Este es un fic contenedor para diferentes historias. Son soratos (como si supiese y quisiese escribir otra cosa jeje), mayoritariamente one-shot y parten desde el momento en que Sora y Yamato son matrimonio.
Aunque los capítulos son historias sueltas intentaré seguir una línea temporal un tanto coherente.
Después de este rollazo decir que:
Digimon y los personajes de digimon no me pertenecen… pero este fic ridículo y extravagante si.
LAS AVENTURAS DE LA FAMILIA ISHIDA-TAKENOUCHI
Capítulo 1:
SEXO, MENTIRAS Y ARCHIVOS EN EL PENDRIVE
El ocaso del sol dejaba que los últimos rayos del día bañasen la cara de la pelirroja, que feliz, respiraba ese característico aroma de mar que solo podía dar un paisaje de ensueño como ese. Sin darse cuenta, un rubio se había colocado a su lado observándola con una sonrisa. Y es que no podían estar mas contentos, ahí a miles de kilómetros de su hogar, disfrutaban de su esperada luna de miel, puesto que desde hace una semana, Yamato y Sora ya eran de forma oficial los señores Ishida.
Sora radiaba felicidad, realmente la idea de ir a Acapulco no podía haber sido más acertada, así mientras sus amigos se helaban de frío debido a las bajas temperaturas que en Enero hace en Japón, ellos disfrutaban de unas calurosas vacaciones.
-Es perfecto.- dijo la mujer sin apartar la vista del horizonte.
-Si que lo es.- respondió el hombre que ya había tomado la cámara de video para no perderse detalle del paisaje.
-Soy tan feliz.- anunció la chica con un suspiro de felicidad.
-Y yo…- respondió sin separarse de su cámara.
-Es precioso, me encanta ver el atardecer en el mar.
-Si… y a mi.- siguió Yamato, que por su tono estaba más que claro que ya no sabía de que le estaba hablando su mujer.
La joven percibió ese tono despistado y cuando se giro hacia su novio, entendió todo y los deseos de felicidad provocados por el ocaso desaparecieron por completo.
-Yamato, ¿Qué haces?.- inquirió poniendo los brazos en jarra.
-¿Eh?.- se sorprendió el joven apartando la vista de la cámara, con la que llevaba rato grabando las piernas de su mujer..-… si, bonito, todo…
Puesto que Yamato ya empezaba a decir ridiculeces debido a los nervios que sentía por haber sido descubierto, a Sora no le quedo otra que armarse de paciencia y por eso intentando dejar atrás su enfado dijo con más amabilidad.
-Venga, deja de hacer el tonto y graba el atardecer, que es precioso.
-De acuerdo.- accedió el chico con una tímida sonrisa.
Pero no tardo en llegar otra vez la desesperación a Sora cuando vio hacia donde apuntaba de nuevo esa dichosa cámara.
-¡Yamato!, esos son mis pechos.- gritó la joven incrédula.
Ishida, levanto rápidamente la cámara y viendo el furioso rostro de su mujer por el objetivo río divertido.
-Oh, venga, son mucho más interesantes que cualquier atardecer.
Y la paciencia de Sora desapareció.
-Se acabo, dame esa maldita cámara.- exigió la mujer, tratando de arrebatarle la cámara a su marido.
-No, jaja….- negó el hombre divertido, mientras la escondía y empezaba a corretear por la habitación del hotel.
Sora le perseguía cada vez más alterada, hasta que subiéndose a la cama se abalanzó hacia su marido emulando a un luchador de Pressing Catch y le tiró al suelo, quedando el rubio inmovilizado debajo de su mujer.
-Bien, dame eso ya…- pidió la chica estirando el brazo para apoderarse al fin de la maldita cámara.
-No, jeje…- se siguió negando el joven estirando el brazo alto para que su novia no la pudiese alcanzar.
-Bien, tu lo has querido.-dijo la mujer con picardía, empezando a desabrochar la camisa de su marido.- ¿vas a dármela?.- preguntó a la vez que comenzaba a besar el desnudo torso de Yamato.
-No…- contestó este empezando a encontrarse más calido de lo habitual.
-¿Ah, no?.- preguntó alzando la vista con lujuria, mientras sus manos desabrochaban el pantalón de su novio.
