Advertencias: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Disney.
Aclaraciones: Este es mi primer fanfic de este fandom así que espero me tengan paciencia por cierto me gustaría dedicárselo a ShirayukiiHanna autora del "El regreso de Hans" que ciertamente me motivo a escribir la historia pues yo también sufro depresión por falta de fanfics de esta pareja.
Sin más preámbulos disfruten la historia
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El amor nace en la adversidad
Haz el bien sin mirar a quién
La tenue luz de la luna entraba por el ventanal de la habitación de la reina iluminando las facciones de su rostro, las estrellas estaban en apogeo y la mujer contemplaba el espectáculo con tranquilidad, hace horas había intentado dormir pero ante la dificultad de conciliar el sueño se encontró observando el paisaje del cielo que se postraba sobre Arendelle aquella noche.
Dirigió su cerúlea mirada al pueblo y logro mirar cómo entre las calles empedradas corría una figura con mucha velocidad, anonadada por aquello enfoco mas su vista y noto se trataba de un hombre cabalgando a toda velocidad entre las sombras de las casas con dirección al castillo donde ella se encontraba, curiosa corrió al armario y tomo un saco que le permitiera cubrir su camisón de noche, presurosa avanzo por el pasillo y bajo la enorme escalinata que daba a la entrada principal, justo cuando bajaba del ultimo escalón logro escuchar como alguien golpeaba desesperadamente las puertas del palacio, sin perder el tiempo avanzo entre la penumbra, se abrocho el ultimo botón del saco y tomo aire para inspirarse a abrir la puerta.
El ruido de las enormes puertas de roble pintadas dejo ver a un hombre que respiraba agitadamente, su rostro era difícil de ver pues se encontraba inclinado apoyándose sobre sus rodillas.- Reina Elsa-. Dijo con dificultad, haciendo que la mujer abriera con sorpresa sus orbes ante lo familiar que le resulto aquella voz.- Necesito su ayuda-. Exclamo mientras levantaba su rostro para ver a los ojos a la reina.
-¿Hans?-. Pregunto Elsa mientras veía el mal estado de aquel hombre, su pulcro traje blanco de gala había sido sustituido por uno más simple de color azul profundo, se distinguía su pésimo estado, las mangas se encontraban desgastadas y uno de sus hombros parecía desgarrado, no obstante su rostro era lo peor, sus cabellos pelirrojos estaban fuera de lugar, su blanca piel tenia polvo y sudor sumando que su mejilla vislumbraba una cortada profunda; el miedo y duda embargaron el cuerpo de Elsa quien no sabía cómo actuar ante semejante situación. -¿Qué sucede?-. Pregunto mientras llevaba su mano a la espalda del hombre para empujarlo dentro del castillo, seguido de aquello hizo llamar a uno de los sirvientes para que se llevara el caballo de Hans al establo.
Elsa estaba alterada pero no se comparaba con el hombre de las Islas del sur, lo guio hasta el recibidor y lo ayudo a sentarse en un sillón, había tratado de ver si la actitud de aquel hombre era solo actuación sin embargo sus pensamientos fueron desmentidos con el rostro del príncipe que reflejaba angustia por cada poro.
-Hans sé que no es cordial de mi parte pero debo preguntarte ¿Qué es lo que haces aquí?-. Pregunto Elsa a la defensiva.
Hans después de respirar un poco retomo la compostura con dificultad.- No habría venido con usted si no fuese necesario-. Respondió con un leve tinte de veneno en sus palabras.- Pero es urgente y creí que sabría como ayudarme-. Hans se llevo su mano diestra al interior del bolsillo de su pantalón y saco un papel arrugado y doblado, con cuidado tomo las manos de la Reina y lo coloco en ellas. Elsa desconcertada extendió el pedazo de hoja y miro un símbolo parecido a una luna siendo comida por una mancha de tinta aunada a algunos símbolos que no logro leer.
-Es lo que logre copiar del tatuaje de aquella mujer-. Respondió Hans.- Es una bruja feroz que ante la negativa de mi padre por brindarle el oro que deseaba ataco el reino-. Hans pauso la conversación para sostener la mano de la reina con la suya.- Créame necesito su ayuda de lo contrario no habría venido, esta mujer tiene magia y creí que usted podría...-.
-¿Pero que no hay nadie en las Islas del sur que pueda hacer algo?-. Interrumpió Elsa sintiendo temor como cuando niña ante los desconocido.
-No, nadie en el reino pudo con ella-. Hans frunció el ceño-. Temo que he perdido a mi padre y varios del pueblo, esa mujer entro con un dragón que arraso con todo en su camino, como podrá ver intente pelear pero no pude y caí inconsciente, por suerte los escombros del casillo me ocultaron y una vez consiente escape en búsqueda de ayuda y heme aquí ante usted-.
-¿Y tus hermanos?-. Pregunto Elsa.
-No lo sé, tengo esperanza de que sigan vivos pues no encontré sus cadáveres mientras huía y aun hay tiempo para volver y actuar tal vez estén cautivos o lastimados-. Hans se paró de su lugar y miro decidido a Elsa.- Prometo que le recompensare su ayuda y le doy mi palabra de que no es un truco-.
