Capítulo 1.

Alternativas.


Los personajes le pertenecen a J.K Rowling. Yo solamente los utilizo sin nigún fin malévolo.


Para.

—No puedo evitarlo Potter.

—Tienes qué, estás poniendo nervioso a todo el mundo.

—Tú y el mundo pueden irse a la mierda.

—Draco, todos estamos preocupados pero dar vueltas como un león enjaulado no ayuda en nada.

Draco se detuvo en seco. No le gustó para nada que le dijeran "León" o al menos no como comparación. Fulminó a los Potter y a Weasley con la mirada. Ciertamente no ayudaba en nada el hecho de que todos se encontraran en la sala de espera de San Mungo, era como si de alguna u otra manera todos esperasen las malas noticias de una vez. Y el hecho de que todos se encontraran abatidos lo hacía más real aún.

El Slytherin pasó una mano por su cabello platino, revolviéndolo. Trató de autoengañarse, de decirse que todo pasaría, que todo volvería a ser como antes y que nada cambiaría pero lastimosamente no tuvo el éxito que esperaba. Todo su mundo se había venido abajo, ahora no sabía qué hacer, se sentía vulnerable nuevamente.

—Señor Malfoy.

El cuello de Draco se dobló a unos 180 grados y el Slytherin juró que se lo había partido pero nada de eso le importó. Fijó sus ojos grises desesperados en aquél hombre que llevaba una tabla entre sus manos, leyéndola. Tanto los Potter como Weasley también esperaban, expectantes. Un suspiro se escapó de los labios del medimago cuando observó a todas las personas reunidas en el lugar tras el llamado que se les hizo esa tarde. No le gustaba ser portador de malas noticias y menos si se trataban de amigos del Salvador.

—Señor Malfoy —volvió a repetir con la esperanza de olvidar que Harry Potter escucharía —. Lamento informar que el accidente de su esposa ha dejado secuelas que no son posibles de aliviar ni a la manera Muggle ni a la manera mágica.

— ¿Qué sucedió? —incluso Draco se sorprendió de escucharse tan calmado cuando por dentro no se sentía así —. Sé que su accidente fue fatal pero ¿Algo tan grave? ¡Por Merlín! ¡No puedes venir y decirme eso! ¡Se trató de magia accidental de un niño de siete años! ¡¿Cómo cojones eso va a dejar secuelas?! —exclamó dejando atrás su tono neutral. En esos momentos quería mandarle un Avada Kedavra al ineficiente mago.

—Draco cálmate —trató de tranquilizar Harry pero Draco lo miró tan sombríamente que Harry retrocedió.

—Bueno... —el medimago también retrocedió no gustándole ser el objeto de enojo de Malfoy. No después de conocer su historia, no después de que el muchacho haya hecho cosas horribles cuando era mortífago —. El hecho de que haya despertado nos ha ahorrado tiempo pero tiene que recordar que la señora Malfoy ha estado aquí desde hace un mes y apenas hoy despertó.

El medimago se enrollaba y todos lo notaron. Tal vez fuese porque Draco parecía una psicópata o tal vez porque Harry tenía su ceño fruncido mientras miraba al medimago. Mientras los demás solo se limitaban a observar y a escuchar. Con un suspiro de cansancio, Ginny dio un paso al frente.

—Entendemos el punto —dijo la ahora Potter —, Hermione ha despertado después del mes que estuvo en coma. ¿Qué consecuencias trae consigo?

El medimago le dedicó una mirada de agradecimiento a la Gryffindor mientras volvía a tener una postura profesional y con renovado valor miraba a Draco.

—Amnesia.

Fue seco. Fue sin un atisbo de compasión, sin medir la forma en que los demás reaccionarían ante ello. Nadie dijo nada como si esperasen que el medimago dijera que había una equivocación, que se había confundido de paciente o que el informe estaba erróneo. Pero nada de eso sucedió y Draco sintió como su corazón se rompía en mil pedazos como consecuencia de la culpa.

