Los personajes de Harry Potter son obra de su autora J. K. Rowling
Capítulo 1
Un nuevo comienzo
Harry Potter se encontraba sentado en el patio central de Hogwarts, aún era de madrugada, sólo que él no había logrado conciliar el sueño y había salido a tratar de pensar un momento y así quizás recuperar parte de su descanso. Miró el cielo en lo alto, aún se veía algo oscuro, una pequeña gotita de lluvia le cayó directo en la mejilla. Harry sonrió sin muchos ánimos. Bajo nuevamente la vista hacia el lago negro, lo encontró tan apacible, no pareciera que en su interior se ocultarán tantos peligros. Se encontraba con la mente sumergida en tantos pensamientos, levantó su mano y abriendo el puño dejo ver una pequeña pulsera de estambre; la cual había sido un regalo de Ginny, su novia. Harry suspiró al recordarla, su rostro era tan apacible como el de su madre, Lilly. Además, Ginny tenía un fuego en su interior que la hacía verse viva y llena de energía, Harry sonrió recordando a su madre cuando gracias al pensadero, pudo verla nuevamente. Ginny le recordaba tanto a ella, pero ahora, la hija menor de los Weasley estaba muerta, todo por culpa de la odiosa de Bellatrix. Voldemort ya le había arrebatado todo cuánto quería, primero sus padres (los cuales eran su única familia), después fue su amigo Cedric, tiempo después Sirius fue muerto por Bellatrix. Y antes de la guerra también le habían arrebatado a Dumbledore y ya dentro de la batalla, vio como murió Lupin, Fred, y algunos otros de sus compañeros. Harry suspiró mientras una lágrima le corría por la mejilla marcando en su rostro un suave camino salado de amargura.
-Harry… -oyó a sus espaldas y rápidamente se limpió las lágrimas para levantar el rostro. Se encontró la mirada preocupada de su inseparable amigo Ron, quien lo veía muy mortificado- … ¿estás bien?
-Sí Ron… -le dijo mientras le sonreía (sin ganas) para tranquilizar a su amigo. Ronald se sentó a su lado, viendo también hacia el lago como lo hacía él.
-Cuántas cosas han pasado… ¿no Harry?
-Así es… no entiendo como en un solo instante, hemos perdido a tanta gente querida Ron.
-Lo sé, mi madre está desecha por la muerte de Fred y… -hizo una pausa pues sabía que Harry aún estaba muy dolido por la muerte de Ginny- bueno, también Percy está muy dolido por lo que pasó y además, creo que George ya no es el mismo… lo extraña, los extraña…
-Todos los vamos a extrañar –le dijo melancólico- pero entiendo que George tenía más lazos con Fred que nadie más… a excepción de tu madre.
-No lo entiendo, deberíamos estar contentos porqué Voldemort ahora ha muerto, pero…
-¿Sientes que no lo estás, verdad? –le preguntó Harry observando a Ron cómo al parecer trataba de contener las lágrimas. Los ojos esmeraldas de Potter también se humedecieron y pasándole el brazo por la espalda, trato de confortarlo- … yo también me siento triste Ron. No he podido sentirme feliz por que todo haya acabado ya, es decir, tantos amigos que murieron, tanta gente querida…
-Harry… -lo miró el pelirrojo con un gesto de tristeza, aunque había logrado controlar el llanto, aún algunas lágrimas estaban marcadas por sus pecosas mejillas-… yo sé que tú fuiste quien perdió más en esta guerra, Voldemort ha acabado con toda la gente a la que tu amabas…
-No acabo con toda, Ron… -le dijo mientras le trataba de sonreír y se tragaba un sollozo- aún los tengo a ustedes, a tu familia, a Hermione… no me siento tan solo…
-Ginny te amaba mucho…
-Yo lo sé Ron… -le sonrió- gracias.