Elsa contemplo a Hans frente a ella, no podía evitar sentir desconfianza por el proceder del hombre sin embargo ahora podía vislumbrar en él una actitud lejana a la que pensó conocer la ultima vez, lamentándose por lo que diría froto sus manos y las coloco sobre su regazo sintiendo como una leve escarcha proveniente de sus dedos cubría el faldón de su camisón.- Príncipe Hans le ayudare en lo que me sea posible, pero…-. La mujer bacilo, froto nuevamente sus manos y se coloco frente al joven pelirrojo. –No sé cómo ayudarle-.
Hans entreabrió su boca no esperaba que la Reina le diera su apoyo tan rápido pero sobretodo no esperaba que Elsa no tuviera la mínima noción de cómo actuar ante la bruja.- Supongo que no es raro que no entienda la magia si apenas comprende sus poderes, pero su ayuda me vendrá bien de todos avanzo por el recibidor para que Elsa lo siguiera.-Tenemos que irnos no hay tiempo que perder-.
Sin embargo la Reina de las nieves no se movió ni un poco contemplo estática al hombre y con su mano le indico que parara su andar.- Tengo que alistarme príncipe, no puedo irme en ropas de dormir-. Aclaro con una leve sonrisa pintada en su semblante a la cual el otro respondió con una risa.
-Perdone pero estoy ansioso-. Se excuso el hombre mientras Elsa corría a subir a su habitación, paso tras paso pensaba en cómo había dicho que sí tan fácilmente, se decía así misma que lo hacía por las Islas del Sur pero algo más le decía que le intrigaba ver que tanto había cambiado Hans en esos años, llego a una puerta blanca, se detuvo frente a ella y la golpeo con su puño con insistencia.- ¡Anna!-. Grito para llamar a su hermana quien debía estar dormida tras el umbral.- ¡Anna despierta!-. Segundos despues la perilla giro dejando entrever en las sombras a la despeinada figura de Anna, sus cabellos no tenía orden y parecían un nido de aves teñido en rojo mientras que en su mejilla se apreciaba la marca de la almohada a la que tanto le había costado despegarse.
-¿eh?-. Exclamo adormilada la muchacha.
-Anna iré a las Islas del Sur, ten cuidado con el reino que ahora está a tu cargo-. la menor asintió y cerró la puerta para después abrirla con intensidad y completamente despierta.
- ¡¿Qué?!-. Exclamo apenas procesando la información.- ¿Por qué vas a las Islas del sur?-. Pregunto mientras agitaba sus manos al aire.
Después de que Elsa explicara la situación a su hermana dejándola más que inconforme por su decisión se encamino a su habitación donde presurosa tomo un vestido de gala y lo coloco en su cama, quieta lo observo creyendo que sería una mala decisión llevar semejante falda larga y abultada.
-Definitivamente nos atrasara en el camino-. Espeto Hans sorprendiendo a la mujer mientras se acomodaba en el marco de la puerta, como contestación la reina enarco una ceja y se llevo una de sus manos a la cintura en espera de una explicacion por parte del pelirrojo.- Pues lo que quiero decir es que se ponga algo más ligero o ni al caballo podrá montar-.
-Muy bien pareces saber de lo que hablas ¿porque no lo escoges por mí?-. Aclaro Elsa mientras indicaba con su dedo índice la ubicación de su armario y como si fuese tan simple hurgar entre la ropa de una chica Hans atravesó la estancia y metió sus manos entre los vestidos, concentrado miraba los detalles y de entre todos saco uno con una sonrisa que trasmitía "es este el indicado" poniéndolo frente al cuerpo de la reina.
-Te sienta bien el azul-. Exclamo el hombre mientras apreciaba como luciría el vestido en la mujer.
-Bueno no tienes mal gusto-. La chica tomo el vestido y se encamino a ponérselo, hace tiempo que no lo usaba apenas y recordaba que lo tenía.
Una vez en el tocador miro el color azul profundo de la tela, acaricio los detalles plateados del corsé y miro la larga y lisa falda, ansiosa se lo coloco y se miro de reojo en el espejo antes de salir, definitivamente el hombre sabia de lo que hablaba.
-Ah vaya no te queda mal-. Exclamo Hans con sarcasmo.- Pero si no tiene nada más que hacer me gustaría que nos fuéramos-. Elsa asintió a la petición del hombre y se dirigieron al establo, una vez ensillados los caballos subieron a los mismos y salieron del castillo, Elsa propicio el trote de su caballo pero en la dirección opuesta a la del muelle o al sur, por el contrario de dirigía hacia las montañas.
-¡Reina Elsa!-. Gritó Hans igualando el trote del su caballo con el de la reina.- ¿A dónde se dirige?-.
-Iremos a consultar a unos amigos que si saben de Elsa.
Hans accedió sin replicar, en seguida sus voces se disiparon siendo solamente el ruido de las herraduras chocando contra el suelo lo que se podría percibir en medio de las penumbras de la joven noche.
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Gracias por la paciencia de terminar de leer el capitulo y sus quejas, comentarios y sugerencias serán siempre bienvenidos.