— ¡Tienes que estar bromeando! —siseó el Slytherin con amargura y rabia. Estuvo a punto de levantar su varita contra el mago frente a él pero Ginny, la mejor amiga de Hermione y esposa de Harry se interpuso mirándolo severa, como si le riñera por su comportamiento infantil. Draco se quedó inmóvil en su lugar.

Ginny asintió y miró al medimago escéptica.

— ¿Cómo se encuentra Hermione en estos momentos?

El medimago suspiró mientras tomaba una bocanada de aire por lo que iba a decir.

—La señorita Granger ha dicho que no recuerda nada de los últimos quince años y teniendo en cuenta que la guerra contra quien-ustedes-saben terminó exactamente hace quince años indica que la señorita Granger no recuerda haberse casado, haber tenido un hijo, estar trabajando en el Ministerio en el Departamento de Aplicación de la Ley Mágica, entre otras cosas y además nos dijo que el último recuerdo que posee es que se encontraba en la Mansión Malfoy mientras una mortífaga de nombre Bellatrix junto a un Lucius y Draco Malfoy la torturaban siendo observados por Narcissa Malfoy. De ahí en adelante todo se encuentra borroso para ella.

Todos quedaron sumidos en un silencio total. Todos ellos conocían de sobra la historia de Draco y Hermione en los tiempos escolares y de guerra, todos conocían como Draco Malfoy odiaba a Hermione Granger y como Hermione Granger a su vez odiaba a Draco Malfoy. Harry y Ron sabían lo que había sucedido aquella noche en la Mansión Malfoy, habían escuchado los gritos desgarradores de Hermione y las risas maniacas de Draco, Lucius y Bellatrix cuando ella rogaba que parasen. Esa noche había sido horrible para ellos y Hermione no había parado de llorar aún cuando ya no se encontraban en el lugar. Pero lo que nadie sabía o lograba entender era cómo en un lapso de cinco años se había enamorado de Draco y a su vez él también de ella y un año después habían contraído matrimonio y fruto de esa relación había dado vida a Scorpius Malfoy. El hijo de siete años que accidentalmente con su magia había herido a su madre y consecuencia de ello era que no recordaba nada de los últimos quince años.

Draco se apoyó en la pared mientras se pasaba una mano por su rostro, titubeante. Hermione no lo recordaba. Hermione no recordaba cómo se habían enamorado y en qué circunstancias lo habían hecho, lo peor de todo es que ella no recordaba a su hijo. No recordaba nada de esos últimos doce años que habían estado juntos. Lo peor de todo sería darle la noticia a sus padres y explicarle a su pequeño hijo que no podía decirle a su madre mamá porque ella no lo recordaba.

El reloj en la pared hacía eco con su sonido de tic-tac. Todo parecía tan irreal que incluso Harry se preguntaba si no se encontraba en un mal sueño.

Ron que no había dicho o hecho algo hasta ese momento fue el primero en salir del shock cuando un recuerdo lo golpeó rápidamente.

—Todo eso significa que Hermione recuerda que nosotros nos besamos antes de ser atrapados por esos carroñeros —dijo tan rápidamente que cuando terminó de hablar, Draco lo tenía tomado del cuello de su camisa y lo miraba directo a sus ojos, furioso.

—Tú te acercas con otras intenciones a mi esposa y te juro que no dudaré en lanzarte un Avada Kedavra, imbécil.

Ron forcejeó para que lo soltaran y cuando al final Draco lo liberó, éste lo miraba con una rabia que apenas y podía contener.

—Descuida —siseó enérgicamente —Hermione ahora es como una hermana para mí y no me acercaré a ella para retomar nuestro antiguo romance, eso sería aprovecharse de la situación. Y además estoy casado y tengo hijos.

Harry y Ginny asintieron orgullosos. Era un alivio que la sala se encontrara vacía en esos momentos, Draco sin embargo, fulminó al Weasley con la mirada antes de dirigirse al medimago.

—Quiero verla.


Hermione estaba aburrida.