Ron se puso de pie y sacudiéndose el pantalón volvió la vista hacia Hogwarts, lucía tan mal que ya no se veía tan imponente como años antes cuando apenas se les repartía en las diferentes casas. Casi sintiendo los pies de plomo, Ronald se dirigió de nueva cuenta hacia el Gran Comedor en donde se encontraban casi todos los que habían participado en aquella batalla. Encontró a su madre hablando con Hermione, mientras George parecía reunir todas las pertenencias para partir ya de Hogwarts. Molly vio venir a Ron y le sonrió compungida al ver el rostro triste y lloroso de su ahora, hijo pequeño (aunque ya contaba con suficiente edad para no ser un niño). Le tendió los brazos y aunque en otra situación al pelirrojo le hubiera dado pena con su reciente novia Hermione, se abrazó al pecho de su madre sintiéndose protegido en esa cálida muestra de amor. Las puertas del Gran Comedor se abrieron dejando entrar a Harry quien al ver esa escena, deseo con todo su corazón que su madre estuviera viva y que también lo abrazara protegiéndolo de todas esas cosas horribles por las que había pasado. Suspiró y tomando fuerzas, se acercó hacia Molly y su familia.
-Harry… -le llamó Molly también tendiéndole los brazos, Harry no se hizo del rogar y se abrazó también de ella. Molly acariciaba el cabello azabache del joven hijo de los Potter, sabía que de todos, él era quien más había perdido en ese combate- … prepara tus cosas Harry, nos vamos a la madriguera.
-Yo…
-Vamos… no digas nada –le sonrió- estaremos muy contentos de que estés con nosotros, eres parte de nuestra familia Harry, no se te olvide.
-Gracias Sra. Weasley… -le sonrió Harry mostrando en sus ojos esmeraldas un brillo de agradecimiento.
-No tienes porqué llamarme así, Harry, llámame Molly.
-Bien… gracias.
La madre de Ron se dirigió hacia sus otros hijos para que la ayudaran a cargar las maletas llenas de las pocas cosas que habían ocupado durante esa noche y las amarraran al pequeño carrito de metal para llevarlas consigo y partir pronto del castillo. Hermione sonrió viendo a Harry y a Ron algo pensativos, puso una mano sobre el hombro de Harry, llamando así la atención de ambos chicos.
-Quién fuera a decir que todo acabo…
-Lo sé –sonrió el pelinegro- tu irás también a la madriguera, Hermione?
-Tal vez lo haga dentro de unos días Harry, primero quiero pasar un tiempo con mi familia. Han pasado muchas cosas en estos días y los he extrañado bastante.
-Me imagino.
-De todas formas les voy a estar escribiendo, y así también les aviso cuando me dirija hacia allá¿les parece?
-Claro, está muy bien.
Hermione sonrió y fue hacia su ahora novio, le tomó el rostro entre sus manos y le dio un tierno beso que hizo sonrojar a Ron. La castaña lo miró con un dejo de ternura en sus ojos y después de acomodarle el cabello tras la oreja, le tomó ambas manos.
-Ron… te voy a escribir en estos días¿tú también lo harás?
-Por supuesto… -le sonrió.
-Bueno… -le devolvió la sonrisa y volviendo la mirada ahora hacia ambos chicos, los miró como si fueran unos niños- traten de olvidar todas estas cosas tristes que pasaron; vamos a extrañar mucho a nuestros amigos, pero ellos se sacrificaron porque todos tuviéramos una vida libre en este mundo. Tenemos que recordarlos cuando aún estaban en vida y que todos estábamos juntos y felices.
-Es fácil decirlo… -le dijo Harry viendo hacia el piso. Se sentía culpable por la muerte de todos sus amigos, incluyendo a su querida novia Ginny. Sabía que habían peleado por él, por Harry Potter.
-Harry… -le colocó de nuevo la mano sobre su hombro- gracias a ti, Voldemort ya no existe… ahora podremos vivir en paz.
Harry no dijo ni una sola palabra, se sentía muy triste en verdad. Recordaba a todos sus amigos ahora muertos, no podía evitar el seguir sintiéndose culpable por aquellas muertes. Molly después de haber ayudado a George y a Percy a reunir sus pertenencias, volteo hacia los chicos. Sonrió tristemente, su corazón aún se encontraba maltrecho por la muerte de sus hijos; pero no deseaba poner más tristes a los chicos, en especial a Harry. Sabía que seguramente se encontraba devastado tras la muerte de tantas personas que fueron importantes para él, porque tal parecía que Voldemort se había propuesto no dejar con vida a las personas a las que Harry amaba. Molly trataba de hacerse fuerte y de esta manera, darles ánimos a sus hijos. Sonrió al ver la carita pecosa triste de Ron, y la forma en que Hermione trataba de consolar a su ahora novio. Luego volvió la vista hacia Harry, él se había quedado sólo, no tenía a nadie que lo consolará de esa forma en que lo hacía la castaña de Granger para con su hijo Ron. Molly suspiró con amargura, no era justo el que Harry siendo tan joven, ya hubiera experimentado tantas muertes tan dolorosas y estuviera enfrentándose solo a todo eso.
