Disclaimer: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto.
Aviso: Este drabble participa en el Reto KWP: Entre la vida y la muerte del foro Aldea Oculta entre las Hojas.
Stand by
Era demasiado difícil recordar como había sido ese momento, el pánico la había invadido y prácticamente le había nublado la vista y el sano juicio.
Tenía la certeza de que todo había comenzado en un acuario, lleno de porquerías metálicas que amenazaban con su vida y con la de sus compañeros. Lo peor fue cuando los cristales reventaron en millones de pedazos provocándole cortes en su tez blanca y que el agua —luego se enterarían de que estaba llena de un líquido tóxico— comenzó a inundar el lugar golpeando a todos con fuerza y envolviéndolos hasta el punto de no poder aguantar más la respiración.
No se puede decir que cedieron a la primera, al menos Mito trató de no hacerlo y estaba segura de que los demás también intentaron nadar contra corriente y mantenerse a flote. Sin embargo ninguno lo logró.
La pelirroja recordaba haber estado flotando un metro sobre el suelo y al mirar hacia arriba se asustó al ver que el agua tocaba el techo que a simples cuentas se encontraba tres metros sobre ella. No se veía como agua limpia y cristalina, ni se sentía como tal, era un poco más espesa y violácea.
El oxígeno se le terminaba.
Sintió el corazón latirle más rápido y sus manos se cerraron por inercia al rededor de su cuello en un intento inútil por resistirse a respirar y darle paso al agua. Sin poder aguantar más pataleó desesperada y entreabrió la boca sólo unos centímetros, con eso bastó para que el líquido inundara su sistema de forma dolorosa y la sumiera en lo que le pareció el más bello y confuso de los sueños, algo tranquilizador tal vez.
Fue difícil distinguirlo de la realidad, pues el sueño comenzaba y terminaba de la misma forma; ella elevándose, no por propia voluntad, hacia una superficie distinta del techo del acuario, era un bosque bellísimo lleno de vida, de criaturas tan extrañas como fantásticas e iluminado por un sol que hacía días no podía vislumbrar.
El pasto era verde como sus ojos y el agua no se sentía fría si no tibia y agradable. Lamentablemente como todo lo que es demasiado bueno era una mentira y de las más dolorosas, porque hubiera preferido morir para quedarse en aquél lugar parecido al cielo y no despertar en el mismísimo infierno.
El agua bajó y con ello su cuerpo lastimado y magullado, sobretodo debilitado por la desesperanza más que por los incontables días sin comida ni agua. Increíblemente el dolor comenzó inclusive antes de volver a abrir los ojos.
Una vez sus pestañas se separaron y se sintió empapada y muerta de frío, sintió ganas de llorar.
—Parecía tan real —dijo en voz baja.
Durante su estado de stand by, donde sufría por fuera aún estando desmayada, habían muerto algunas personas, resultado heridas muchas otras y decepcionadas más de las que podía contar.
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