ANTES QUE NADA QUIERO AGREDECER A MI BETA Alondrixcullen1498 QUIEN ME AYUDO A QUE ESTA HISTORIA SE PUBLICARA CORRECTAMENTE.
1. PRIMER ENCUENTRO
Sonaba tan tentador todo aquello y sin duda… no lo iba a desperdiciar.
Edward Cullen mejor conocido como BlackWing— nombre clave —era un héroe a consideración suya, frio a la perspectiva de los demás, sádico para sus enemigos y melancólico en su soledad.
Siempre ha estado rodeado de narcotraficantes tanto de niño hasta hoy en día, el resultado: experto en cualquier maniobra, plan o escape que se le vaya a ocurrir a un gánster lo que le hace divertido a este trabajo y el sentimiento que jamás ha sentido a lado de su antiguo mentor, satisfacción.
De niño jamás pensó que terminaría siendo así, un asesino, su idea era acompañar a Carlisle como pupilo y tal vez solo tal vez, terminando ser como el y vaya que las cosas cambian y ya no sabe si van de mal a peor. Había llegado una nueva banda de mafiosos a Forks se hacían llamar Los Black Beetle, casi cae de la risa al oír ese nombre, vaya que los gánster tienen una imaginación extraña para la elección de nombres, este era ridículo, además ¿por qué el nombre de un insecto? ¿escarabajo? un escarabajo no podría llegar a ser tan peligroso como una araña, si hubieran escogido una araña como mascota entonces hubieran terminado llamándose SpiderBlack aunque el nombre hubiera sonado aun mas ridículo que el anterior.
Se habían reunido en un edificio abandonado de Seattle con las paredes semi rotas por los costados y las ventanas—o lo que quedaban de ellas—cubiertas por tablas de madera. Un lugar casi destruido. Para la opinión de Edward se hubieran molestado mínimo de escoger un lugar un poco mas discreto al menos que no se viera a la mitad de su banda por una de las paredes rotas del edificio.
Esto seria demasiado fácil.
Hace unos días había activado un mini micrófono en los costados de cada piso del edificio, aunque parecía que tendría que activar el micrófono numero 7.
Al parecer no había nada interesante, el jefe de ese puñal aun no había llegado por lo tanto no hay información valiosa que lo lleve al verdadero Gánster, resoplo mientras se sentaba en la orilla de dos edificios atrás del otro. Se limito a observar la noche, las calles y apartamentos que había a su alrededor, esta vez, solo llevaba un antifaz verde, para evitar meterse en mas problemas, dejando esos pensamientos el joven dejo vagar algunos recuerdos prohibidos a su mente.
De no haber tomado la molestia de mirar por toda la ciudad no se hubiera percatado de eso. Una figura femenina se encontraba a un edificio atrás de él, apenas se distinguía, sus ropas eran negras pero si algo pudo notar era la cabellera castaña que destacaba en la oscuridad de la noche.
El primer pensamiento de Edward era de que se trataba de una novata que solo buscaba problemas. Jamás en su vida la había visto por aquí, lo que le limitaba a esto, una novata. Pudo notar que la figura sostenía unos binoculares apuntando a la dirección de aquel edificio abandonado.
Eso no.
Un corriente de ira paso por el cuerpo de Edward, no, ella no iba a interferir en sus planes y mucho menos si se trata de una novata sin experiencia, iba a decidir a saltar hacia ella y detenerla, obligarla a irse y amenazarla de que no vuelva a entrometerse. Pero justo cuando quiso hacerlo, algo capto su atención.
El jefe había llegado.
Se volvió a sentar de cuclillas, escuchando con atención cualquier palabra que lo pudiera llevar hacia el jefe de la mafia, por el momento solo había mencionado una sola cosa debía de ir a Miami para traer al jefe aquí a Seattle y llevar a cabo los planes de la droga.
Pero la novata tenía que arruinarlo.
En el momento en el que iban a decir algo más, la figura salto hacia el edificio mientras Edward enojado miraba como aquella mujer golpea y derriba a los que se encontraban ahí, lo peor, dejo al jefe para final, ¡le dio la oportunidad de escapar!, por un momento, solo por un momento, podía sentir la angustia y el enojo que tuvo Carlisle hacia él cuando no cumplía sus instrucciones. Siguió observando, al parecer la castaña se dio cuenta de que el malnacido huyo y ahora se dirigían hacia el techo del edificio, fue allí en donde quiso intervenir y a reclamar su presa.