No hacía poco más de una hora que estaba despierta y durante el transcurso de ese tiempo varias enfermeras habían ido a suministrarle pociones y otras cosas para mejorar su condición. Ella no había protestado pero si había exigido que se le informara de su situación porque lo último que recordaba era que estaban en guerra y que estaba siendo torturada ¿Por qué todos parecían tan calmados? Pero nadie le quiso decir nada. Incluso notó como una enfermera le sonreía como si ser su paciente fuera lo mejor que le hubiese pasado. La Gryffindor había pedido un espejo, no era por vanidad pero quería saber qué aspecto tenía, y se sorprendió cuando le negaron aquello, ¿Tan mal había quedado después de ser torturada? Bufó, era claro que no. Se había tocado el rostro y seguía teniendo la misma textura que recordaba. Era obvio que algo andaba mal ahí y lo supo cuando accidentalmente leyó un documento que la enfermera había olvidado. Decía lo que le había sucedido. Había sufrido la magia accidental de un niño de siete años, tenía amnesia y no recordaba los últimos quince años de su vida. Hermione quiso llorar pero se detuvo al leer que trabajaba en el Ministerio y que había cumplido uno de sus sueños sobre su organización P.E.D.D.O.

Cuando la enfermera regresó por la tabla, ella supuso que era para dársela al médico e informarle a quién sea que preguntara por ella sobre su estado. Hermione no había hecho pregunta alguna desde aquello.

Entonces se encontraba recostada, mirando un punto fijo en la blanca pared de su habitación mientras intentaba procesar lo poco que sabía. Perder la memoria de quince años era mucho. Demasiado tiempo para ser exactos. No sabía nada de ella y sobretodo ¿Qué hacía ella cuando el niño usó su magia accidental? ¿Por qué lo usó en ella para empezar? Aunque Hermione no supiera que el niño en cuestión era su hijo, ella supo que no había sido la culpa del niño.

Escuchó como la puerta se abrió pero no volteó, suponiendo que se trataba de su sádica enfermera que se alegraba de que ella fuera su paciente. Siguió observando la inmaculada pared blanca.

—Hermione.

La chica automáticamente volteó al reconocer la voz. Era totalmente extraño para ella ver a la persona que se encontraba a lado de su cama. De recordarlo como un adolescente ahora estaba convertido en un adulto con rasgos firmes y presencia. Debía admitir que estaba guapo.

—Harry.

Habían acordado que por el momento Draco no podía entrar a verla. Ni hoy, ni mañana. Harry había tenido que usar su influencia en el Ministerio para amenazar a Draco sobre prohibirle ver a Hermione hasta nuevo aviso pero como era de esperar el Slytherin protestó. Tuvieron que explicarle de todas las maneras posibles que no era conveniente que él de entre todos fuera el primer rostro familiar que ella observara. No después de que su último recuerdo lo involucrara a él torturándola. Finalmente Draco aceptó, no sin antes golpear a Harry en el estómago por jugar sucio y amenazarlo con encerrarlo en Azkaban hasta que Hermione mejorase. No pasó mucho cuando Ron trató de golpear a Draco pero éste ya había desaparecido murmurando que se lo tenía que comunicar a Scorpius y sus padres y a los padres de Hermione para tomar las medidas de precaución.

Había sido un problema enorme y casi los sacaban del hospital sino fuera porque nuevamente Harry había amenazado a todos con mandarlos a Azkaban si revelaban algo aunque sea lo más irrelevante con relación a Hermione. No le gustaba usar su influencia para amenazar pero no había tenido otra opción. Posteriormente entre Ron, Ginny y él acordaron en decir una historia que no involucrara a Draco para que Hermione no sufriera y recayera.

Y ahí estaba él, delante de su mejor amiga dispuesto a engañarla sobre esos quince años que ella no recordaba para que ella no recayera nuevamente. Tenía la esperanza de que poco a poco recordase o al menos eso había dicho el medimago "Tienen que darle tiempo, tal vez horas, días, meses o en el peor de los casos incluso años"

— ¿Te sientes bien Mione? —cuestionó Harry mirándola con tristeza —. ¿Sabes algo de lo que sucedió?

Hermione asintió con la cabeza.

—Accidentalmente leí lo que me sucedió. Un ataque de magia accidental y pérdida de memoria de un lapso de quince años.

