Hace mucho cuando yo aún era un niño, recuerdo haber que caminaba con mi madre por las calles de la gran ciudad, ella corría desesperada y miraba constantemente hacia tras, se le veía angustiada y respiraba agitado, pero no puedo recordar mucho tan solo tenía 5 años cuando todo eso sucedió, corrimos por un callejón cerrado llenos de cajas sucias y botes de basura, mi mama me sentó de tras de unas bolsas y me dijo
-Escúchame con atención Eren tienes que quedarte aquí, volveré por ti, tu papa se ha metido en algunos problemas pero lo vamos a solucionar-me dio un beso en la frente y barias lagrimas recorrían toda su cara- te prometo que volveré pero por lo que más quieras no salgas de este lugar
Salió corriendo muy apurada y esa fue la última vez que vi a mi madre, espere en aquel lugar por más de 5 horas con la esperanza de que mama regresara, tenía hambre y mucho frio y eso era obvio estábamos en pleno invierno, era muy irresponsable de mi parte salir de aquel lugar pero tenía que conseguir algo para comer, me levante y me asome para ver que había en las calles, lo único que se podía apreciar era niebla y no había nada de personas, Salí un poco más y volteaba a todos lados buscando a mi mama
-¿Mami? ¿¡Donde estas!? –no quería llorar, mi papa me había dicho que los hombres no lloran pero estaba asustado y quería a mi mama, comencé a llorar y me tire al suelo-
Oí unos ruidos después de un rato, era un auto que se acercaba, una camioneta negra, antes de estar lo suficiente cerca de mí, el auto se detuvo y la puerta trasera se abrió, un hombre descendía del auto, vestido con un traje negro y un gran saco de color azul marino se acercó a mi lentamente, yo sin poder reaccionar seguía tirado en el suelo, solo mirando al hombre, cuando por fin estaba a 25 centímetros de mí se agacho y me miro fijo a los ojos, vi su rostro y se veía enojado, pero sus palabras demostraban lo contrario
-¿estás perdido? – Me pregunto tiernamente y sin quitar esa cara de odio, mientras sacaba un pañuelo para que me limpiara las lágrimas-
-mi… mi mama… donde está mi mama –le pregunte y tome el pañuelo que me estaba ofreciendo-
-no llores Eren, yo estoy aquí para cuidarte, tu mama no regresara nunca más, pero yo te voy a proteger, así que ya no llores – me tomo en sus brazos y me cargo, me llevo hasta el auto y nos subimos, le dijo al chofer que condujera y sin poder creer sus palabras sin más remedio me quede dormido-
Cuando desperté estaba recostado en una cama muy grande y el hombre que me encontró estaba sentado en una silla a lado de la cama mirándome fijamente, me senté en la cama y le pregunte su nombre
-¿cómo… te llamas?
-mi nombre es Levi –sonrió-
