Hola, quiero presentarme en el mundo de fanfiction con un primer escrito de historia Faberry. Es la primera vez que me pongo de lleno en algo como esto, soy asidua de fanfiction pero como lectora. No se qué tal se vaya a tomar este fic, lo hago con todo el cariño del mundo y sobre todo, al ser de Cataluña (España), quería leer algo que sucediese en Barcelona, así que se me ocurrió escribirla yo misma. Aún no se cuántos capítulos tendrá la historia, aún hay conceptos por limar y demás pero primero quería subir el prólogo para ver que reacción causaba y si valdría la pena seguir subiendo cosas o no, así que lo dejo en vuestras manos. Para cualquier consulta/sugerencia podéis encontrarme en /weatherman5, responderé a todas vuestras dudas.

Muchas gracias y espero que disfrtuéis tanto como yo de esta nueva aventura.

(Ni Glee ni sus personajes me pertenecen)


Canción para el prólogo: Tokyo Skyline de Urban Lights.

PRÓLOGO:

- Nunca había estado tan aterrada en toda mi vida- lo dice con un hilo de voz apenas perceptible, abrazándose así misma, mientras mira por el ventanal que permite ver la ciudad en pleno apogeo matutino.

- Por favor Quinn, eres madre, has sido arrollada por un camión, casi te quedas parapléjica y a eso le sumamos el hecho de que te convertiste en una especie de Skinhead, Dios, eras Kenny de South Park en versión McKinley- Suelta su mejor amiga con un tono sarcástico para no sentir tan terriblemente esa aflicción por saber que en breves minutos tendrían que despedirse.

- Ya, pero esto es totalmente diferente Santana, estoy a punto de iniciar un viaje que me llevará al menos un año entero, detrás de esa puerta de embarque me espera una nueva vida…- Señala la puerta con una mirada que refleja todos aquellos sentimientos previos al realizar un gran cambio en tu vida, la expectación de no saber qué te espera detrás.

- Aunque no me guste nada la razón por la cual haces esto- La mira con el ceño fruncido-Me alegro por ti, de verdad, tu mereces mucho más que este pueblucho perdido en medio de la nada. Barcelona necesita a Quinn Fabray, solo que aún no lo sabe- Un abrazo por parte de su gran amiga, su hermana del alma, sorprende a la rubia que presa de la tristeza por abandonarla, deja caer un par de lágrimas.

Las dos se encontraban en la zona previa a la puerta de embarque del Dayton International Airport, el aeropuerto más cercano a Lima que la llevaría a su nuevo destino haciendo una escala en Nueva York, al no tener vuelos directos. El día pinta nublado y oscuro, lo que parece una amarga metáfora de su propio estado de ánimo. Nunca pensó en que abandonaría su ciudad natal para cruzar el charco y, mucho menos, parar en una ciudad tan cosmopolita como Barcelona. La decisión fue fácil en su momento: acabar el instituto con el corazón roto por un amor no correspondido y si a eso le sumas que su solicitud de beca para estudiar Filología Inglesa en la Universitat de Barcelona fue aceptada, hizo las cosas mucho más sencillas en una primera instancia. Ahora no estaba segura de haber escogido la mejor opción, pero lo hecho está hecho y hay que hacer frente a las adversidades, y además, una oportunidad así no suele presentarse dos veces. Eso era lo que pensaba en esos momentos para sacar fuerzas cuando vió aparecer a su madre y a su otra mejor amiga con un par de cafés en la mano, lo que la hizo deshacer el abrazo y saludarlas.

- Quinn, cariño, perdona la espera pero la cola de la cafetería era interminable, os hemos traído dos cappuccinos- Dice la madre de la rubia mientras les tiende dos vasos de cartón de Sturbucks- Oh cielo, no llores todo va a estar bien, te encantará Barcelona!- Dice para animarla al notar los ojos cristalinos de su hija- Siempre te hizo ilusión ver la Sagrada Familia y mira, ahora vivirás justo a un par de calles. Por favor, no llores, me rompes el corazón- Le dice su madre cogiéndola por la barbilla y acariciándole la mejilla.

- Ya lo se, mamá. No te preocupes, solo ha sido la nostalgia de dejaros a vosotras dos sin mi!- Dice mirando a Brittany que rápidamente la coge de la mano para darle un abrazo tan fuerte que casi consigue dejarla sin respiración.

- Quinn, prométeme que no te vas a olvidar de mi! Prométemelo! – Dice, casi como una súplica, la también rubia y amiga del alma.

- Claro que no, Britt. Prometo llamarte todos los días, incluso podemos hacer un Fondue for Two vía Skype, viviendo en Barcelona tendremos muchas cosas que contarles a tus suscriptores.

- Oh Díos Quinn, no lo había pensado! Lord Tubbington se pondrá tan feliz al saber que finalmente te has ofrecido a ayudarle con su español, lo está pasando realmente mal con las erres.- Lo dice con una cara mezcla de entusiasmo y dramatismo que causa la carcajada en el resto.

