Jamás superaré el dolor emocional que Infinity War me causó, he dicho.
It wasn't love
(it was sorrow, pain and darkness)
Eso no era amor, jamás lo fue. Esos eran los pensamientos de Gamora mientras caía por aquel precipicio. Sus manos pedían auxilio a quien fuera tuviera piedad en ella, alguien que viera cual crueldad se estaba llevando a cabo en Volmer (aquel lugar donde nacería una nueva gema del alma y era la cuna de la muerte); pero nadie iba por ella. Gamora sabe que es inútil pedir por lo inexistente, su destino era este.
Caer.
Caer.
Caer.
Quizás si la caída fuese más rápida no dolería tanto, pero su castigo era caer a lentitud mientras el hombre que más dolor le ha traído está en la cima de pie, mirándola con dolor según él. Con amor, como había actuado al momento de lanzarla por el precipicio. Pero no. Ese no es amor. Lo que Thanos sintió por ella jamás lo fue. Fue algo enfermo, horrible. La hizo su herramienta favorita.
No quiere que lo último que vea antes de sentir el fuerte golpe sea su rostro (ese que tantas pesadillas le ha traído), por lo que sabiendo cual será su inevitable final cierra los ojos. Y por un momento se deja imaginar que esta es otra más de sus pesadillas. Que justo ahora está en algún otro planeta junto a su familia, los guardianes. Que Nebula los ha alcanzado allá también y ponen música mientras miran las estrellas gigantes. Se imagina por un momento a Rocket y Drax bromeando como siempre mientras Mantis finge entender las bromas, Groot estaría sentado jugando aún con su videojuego.
Y Peter, oh Peter. Él la tomaría de la mano y la llevaría a un sitio alejado para poner una canción lenta e invitarla a bailar. Le abrazaría su cintura y ella estaría tentada de acabar el baile con un beso.
Porque ese era amor. Aquel que venía de la mano con una familia y un amante. Aquel que le calienta el corazón y la hace sentir gozo. Un amor sincero, que siempre estaba ahí para ella. Un amor que la aceptó tal cual era. El único amor que contaba para Gamora.
Por eso cuando Thanos la miró con aquellos ojos tristes, ella supo inmediatamente que decir.
Esto no es amor. Porque el amor que Thanos decía tener solo le traía dolor, tristeza, ira, terror. La hacía sentir una niña pequeña que lo único que quería era el consuelo de su madre. La hacía sentir una hormiga a la que él podía pisotear. Su amor era un cuchillo y ella era el blanco de el. Y cual cruel fue la vida con ella. Su mayor temor se hizo realidad. Y ahora iba a morir por la mano del hombre que más odiaba en el universo; cuanto habría dado porque el arma de Peter la hubiese matado cuando tuvo la oportunidad, al menos habría muerto por la mano de alguien a quien ella amaba.
Pero no así.
Caer.
Caer.
Caer.
Y Gamora ya no sabe cuanto tiempo le queda. Quizás minutos, quizás segundos. Pero ya no importa porque el final es inevitable.
Yo también te amo. Le había dicho Peter, y ese era su consuelo; porque su amor era bueno. Era real y correcto. La hacía sentir fuerte y segura.
Lo siento, pequeña. Pero las palabras de Thanos hacia ella borraron su último recuerdo precioso del amor verdadero.
Golpe.
(a lo lejos, una gema nació).
N/A: hay que patearle el trasero a Thanos.
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