La pelirroja prosiguió recorriendo a besos los alrededores del ombligo de Yamato y cuando su cabeza empezó a bajar peligrosamente, Yamato levantó la suya para no perderse detalle de las maravillas con las que le estaba deleitando su esposa. Cuando la chica empezó a bajar los pantalones de su novio, el rubio volvió a tumbarse para disfrutar de su placentero castigo, pero con lo que no contaba era que en cuanto Yamato se relajo un poco, Sora volvió a abalanzarse sobre él, inmovilizándole con la mano el brazo con el que sujetaba la cámara y tras arrebatársela, se levantó con una sonrisa triunfal.
-La conseguí.
Ishida estaba completamente perplejo, ¡Sora le había utilizado para conseguir la cámara!, y no solo eso, lo que más le traumaba en este momento era que, después de tanta excitación, ¡se iba a quedar sin sexo!, eso era algo a lo que no estaba dispuesto, por eso levantándose también del suelo, fue directo hacia su mujer.
-¿Te crees que ahora te vas a escapar de mi?, ahora mismo vas a terminar lo que has empezado.- dijo rodeandola de la cintura
Con una pícara sonrisa, el rubio ya estaba sembrando besitos por el cuello de su mujer, mientras lentamente la empujaba hacia la cama y Sora, por supuesto, se dejaba hacer encantada. Pero, una vez que la mujer estaba tumbada en el lecho, Yamato dejo lo que estaba haciendo y dirigió la mirada hacia la mesilla. Levantándose, fue hasta el citado mueble y agarró el libro que estaba encima.
-¿Qué haces?.- preguntó la mujer sorprendida, puesto que cuando Yamato empezaba con el "asunto" era casi imposible hacer que parase.
-Quiero ver que postura podemos hacer hoy, para variar.- explicó convencido mientras ojeaba el libro, cuyo título era Kamasutra.
Sora se cruzó de brazos atónita y bufó:
-¡No puedo creer que te hayas traído ese dichoso libro!
-¿Qué dices?, si es fantástico.- contestó este con alegría volviéndose a su mujer.- por una vez que Taichi nos hace un regalo útil, estaba convencido de que nos regalaría la tercera licuadora, y no… jejeje, ¡el único regalo de bodas que vamos a utilizar!
-Si es muy básico.- dijo Sora sentándose al lado de su marido, mirando el libro con desprecio y dejando a Yamato completamente alucinado, porque en momentos como este Sora parecía "La reina del sexo".-… todo lo que sale ahí, lo hemos hecho sin necesidad de ese maldito libro.
-Esta no.- Yamato apuntaba una postura solo apta para contorsionistas
-Ni la vamos a hacer.- sentenció la pelirroja cerrando el libro y pasando las manos por el pecho de su marido empezó a recostarle de nuevo.- venga, nosotros no necesitamos esas tonterías.
Esta vez era Yamato el que se dejaba hacer, adoraba que su mujer fuese tan fogosa.
-Quien te ha visto y quien te ve… aún recuerdo cuando decías eso de "Yamato, no enciendas la luz que me da vergüenza"…
-¿Ah, si?.- preguntó la chica molesta.- y yo aún recuerdo cuando decías eso de "¡Ya he terminado!" y no habían pasado ni 2 minutos.- terminó la mujer demostrando que ella no ha sido la única adolescente inexperta.
-Vaaale.- accedió el hombre mientras sus manos empezaban desnudar el cuerpo de su mujer.- lo reconozco, nuestros primeros encuentros eran patéticos, pero ahora ya no tienes queja ¿verdad?
Sora sonrió con dulzura y pasando el dedo por la nariz de su chico, susurró:
-Nunca he tenido queja, nuestros primeros encuentros eran especiales por otras cosas, entonces no importaba tener un sexo de calidad, me bastaba verte a mi lado.
-¿Y ahora no?.- preguntó el hombre haciéndose el ofendido.- quieres decir que si de repente soy malo en la cama o impotente o precoz, ¿me dejarías?
-Mmmm…- la pelirroja se hizo la pensativa, para luego mirar al expectante joven con una traviesa sonrisa y decirle.- bueno… si no te he dejado aún… no creo que debas preocuparte.