-Chicos… es hora de irnos –les dijo, se adelantó y abrazó a Hermione despidiéndose de ella- me despides de tus padres.
-Claro Sra. Weasley –le sonrió la castaña. Harry se acercó a su amiga y después de darle un abrazo le sonrió.
-Te veremos entonces en unos días más Hermione –le dijo- cuídate y descansa.
-Lo haré Harry –le sonrió- tu también hazlo, y traten de no darle tantos dolores de cabeza a la Sra. Weasley –les dijo en son de broma. Harry le sonrió para después irse al lado de Molly. Hermione dirigió ahora su mirada hacia el pelirrojo que la veía algo apenado y a la vez con amor en los ojos. La castaña sabía que Ron estaba apenado ante su madre y seguramente no la besaría delante de ella, así que fue Hermione quien tomó la iniciativa. Abrazó a Ron con tanta fuerza que pareciera ya nunca más lo fuera a ver, Ron le correspondió el abrazo recargando su cabeza sobre el hombro de la chica, podía aspirar el ligero aroma a fresa de su shampoo. Hermione se despegó un poco del pelirrojo y viéndolo a los ojos le sonrió dulcemente. –Ron, te veré pronto… iré a la madriguera sólo pase un tiempo con mis padres.
-Claro Hermione –le sonrió apenado el pelirrojo ante la mirada incesante de su madre- te estaré esperando.
Hermione besó los labios del pelirrojo, mientras éste trataba de quitarse una poca de timidez de encima y también besaba a la chica con un tinte de pasión. Harry veía la escena y aunque le daba alegría por sus amigos, se sentía sólo. Molly lo noto en seguida y pasando su brazo por la espalda de Harry, lo encaminó hacia donde se encontraban sus demás hijos.
-Vámonos Harry –le sonrió- Arthur nos estará esperando en el tren.
-Sí Sra. Weasley.
-Harry… ¿qué pasó con lo que te pedí?
-Lo siento –sonrió algo apenado- no volverá a suceder, Molly.
-Así me gusta –le guiñó un ojo y después de tomar el carrito con sus maletas, caminaron saliendo de Hogwarts rumbo a la estación, mientras Ron le daba un último abrazo a su novia y corría tratando de alcanzar a su familia. Hermione los vio partir a todos juntos, los Weasley junto a Harry; sintió tanta añoranza que comenzó a llorar también. Habían pasado tantas cosas juntos y al parecer ese ahora era el final. Vio sus siluetas a la distancia como se iban haciendo cada vez más pequeñas hasta desaparecer completamente a lo lejos. Hermione suspiró tristemente, miró con melancolía aquel edificio; ya no irían a estudiar más ahí. Habían acabado sus años de estudio y éste último año había tomado a lugar la guerra, por lo tanto no cursaron sus últimos estudios. Aunque había aprendido mucho con aquella batalla, sabía que extrañaría el ir a clases todas las mañanas, el sentarse en su querida mesa de Gryffindor mientras veía como Ron se atragantaba con tanta comida mientras Harry seguramente seguiría tan distraído como siempre. Se limpió las lágrimas de sus ojos y tratando de sonreír, tomó su maleta y partió también de Hogwarts hacia dónde sus padres la esperaban para ir a casa.
Molly, George y Percy caminaban adelante algo pensativos y conversando a ratos. Ron y Harry venían atrás de ellos, algo silentes y distraídos. El pelirrojo volteo a ver al de ojos verde esmeralda, se le veía tan serio y pensativo, que Ron trató de levantarle el ánimo. –Llegando a la madriguera, podemos jugar un rato quidditch Harry…
-Te lo agradezco Ron, pero no tengo ganas de jugar…
-Sí, de hecho yo tampoco tengo muchas ganas de hacerlo –le dijo sonando cansado, levantó la vista y vio que ya comenzaba a salir el sol. Sonrió- ya está amaneciendo Harry.
