Infortunios
Disclaimer: El Potterverso le pertenece a J.K. Rowling.
Para el reto "Twittero" del foro "La Sala de los Menesteres".
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Rowena Ravenclaw
Sumida en la oscuridad se hallaba la estancia en la que se encontraba la gran Rowena Ravenclaw. Tenía en las manos el cofre vacío que una vez contuvo una magnífica diadema. No fue siquiera capaz de llorar la ausencia de su hija. Había enviado al Barón a buscarla hacía ya mucho tiempo, pero no perdía la esperanza de volver a verla. Con o sin la diadema.
Esa diadema no había hecho más que sembrar la discordia entre ellas.
Transmitía sus conocimientos a nuevas generaciones. Había compartido sus secretos con Helena que, sin embargo, creía estar siempre a su sombra.
Una brillante luz iluminó la estancia, provocando que Rowena volteara a mirar.
—Perdóname madre.
Rowena sonrió tristemente a la arrepentida figura gris perla de su hija, que flotaba a escasos centímetros de ella. Y solo en ese instante, se permitió llorar.
