No.1
Soledad.
Notas iniciales: Este... no me acuerdo cuándo fue la última vez que escribí algo por gusto ˆ-ˆU. Creo que no tengo más excusa mas que decir que por ese enorme lapso de tiempo no me llegaba ninguna idea.
El caos (sí, CAOS) es el siguiente. He tratado de mejorar una historia que hace tiempo comencé y que por cuestiones fuera de mi control (una absoluta incapacidad de escribir) no pude terminar. Preferí cambiarla para ver si adquiría más sentido y este es parte del resultado... Necesito comer algo, mi cerebro pide vida.
¿Qué más? Ah, si, esa cosa... Los personajes aquí nombrados no me pertenecen, y lo harán nunca. Son propiedad de Capcom y habremos de morir con la idea de que siempre lo serán... hasta que me haga cargo de ellos °w°. Lo único, repito, LO ÚNICO que me pertenece en todo caso es la historia. Espero les guste o algo y por favor dejen reviews o como se escriban. XDU No me importa si son quejas, aunque prefiero comentarios y sugerencias.
Empecemos pues.
Acceso al archivo 001
Denominación: Soledad.
La noche alcanzó a la vieja base militar, al norte del continente más grande del planeta. Sería bueno que tuviera un nombre, pero la guerra que en ese momento se vivía la habían marcado con nombres que no es prudente pronunciar. La base, sin embargo, tenía el nombre de Solar Complex. Ya nadie sabía por qué. Hacía mucho que las personas y reploids olvidaron las hazañas heroicas de años antes del 21XX.
Los pasillos no le pedían nada a las pesadillas: tan poca luz las hacía ver como fauces de bestias, los cables y pocos muebles desubicados le daban ese aspecto terrorífico que te congela las venas y provoca el sudor frío. Para ser una base militar, estaba en muy mal estado. Pero servía como base para los Marveric, y eso era lo único que a ellos les importaba. Todo encajaría muy bien para una escena digna de algún videojuego de terror, incluso aquella sutil sombra que se movía rápidamente por la pared y un comentario en voz de una joven.
"Mierda..." dijo ella levemente mientras ponía una mano en su cabeza, después de estrellarse contra la puerta. "¿por qué esta maldita puerta no abre?"
Ahí estaba ella, infiltrándose en una base enemiga como rata. Su complexión era delgada, aunque se veía muy saludable, y esto le ayudaba mucho para su trabajo pues debía ser muy discreta. Se movía rápidamente, o al menos lo más rápido que le permitía el peso de la mochila en su espalda. Casi llegaba.
Con un movimiento rápido revisó el dispositivo en su muñeca. El sujeto a quien ella esperaba estaba a medio camino de la base y tendría que apurarse a prepara todo para su llegada. Un brillo en sus ojos verdes indicó que había llegado al perfecto lugar.
"Bien, bien. Pues empecemos." Y al dejar caer su pesada maleta en el piso, se dispuso a trabajar.
X y Zero se deslizaban rápidamente entre las dunas de arena, dirigiéndose al norte. Las pocas estrellas visibles les permitían ver sin la necesidad de usar las linternas integrada en sus cascos y con ello ahorraban energía que ambos sabían era tremendamente necesaria. No faltaba mucho.
"No puedo creer que hayan invadido una zona militar" dijo Zero sin mirar a su compañero.
"Pero no lo entiendo." Respondió X al comentario de su amigo. "Esas armas no les sirven, y de seguro están tan viejas esas instalaciones que debe ser ya un lugar inseguro. ¿Qué quieren al apoderarse de ese lugar?"
"Debe haber algo..." comenzó a decir el otro. No es que eso hubiera aclarado las dudas entre ellos, pero era mejor que aguardar el silencio. "Los marverick no son estúpidos, al menos no en estos asuntos."
Ambos guardaron silencio, pues sabían que era verdad. Este nueva guerra ya tenía al menos 5 meses de haber estallado, pero aún no terminaban de acostumbrarse. Es decir, claro, sabían bien como atacaban los reploids infectados por el virus Sigma, incluso en HQ estaban por desarrollar una cura para la Zero Nightmare, pero entre más muerte veían y provocaban, más mal se sentían con ellos mismos. No podían evitarlo, era lo único que les dejaba el no poder evitar las peleas.
