¡Hola, hola! Tuve un sueño que me inspiró a escribir esta historia, aún está incompleta, pero, poco a poco iré subiendo los capítulos a medida que los vaya escribiendo. Bueno, sin más dilación, ¡o sea dejo con el capítulo 1! ;)
Capítulo 1
-Eres inútil- clamó una fría voz.
No sabía donde estaba, toda la estancia se encontraba sumida en una penetrante oscuridad, me sentía solo e indefenso, y no podía ver nada más allá de mis propias manos.
Era una sensación extraña, e incluso llegaba a ser agobiante, sobre todo cuando comencé a oír esa voz, la misma que me atormentó durante años, aquella que no lograba sacar de mi cabeza.
Era mi propia voz, ronca y arrogante, tal y como ha sido siempre. ¿Por qué ahora me resultaba tan distinta? Yo no cambié tanto, ¿o quizá sí?
Hace ya cinco años desde que comencé a oírla dentro de mi cabeza, día sí y día también. Ese horrorosa llamada que me decía que debía seguir cumpliendo órdenes, que todo el sufrimiento que ocasionarían en un futuro inminente sería para un bien mayor, que lo que hacían estaba bien.
De hecho, llegué a creer ciegamente que nosotros tan sólo teníamos un cometido; cumplir los deseos de nuestro padre.
Para mí, él lo era todo, por ello decidí hacer caso a aquella voz y seguir preparándome para lo que se avecinaba, sin hacer preguntas.
Pero para él, yo tan sólo era un peón más que cumplía su voluntad obedientemente, dudo mucho que jamás haya sentido un cuarto de todo el cariño que yo le llegué a tener, es más, no creo que siquiera me haya querido un poco.
Porque siempre es igual, confías en alguien con intenciones poco nobles, te utiliza, abusando de tu tiempo y voluntad, y el que acaba mal parado eres tú.
-Cierra el pico de una vez, no soy ningún inútil- respondí mirando al frente, ya me sé esta conversación.
-Eres inútil- repitió- ni siquiera pudiste jugar contra el Raimon- su tono se volvió más arrogante que de costumbre.
-¿Y qué tiene eso que ver con qué sea un inútil?- me crucé de brazos, perdiendo la paciencia.
-Porque tu equipo era demasiado débil como para ganarles- ese comentario me molestó, y fruncí el ceño-además, lo más penoso de todo es que tampoco conseguisteis el título de Génesis, sino que quedasteis a los pies del Gaia- finalizó la voz.
Hacía unos meses que no sentía esa presencia constante detrás de mí, ni mi propia voz repitiendo lo mismo una y otra vez en mi cabeza, ¿por qué ahora ha vuelto a aparecer?
-¡Cállate!- grité a la nada, cerrando mis puños a la vez que mis brazos se posicionaban a ambos lados de mi cuerpo, rígidos como un tronco- ¿Por qué estás aquí de nuevo? ¿Qué es lo que quieres?- exasperado, miré a todos lados en busca de algo o alguien, pero lo único que alcanzaba a ver era oscuridad.
-Venganza- al decir esto, sentí como la oscuridad me consumía, asfixiándome, hasta que de pronto vi una luz cegadora, la cual reconocí enseguida; la lámpara de mi habitación.
Estaba sudado, y mi respiración se notaba muy agitada, sentía angustia, ansiedad, y un sinfín de sensaciones más, pero, sobre todo, sentía miedo. ¿Qué quería esa voz? ¿No debería haber desaparecido una vez la piedra Alius fue destruida?
Miré a mi derecha, para encontrarme con una cama vacía, con las sábanas desechas, lo que suponía que mi compañero de cuarto, y mayor rival a la par que aliado, había bajado a desayunar. Al comprobar la hora pude verificarlo, eran las siete y cuarto de la mañana, debería ir bajando ya si no quiero llegar tarde al instituto.
Como todas las mañanas, el comedor estaba lleno, todos estaban sentados en las mesas redondas distribuidas eficazmente por la sala, junto a sus amigos y compañeros, charlando alegremente.
Normalmente, me sentaría junto a mis ex compañeros de equipo, pero hoy decido sentarme solo, en una pequeña mesa más alejada del resto. A los pocos minutos, siento una mano sobre mi hombro.
-Buenos días, tulipán, ¿cuál es la causa que ha llevado a mi amigo a sentarse aquí hoy?- alcé la mirada, para encontrarme con los curiosos ojos verdes de mi compañero de habitación, esperando una respuesta.
-Ninguna, me apetecía estar solo, eso es todo- respondí, devolviendo la atención a un vol de cereales que llevaba un rato intentando comer, pero sin éxito.
-¿Y eso?- precisamente hoy tenia que mostrar interés en mi estado anímico matutino, genial.
