La vida es sencilla, o eso pensaba la joven mientras cepillaba su cabello, una nueva escuela y compañeros no debía ponerla nerviosa, pero aun así sus manos temblaban. No soportaba la agonía que significaba cada minuto que pasaba, aún era temprano y llegaría sin problemas, pero esa sensación de tener que conocer a una multitud, que la observaría con extrañeza, porque seamos sinceros, que persona se cambia de escuela y ciudad justo en su último año, y aun peor en su último semestre. Ponerse al día con los estudios no le agobiaba, no por nada era una de las mejores estudiantes de su anterior escuela, siempre estudiando y leyendo algún libro interesante, eso abría su mente, imaginación y además la relajaba.
"Ya es hora" se dijo la hermosa joven de pelo negro y ojos ámbar.
Salió a paso rápido de la casa, si debía enfrentar aquello mientras antes fuera mejor para ella, luego podría simplemente quedarse en su pupitre y leer el resto del semestre, quizás de esa forma su situación seria más llevadera. Aun no entendía por que su padre había decidido tan apresuradamente la mudanza, si bien su trabajo era variable, siempre había mucho tiempo para organizar, por ello le enfadaba pensar en que no se lo dijo para evitar que ella se quejara y protestara.
"¿esa fue la razón padre?" Se pregunta a si misma dando un pesado suspiro y antes de darse cuenta ya estaba frente a la escuela.
Ingresó observando a todos los estudiantes, realmente era cómodo poder asistir sin un uniforme asignado, lo cual en un principio le preocupo y también se mostró incrédula, pero pasados los días sintió alivio, ya que su padre la llevo a comprar ropa nueva, para que al menos pudiera estar cómoda un tiempo.
Mientras seguía su camino adentrándose en la enorme instalación diviso un pequeño grupo de estudiantes, gritando con fascinación, otros murmuraban, pero todos miraban en la misma dirección. La joven sintió curiosidad y volteo disimuladamente, una vez hecho esto pudo observar una moto muy llamativa, de color amarillo intenso, la cual rugía de forma impresionante demostrando que poseía un gran motor. Justamente estaba estacionándose en un lugar de la escuela, la persona que la conducía bajo de la moto con un aire de superioridad, se quitó el casco amarillo, que combinaba perfecto con la moto y fue entonces cuando pudo apreciar su hermoso cabello rubio, su piel pálida y su hermosa, y sin duda, prominente figura. La joven de pelo negro quedo paralizada por unos segundos al ver como la hermosa chica caminaba hacia ella, pero sin mayor interés que solo seguir su camino y se alejó sin siquiera mirarla, o si lo hizo no pudo notarlo ya que unos lentes de aviador no le permitieron ver sus ojos.
La joven volvió a concentrarse cuando escucho el sonido de la campana que indicaba el inicio de las clases, corrió a su salón y antes de poder entrar, tropieza con una joven alta, de cabello rojizo, tez blanca y hermosos ojos verdes.
"¡oh! Cuanto lo lamento" la joven le extiende la mano para ayudarle a levantarse "¿Te encuentras bien?"
"Si, muchas gracias" dice nuestra joven de cabello negro poniéndose de pie
"Soy Pyrrha" continua hablándole la muchacha de cabello rojo fuego
"Soy Blake, mucho gusto" responde
"¿Estarás en este salón Blake?"
"Si, al menos eso parece" Responde la chica con una media sonrisa sintiéndose nerviosa
"Perfecto, yo soy la presidenta estudiantil, si necesitas cualquier cosa no dudes en pedírmelo"
"Gracias Pyrrha, espero nos llevemos bien" Al terminar de decir esto la joven Pyrrha, la toma del brazo y ambas se acercan a una maestra de cabellos rubios y lentes, Pyrrha le explica que hay un estudiante nuevo en el salón y le pide la ayude con la presentación. Terminada la conversación todos entran al salón y Blake vive el momento de sus pesadillas, la presentación, intenta ser breve mientras buscaba donde podría sentarse para estar aislada y tranquila, para su suerte descubre unos lugares vacíos al fondo del salón.
"Bueno señorita Belladonna, siéntese donde guste y comencemos" Habla la maestra
Blake camina rápidamente y se sienta gustosamente, se sentía tranquila por fin y al parecer sería un grupo agradable, saca sus libros para comenzar con el pie derecho la clase, pero es entonces que unos golpes en la puerta desvían su atención
"Agg…" murmura entre dientes la maestra "¡Entra de una vez y siéntate Xiao Long!" dicho esto la puerta se abre y una hermosa joven rubia entra sonriendo ampliamente
"Perdón de nuevo maestra, no volverá a ocurrir" dice mientras avanza hacia atrás del salón
"Ya ni te molestes en decirme eso, todos los días en la misma historia, pero este semestre no caeré, ¡contigo no se puede!"