Con una gran habilidad salto el primer edificio y luego salto al otro quedando casi entre la morena inexperta y el hombre que se hacia llamar jefe. Ellos no se dieron cuenta de su presencia. Gruño por lo bajo pero no se movió. Miro los movimientos de la chica y se dio cuenta de que no peleaba nada mal, es mas, parecía estar bien entrenada, sus movimientos y golpes eran calculados y perfectos.
Tal vez aquella chica no era tan inexperta como pensaba. El hombre sangraba y ella parecía que lo iba a matar ¿sin haberlo interrogado primero? Así no funcionan las cosas, primero le exiges información a la fuerza y luego lo dejas entre las ratas. Pero no se mueve, porque el intervendrá cuando el viejo este sin fuerzas para moverse y le hable de todo lo que sabe se ahorrara el trabajo y después se encargaría de la chica.
El tiempo había llegado se interpuso jalando el hombro de la chica castaña, esta la miro sorprendida. No lo esperaba. La tiro lejos de él mientras se dirigía hacia el hombre ensangrentado en el suelo. Pero las cosas no iban a ser tan fáciles para el . La chica lo había derribado de un solo golpe ¡uno solo! Le estaba colmando la paciencia, trato de devolverle el golpe y funciono por el momento antes de que el sintiera un horrible dolor en el estomago y después otro golpe en la cara haciéndole dar unos cuantos pasos para atrás.
Tratando de incorporarse sintió un liquido moverse en sus labios al darse cuenta del color, distinguió sangre.
¡Al diablo con la caballerosidad! Esto había sido suficiente si ella quería ser brusca el también seria brusco.
Tomo la pierna de la castaña y la lanzo esperando que cayera del edificio pero para su sorpresa esa se había enrollado ambas piernas a su cuello liberando una pierna lo pateo en la espalda. Ese golpe había sido tan duro que oyó tronar su columna. No iba a rendirse. Se preparo para dar un golpe hacia la muchacha cuando...
— ¡MIERDA! —la oyó gritar, por instinto volteo la cabeza y el maldito hombre ya no estaba. Había tomado ventaja de la pelea para irse y todo por esa estúpida castaña.
La chica inmediatamente salió corriendo, pero no, Edward no iba a dejar que las cosas acabasen así si su ira no pudo descargarse en aquel hombre entonces lo hará con la castaña y exigirá respuestas. En vez de jalarle el hombro como fue su primer movimiento se lanzo hacia ella tumbándola en la orilla del edificio, forzándola de las dos manos la incorporo y ambos saltaron del edificio, con los juguetes de Edward pudieron retener la caída.
Al pisar el suelo llevo a la muchacha hacia un callejón, ella forcejeaba y el apretaba mas el agarre aun enojado. Al llegar ahí la acorralo golpeando fuertemente con su puño a la pared. La chica no mostraba signos de estar asustada es mas imitaba su mirada fuerte, fría y penetrante. En cualquier callejón difícilmente podrías encontrar luz y mas si es de noche, pero al parecer este no, la dueña de uno de los apartamentos había dejado prendido su foco para ver cuando cuelga o saca la ropa, Edward lo sabe, aunque hace mucho que no ve a esa mujer. Era amiga de su madre.
La chica aun forcejeaba y fue cuando Edward se recupero de sus pensamientos y le volvió alzar la mirada. El maldito foco le daba justamente a aquella castaña.
Vaya que era hermosa.
Lo era, apenas había notado el caoba intenso de su cabello parecía que brillaba y caía en cascadas, no era tan largo pero si lo suficiente como para que le llegue a la cintura, no era pálida pero tampoco se encontraba muy bronceada y poseía unos ojos…—Edward sacudió la cabeza—Era hermosa, no había duda.
—Interferiste en mis planes —el tono de voz de Edward era frío tal cual hielo con una mezcla de una inmensa ira.
—No, tu interferiste —responde la castaña usando el mismo tono de Edward.
—Estaba a punto de interrogar a ese maldito, cuando tú te inmiscuiste ¿Entonces quien intervino a quien?—uso un tono sarcástico en aquello ultimo
—Yo ya tenía a ese hombre — seguía forcejeando — Iba a entregarlo.
Casi se le escapa una carcajada.
Casi.
—¡Ni siquiera escuchaste lo que iban a decir! Ni tienes pruebas para entregarlo a la policía— suelta sus muñecas para tomarla de los hombros.
—Suéltame idiota — la chica logra soltarse y disponiéndose a irse se echa a correr
—No niña —la agarra del antebrazo infringiendo la fuerza necesaria para retenerla —Me dirás en este momento la razón por el cual saltaste hasta aquellos hombres sin ni siquiera haber escuchado un plan.
