El paisaje estaba completamente cubierto de nieve, todo era muy frio y sobretodo lúgubre. Cadáveres y sangre teñían el lienzo blanco. Las casas de alrededor estaban destruidas y aún salía fuego de alguna de estas. Mi cuerpo ya no resistía más, no sentía mi brazo izquierdo y mi pierna tenía una herida muy grande y profunda, era mi fin. Caí inerte en la nieve, mi respiración era muy lenta, sabía que faltaba poco para que la parca reclamara mi alma. En mi rostro sentía los copos de nieve que poco a poco empezaban a descender; esta nieve era tan fría como la última vez que te vi.

Te fui a buscar a tu casa, saliste muy asustada porque era la primera vez que me veías entrar de día a esos territorios. Mientras nosotros nos congelábamos en el patio tu padre y tu primo, desde las ventanas de arriba, nos veían de forma amenazante. Pero no nos importaba solo queríamos estar juntos ya que esta sería la última vez que nos veríamos en esta vida terrenal. Tu lloras amargamente y mi abrazas como queriendo que me quede, ¿Pero por qué no me lo dices? Sabes que si me lo pides yo me quedo contigo y si es posible escaparíamos para alejarnos de tanto dolor y sufrimiento, sabes que yo no quiero ser parte de esta estúpida guerra, pero no me lo pides

¿Si tanto dices amarme, porque me dejas ir?

Poco a poco empezamos alejarnos de la aldea y nos dirigimos a la colina cubierta con nieve, estuvimos mucho tiempo ahí sentados, pero tú no decías nada, estabas como ausente. Cuando la última hebra del sol desapareció empezaste a llorar de nuevo, pero seguías sin decir una palabra ¿Por qué no me lo dices? Dime qué quieres que me quede a tu lado ¡Dímelo!

¿Si tanto dices amarme, porque me dejas ir?

Recuerdo aquella gélida despedida, tu rostro emanaba lágrimas cristalinas, y en tu mirada se reflejaba todo el dolor que sentías, me despide dándote el último beso, no me importo que toda esa gente nos viera, para mí solo estábamos tú y yo.

Te extraño, quiero sentir de nuevo el calor que emana tu cuerpo y sobre todo quiero ver tu rostro cuando me dices que me amas. Pero no puedo, mi tiempo ha llegado a su fin, no espero ser enterrado con honor pero quisiera ser enterrado cerca de mis padres y de mi hermano.

¡Adiós mi bella dama! ¡Nos veremos en la otra vida! Espero que seas feliz por los dos y que cuides a nuestro bebe más que a nadie en el mundo.

¡Te amo! Nunca lo olvides.