Momentos para nosotros

By: Tommy Hiragizawa.

Los personajes no son míos, son de Higuri Yuu y no tengo intención de obtener nada a cambio por esta historia además de sus reviews.

N/a: Gracias a todos los que estén leyendo esto, en verdad espero que les guste. Es la primera vez que escribo algo sobre Gakuen Heaven, pero me ha dado mucha ilusión escribirlo. Será una serie de historias cortas sin relación, donde las parejas pueden cambiar. A lo mejor aparecen varias parejas diferentes con Keita, por ejemplo, pero la mayoría serán las parejas que más o menos quedan marcadas en la serie.

Me encanta en especial Takuto, así que comienzo por él.

Disfruten de la lectura.

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Takuto Iwai & Koji Shinomiya

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Después del incidente en la fiesta de bienvenida de Itou, Takuto comenzó a preguntarse cuan evidente era su amor por su mejor amigo. Si bien siempre había sentido algo por él, nunca pensó que fuese algo que los demás llegaran a notar. Pero cuando estaban buscando a sospechosos y acusaron a alguien a quien le gustara mucho el chico de cabellos oscuros, al primero que culparon fue a él.

Tal vez hasta fuese evidente para el mismo Koji y prefiriera ignorarlo y dejarlo todo como estaba, siendo buenos amigos. Koji Shinomiya era un chico serio, especial a su manera y talentoso, y él en un principio había sentido muchos celos de él. Shinomiya era casi tan serio como podía serlo él mismo, pero aún así no se perdía en su interior como sucedía con él. Koji mantenía su relación con la realidad.

Pero desde que se volvieron amigos, Koji no solo había mantenido eso, sino también había sido su propio soporte y conexión con el mundo real. Y después de haberlo celado, llegaron los sentimientos más intensos. Se sonrojaba cuando estaban a solas por cualquier acercamiento y se emocionaba cuando él hacía algo especial, pero nunca pensó que él hubiera notado sus sentimientos.

Se refugió de nuevo en su cama y enterró el rostro en la almohada.

Quería desaparecer.

Sólo unos días atrás Itou Keita le había devuelto las ganas de dibujar, haciendo que naciera en él el deseo de pintar algo en específico, la hermosa sonrisa que adornaba el rostro del chico cuando estaba cerca de Endo-kun. No solo por lo hermosa que era, sino para poder soñar que algún día él mismo podría sonreír de esa manera al lado de Shinomiya.

Cerró los ojos con más fuerza, pero los abrió de golpe cuando sintió que algo se movía por su habitación. Alarmado, trató de recordar si había cerrado las ventanas y la puerta, pero por mucho que quisiera convencerse de que a lo mejor era su vecino que había entrado porque dejó la ventana abierta, eso no podía ser cierto. Al llegar a su habitación había cerrado la puerta con seguro y después se había echado a la cama a pensar.

Se arrinconó a si mismo en la esquina de la cama, alejándose del peligro y poniendo como escudo a su espalda las dos paredes. Pronto comenzó a distinguir una figura a contraluz. Los rayos que entraban por la ventana no eran suficientes para distinguir su rostro al completo, pero él conocía esos rasgos de memoria. Soltó un suspiro y dejó su preocupación de lado. Agarró la almohada a la que había estado abrazado y se la lanzó en la cara.

¿Desde cuando eres violento Takuto? –

Desde que casi haces que me de un infarto – Resopló y le dio la espalda. Él no solía actuar de aquella manera, siempre era más tranquilo y no decía muchas palabras, pero esta vez, estando a oscuras y ciertamente enojado consigo mismo no midió lo que su boca soltó.

Escuchó un suspiro cansino y de pronto el peso que soportaba su cama ya no era solo el suyo. El colchón se hundió bajo las formas de su compañero que al parecer únicamente se había sentado a su lado. Si eso lo había sorprendido de por sí, casi da un salto cuando sintió que las manos grandes y gentiles le acariciaban el cabello.

Tenía que venir antes de que se me atrofiara el cerebro – Se rió ante sus propias palabras y él le siguió aunque no entendía de qué hablaba.

Demasiado tarde –

Baka – pero siguió acariciando su cabello, dejando que sus dedos poco a poco comenzaran a acariciar también la piel de su mejilla.

Un escalofrío recorrió por completo el cuerpo de Takuto por su toque y se revolvió hasta quedar en posición fetal. Aquella reacción hizo más espacio en la cama y le dio la oportunidad a Koji de recostarse amoldándose a las formas de su amigo.