La muchacha ríe por lo bajo.
— ¿Estas tratando de interrogarme?
—Veo que apenas te das cuenta, hasta un niño de siete años sabría que primero se oye y después se ataca, ¿a quien lo ibas a entregar?
—¿Enserio piensas que voy a decirte?
—Tengo mis métodos —lo acerca hacia ella mirándola amenazadoramente.— Ahora habla.
—No te tengo miedo —responde y con la mano libre se agarra la cintura tratando de parecer desafiante.
—Deberías, ¿sabes que puedo matarte en cualquier momento? —con su mano señala sus armas, sus más fieles compañeras desde hace tanto…
Ella no le responde solo aparta la mirada de él mientras sacude su pierna y chasquea la lengua. Esa actitud enojo mas a Edward, apretó con más fuerza de lo necesario la parte de donde tenía sujeta aquella muchacha, lo que hizo que gruñera y lo amenazara con la mirada.
—Mira niña, no se quien te crees que eres, pero te diré una cosa, si crees que tu maldito ángel salvador vendrá a ayudarte, desde ya puedes ir descartando esa jodida idea.
La muchacha resoplo.
—No iba a entregar ese hombre a la policía —el tono que estaba usando ahora era más tranquilizador, aunque seguía fría y sin ningún sentimiento que se perciba.
—¿Ibas a matarlo? —inquirió Edward.
—No.
—¿A secuestrarlo?
—No.
—¿A venderlo?
—¿Acaso crees que soy algún tipo de criminal como tu?
—Podría ser, pero el que hace las preguntas soy yo linda, dime ¿qué ibas a hacer con él?
—Ya te dije, a entregarlo.
—¿Qué edad tienes? Eres muy joven como para ser policía
—Creo haberte dicho que no iba a llevarlo a la estación, y tu que, ¿tu no eres muy joven como para combatir contra la mafia?
—¿Te burlas de mi?
—Tómalo como desees, pero no sacaras nada bueno de mis palabras, solo ataque al hombre para entregarlo, fin de la historia.
—Eres muy difícil —tomo pausa para lo que dirá enseguida, pero no, guardo silencio, no lo haría en verdad, pero si pensaba en amenazarla con un arma, pero la castaña pudo ver sus intenciones.
— ¿Sabes que si sigues interrogándome de esa forma no te tendré consideración? —ahora la amenazante era la muchacha, Edward sonrió por lo bajo y le dirigió la misma mirada que la muchacha le dirigía a el: desafío, del cual solo uno saldría victorioso.
—Creo que lo demostraste bien en aquella pelea en el techo —dijo señalando con la cabeza a aquel edificio abandonado en el que por un instante era su zona de cacería.
—Estoy segura de que fue la primera en años, estabas oxidado.
—Tal vez, peleaste casi como un hombre —le dirige una sonrisa sarcástica a ella. No espero a que la muchacha se la devolviera.
—Que curioso, iba a decir lo mismo sobre ti.
Edward río, y no de forma de sarcástica o melancólica, esa chica tiene carácter y uno muy fuerte, uno del cual le sacaba de sus casillas y también una risa sincera.
Aunque si tuviera que turnarse el sentimiento, seria el de sacarlo de sus casillas. Mientras reía aquella castaña aprovecho para propinarle una patada en las partes nobles ¡JODER! Esa chica sí que patea fuerte, demasiado fuerte, mientras la veía alejarse, empezó a preguntarse si alguna vez podrá tener hijos.
Se había escapado de sus manos, una presa se había escapado de sus manos en un momento de debilidad. Esa chica iba a pagarlo muy caro.
Mientras se incorporaba logro ver gracias a la luz que el foco algo tirado en el charco, no parecía haber tenido días ahí, así que lo tomo, lo sacudió y lo miro fijamente. Edward frunció el ceño, parecía mas bien como un logo, eran dos triángulos juntos que formaban una estrella gris con un fondo amarillo entre ellas, se encontraba escrito algo interesante Black Sail. Se le hacia conocido, se le hacia conocido en cierta forma. Olvidando aquel detalleel joven le dio la vuelta a aquella insignia y sonrió. En la parte de atrás se encontraba algo muy valioso, algo que podría usarlo para su beneficio.
—Isabella Swan—suspira mientras ve hacia donde se fue— Tengo el presentimiento de que nos volveremos a ver pronto… muy pronto.