Eso fue demasiado para Ishida, ya estaba acostumbrado a las provocaciones de su ahora mujer, sabía lo mucho que le divertía desesperarle, pero esta vez había ido demasiado lejos, su orgullo estaba herido y su virilidad cuestionada, y eso era algo que no iba a permitir. Con un rápido movimiento levantó a la pelirroja de encima suya para colocarla al otro lado de la cama y posarse él sobre ella, reteniéndola de los brazos con la fuerza suficiente para que no se escapase.
-¡Ahora vas a saber lo que es sexo de verdad!.- gritó el rubio haciéndose el macho y provocando sonoras risas en su mujer.
-Cariño, que predecible eres…
-¿Qué quieres decir?.- preguntó no entendiendo de lo que hablaba su esposa.
-Pues eso, que eres simple, todos los hombres sois iguales, en cuanto se pone en duda vuestras habilidades en la cama, las demostráis haciéndoos el macho, predecible.
-¿Si?, ¿eso crees?.- dijo el rubio soltando el agarre a la pelirroja.- pues ahora vas a ver, te quedas sin tu sesión de Yamato, por lista.
Con esto, el joven se levantó de la cama, empezando a abrocharse su desabotonada camisa y dejando a Sora estupefacta, a parte claro, de con un calentón terrible.
-Si, bueno, a ver cuanto duras.- bufó la joven a sabiendas de que su novio nunca ha podido estar demasiado tiempo sin catarla.
-Pues mira, te vas a quedar toda la luna de miel sin eso, no vas a tener por mi parte ni un beso… bueno no, besos si y caricias también, así te excitas para nada, porque a chibi-Yamato no lo vas a ver…
Y Takenouchi volvió a estallar de la risa, levantándose de la cama a la vez que se adecentaba la ropa.
-Ay cariño por favor, no le llames así, que ya no tienes 15 años…
-¿A dónde vas?.- preguntó, observando como su mujer rebuscaba ropa entre su maleta.
-Solo voy a darme una ducha.- dijo, con su ropa interior más sexy y erótica en la mano, mientras caminaba al cuarto de baño.- ou y por favor no entres… estaré muy ocupada frotando mi cuerpo desnudo mientras la refrescante agua recorre mis turgentes senos y resbala por toda mi anatomía…
La joven que mientras hablaba, pasaba su mano por su cuerpo de una manera bastante sensual, finalizó echando a Yamato una mirada lujuriosa mientras se mordisquea el labio inferior y giraba en el aire ese diminuto tanga, que Yamato ha quitado con la boca en más de una ocasión y si Sora se lo vuelve a poner, deseará quitárselo de nuevo.
Cuando la mujer cerró la puerta del baño tras de si, Yamato sin una gota de sangre en su cerebro hizo unas acertadas reflexiones.
-Soy idiota…
Entonces su mirada se clavo en el aparato que estaba sobre la cama, la dichosa cámara de video, al final era ahí donde había acabado. La recogió, sino con tantas vueltas lo más probable es que acabaría hecha añicos, pero cuando empezó a examinarla se dio cuenta de que había estado grabando y la curiosidad fue fuerte en él. Se asombró al ver lo que estaba grabado, obviamente eran él y Sora, la cámara había grabado toda la conversación en la cama hace unos minutos, bueno la conversación y lo que no es la conversación, para Yamato era un plano precioso ver el trasero de su mujer moviéndose con cada caricia que se proporcionaban y una pervertida, pero muy pervertida idea cruzó su mente.
Por su parte, Sora se había dado esa ducha fría y se encontraba de lo más extrañada puesto que estaba casi segura de que Yamato le asaltaría en mitad de la ducha como acostumbraba a hacer, pero tal cosa no había sucedido. Entonces fue cuando se empezó a preocupar ¿sería posible que Yamato cumpliese su promesa de no tener sexo con ella en toda la luna de miel? Apurada por esta terrible idea salio del baño, aún envuelta en la toalla y respiró de alivio al ver a su marido en calzoncillos sobre la cama, en una pose bastante sexy, mirándola fijamente.
-Ven aquí.- llamó con el dedo.
La joven sonrió y no dudo en acercarse hasta la cama.