Tenía que venir y asegurarme de que es verdad lo que todos creen - la voz en su oído, con el aliento golpeando la sensible piel de la zona envió sensaciones exquisitas a todo el cuerpo del de cabellos rubios-castaños. Si hubiera sido Ou-sama quien lo abrazaba hubiera sonreído con suficiencia sabiendo la respuesta a sus dudas sin necesidad de una respuesta, pero no era él, era Koji. – Dime la verdad, por favor – Aquello sonó como un ruego, y en verdad es que Shinomiya si se lo estaba rogando. Tenía suficiente tiempo rompiéndose la cabeza con lo mismo como para querer seguir dándole largas. - ¿En realidad sientes algo por mí? –

Cla… Claro – Tartamudeo por los nervios, esperando que esa fuera una respuesta suficiente para Koji, pero sabía que no lo sería y que solo estaba retrazando lo inevitable.

Pero quiero saber si sientes algo por mí además de la amistad… ¿me amas Takuto? –

Pasaron cinco segundos y no había una respuesta que llegara a los oídos de Shinomiya. Apretó los brazos en torno a la figura delgada de Iwai y recargó la frente en su nuca.

Yo… - vaciló en si decirlo o no – estaba tan feliz cuando todos coincidieron en que tu sentías algo por mí que me olvidé de lo que había provocado todo. Pero terminó siendo el gato… - Suspiró y se preparó para volver a hablar - Y hubiera preferido que hubieras sido tú. Yo no quería besar indirectamente al gato –

Sus palabras tardaron en taladrar en la mente del pintor, pero cuando lo hicieron sintió como si una gran marea de calidez lo hubiera inundado. Koji se le estaba declarando, muy a su forma, pero se estaba declarando y él, como siempre, no sabía que decir.

Y tal vez tu no sientas esto Takuto, pero necesito saber si tengo esperanza… di algo por favor –

E iba a soltar un sollozo, pero todo se volvió demasiado sorprendente para él cuando el cuerpo al cual se amoldaba se dio la vuelta y se acomodó mejor. Esta vez, la cabeza de Takuto estaba al nivel de su pecho, mientras él trataba de esconder su mirada de los ojos violáceos.

Te amo Koji – Murmuró apenas audiblemente, pero lo suficientemente fuerte como para que fuese escuchado.

Esta vez fue Shinomiya quien no podía decir nada, así que atinó a abrazar con más fuerza el cuerpo entre sus brazos. Sentía que Takuto temblaba, a la espera de sus palabras, pero no lograba salir de su impresión.

Gracias – dijo al fin, mirando tiernamente la cabeza que se hundía en su pecho y el cuerpo que se acurrucaba junto al suyo.

Pasaron en esa posición unos minutos hasta que una idea vino a la cabeza de Takuto.

No esta bien que un alumno entre a las habitaciones de otro cuando ya de dio el toque de queda – miró a los ojos a Koji - ¿debería acusarte con el Jefe de dormitorios? –

Tal vez – hizo como si tuviera miedo – debe ser terrible ese chico – Takuto rió un poco.

Sí, todo el mundo le teme cuando se enoja –

¿tú le temes? –

Jamás – le sonrió dulcemente – lo amo demasiado como para sentir otra cosa por él –

Entonces supongo que si el Jefe de dormitorios le pidiera que fuera su novio usted no se opondría, ¿verdad? –

Una sonrisa bailó en los labios de Iwai y sus ojos brillaron para el arquero de una manera que nunca había visto y deseó que nunca lo dejara de mirar de aquella forma.

Eres tan hermoso –

Se acercó de a poco, sin dejar de mirar sus ojos hasta el último momento, cuando Takuto ya había cerrado los suyos bajo la expectación. Sonrió y delineó sus labios con la lengua, pidiéndole permiso para entrar a su boca y saborear todo lo que sabía Takuto había atesorado desde siempre. Un gemido que abandonó los húmedos labios de Iwai le dio la oportunidad de ello.

Primero los labios encajaron unos contra otros y comenzaron a bailar con torpeza a un compás que apenas sabían llevar, pero poco a poco fue volviéndose familiar y ellos más confiados a la hora de realizar su interpretación. Takuto llevó las manos al cabello de Shinomiya y Koji dejó que sus manos enmarcaran los costados del cuerpo de Takuto hasta que se instalaron en su cintura para acercarlo aún más.

Llevado por la pasión del momento el de cabello castaño agarró las solapas del traje de su compañero y jaló de él hasta que tuvo su cuerpo sobre el suyo. Sentir que ese cuerpo que sabía estaba tonificado y esculpido por el ejercicio lo dominaba lograba que sus más grandes fantasías salieran a flote. Sintió que una sonrisa se formó en los labios que estaban pegados a los suyos y como estos intentaban separarse para hablar, pero logró jalar nuevamente de él para evitarlo y esta vez con el encuentro de sus labios, también vino el encuentro de sus lenguas.

Ambos sabían que un humano no tenía alas, por lo tanto no podían volar, pero esa sensación, la que les llenaba al estar así, uno contra el otro y expresando todos sus sentimientos con solo unir sus labios, besándose por primera vez hacía que creyeran que todo era posible, hasta volar sin alas.

Fin.