Potter levantó la vista también, vio los primeros rayos del alba iluminar su rostro y reflejarse en el vidrio de sus anteojos. Sintió un pequeño destello de satisfacción en su interior, deseaba con toda su alma que las cosas mejoraran para bien de él y de todos. Volvió su vista hacia su pelirrojo amigo, éste se encontraba también viendo el sol a la distancia frente a ellos; Harry sonrió. El cabello de Molly parecía brillar como hebras de cobre debido a la luz del sol, Potter volvió a sentir una sensación de bienestar interior al imaginarse estar ya en la madriguera al lado de sus amigos. Sabía que no estaba completamente solo, aún contaba con sus amigos, los Weasley y con su inteligente y gruñona amiga, Hermione Granger.
Llegaron a la estación del tren, ya ahí se encontraba Arthur esperándolos. Acababa de llegar directamente del Ministerio, vio venir a su familia junto con Harry, y aunque éste no fuera hijo de él, para los Weasley era como si lo fuera. Arthur sonrió melancólico al verlos venir caminando hacia la estación; se adelantó y ayudo a Molly con la maleta -¿no tuvieron problemas para llegar?- les preguntó.
-No, ninguno Arthur –sonrió Molly- él único problema era tratar de separar a tu hijo de Hermione…
-No es verdad! –se defendió Ronald muy apenado ante su padre, Harry y los demás chicos sonrieron al ver la reacción del pelirrojo- yo no abrazaba a Hermione… ella era la que no me soltaba…
-Ah vaya… -trató de no reírse Arthur- es bueno saberlo.
-Cálmate Ron –le dijo George- ¿seguro que no echaste a Granger a tu maleta?
-Cállate George! –Percy, Harry y el único gemelo que ahora quedaba comenzaron a reír ante los enfados cómicos de Ronald Weasley.
La familia completa entró al tren, Molly se sentó con Arthur mientras Harry y Ron se sentaban junto a George y Percy en una cabina. –Creo que ahora la casa va a sentirse más sola- dijo Ron algo cabizbajo.
-Ya lo sabemos –dijo George- hemos dejado muchas cosas atrás, en Hogwarts…
-Sí… y no podemos recuperarlas –dijo Percy recordando a su hermano, había perdido tanto tiempo trabajando para el Ministerio, poniéndose en contra hasta de su propia familia que ahora que por fin había abierto los ojos y había luchado del lado de Harry, había perdido a uno de sus hermanos; lo peor fue que había muerto en sus brazos. Esto para Percy era algo devastador, Harry nunca había visto a los hermanos Weasley tan tristes como esa vez. Bajó la vista hacia sus zapatos.
-Al menos podemos tener de vuelta una vida tranquila desde ahora –dijo Ron viendo que todos estaban muy decaídos- ahora que Voldemort murió podremos estar más tranquilos y no estar preocupándonos siempre por si algo malo nos ocurra. Ya se acabaron esos días en los que mamá se preocupaba cuando no nos encontraba, o cuando mi padre no llegaba a casa…
-Tal parece Ron –le sonrió George- sólo que no podemos desestimar el hecho de que aún queden algunos mortífagos sueltos, dispuestos a dar batalla… aunque ya el decirlo sería aventurarse mucho. No podrían hacer nada, solo cosas mínimas.
-Sí, estoy seguro de ello –dijo Percy- además, han de estar muy ocupados ocultándose del Ministerio y los aurores para que no los encierren en Azkaban.
-¿Qué crees que vaya a pasar con los Malfoy? –preguntó Harry al escuchar la palabra "mortífago".
-Seguramente encerrarán a Lucius, mientras a Narcissa quizás le pongan una buena cantidad de multa para que pague por todo lo que hicieron. Tal vez hasta queden en bancarrota. ¿Te imaginas? Los Malfoy, después de tanto tiempo ser la familia más poderosa del mundo mágico, ahora quedar convertida en nada.
-Se lo tienen merecido… -dijo Ron molesto, Harry por su parte pensaba en ese instante en que Narcissa dijo al tenebroso que Potter estaba muerto, cuando la realidad era otra. Quizás Narcissa lo ayudó, sin embargo, Harry sabía que lo había hecho por Draco.