—Al menos ya sabes en qué condiciones te encuentras —susurró el Elegido —Y supongo que querrás saber que has hecho durante esos quince años que no recuerdas.

Hermione lo miró con un brillo en sus ojos. —Sí, por favor. Cuéntame lo que sabes.

Harry rio. Su amiga actuaba igual a cuando tenía diecinueve años. No haciéndose del rogar, Harry se encaminó hacia el pequeño escritorio de la habitación para sentarse. Sabía que iba a tener que decir diversas mentiras.

—Bueno según lo último que recuerdas es estar en la Mansión Malfoy ¿cierto? — Hermione asintió —. Como te habrás dado cuenta, ganamos. Y todo gracias a ti, a Neville y a Narcissa Malfoy.

— ¡¿Qué?! —Interrumpió la leona perpleja, sobresaltando a Harry — ¿Narcissa Malfoy? —Al ver que Harry asentía prosiguió —debe ser una broma ¿cierto? No creo que hablemos de la misma Narcissa Malfoy ¿Verdad?

—Es la misma Narcissa que conoces, la madre de Draco, esposa de Lucius y hermana de Bellatrix.

Hermione seguía perpleja —. Entiendo, perdón por esto, es solo que me cuesta un poco procesarlo. Después de que ella no hiciera nada por evitar lo que su loca hermana me estaba haciendo.

—Puedo ver tu punto pero créeme cuando te digo que si trató de hacerlo. Cuando subimos para rescatarte ella había petrificado a Bellatrix mientras Draco y Lucius la miraban con sorpresa, luego de aquello ella nos lanzó a Ron y a mí nuestras varitas mientras se aseguraba de que su esposo e hijo no nos hicieran nada. A todos nos sorprendió pero no sé exactamente que le sucedió después de eso.

Hermione se sentiría agradecida si al menos recordase exactamente lo que le narraban ¿Narcissa Malfoy ayudándola? ¿Yendo en contra de su hijo y esposo? Era increíble.

—Supongo que tuvo sus razones ¿cierto? —Comentó la castaña —, sé que quince años perdidos es una historia larga. Solo dime lo que sucedió conmigo después de esa noche y lo más importante que creas que debo saber. No quiero que me sueltes todo de golpe, sé algo de medicina y contarle todo a un paciente como yo no ayudaría a su recuperación.

Harry asintió, no cabía duda que era la Hermione de diecinueve años la que hablaba ahora porque la Hermione de treinta y cuatro años solamente se hubiera limitado a escuchar y al final habría realizado las preguntas.

—Bien, no pasó mucho tiempo después de eso cuando ya habíamos destruido todos los Horrocrux de Voldemort e inevitablemente llegamos a la batalla final. La batalla de Hogwarts, así se le denomina hoy en día. —al ver como Hermione se deleitaba con la historia no pudo evitar sonreír —. Solo había dos Horrocruxes más, una era la serpiente mascota de Voldemort, Nagini y el otro era yo, bueno una parte de mí. Voldemort me lanzó un Avada Kedavra y sobreviví de nuevo pero sin saberlo, él mismo destruyó el Horrocrux de mí. Aquí entra de nuevo Narcissa, ella fue a comprobar si había muerto o no y créeme que aún le sigo agradeciendo porque fue la primera persona en mentirle a Voldemort sin huir. Le dijo que estaba muerto y Voldemort le creyó, todos lo hicieron.

Hermione asintió aún con sorpresa.

—Posteriormente luché contra Voldemort y no hubiéramos ganado si Neville con la espada de Gryffindor no hubiera matado a Nagini. Voldemort me lanzó el tercer Avada Kedavra y esa fue su derrota, el hechizo rebotó y fue así como murió.

—Tengo que admitir que no participé mucho —murmuró Hermione desilusionada.

—No, de hecho tú resolviste todo el misterio y sin ti te aseguro a que yo no hubiera sobrevivido tanto tiempo. Te bebiste la poción multijugos para hacerte pasar por Bellatrix y asaltar su bóveda en Gringotts, montamos en un dragón por iniciativa tuya para huir antes de que nos mataran. Tú fuiste el cerebro detrás de mí y es por eso que ahora trabajas en el Ministerio.

