1. Una sonrisa con brillo
Esperaba fuera de su cuarto, sentado, recargado en la pared con sus manos en las rodillas, una pequeña gota de sudor se asomaba en su frente, esperaba pacientemente a que su prometida saliera para acompañarlo, ya eran varios días que Akane se tardaba algunos minutos extras antes de salir a la escuela, por su parte Ranma por alguna extraña razón se sentaba a esperarla para salir juntos. La chica del cabello azulado por fin salió, vestía su clásico uniforme escolar, sus movimientos eran rápidos y tenía una bella sonrisa dibujada con un leve toque de labial claro, el chico inmediatamente notó esa sonrisa y ese brillo en sus labios, pero no dijo nada, solo se contento de ver a su prometida y guardar su comentario para él mismo.
Caminaban como siempre, al lado del río platicaban sobre cosas de la escuela, materias, profesores, el torneo de voleibol en el que Akane participaría la semana próxima. Ranma pensaba que Akane estaba muy extraña, llevaban más de 5 días sin pelear, mucho en parte a que Shampoo no se había aparecido y Ryoga se encontraba perdido como era su costumbre. Al llegar a la escuela notaron que todos los veían, a Ranma ya no le importaba eso, es más, se sentía seguro al llegar al lado de Akane, mientras que ella solo sonreía.
El día paso sin apuros, Ranma, Akane y Ukyo platicaban durante el almuerzo y solo esperaban la hora de la salida, cada quien hoy tenía un plan, como era de esperarse la joven cocinera saldría corriendo a su restaurante, no podía darse el lujo de abandonar su principal fuente de ingreso, Ranma visitaría al médico Tofu para que le tratara una pequeña molestia en uno de sus dedos, mientras que Akane solo había dicho que tenía algo que hacer y que estaría ocupada hasta la noche.
Ranma había llegado con Tofu, inmediatamente lo examino, hizo un pequeño movimiento a su dedo por el cual este hizo un leve tronido, poco después le puso un pomada y lo entablillo – Ranma, tu dedo está un poco lastimado, es normal por el grado de uso que les das y por el entrenamiento tan exhaustivo al que te sometes, solo necesito que tengas así el dedo hasta mañana por la mañana y estarás bien – Ranma agradeció pero antes de que se levantara Tofu le volvió a hablar – Ranma, sé que no es de mi incumbencia, pero ¿Cómo va tu relación con Akane? – Ranma inmediatamente se sonrojo y su nerviosismo se hizo presente, Tofu solo sonrió por un instante – recuerda que todo tiene un límite, no juegues más allá de este – dijo el médico, Ranma no entendió que había pasado y solo movió la cabeza asintiendo.
El artista marcial caminaba solo, y se percataba de algo, Akane no estaba a su lado, se sentía extraño al caminar solo y más después de lo que le había dicho el médico, de que estaba hablando, no entendía el porqué de la preocupación de Tofu, reacciono un poco molesto al recuerdo de esas preguntas, pero decidió no darle más importancia y seguir caminando, estaba a dos calles del restaurante de Ukyo, decidió pasar a saludarla y a comer algo, al fin de cuentas Akane no regresaría a casa sino hasta la noche.
Ukyo había hablado con Ranma hacía algunas semanas atrás, ella quería mucho a Ranma y se había dado cuenta que no podría ser su prometida, no porque no quisiera, sino porque había otra razón poderosa, Ranma no la veía como una novia o una esposa, sino como su mejor amiga, su casi hermana, el día que hablo de eso con Ranma lloro inconsolablemente en el hombro del chico, tal vez solo era un capricho que quería cumplir, pero no quería perder a su mejor amigo y algo más, ella también sentía un gran cariño y amistad por Akane, fue algo duro para ella confesárselo todo a Ranma, pero a partir de ese día ella vivía mucho más tranquila y las cosas entre los tres eran mucho mejores. Cuando vio a Ranma entrar al local sonrió mucho, sin embargo tenía mucha gente y casi no podía ponerle atención a su amigo, el chico de la trenza se dio cuenta de esto, y decidió dar un brinco a la barra ponerse un delantal y ayudarla con el negocio, no era la primera vez, Ukyo le dirigió una mirada de agradecimiento y los dos siguieron trabajando toda la tarde, a Ranma no le importaba pues no tenía nada que llegar a hacer a casa hasta la noche.
La mayor parte de los clientes ya había dejado el restaurante, los dos amigos ahora estaban un poco más tranquilos, Ukyo se sentó mientras Ranma atendía a las pocas personas que quedaban. Ella sabía que la única razón por la que él estaba ahí con ella era porque otra persona no estaba con el chico, solo sonrió pensando "par de tontos".
La venta de la tarde había sido muy buena, y la chica decidió cerrar el local, Ranma por su parte limpio la barra y lavo los trastes, por fin los dos se sentaron, un poco agotados por la labor, hasta que Ukyo habló – Oye Ranma, muchas gracias, hubiera sido muy pesado llevar el restaurante sin tu ayuda por el día de hoy – Ranma la miro sonriendo, Ukyo continuó - ¿quieres comer o tomar algo? Puedes pedirme lo que quieras – Ranma la miraba fijamente con una sonrisa perdida en algún pensamiento, de pronto saco de su blosa varias monedas y las puso en el vaso de las propinas, Ukyo quiso detenerlo pero no pudo
– ¡Ranma ese dinero es tuyo, te lo ganaste tu mismo! –
– Lo siento Ukyo pero es tu dinero, tú hiciste la mayor parte del trabajo y es tu local, me sentiría mal si me lo quedara, pero si me regalas una soda con eso podemos quedar a mano, tengo mucha sed –
Los dos amigos estuvieron un rato en silencio, Ukyo comía tranquilamente mientras Ranma miraba hacia un lugar lejano, la chica quería saber en qué pensaba Ranma, pero no se atrevía a preguntarle, sabía que Ranma moría de hambre, pero esperaría a llegar a casa de los Tendo a cenar, sin embargo le convido algunas mordidas de su platillo para que su hambre fuera mitigada aun que sea por unos instantes.
Ranma salió de casa de Ukyo ya entrada la oscuridad de la noche, el chico seguía pensando en lo que Tofu le había dicho, porque le preocupaba tanto, porque giraban esas palabras en su cabeza sin poder sacarlas, trataba de no darle importancia, de ignorarlo. Una calle antes se encontró con Akane, los dos se sorprendieron, Akane sonrió al verlo y lo saludo – Buenas noches Ranma – el chico solo pudo pronunciar un hola algo tímido, los dos caminaron juntos de regreso y entraron a la casa, la cena ya estaba lista y todos se sentaron para empezar el festín preparado por Kasumi.
Mientras todos cenaban Ranma solo podía mirar y pensar en Akane