-No, no, no, ponte aquí.- le dijo, señalando el otro lado.- es que ese es mi perfil bueno.
La mujer se extraño por ese comentario pero le hizo caso a su esposo, una vez en la cama, Yamato no tardó nada en abalanzarse sobre su boca con un apasionado beso.
-¿Qué hay de eso que no íbamos a hacerlo en toda la luna de miel?.- preguntó la joven disfrutando de las manos de Yamato que se colaban por dentro de la toalla.
-No digas tonterías.- respondió, demostrando que en ningún momento había tenido intención de cumplir esa promesa.- además soy tu esposo y como tal mi obligación es consumar el matrimonio y tenerte completamente satisfecha.
La mujer no tenía ninguna intención de provocar otra vez la furia de su amante, aún a sabiendas, de que como se ha visto, las amenazas de Yamato de no caer a los deseos de la carne duran escasos minutos, pero estaba disfrutando demasiado como para hacer algún comentario fuera de lugar. Su toalla ya había salido volando e Ishida se paseaba con maestría por su cuerpo, aunque había algo que no encajaba, Yamato estaba un poco raro, no paraba de corregirle la postura, de decirle donde se tenía que poner y cosas así. Harta de tantas tonterías, la pelirroja decidió coger las riendas.
-No, no… espera aún no.- le detuvo cuando se subía sobre él.- espera, que sino no luzco yo y ten cuidado con el pelo que no se te ponga sobre la cara que sino no se te ve.
Y como era de esperar, Sora flipó por completo, ¿a que venía preocuparse por tantos detalles insignificantes?
-¿Se puede saber que te pasa?.- preguntó extrañada.- no paras de decir tonterías y como te mueves, parece que estas posando… no entiendo lo que haces.
-Estoy como siempre.- intentó excusarse el joven, haciendo lo posible para que su mujer volviese a esta placentera labor de la que ambos son participes.
Pero Sora, sabía de sobra como acostumbraba a comportarse Yamato en la cama y hoy estaba muy raro. Frustrada, intento buscar una explicación a lo que pasaba y casi cayó desmayada cuando vio un pilotito rojo a los pies de la cama y el objetivo de la cámara apuntando hacia ellos.
-¡¡Aaaah!!.- gritó mientras se tapaba con la sabana y apartando a Yamato que en ese momento estaba demasiado concentrado lamiéndole el hombro.- Yamato, la cámara, ¡nos esta grabando!
El joven la miró, Sora esperaba que se asustase y se tapase igual que había hecho ella, pero no pasó y la sonrisa que mostraba su cara hizo que la mujer entendiese por fin lo que pasaba.
-Quería que fuese una sorpresa pero…. ¡¡¡vamos a grabarnos mientras lo hacemos!!!.- anunció completamente ilusionado.
Y lógicamente, Sora estalló:
-¡¡¡¿QUÉ?!!!, ¡pero se puede saber que clase de pervertido eres!, ¡apaga eso ahora mismo!
-¡No!, ya verás que excitante es…
-¿Te has vuelto completamente loco?, ¡no me voy a grabar haciendo eso!.- gritó histérica empujando a su marido de la cama, para que fuese a quitar de una vez la cámara.
-Oh, vamos, no seas tan mojigata, el sexo es completamente natural y sano…
-¡¡Y cagar también lo es y no por eso grabo mis mierdas!!.- gritó de nuevo contestando así los absurdos argumentos de su esposo.
-Pero, si solo lo vamos a ver nosotros, que mas te da….- intentó convencer el rubio volviendo a la cama, pero un nuevo empujón de su mujer fue la respuesta.
-Yamato apaga eso ahora mismo, no te lo digo más veces.- sentenció la pelirroja con una mirada asesina.
Viendo que no iba a convencer a su mujer de esa forma, el rubio decidió probar otra técnica, es decir, mentirle en su cara y tomarla por tonta.
-Esta apagada, no te preocupes, ¡no iba a grabarte sin tu consentimiento!
Y otra vez, Sora estalló:
-¡¡¡Encima me tomas por imbécil!!!, esta el pilotito rojo encendido, ¡¡esta grabando!!
-¡No!, la luz roja se enciende cuando esta en stand-by como la televisión.