Hermione asintió un poco satisfecha. — ¿Qué sucedió después?

Harry tardó unos segundos para contestar. Ahora venía lo más difícil.

—Terminaste el último año en Hogwarts junto a otros compañeros, pero ni Ron ni yo lo hicimos. Después te mudaste a un barrio Muggle para tener privacidad, encontraste a tus padres y les devolviste sus recuerdos. Tu primer trabajo consistió en trabajar en el departamento Regulación y Control de Criaturas Mágicas donde floreció tu organización P.E.D.D.O y se cumplió tu sueño de trato digno para los elfos y criaturas semejantes. Después y actualmente trabajas en...

—El Departamento de Aplicación de la Ley Mágica. Lo sé —interrumpió Hermione con un deje melancólico — ¿Y mi vida personal? ¿Me casé? ¿Tuve hijos? ¿Qué sucedió con Ron?

—Bueno, tú y Ron terminaron siendo amigos. Él no volvió a Hogwarts y tú sí y ahí fue cuando el amor se volvió cariño. Actualmente él está casado con Padma y tiene dos hijos, Rose y Hugo Weasley.

Fue en ese momento donde Hermione pensó que su corazón iba a romperse pero nada de eso sucedió. Tal vez inconscientemente su cuerpo y corazón ya lo habían superado. Todo era tan confuso.

— ¿Algo más? —pidió débilmente.

—Algunas personas murieron en la guerra, entre ellas Fred, Remus, Tonks, Bellatrix y otros. Yo me casé con Ginny y tenemos tres hijos, James, Albus y Lily Potter. Eres madrina de James.

Hermione sonrió. Aunque ella no se hubiera casado o tenido hijos, al menos tenía un montón de sobrinos que seguramente quería como si fueran sus propios hijos. De algo estaba satisfecha, logró cumplir sus metas profesionales. Todo su esfuerzo había valido la pena.

—Y tienes otro ahijado que amas como si fuera tu propio hijo —Harry sacó de sus pensamientos a Hermione que lo miró con una gran sonrisa, expectante. —Scorpius Malfoy.

La sonrisa de Hermione desapareció.

— ¡¿Qué?!


Draco apareció en la sala de la Mansión Malfoy. Él ya no vivía en ese lugar pero dadas las circunstancias había vuelto para dejar a Scorpius al cuidado de sus abuelos. La sala no se encontraba vacía, pues tanto Lucius como Narcissa Malfoy estaban ahí escuchando a Scorpius leer en voz alta de manera fluida y perfecta, pero el pequeño rubio se interrumpió cuando después de tantos días su papá iba a visitarlo.

—Papá —llamó el pequeño dejando caer el libro en el suelo. — ¿Y mamá?

Narcissa y Lucius intercambiaron severas miradas mientras observaban como Draco le daría la noticia al niño. Ellos ya habían sido informados por él y les había pedido que no le dijeran a Scorpius nada. Él lo quería hacer. Primero les informó a los padres de Hermione y ellos alegaron que querían verla, Draco pasó horas convenciéndolos de que cuando saliera del hospital ella iría a verlos para seguramente pedirles perdón de nuevo al haber borrado sus recuerdos.

El pequeño Malfoy corrió hasta su papá con una gran sonrisa. Que lo haya ido a ver después de tres días significaba que algo había ido bien. O al menos era lo que su cabecita lograba concluir.

— ¿Y mamá? —volvió a preguntar con un poco de duda. Había notado un poco de tensión en el aire.

Draco se acuclilló para quedar a la altura de su hijo y lo tomó por el hombro con una mirada triste. Tenía la misma expresión de preocupación de Hermione, se parecía tanto a ella como a él.

—Tu mamá ya despertó, ya está bien...

—Yo sabía que iba a estar bien, mamá es fuerte.

Draco asintió en acuerdo. Hermione era terca, desesperante y fuerte, demasiado fuerte que ser valiente era un reto para él con ella a su lado.

— ¿Recuerdas que tu magia accidental alcanzó a tu mamá? —cuestionó Draco, no sabiendo cómo abordar el tema.