"Perdón, perdón" decía sonriendo y se sentó en el lugar vacío junto a Blake. La rubia miro a Blake de pies a cabeza, mientras la pelinegra parecía petrificada, a la joven le pareció graciosa y rio un poco "wow, este semestre tendré compañía aquí atrás… ¿Cuál es tu nombre?"
"soy Blake" respondió secamente y casi en susurro la joven mientras pensaba *¡¿Por queeeee?! ¡De todos los lugares, debía estar ella aquí!*
"Uh… joven de pocas palabras, me agrada… soy Yang Xiao Long" Dice guiñándole un ojo "Espero nos llevemos bien… hermosa gatita" esto último lo dice con un tono un poco sensual
"¡¿Que?!" Exclama Blake, la maestra se voltea molesta y la joven entiende el mensaje "Lo siento"
"uuh…" Yang sonríe "no te alteres, solo es que tu moño parece unas orejitas de gato"
"aja…" responde y se decide a continuar concentrándose en la clase, Yang sonríe y la deja en paz. A medida avanzaba la clase Blake observaba de reojo a la rubia, por fin había visto sus ojos, eran de un color violeta, realmente hermosos, o al menos eso le pareció.
Cuando las clases terminan y es el descanso para comer, Pyrrha se acerca a Blake para invitarla y coman juntas. Ella acepta y sale con la chica pelirroja, mirando de reojo a Yang la cual parecía estar escogiendo con quienes comería hoy. Llegando al comedor Pyrrha se sentó con un grupo de jóvenes asegurando un lugar a su lado para Blake, la pelinegra sintió escalofríos y se sentó, no esperaba socializar tanto en su primer día.
"Así que te llamas Blake… que valor para sentarte junto a Yang" dice una joven de pelo rosa, que si mal no recuerda dijo llamarse Nora
"eeh… en realidad no tenía idea que ella se sentaría ahí"
"es verdad jejeje" ríe Nora "si quieres mi consejo, ten cuidado con ella"
"¿Por qué?" se interesó la pelinegra
"Es una chica con demasiado encanto, la mitad de la escuela la ama y ella parece disfrutarlo" dice Pyrrha
"¿Encanto? Es una…." Antes que Nora pudiera terminar, Ren el joven que aparentemente es novio de Nora, le cubre la boca
"No debes expresarte de esa manera" habla el muchacho "¿verdad Jaune?"
"oh, sí, no hables así de ella, mira que esta escuela tiene oídos por todos lados" responde el rubio llamado Jaune "Yang es la estrella aquí, ama el boxeo, pero además de eso tiene muchas habilidades en cualquier tipo de pelea, estar con ella es el sueño de cualquiera, tanto hombres como mujeres, y es que, sinceramente es hermosa…" las palabras de Jaune, parecen molestar a Pyrrha, la cual lo golpea en la cabeza para continuar la charla
"Yang es muy popular, tanto de buena como mala forma, ya que tiene fama salir con las personas hasta obtener algo que quiera, luego, simplemente los deja, es una especie de cazadora. Por lo mismo muchos la ven con recelo, pero otros están dispuesto a salir con ella aunque acaben con el corazón roto" dicho esto la pelirroja mira a Jaune molesta
"ok Pyrrha lo sé, pero solo salimos una vez… y no puedo decir que me arrepienta, ella es… increíble…" Al terminar la frase Jaune, recibe otro golpe de Pyrrha
"Oh, ya entiendo" Habla por fin Blake y recuerda la forma en que Yang le hablo *ya entiendo lo de gatita…* roza su moño negro con los dedos
"¿ocurre algo?" Pregunta Pyrrha
"no es nada" dice Blake con una media sonrisa y se levanta de la mesa, justo cuando se voltea con la bandeja en sus manos, choca con la rubia que venía hablando distraídamente con un chico, por lo cual la chaqueta de Yang termina bañada con un vaso de leche a medio tomar "…" la cara de Blake pasa de sorpresa a horror en menos de dos segundos "¡Lo siento Yang!" exclama tomando una servilleta y limpiando un poco su chaqueta
"ay gatita…" Le toma la mano "si me querías cubierta de leche solo debías pedirlo, pero al menos ¿ronronearías para mí?"
"¿Qué…?" Blake mira con enfado a Yang a la cara, pero solo consigue sonrojarse intensamente ante su potente mirada, más cuando esta se le acerca y le muerde suavemente su oreja, la pelinegra empuja a Yang y sale corriendo totalmente avergonzada. Yang se limita a mirarla, recoge la bandeja y continúa caminando con el chico.