Zero aumentó la velocidad, claro signo para X que la nueva armadura (o al menos la parte de las piernas) funcionaba muy bien. Debe admitir que antes de que adquiriera la nueva armadura, tenía que acelerar a casi toda su capacidad para poder estar a la par con su compañero. Sonrió, era divertido ver a Zero apresurándose.
"Sólo disfrutas de tu juguete nuevo" dijo el hunter carmesí. "Espera a que Douglass haga adaptaciones a mi armadura y todo volverá a ser como antes."
"Eso quisieras." Gritó el otro al dejarlo más atrás. "Apuesto 1000 zenny que en Solar Complex también hay una parte de armadura."
"Prepárate para perder." Sonrió el líder de la unidad especial.
Si en ese momento hubieran llegado a su destino, posiblemente habría quedado en empate. La chica continuaba ensamblando las piezas para componer la cápsula que contendría la última pieza de la armadura de X. Se trataba de la pieza de ataque, una versión mejorada del Buster aumentada al 246 del anterior. El diseño, la velocidad de reacción, la cantidad que energía que podía acumular... todo fue mejorado.
Mientras ella revisaba por centésima vez el dispositivo de su muñeca, sonrió. Terminaría la cápsula en poco tiempo y podría salir de ahí sin ser vista, tal vez incluso sin que abrieran fuego. Además, estaba feliz con el trabajo que había hecho¿por qué no iba a sonreír?
Ya había instalado el dispositivo de identificación y estaba a punto de guardar todo cuando escuchó la puerta abrirse con brusquedad. Afortunadamente, había demasiado desorden en la habitación y no pudieron verla, dándole tiempo a esconderse mejor y vigilar a los recién llegados.
Los marverick que entraron eran de tipo shooter sin duda. En vez de piernas articuladas tenían bandas de oruga, como las de los tanques. Un ojo grande y rojizo que servía para detectar y enfocar al enemigo y un cañón en lugar de brazo izquierdo. ¿Inteligencia? Ninguna, al menos estando infectados. Seguramente, pensó ella, estaban de guardia revisando los cuartos y por tanto no tendría que esperar mucho tiempo para salir. Tragó saliva, esperando que su suposición fuera correcta.
Podía escuchar el rechinar de las ruedas, acercándose hacía su posición. El espacio que ella ocupaba no era muy grande como para que ellos cupieran, se sentía a salvo. Fue entonces cuando dirigió su vista a su cápsula. Era muy alta, tal vez demasiado alta pues sólo la cubrían algunas cajas apiladas que se interponían entre ella y los marverick.
Se maldijo a sí misma mientras esperaba que no la encontraran. Había tardado alrededor de una hora en colocarla como para que un reploid infectado cualquiera le disparara y se cayera a pedazos. Era resistente, claro, pero también debía cuidar que las armaduras llegaran al portador y no que terminaran siendo chatarra sin haber sido estrenada siquiera.
De repente, las sombras de los reploids se perdieron. Y estaba a punto de salir tras ellos cuando oyó la alarma activarse.
"¡Cuidado!" gritó X al esquivar los disparos de una metralleta.
A poco menos de 40 metros de la muralla fueron descubiertos y los sistema de alarma se activaron automáticamente. ¿Qué más podían esperar al entrar a un complejo militar? Fueron recibidos con disparos, bombas terrestres y uno que otro misil aire-tierra.
Los marverick hunters no perdieron tiempo y atacaron a los reploids infectados. X logró hacer un hueco en la muralla que cercaba el complejo y lograron entrar sin más problemas que humo en los ojos. Más disparos. Zero logró encargarse de algunos enemigos en la torre de vigilancia del ala sur, y X por su lado disparaba a los que se encontraban en el campo en ese momento.
"¡Son demasiados!" gritó el hunter azul mientras se encargaba de 7 "¡Y algunos tienen lanza-llamas!"
"Hasta que se ponen serios." Mencionó el otro en voz baja. Podría haber dicho alguna otra cosa si no fuera por los marvericks voladores que dejaban caer sobre él algunas bombas.
Y mientras ellos esquivaban y trataban de acabar con la mayor cantidad de enemigos, dentro del complejo la chica se preparaba para salir de ahí. Guardaba los tornillos, el material restante, todo lo que no tenía que estar ahí. Tenía miedo de que algo le pasara a la cápsula, pero debía esperar lo mejor. Además, esa era la habitación más segura de todo el edificio según su investigación.
