de los últimos calurosos días de verano bajo un sol radiante de septiembre— inició finalmente a relatar la historia — Sabes muchachito, tengo que recalcar que tu padre fue como un mismísimo manifiesto para la vida de tu madre.
— ¿Es verdad o simplemente me estas timado? — preguntó comenzando a creer nuevamente, y como es costumbre, en lo que le contaban su abuelo.
— Claro que es verdad, tu padre fue como un ángel que le cayó del cielo a tu mamá — declaró levantando la mano derecha y señalando hacia arriba con el dedo índice — mejor dicho, fue un regalo hecho por un ángel, o tal vez no — detuvo el relato para meditar un poco — ¿qué te estaba diciendo?
— Me estabas contando como mi papá fue un regalo del cielo para mamá— contestó al fin perdiendo las esperanzas, y dando por hecho que esa sería una falsa historia más acerca de sus padres.
— ¡Cierto!, pues eso, tu padre a partir de ese día se descubrió dentro de la vida de tu madre, debido a que en ese mismo instante supo que ella sería una persona sumamente esencial para su vida.
Al escuchar eso, el pequeño niño rubio se emocionó, pues a pesar de ser un niño, casi llegando a la pubertad, tenía que aceptar que es un romántico empedernido, aunque la mayor parte del tiempo lo disimule, no lo aparente y lo niegue rotundamente cuando llega a demostrarlo inconscientemente.
— Fue amor a primera vista, él supo en ese mismísimo momento que no tendría ojos para ninguna otra chica. Y de verdad muchacho, él no tuvo ojos para ninguna otra mujer por el resto de su vida — declaró el narrador.
— ¿Y mamá?— preguntó no aguantando más — ¿Ella también sintió lo mismo? ¿O mi papá se dedicó a conquistarla?
—Por supuesto que si sintió lo mismo, pero claro que no se lo pondría fácil a él — le guiñó el ojo mientras contestaba a las preguntas formuladas— Ya sabes cómo son las mujeres. Les gusta hacerse las difíciles.
— Dímelo a mí— Señaló cabizbajo.
— ¿Pero qué tenemos aquí? ¿Acaso nuestro pequeño casanova esta enamorado?— Intentó molestar un poco a su nieto ya que son pocas las oportunidades presentadas para eso.
— No nada de eso, bueno sí, algo así — contestó un poco azorado por confesarle algo así de personal a su abuelo
— y dime Shortman, ¿Quien es la afortunada?— picó para abochornar un poco más al pequeño rubio.
—Abuelo, nos estamos desviando de la plática— señaló para que su abuelo no indagara más en sus asuntos personales.
—Eres un aguafiestas chaparro— suspiró al darse cuenta que no obtendría más información acerca de los sentimientos de su nieto— Bueno te decía que a partir de ese día tus padres comenzaron una fuerte amistad. Siempre que tu madre necesitaba una mano, ahí a su lado podía encontrar sin lugar a duda a tu papá, quien estaba a disposición 24/7 solo para ella.
— ¡Vaya! No lo hubiera imaginado
—Chico. Que poco sabes acerca de tus padres, me decepcionas.
—Lo que pasa es que yo me sabía la historia un poco diferente.
— ¿Estas tratando de decirme que soy un viejo mentiroso?
— ¡No! Nada de eso, es sólo que me habían contado todo muy distinto— el chico se justifico, pues no sería la primera vez que su abuelo lo timara con sus historias trastocadas acerca de anécdotas paternales.
—Realmente no me crees, ¿Verdad que no me equivoco?— preguntó desilusionado puesto que le afligía un poco el que su nieto no creyera ni una palabra de lo que le solía platicar.
—Si, pero realmente me cuesta creerte y no me tomes a mal lo que te voy a preguntar pero ¿Cómo sabes tú eso?
—Yo siempre he tenido una excelente relación con ellos y desde un inicio siempre supe cada una de sus aventuras— decir que el joven no se tragó ni una palabra es poco pues le dedico una mira que delataba lo que realmente pensaba de eso.
—Bueno, bueno, un día limpiando el ático me tope con varios diarios viejos y ahí leí todo— declaró revelando el secreto de como es el qué él supiera algunas anécdotas historias acerca de la vida de ellos.
— ¡Abuelo! ¿Cómo pudiste? Qué no sabes que leer un diario sin el consentimiento de quien lo escribió, es grosero y descortés, pues es profanar los más profundos secretos que guarda esté— Sentenció tratando de hacer entrar en razón a su abuelo.
—Hijo, tú hubieses hecho lo mismo—sentenció sin una pizca de remordimiento o culpa.