"¡Es una idiota!" Blake se secó una lágrima que resbalo por su mejilla, se sentía humillada *¿cómo es posible que esa chica me haya hecho semejante cosa? me ridiculizo frente a toda la escuela en el comedor… o al menos una pequeña parte… o espero que solo un pequeño grupo lo viera* pensaba la joven, solo al calmarse pudo notar que su corazón aun palpitaba fuertemente y suspira "debo volver a clases…" se da un pequeño cabezazo contra la pared y se dispone a ir a su salón. Una vez que llega ve a Yang, sentada a su lado con los pies apoyados sobre la mesa y en una actitud que parecía muy desafiante, la joven ya no tenía la chaqueta puesta, ya que la colgó detrás de la silla, ahora se notaba la polera amarilla corta y ajustada que llevaba abajo, la cual no dejaba demasiado a la imaginación.
"Se nota que las reglas no te importan en lo más mínimo" murmura Blake al pasar por su lado
"Gatita… no sabía que tenías alma de maestra ¿quieres enseñarme modales?" Yang responde con ironía
"¡Deja de llamarme gatita!" dice Blake secamente, golpeado la mesa de Yang mientras la miraba a los ojos, la rubia baja los pies de la mesa y la mira desafiante, esa chica estaba sobrepasando su paciencia. Blake insistía con su mirada hasta que de pronto vio como los ojos de Yang cambiaban de un color violeta a uno más rojizo, la pelinegra parpadeo rápidamente un poco confundida y noto sus ojos normales, por lo que pensó que solo fue su imaginación.
Yang bajo su mirada apretando los puños, se dio cuenta que estaba dejando que esa chica la sacara de sus límites, debía controlarse, después de todo la pequeña fierecita podía estar despertando su interés, al menos con la guerra de miradas pudo notar el hermoso color ámbar de sus ojos.
"sal conmigo" propuso Yang sin mirarla
"¿estas bromeando?" pregunto Blake indiferente, sentándose en su sitio
"tómalo como mi disculpa…" levanta la vista y le dedica la mejor de sus sonrisas "Blake…"
"mmm…." Blake lo medito un momento, sabía las intenciones de esa chica, pero tampoco podía negar ese magnetismo de tenia "lo pensare…" dijo sintiendo sus mejillas sonrojadas y se concentró en su cuaderno, acto seguido entro un maestro para comenzar la clase.
Cuando por fin se terminaron todas las clases Blake se sentía mentalmente agotada, tomo sus cosas para poder irse a casa lo antes posible. Al salir de la escuela sintió junto a ella el ruido de un motor
"¡Hey! ¿Ya lo pensaste?"
"Yang…" dijo entre dientes la pelinegra, sentía fastidio de las situaciones públicas "No, no lo he pensado, al menos hoy no será" dicho esto le da la espalda y continua su camino, Yang hace una mueca y la sigue dando un pequeño empujoncito con su pie a la moto
"¿Segura? Puedo llevarte a tu casa"
"Estoy bien, gracias y adiós" responde la chica, Yang frunce el ceño y se aleja a gran velocidad haciendo una acrobacia. En cuanto la moto estuvo fuera de su vista, sintió una mano que toco su hombro *¿ahora qué?* pensó.
"Blake… ¿Cierto?" pregunto una voz suave y femenina
"Si" La pelinegra se gira para ver de quien se trataba "¿y ustedes son?..."
"Soy Weiss Schnee" dijo la primera en presentarse, ella tenía el cabello plateado, hermosamente recogido en una coleta alta, ojos azules y piel muy blanca, parecía una princesa, sus ropas se notaban finas y tenía un porte elegante.
"Yo soy Neptune Vasilias" hablo la segunda persona, era un chico alto, de pelo azulado, ojos azul oscuro, piel bronceada, de aspecto muy atractivo y coqueto, muy similar al de Yang.
"y yo Sun Wukong" dijo el tercero y último, era un chico rubio de cabellos desordenados, ojos grises oscuro y piel morena, usaba muy desabotonada su camisa, la cual dejaba ver fácilmente la musculatura de su pecho.
"¿En qué puedo ayudarlos?" pregunta Blake un poco confundida
"Me alegra que lo preguntaras" Responde Weiss con una amplia sonrisa.
Esa noche, Blake, no dejaba de pensar en su extraño día, que ni en sus peores pensamientos creyó que sería tan fastidioso, las cosas habían dado un giro de normal a súper extraño, y la causante solo era una, Yang Xiao Long.