Scorpius frunció el ceño. —No fue mi magia accidental, ya te lo dije, fue otra cosa que la alcanzó yo solamente quise protegerla —explicó.

Draco asintió. No quería hacer eso más difícil para su hijo, después de todos era un niño que se negaba a aceptar parte de la culpa aunque le dijeran que había sido un accidente. No entendía como Scorpius había creado esa extraña historia, nadie atacaría a Hermione. Suspiró. Era solo un pequeño.

—Eso hijo. Tu mamá se durmió en el hospital por eso ¿recuerdas? —el niño asintió —Y despertó hace unas horas.

Scorpius no pudo evitar esbozar una sonrisa enorme, mostrando que le faltaba un diente de leche pero la visión era tierna. Era el niño más encantador de los hijos del trío dorado, seguido por Lily.

—Pero tu mamá sufrió el accidente en la cabeza y eso hizo que... no recordara nada. Tu mamá... no nos recuerda Scorpius... porque está enferma pero pronto lo hará —intentó decir Draco recibiendo a su hijo en brazos. Inevitablemente Scorpius había comenzado a llorar y Narcissa veía la escena con los ojos rojos. Le daba tristeza que su nieto llorara por su madre.

—Mi... Mi mamá... mi mamá no me recuerda —balbuceó Scorpius abrazando a su padre.

Si la situación fuera otra, Lucius habría reprendido a Scorpius por ese comportamiento tan indigno de un Malfoy, pero hasta él sentía tristeza. Aprendió a querer a Hermione como su nuera porque había ayudado a su familia a limpiar su nombre y gracias a ella le habían reducido la sentencia y lo mejor era que le había dado un hermoso nieto. Y pensar que la había tratado mal y que ella no recordaba nada bueno de él o de su hijo o incluso de su nieto le partía el alma.

—Scorpius te aseguro a que daremos todo el dinero necesario para que le encuentren una solución a la enfermedad de tu madre —dijo Lucius levantándose de su sillón de cuero acomodándose su túnica para dirigirse a su despacho. Tenía varias lechuzas que mandar y a excelentes medimagos que contratar.

Narcissa siguió a su esposo para darle privacidad a Draco y Scorpius.

—Descuida Scorpius —murmuró Draco unos segundos después mientras acariciaba la espalda de su hijo —Puedes ver a tu mamá pero no decirle que eres su hijo o que está casada conmigo para no hacer que se enferme más ¿de acuerdo?

Scorpius hipó pero asintió.

—Sí, quiero ver a mi mamá.

—Mira, ella sabe de ti porque le dirán que es tu madrina y tú su ahijado y tú dirás que no sabes nada de tu mamá, que solo yo lo sé pero hasta allí para no revelarle más —aunque era un niño, Scorpius entendía perfectamente la situación —No podrás decirle nada más sobre mí o sobre ti porque ella debe recordarlo por si misma ¿entiendes?

Scorpius se limpiaba sus lágrimas mientras asentía.

—Bien, ahora báñate y ponte guapo porque la vas a ir a ver.

Y él se encargaría de que Hermione los recordara. Tanto él como su hijo harían lo posible para que Hermione los volviera a amar nuevamente.


Hermione estaba nerviosa y cansada. Después de platicar con Ron, Ginny y Harry y haber conocido a James ya no le apetecía tener más visitas pero tanto Harry como Ginny habían insistido a que conociera a Scorpius, su otro ahijado e hijo de Malfoy. Si por ella fuera pediría que le prohibieran la entrada, el niño era peligroso. Harry le había revelado que fue la magia accidental del pequeño lo que la dejó así y aunque antes había dado por hecho de que había sido un accidente ahora pensaba todo lo contrario porque el niño era hijo de Malfoy y eso significaba peligro.

No entendía cómo sucedió. Ella bajo ninguna circunstancia se imaginaba aceptando ser la madrina del hijo de la serpiente y por qué lo habría hecho. «A lo mejor su mamá es mi amiga» pensó. Ginny le dijo que el niño era mestizo y eso quería decir que Malfoy se había casado con alguien con su condición de sangre o con una Muggle. «Tal vez acepté porque al ser el primer Malfoy mestizo, yo quería involucrarme para que no le arruinaran su vida por romper su linaje de sangre pura»

La verdad era que ninguna de sus opciones la convencían.