-¿No puedo simplemente querer estar solo un rato?- pregunté cansado, y un poco irritado, haciendo que mi amigo pusiera una mueca de extrañeza.
-¿Pero qué mosca te ha picado?- preguntó extrañado, haciendo que me agobiara levemente.
-Nada, no es nada, sólo déjame solo- contesté, mirando los cereales flotando sobre la leche.
-Cómo quieras- mientras decía esto, se alejaba de mí.
-Oye, Gazelle, ¿tú crees que soy inútil?- al preguntar esto, se volvió a girar hacia mí, enarcando una ceja.
-¿A qué viene esa pregunta, Beacons?- me preguntó, apoyándose en el marco de la puerta que unía la cocina con el comedor.
-Tú limítate a responder- corté secamente.
-Hombre, un poco inútil si que eres, la verdad- mi corazón dio un pequeño vuelco, no esperaba que respondiera eso- no eres capaz ni de hacer tu cama sin ayuda- finalizó con sorna.
-Qué gracioso eres, Bryce- dije mientras devolvía la vista hacia mi desayuno.
-Era broma, idiota, que no sepas hacer tu cama no significa que seas inútil- me dijo mientras caminaba hacia la puerta de la cocina- así que deja de pensar que lo eres y termina de comer, que al final llegamos tarde al instituto- dicho esto, salió del comedor por la cocina y subió las escaleras del primer piso.
Vale, no soy inútil, por lo menos hay alguien que piensa igual que yo, pero, entonces, ¿cuál era la verdadera intención de esa voz? Y, ¿a qué se refería con que quería venganza? Pero, lo más importante, ¿por qué había vuelto a aparecer?
-Señor Beacons, ¡Señor Beacons!- oí como alguien gritaba mi nombre.
-¿Qué, qué?- pregunté rápidamente, volviendo en mí.
-Le he dicho hace rato que continúe leyendo la página 203- respondió, mirándome con reproche, al mismo tiempo que algunos de mis compañeros reían.
Perdí el hilo de la clase en el instante en el que comencé a recordar el extraño sueño que tuve anoche, venganza, ¿qué quería decir con eso?
Atento a la situación se encontraba Bryce, quien desde esta mañana estaba preocupado por el extraño comportamiento de su amigo, y se había propuesto sonsacarle lo que fuera que estuviera en su cabeza esa misma tarde.
-Claude, en serio, ¿qué es lo que te pasa?- inquirió algo molesto mi amigo, llevaba así cerca de media hora, pero el muy casino no se daba por vencido, para mi desgracia.
-Nada, no seas pesado- me tumbé en mi cama tras decir esto, tapándome la cara con un cojín.
-¡No me vengas ahora con que no te pasa nada cuando llevas todo el día raro!- me gritó molesto, qué pesado podía llegar a ser a veces, aunque quizá podría contárselo, al fin y al cabo, él podría haber escuchado algo parecido, ¿verdad?
-Vale, vale, te lo contaré, pero deja de gritar como un poseso- me reincorporé para contárselo- la he vuelto a oír- dije.
-¿Qué es exactamente lo que has vuelto a oír?- preguntó curioso el oji verde, acercándose algo más a mi cama.
-La voz de Torch- finalicé con voz baja, realmente tenía miedo de oír lo que mi amigo pudiera decir ante tal declaración.
-¿Qué? ¿Me estás diciendo que estás volviendo a oír la voz de Torch? ¿Dentro de tu cabeza, como cuando usabas la piedra alius?- inquirió sorprendido, mientras abría los ojos como platos.
-Eso mismo te estoy diciendo, es más, esta noche he soñado que me decía que quería venganza- me senté en mi cama, apoyando mis brazos sobre mis rodillas, descansando mi cuerpo sobre la pared.
-¿Venganza? Claude, esto es extraño y no me hace nada de gracia, quizá deberíamos decídelo a Lina o a alguien que pudiese ayudarte- me dijo, mirándome fijamente.
-¡No! ¡Ni una palabra de esto a nadie!- pedí.
-Bueno, está bien, pero la próxima vez que oigas esa voz, dímelo, y en caso de que la cosa empeore, iremos a hablar con Lina o con el detective Smith, ¿de acuerdo?- realmente no puedo negarme, porque más que una proposición es una orden.
-De acuerdo, ahora, déjame hacer los deberes, que no quiero que el profesor me vuelva a poner un negativo como el de hoy- dije mientras me levantaba para ir en busca de mi mochila.
-Como quieras- me respondió.
Salí de mi habitación, en busca de mis libros y cuadernos, que se encontraban en la sala de estar.
-Eres un completo inútil- repitió la voz de nuevo dentro de mi cabeza.
Disclaimer: Inazuma Eleven no me pertenece, es propiedad de Level-5.