Estaba a punto de dar su primer paso cuando la puerta se abrió nuevamente. Esta vez no pudo esconderse, por lo que tuvo que responder al llamado del sujeto que había entrado. Era un reploid, pero no igual a los muchos otros que había visto. Su armadura dorada y roja se veía tremendamente pesada, y aún así caminaba como si sólo pesase lo que un pañuelo. Su forma era la de un toro de color azul oscuro y con ese extraño aro en la nariz y en el contorno de la oreja derecha. Su imagen era terriblemente intimidante, pero su voz le ganaba en ello.
"¿Quién diablos eres?" dijo en voz alta, con una voz mecánica y grave. "¡¿Cómo entraste?!"
"Eh..." fue lo único que salió de su boca.
Una explosión cerca de la puerta interrumpió el interrogatorio y, mientras el marverick viraba para identificar al causante, la chica tomó algo de aire y corrió con rapidez hacia él. Casi cuando este regresó su vista a ella, se encontraba cara a cara con una llave de titanio reforzado que atravesó su cara. Típico, sin casco eran muy fáciles de lastimar. Y debió doler mucho pues lanzó un gruñido terrible, que resonó igual que cuando cayó la bomba.
"¿Oíste eso, X?"
"Si, debe ser el jefe." Dijo al bajar el arma humeante por haber disparado ese disparo explosivo hacia el edificio.
El edificio estaba destrozado por la batalla, las bombas, los disparos y la desesperación.
Sin hablar, se acercaron a aquella parte del edificio, adivinando que era el cuarto de armas de donde había salido aquel rugido, seguido por una amenaza que los hizo apresurarse aún más.
"¡No saldrás con vida de aquí, maldita perra humana!"
Otro golpe con la llave se hizo presente, aunque este fue a segura distancia de tres metros.
"¡¿Humana?!" dijo la otra al fin, definitivamente enojada y con toda la intención de partirle la cara. "Repite eso, grandísi..."
El sonar de unos pasos se hizo presente, quien quiera que fuera estaba a poca distancia y no tardaría mucho en atraparla si se quedaba más tiempo. Corrió nuevamente, agradeciendo que muchas partes pesadas se quedaran en el lugar y no tener que cargarlas de regreso. Claro, eso significaba no poder hacer que su atacante se tragara sus palabras, pero su vida valía más que aquella pelea sin sentido.
Poco tiempo después de que ella abandonara la estructura militar, logró ver una tercera explosión y calculó que era la misma sala donde ella había ocultado la cápsula del doctor Light para X. Sonrió al reconocer la explosión de raro color blanco y azul, era el nuevo Buster que acababa de instalar y por lo visto había funcionado maravillosamente. Después de todo, pensó, no podía esperar menos del legendario Maverick Hunter líder de la unidad Elite, el famoso X.
Sus pasos parecían desaparecer en la arena, como si ella misma quisiera que se borraran. Las estrellas eran las únicas que la seguían en su solitario camino y sus pensamientos corrían libres y satisfechos. Había hecho un buen trabajo y, aunque casi la descubrieron, había logrado su objetivo. Pasar la noche arriesgando su vida había valido la pena.
El desorden no se hizo esperar. Ya fuera en los pasillos, en las cámaras de recuperación, en el laboratorio o en la sala principal, incluso en las afueras del mismo HQ, todos los soldados se alegraba y corrían sin control hacia la sala de tele-trasportación. La mayoría, si no es que todos en la institución conocían y admiraban las hazañas de los que llamaban "los mejores Hunter de toda la historia".
"¡Ahhh!" sonó la voz de una joven entre la multitud. "Por el amor de...¡No empujen, maldita sea!"
"No creo que eso sea posible, Alia." Respondió la voz de otra mujer, de apariencia más madura que la primera. "Ya sabes cómo se ponen cuando X y Zero ganan alguna batalla."
"Lo sé, Layer, lo sé." Dijo Alia mientras se acomodaba en su asiento. "Pero es que esto es simplemente ridículo. Apenas cabemos en la habitación."
"¿Qué pasó con Pallette?"
"Seguramente no la están dejan pasar."
"¡Atención!" sonó una voz profunda entre todos los gritos y comentarios.