La puerta se abrió y ella contuvo el aliento. No vio a nadie pero sabía que alguien estaba ahí. Con su mirada observó más detalladamente y vislumbró una pequeña cabellera rubio platino caminando hacia su cama con la mirada agachada como si tuviera vergüenza. Hermione sonrió enternecida.

«Tal vez acepte ser su madrina porque era un mestizo y si yo hubiera tenido un hijo igualmente tendría su misma condición» pensó.

No iba a decir en voz alta que se alegraba de que no hubiese aparecido Draco Malfoy en su habitación. No lo hubiera soportado y probablemente él la hubiera asesinado con su estado débil.

Salió de sus pensamientos cuando sintió como una parte de su cama se hundía a un lado de ella. Miró al pequeño hurón con una sonrisa.

—Hola —saludó tímidamente el niño jugando con sus manos.

—Hola Scorpius Malfoy —devolvió Hermione y sintió como el niño se tensaba — ¿Qué pasa? —dudó.

Scorpius la miró temeroso —. Me llamaste por mi nombre completo, ¿hice algo mal?

Hermione se reprendió. Era obvio que si llamabas a un niño por su nombre completo era señal de que iba a ser reñido, ¿por qué sentía culpa de haber asustado al pequeño Malfoy?

—No, perdón Scor, es solo que así suelo dirigirme a las personas que voy conociendo —intentó excusarse — ¿Sabes qué no recuerdo nada?

Scorpius asintió mordiéndose el labio. —Sí, padre me informó antes de venir. Dijo que estás enferma y que te recuperarás con el tiempo.

Hermione frunció el ceño, era un adorable niño como para utilizar los términos "padre" "madre". Malfoy tenía que influir de una mala manera sobre el pequeño.

— ¿A mí me llamas madrina o tía Hermione? —susurró la Gryffindor.

Scorpius la miró con tristeza. —Te llamo mamá pero ahora no sé.

Scorpius casi quiso golpearse. Su papá le había dicho que no le dijera "mamá" a su mamá y era lo primero que hacía. Sus ojos comenzaron a acuarse.

Hermione vio la reacción del niño y se sintió culpable. Tal vez antes de que olvidara todo él le decía mamá y por eso Harry le había dicho que lo quería como si fuera su hijo. Y pensar que lo había catalogado como peligroso cuando era un hermoso bebé de siete años. No supo cómo o por qué pero abrazo a Scorpius y lo arrulló en sus brazos.

—Tranquilo, si antes me decías mamá no tienes porque dejar de hacerlo solo porque yo no lo recuerdo ¿está bien?

Scorpius asintió mientras la abrazaba.

—Perdóname mamá por haberte lastimado, yo solo quería protegerte.

—Fue un accidente —murmuró. Tal vez quería usar magia para protegerla pero hizo lo contrario, eso le confirmaba que no era peligroso —. No te sientas culpable Scor.

El niño asintió y se dejó mimar por su mamá. Unos segundos después Hermione lo sentó sobre ella para mirarlo fijamente.

—Eres la copia exacta de Malfoy ¿Sabes por qué acepte ser tu madrina? —cuestionó. Aprovecharía la oportunidad para salir de sus dudas.

—Sí. Me dijeron que era porque eran muy amigos y querían seguir siéndolo.

Bueno, puede que no le hayan dicho y puede que él le haya dicho eso modificando lo que su mamá le había dicho una vez "Me casé con tu papá porque nos amábamos y queríamos seguir juntos siendo esposos".

Hermione sin embargo quedó perpleja. De todas sus opciones, ser amiga de Draco Malfoy no estaba contemplado.


Holu, yo de nuevo con otra historia Dramione. Espero y sea aceptada. Es una de mis parejas preferidas de Harry Potter incluyendo el de Scorpius y Rose pero por el momento me centro en el Dramione. Ojalá les agrade y siéntanse libres de dejar o no comentarios.

Gracias ¡Hasta el próximo capítulo!

Chao :)