- Os voy a echar tanto de menos… - susurra melancólicamente- Gracias por apoyarme en esto, por saber entenderlo aunque parezca una locura, por animarme a superarlo y por creer en mi, de verdad, no sabéis lo que significa esto para mi. Os quiero muchísimo.- Las palabras de la futura residente de la ciudad de Barcelona logra desprender las lágrimas reprimidas desde primera hora de la mañana y causa un gran abrazo colectivo entre todas que se ve interrumpido por la voz de la operadora que anuncia que el vuelo de American Airlines con destino a Barcelona saldrá dentro de una hora.

-Quinn, acompáñame al baño, llevo aguantando desde que hemos salido de casa- Dice la latina solo como excusa para poder prolongar el poco tiempo a solas que han tenido en los últimos días.

- Te he acompañado hace menos de media hora, Santana, deberías mirarte la vejiga- suelta a regañadientes.

- No es por eso, y mi vejiga está perfectamente. Quiero preguntarte algo- la mira con determinación lo que hace suponer a la rubia lo que quiere preguntar.

- No, no he sabido nada de ella, Santana, ya te lo dije.-anuncia con soberbia- No pienso decirle que me voy y mucho menos a donde. Quiero olvidarme de todo lo que ha pasado, no quiero deprimirme de nuevo. Todo esto me lo tomo como una oportunidad única de empezar de cero, de borrar si es posible su recuerdo.

- Quinn, se perfectamente todo lo que ha pasado, pero no crees que al menos podrías haberte despedido de ella? Quiero decir, después de lo que habéis vivido… - le comenta acariciándole el brazo.

- Qué se supone que es lo que hemos vivido, San? Ella lo ha eligido a él, en estos momentos ya debería de ser la señora adolescente de Finn Hudson, por Dios aún no creo que se esté casando…– lo que le sale como un aullido de desconsuelo.

- Rubia, prométeme que no me vas a matar… Pero no pude evitar decirle que te marchabas hoy, pensé que vendría pero creo que me he equivocado con Berry- la rubia con una cara de incredulidad y desconcierto que causa una punzada de terror en la latina- Quinn, no me mires así, lo siento, pero no podía permitir que las cosas acabasen así, pensé que cambiaría de opinión, pensé que llegaría, pero no ha sido así. Lo siento pero lo he hecho por ti, ódiame si quieres.

- Joder, Santana, para una mísera cosa que te pido… Ahora me siento como una estúpida. Lo sabe y encima no se presenta, ves porqué no quería decírselo?- Dice dando un golpe con el pie contra el suelo y llevándose las manos a la cabeza.

- Aún quedan 20 minutos para que salga tu vuelo… A lo mejor.. – la rubia la calla antes de que termine.

- A lo mejor nada, Santana, nada. Ella ya decidió, que quieres? que salga en medio de la boda y venga corriendo hacia aquí? Eso solo existe en las películas, por favor.

En ese mismo instante, a unos cinco kilómetros del Dayton International Airport, se producía un cataclismo dentro de un Mini Cooper azul conducido por un chico al borde de un ataque de nervios que iba acompañado de una chica con traje de novia en el asiento del copiloto que no para de soltar improperios a los demás conductores. El denso tráfico estaba causando atascos de incluso más de media hora, era lo normal siendo hora punta en la ciudad.

- Por el amor de Dios, Kurt! No vamos a llegar nunca, tu genial idea de tomar un atajo nos ha hecho perder ya más de 40 minutos!- indica la del vestido de novia con los ojos casi salidos de sus órbitas.

- Claro, ahora la culpa va a ser mía por intentar llevar a tiempo al aeropuerto a la lunática de mi amiga que ha decidido en el día de su boda que está enamorada de otra persona.- Le devuelve el chico justo cuando presiona la bocina- Y para colmo esto no se mueve ni un palmo.

La lluvia, que se auguraba desde primera hora de la mañana, acaba de hacer acto de presencia sentenciando el hecho de no poder ir más rápido en aquella carretera convencional.

- Cuánto falta para llegar?- pregunta la acompañante mirando el reloj de la mano de su amigo.

- Pues en teoría unos 10 minutos pero visto lo visto no llegamos ni mañana, lo siento Rachel…- dice el conductor con halo desilusión en el rostro.

- Pues me voy andando o corriendo, yo que se pero no puedo tardar más- dice la chica desabrochándose el cinturón de seguridad.

- Pero qué dices Rachel? No ves la que está empezando a caer, con ese vestido no llegas ni a los diez metros corriendo.

- Me da igual, Kurt. Está a punto de marcharse y yo soy una estúpida, no lo entiendes? Soy una cobarde y esto es lo último que puedo hacer- Abre la puerta del coche y se posiciona detrás de la ventanilla- Nos vemos en cuanto llegues.

Y en ese momento cierra la puerta y sale corriendo como si su vida dependiera de ello, dejando a su amigo con la boca abierta y deseándole suerte en un susurro ahora imperceptible por ella. El agua la empapa en apenas unos minutos de recorrido haciendo mella en el vestido, que se estropea completamente, correr con tacones le resulta demasiado complicado, así que decide quitárselos y andar descalza. La gente que la ve pasar se la queda mirando con gesto escéptico ante lo inverosímil de ver a una chica corriendo con vestido de novia, en plena lluvia y sin zapatos, pero eso a Rachel no le importa mientras acelera más si se puede el paso, no hay tiempo que perder.