— Pienso teñirme de castaña o pelirroja‒ declaró Annabeth mirando como la luna comenzaba a salir, Percy no tenía palabras. Por más que quisiera, ninguna salía (A menos que se pudiera hablar a base de balbuceos)
¿Imaginarse a Annabeth sin ese hermoso cabello rubio que le encantaba? Nunca. Intentó articular unas palabras en vano, solo salían balbuceos que lo hacían quedar como estúpido (Cosa que quería evitar)
— Estoy harta que piensen de mi como "Una rubia tonta"‒ dijo, haciendo énfasis en la última parte, aclarando la duda del hijo de Poseidón
— P-pero… Eres la hija más inteligente de Atenea, bueno que está viva…
Los parloteos sin sentido de Percy tratando de levantarle el ánimo la hicieron reír (Más bien un pequeño bufido que se traducía de alguna forma como una risa). Annabeth se acercó y le dio un beso en la mejilla
— Supongo que mis parloteos sin sentido no alcanzan para un beso en los labios‒ rió Percy mientras se rascaba la nuca
Annabeth lanzó una leve carcajada que se reducía a un "ja", se acercó tanto que el aliento de Percy y el de ella se mezclaban, pero antes de tocar sus labios Annabeth se alejó y con burla le dijo:
— No, no alcanza.
Percy la miró decepcionado por no obtener su beso, luego la mirada de Annabeth se volvió perdida, recordando lo que le había dicho al principio
"Pienso teñirme de castaña o pelirroja"
—¿Sabes? creo que…‒ Percy tomó uno de sus mechones y comenzó a olerlo‒Tu cabello rubio es hermoso ¿Alguna vez te eh dicho que las rubias me vuelven loco?
Annabeth lo miró con una ceja levantada, Percy se dio cuenta al instante
— Rubias, de ojos grises‒ corrigió asustado mientras la veía tocar su cuchillo, la mirada de Annabeth se volvió a clavar en el‒ Rubias de ojos grises, hijas de Atenea…‒ de nuevo la mirada en él‒ Rubias de ojos grises, hijas de Atenea… eh… ¿Qué hayan tenido el peso del mundo en sus hombros?
Annabeth rió y le dio un pequeño beso en los labios, Percy sonrió complacido y volvió a tomar el mechón de Annabeth
— El color de cabello rubio me encanta, parece el sol en uno de sus esplendores, tu cabello casi parece hecho de oro. Por eso me encanta, además: todos los hijos de Atenea, la diosa de la sabiduría son rubios, no creo que las rubias no son tontas.