—Lo que tú digas abuelo— contestó dándose vencido por centésima vez con él.
—Robbie, ¿ya estas molestando nuevamente a tu abuelo?— preguntó un joven adulto incorporándose a la sala.
— ¿Cuantas veces tengo que decirte que odio que me llamen así?— Reclamó visiblemente enfadado el mayor de los que se encontraban ahí.
En cuanto el pequeño, antes llamado Robbie, escuchó la voz de su padre salió corriendo a su encuentro, saltando y aferrándose a su abrazo.
—¡Papá! ¿Tienes mucho ahí?— preguntó sumamente emocionado, pues le ponía demasiado feliz el que ya estuviesen de vuelta sus progenitores.
—No, vamos llegando—Contestó besando su frente, pues él también estaba feliz de ver a su hijo—Buenas tardes Bob, ¿cómo estás?
—Muy bien Alfred, gracias— Le respondió
—Es Arnold papá— Contestó divertida una joven mujer entrando al salón, pues le caía en gracia que su padre aún llamará de aquel modo a su marido.
—Si, como sea— murmuró un poco mezquino, pues ya no podría seguir contando historias a su nieto.
Mientras el pequeño niño rubio, si con su padre había actuado efusivamente, fue poco comparado con la reacción que tuvo en cuanto vio a su madre, así que cuando la vio literalmente brincó de los brazos de su padre para saltar a los de su madre.
—¡Mamá! Qué bueno que ya llegaron— le murmuró mientras la abrazaba— Los extrañe mucho.
—Y nosotros te extrañamos a ti— expresó correspondiendo el abrazo— y dime, ¿Cómo te portaste con 'Big Bob' y Miriam?— le preguntó bajándolo al piso y acercándose al lado de su esposo.
—Me porté muy bien, el abuelo justo ahora me estaba platicando una historia— comentó sonriendo y apuntándolo mientras Bob le dedicaba una mirada de advertencia amenazándolo con esta de que no halara de más.
— ¿Ah sí? — Cuestionó divertido ante la idea de que su suegro estuviese inventando historias locas y descabelladas de las aventuras de él y de su esposa — ¿Y qué te platicó?
—Como se conocieron tú y mamá, pero es diferente a lo que he escuchado— comentó reflexivo.
— ¿Big Bob?— cuestionó la rubia— ¿Y cómo puede saber él eso?
—Bueno lo que pasa...— cuando el niño iba a contestar que su abuelo había leído diarios y que ahí se había enterado, llegó veloz su abuelo a taparle la boca para que no hablara de más como le había advertido anteriormente.
—Niña, yo sé muchas cosas de ustedes que creen que yo no sé, pero realmente las sé— decir que el trío de rubios se quedaron perplejos y confusos fue poco. Pues de verdad en qué mundo paralelo o alternativo Big Bob Pataki sabría historias o anécdotas de aquel par de rubios.
—Claro Bob, ¿Tardará en llegar Miriam?— trató de dale la vuelta al asunto Helga para no incomodar más a su padre.
—Lo más seguro es que si, fue con Olga a comprar ropa para el bebe— Sentenció finalmente soltando a su nieto y dejando un espacio entre ellos para que no se notará que realmente quería cubrir sus acciones.
—Bueno, ya pasaremos a saludar mañana. Muchas gracias por cuidar de Robbie estos días— se dirigieron a la salida comenzando a despedirse.
—Vamos por tus cosas— sugirió el papá del niño para dejar un momento a solas a Helga con su padre.
—Y dime Bob, ¿Cómo es que yo no sabía el que tú supieras como nos conocimos Arnold y yo?— Preguntó de modo perspicaz en el momento en que su hijo y su esposo se alejaron para que no escucharan.
—Helga, claramente ustedes dos se conocieron en secundaria, comenzaron a salir en preparatoria y posteriormente formalizaron en la universidad— declaró con toda la seguridad del mundo.
— ¿Lo dices enserio?— trató, de verdad que trató de poner su mejor cara de mesura y templanza, pero una pequeña venita palpitando en su frente la delataba.
—Claro que si, por favor, como no saber ese tipo de detalles de la vida de mi hija menor— Sentenció en un tono orgulloso para dejarle ver a su hija que no bromeaba.
Justo cuando se disponía a decirle unos cuantos improperios a su padre por ser un desconsiderado y mal padre llegaron el par de rubios con la pequeña maleta del pequeño Shortman.
—Listo— Comentó el que responde por el nombre de Arnold— ¿Nos adelantamos o te esperamos? — preguntó tratando de tentar el terreno que pisaba.
