prefacio
La vida de un vampiro, es complicada, y más si eres huérfana, y tienes mis dones, mi nombre es Laya, se pronuncia Laia, tengo 103 años, pero parezco de 13 años, me mordieron cuando tenía 9 años, eso era ilegal , o más bien es ilegal; pero los Vulturis nunca se enteraron de nada, yo crezco, y lo hago porque tengo . . . un don especial. Yo soy una vampira orani, soy la única que hay, los vampiros orani, tenemos la habilidad de habilidades, en otras palabras, tenemos muchos dones; yo, hasta ahora conozco solo un par de los miles que tengo. Puedo leer la mente, ser un escudo, duplicarme, ect, ect. Pero, no está muy bueno ser asi, porque, ningún vampiro sabría que soy de los suyos, mi piel no es pálida. Mis dones son muy útiles para cazar, yo cazo animales desde la primera vez, mi padre, me había enseñado a tener respeto por la vida humana; mi padre murió, al salvarme de los Vulturis, lo cual me lleva a otra cosa espeluznante de ser asi. Aro esta obsesionado con migo, quiere arrastrarme hacia su ejercito, es muy aterrador.
Vivía en un bosque que no se muy bien en donde estaba ubicado, por que no me permitían salir de ahí, ahora , creo que estoy en un pueblito llamdo Forks; estoy segura de que hay algún clan de vampiros que pueda ayudarme, después de todo, es el lugar mas húmedo que hay en los Estados Unidos. Asi que debo inscribirme en el instituto, para encontrarlos. Nunca había ido a la escuela, no hablaba mucho con los humanos, no sabía nada de ellos, excepto todo, sabía todo lo que pensaban, sabía todo sus recuerdos, lo que les gustaban. Absolutamente todo.