-Bueno, en realidad no sabemos qué motivos hayan tenido para hacer lo que hicieron… -les dijo Harry a lo que Ron y George le pusieron unas miradas incrédulas- no sabemos de qué clase de amenazas se valga Voldemort para dar sus órdenes.
-De todas formas, Harry –le dijo George- lo que hicieron estuvo mal. ¿Porqué en lugar de obedecer a Voldemort, no buscaron protección con Dumbledore?
-No sé…
-Vamos Harry –siguió diciendo el pelirrojo- todos sabemos que Lucius era el más allegado a Voldemort, bueno, no tanto como Bellatrix.
-Dejemos de hablar de los Malfoy –pidió Ron- no tengo ganas de hablar de ellos.
-Estoy con Ron –opinó Percy- dejemos de hablar de los mortífagos y todo lo demás, ya quisiera olvidar todo esto.
Harry levantó la vista hacia la puerta de su compartimiento, pudo ver como Molly parecía tener una conversación muy importante con Arthur. Potter hubiera deseado averiguar acerca de lo que hablaban, pero en realidad ya no tenía tanto humor para seguir investigando. Cerró los ojos y fue quedándose dormido en el asiento, mientras Ron le hacía compañía y haciendo lo mismo, se quedó dormido también. Llegaron cuando los últimos rayos del sol comenzaban a lucir más apagados, Molly abrió la puerta del compartimento observando con ternura a los muchachos dormir… a sus hijos. Con cuidado comenzó a despertarlos esta vez, sabía que seguramente estarían muy cansados después de aquella guerra a la que tuvieron que enfrentar.
-Ron… Harry… -llamaba casi en susurros- George… Percy…
-¿Ya llegamos? –preguntó Ron tallándose los ojos algo adormilado y viendo hacia la ventana del tren como ahora el panorama lucía algo oscuro.
-Sí, acabamos de llegar, dense prisa para poder llegar a la madriguera antes de que se haga más noche.
-Sí… -dijo Ron mientras se acababa de despertar y veía como Harry al parecer ya se había avivado completamente. Pensaba en cómo era posible que después de haberse enfrentado directamente a ese ser horripilante como lo era Voldemort, aún Harry podía verse entero? Fue cuando pensó que seguramente el ojiverde estaba tan devastado como él, quizás aún más, sin embargo trataba de mostrarse animoso para con ellos. Ron estaba seguro de que era muy factible el hecho de que Harry trataba de no mostrarse como una carga para su familia ya que a diferencia de Ron, Harry no contaba con ningún familiar o con alguna persona que lo hiciera sentir en confianza y aliviado, tal como lo hacía una madre, un padre o quizá un hermano. El pelirrojo sintió un poco de angustia hacia su amigo; así que de ahora en adelante Ron trataría de animar a Harry y ser para él como un hermano. Sonrió y dio una palmada a la espalda de Harry, quien volteo a verlo extrañado- listo para ir a la madriguera Harry?
-Claro Ron –Harry le sonrió encontrando bastante cambiada la actitud del pelirrojo- veo que te levantaste de muy buen humor.
-Oh vamos… claro que no… -sonrió de oreja a oreja.
-Opino lo mismo que Harry –dijo Percy viendo extrañado también aquella actitud de su hermano- antes de subir traías una cara y ahora que te has despertado estás muy risueño.
-Quizás tuvo unos "bonitos sueños" con Granger –se rió George haciendo que el pobre de Ron lo mirara muy indignado. Y después de darle un golpe en el brazo con el puño cerrado, Ron sonrió satisfecho.
-Vámonos Harry, ya nos han de estar esperando mis padres afuera del tren.
-Claro –dijo el pelinegro mientras aún veía divertido la cara dolorida de George, la mirada burlona de Percy y el rostro sonriente de Ron a su lado. Quizás ahora sí la vida iba a tener un verdadero significado para Harry, tal vez ahora todo pintaría de un mejor color. Bajaron del tren y junto a Molly y a Arthur partieron hacia la madriguera en el viejo automóvil "muggle" de los Weasley, mientras Harry observaba a través de la ventana sintiendo una paz en su interior.