—Vamos, pero antes— detuvo sus pasos y volteo a ver a su padre cuando formulo una última pregunta— Robert Miles Shortman, dime exactamente ¿qué fue lo que te dijo Big Bob de cómo nos conocimos tu padre y yo?
Tal vez en otra circunstancia el pequeño lo hubiera tomado a broma, pero cuando su madre lo llamaba con sus dos nombres y apellido en una misma oracion, era señal de que no se andaba con bromas.
—Bueno, pues me dijo que mi papá había sido como un manifiesto para tu vida, que él también fue como un ángel caído del cielo, después divago entre sí él había sido un regalo hecho por algún ángel o que él era un ángel para tu vida en esos momentos— Cuando la fémina escuchó esas palabras se quedó sin aliento, pues en el trasfondo de esas palabras no había otra cosa que no fuese verdad. Y eso provocó que se le quisieran escapar unas lágrimas al recordar precisamente ese día en especial.
—También me platicó que a partir de ese día papá se descubrió dentro de tu vida, y que supo que tú serias una persona esencial en su vida, pero lo que no me dijo fue cuando sucedió eso— meditó tratando de recordar si se lo habían dicho— ¿Cuándo pasó eso?
—Hijo, lo único que te puedo decir es que lo importante es que estamos aquí y ahora— Sentenció su padre sonriendo al imaginarse a su suegro diciendo esas palabras a su hijo. No cabía ninguna duda de que Bob quería y le tenía una gran estima a su hijo mayor.
—Bueno, andando Bobbie, despídete— Habló finalmente la madre del niño
—Hasta luego 'abuelito'— utilizó esa denominación que tanto molestaba a su abuelo.
—Hasta pronto chaparro— contestó tratando de no mostrar su molestia a que lo llamara con ese apelativo— Luego te platico como Alfred le propuso matrimonio a tu madre— Sentenció encaminándolos al pórtico.
Los padres del pequeño solamente se sonrojaron tratando de no imaginar cómo y qué le platicaría el gran Bob a su hijo de ese acontecimiento.
—Muchas gracias papá— se despidió la rubia abrazando finalmente a su padre ya para irse.
—No hay de que niña— contestó con un deje de melancolía, pues así solía llamarla y aunque el tono con que lo nombra ha cambiado, el mote no lo ha hecho.
—Muchas gracias Por todo Bob— Fue ahora el turno de Arold de despedirse— los esperamos mañana en casa para comer
—Cuenta con ello—
Y así se fueron encaminando a su automóvil y antes de que ellos subieran y él entrará nuevamente a su casa pudo escuchar como el pequeño Robbie les comentaba algo acerca de qué quería ser cuando fuera grande.
—Saben, cuando sea grande quiero ser como el abuelo— ambos rubios, madre y padre, se asombraron pues no concebían la idea de ver a un Big Bob en el cuerpo de su hijo. Pero como buenos padres no lo quisieron juzgar mal, así que simplemente preguntaron.
— ¿Ha si? ¿Y cómo? — aventuró a preguntar su padre.
—Cuando vaya a la universidad estudiare arqueología para viajar por el mundo y descubrir antiguas ruinas como mi abuelito Miles— Ambos padres soltaron una risa nerviosa pues tontamente habían imaginado que su hijo diría que quería heredar el negocio de Big Bob o algo por el estilo.
—¡NOOOOOOO! — Pero no contaban con que él había escuchado esa pequeña plática, pero se percataron de eso cuando escucharon ese grito de desilusión.
Si, había gritado con frustración, pues en su nieto había encontrado al candidato perfecto para heredar el emporio del negocio de celulares y radio comunicadores del que era dueño. Si, no se daría por vencido, aún tendría tiempo para disuadir al pequeño Robert de qué estudiar en un futuro y prepararlo para ello.
NA: Hola, ¿Qué tal? Mucho gusto, bueno pues yo soy nueva por estos lados de fanfiction. Tenía ya un rato queriendo subir algún fic acerca de esta gran serie, y hace algún rato me llegó como un rayo el escribir uno donde saliera Big Bob y su nieto (hijo de Helga y Arnold) el cual sería increíblemente irónico que fuese algo así como su nieto preferido. Y no solo eso, que a primera instancia se pensara que iba ser una historia acerca de los padres de Arnold, y que quien narraba era Phil y no el gran Bob. Eso fue lo que me hizo levantarme y sentarme a escribir esta historia a velocidad luz.
Si alguien pensó así que levante la mano, pero sería mucho mejor que dejara un review para expresar que le pareció mi primer fic de Hey Arnold ;D
Bonito día, noche, fin de semana, inicio de semana o lo que quiera que sea en estos momentos.
Saludos y recuerda
"alwaysBeYourself"