Todos se mantuvieron quietos y cayados, comportándose al fin como los soldados que eran. El comandante Signas, el jefe de todo HQ pasaba entre sus subordinados con total calma, como si no estuviesen ahí, mientras ellos le abrían el paso. Su alta figura y su semblante serio eran casi intimidantes, pero no tanto como su voz y sus ojos cuando de verdad se enojaba. Años de batallas reflejados en el brillo de sus ojos y esa marcialidad siempre presente. Nadie se atrevía a confrontarlo seriamente.
"Comandante Signas." Dijeron las chicas al unísono al presentar el saludo a su líder.
Al terminar con las formalidades, la enorme máquina situada en el fondo de la habitación empezó a emitir una potente luz blanca. Los presentes taparon sus ojos para evitar que el resplandor los lastimara aún más, sintiendo más y más ansiedad a cada segundo que la máquina trasportaba a los Hunter vencedores de aquella batalla.
-Transportación completada exitosamente- apareció en la pantalla frente a Alia.
Y con la misma rapidez con que llegaron, los gritos y comentarios se hicieron presentes. Zero y X se vieron bajo un mar de Marverick Hunters que no dejaban de gritar su nombres, de halagarlos, de ofrecerles cumplidos y algunos otros pedir autógrafos. Hasta para ellos era difícil pasar entre ese mar de gente.
"¡Son los mejores!" dijo alguien.
"Por lo visto cada día tienen más admiradores." Dijo Signas cordialmente.
"X, ¿te encuentras bien?"
"Si Alia, por enésima vez estoy bien. Gracias por preguntar." El Hunter azul sonrió levemente, haciendo sentir a la chica como una perfecta tonta.
"¡Nadie puede contigo, Zero!" otra voz rugió a la derecha.
"No sé si podría acostumbrarme a esto." Dijo el joven en cuestión mientras se alejaba de la multitud que no dejaba de tocar en especial su largo cabello rubio que a Layer tanto le gustaba.
"Eh... Zero..." La joven Layer intentaba llamar la atención del rubio, aunque su timidez no lo permitía. Daba su mejor intento hasta que Signas interrumpió.
"Por lo visto fue una batalla muy reñida."
"La parte difícil fue entrar." Comenzó X. "Esta vez usaron lanza-llamas y bombas. La fortaleza parecía estar hecha de Argonyum, puro."
"Pero en cuanto X terminó de recibir la última parte de la armadura, el jefe fue pan comido."
"¿La última parte¡Genial!" gritó alguien más.
"¿Cómo rayos pudieron encontrar una armadura en un complejo militar?" murmuró otro soldado.
"¡X, quiero un hijo tuyo!"
Y con ese último comentario, a todos les rodó una gran gota de sudor y prefirieron salir de la habitación mientras no tuvieran que contestar a ello. Aunque era muy interesante.
... Lo de la cápsula, no lo del hijo.
Siempre que encontraba una cápsula, resultaba con una armadura mejor que la anterior. Más rápida, fuerte o con capacidades especiales. Siempre era la misma rutina: encontrar el aparato, ver el holograma del mismo anciano diciendo lo mucho que lamento que él tenga que pelear nuevamente y después entrar para adquirir la nueva parte. No se oye nada mala, pero las mismas preguntas lo atacaban.
"¿Quién es ese anciano?" "¿Cómo sabe de mí?" "¿Qué edad tendrán esas cápsulas? Es extraño que duren tanto tiempo funcionando y sin que el enemigo las encontrara, aunque siempre se hallaban en lugares muy ocultos o de difícil acceso." "¿Y si no fueran muy antiguas?" "¿Cómo es que siempre las encuentro antes que nadie?"
Alejó esas preguntas de su mente en cuanto se encontró a la entrada de la sala de descanso. Ver las cámaras de descanso era ya una dicha, pues al menos podría dejar de preocuparse por unas cuantas horas, o al menos eso era lo que siempre esperaba.
Abrió la compuerta de cristal verde, se acostó en la camilla y en cuanto el cristal cerró también lo hicieron sus ojos. Tenía que alejar todas sus dudas y pensamientos, incluso aquel de que, si no hubiera sido por el buster, hubiera muerto.
Cierre de archivo 001
Transmisión interrumpida.
R&R, por favor XDUUU...