-¡¡Yamato!!
Si le volvía a decir otra estupidez, había muchas probabilidades de que este fuese el matrimonio más corto de la historia. Y en ese momento, Sora fue consciente de que tardaría mucho menos si se levantaba y apagaba ella esa dichosa cámara, que si trataba de convencer a Yamato de que lo hiciese.
Tapada con la sabana fue hasta la videocámara, pasando olímpicamente de las suplicas de Yamato.
-Lo que me faltaba, ahora mi marido con complejo de Rocco Siffredi…- murmuraba mientras inspeccionaba la cámara buscando el botón de apagado y mientras lo buscaba, se encontró con las imágenes que estaban ya grabadas.
Inconscientemente se quedó mirándolas y lo que le extraño es que Yamato tenía razón, era de lo más excitante presenciar ese panorama, ¡era la protagonista de un video porno!
Al ver como Sora se había quedado paralizada viendo lo grabado, Yamato aprovechó la confusión y la creciente excitación de su esposa para intentar convencerla de que siguiesen con la "sesión golfa".
-¿Lo ves?, esta muy bien ¿no crees?.- dijo el hombre, abrazando por detrás a su mujer, mientras le proporcionaba dulces besitos por el cuello y la nuca.
Escuchando esas palabras, Takenouchi enrojeció por completo y cerró rápidamente la cámara, se sentía completamente avergonzaba. Yamato hizo que se volteara y con su encantó natural tomo la cámara en sus manos, la volvió a encender, y la coloco de nuevo donde estaba, sorprendentemente Sora no le detuvo, se dedico a observar los movimientos de su marido.
-Venga, te prometo que si no te gusta lo borramos.- dijo con una sonrisa mientras guiaba a su esposa a la cama.
-Lo borramos, lo prometes.- confirmó esta aún no creyéndose que accedía a este perversión.
Estaba completamente confusa, por un lado se moría de vergüenza, pero por otro lado era demasiado excitante como para no hacerlo y al fin y al cabo, ellos serían los únicos que visionarían el vídeo.
-Pero tu arriba, ¿eh?, a mi que no se me vea.- dijo la mujer apurada.
-¿Todo el rato?, me canso.- se quejo el chico, pero la mirada de su mujer hizo que se lo pensase mejor.- como quieras cariño.
Aunque interiormente confiaba en que Sora olvidase pronto la dichosa cámara y saliese la leona que lleva dentro y que tanto adora.
Tras un buen rato de intensos esfuerzos, ejercicio, diversión y mucho placer, los dos recién casados ya estaban completamente agotados y por supuesto ni se acordaban de que su magnífico encuentro había sido grabado.
-Ha sido alucinante Yamato, que vitalidad, uf.- decía la pelirroja recomponiéndose, mientras se acomodaba en el pecho de su esposo, dispuesta a pasar la noche ahí.
-Waa, me dejas completamente exhausto.- dijo Yamato, intentando sobreponerse también del intenso esfuerzo.
-Cállate.- dijo la mujer, un tanto avergonzada, a la vez que acariciaba los pectorales del rubio.- y duérmete, mañana tenemos cosas que hacer…
-Si, más sexo.- contestó este con una sonrisa.
-¡Yamato!, quiero hacer más cosas en mi luna de miel aparte de sexo, para eso me hubiese quedado en casa, mañana pasearemos por la ciudad, iremos a la playa y visitaremos monumentos.
-¿Y cuando lo hacemos?.- preguntó Ishida extrañado, puesto que en ese planning no hay hueco para "eso".
-Duérmete.- contestó esta, cerrando los ojos.
Cuando Sora despertó a la mañana siguiente, de lo primero que se dio cuenta fue de que su marido ya no descansaba a su lado, se había levantado antes que ella, algo completamente inusual. Extrañada lo busco con la mirada y se sorprendió al verlo manejando un laptop, que no sabía de donde había podido aparecer.
-Yama… - llamó esta somnolienta.- ¿Qué haces?, ¿de donde has sacado eso?
-Ya te has despertado dormilona.- saludó con una sonrisa.- el laptop lo he pedido en recepción, es perfecto para ver nuestro video.
Takenouchi palideció en el momento, en verdad había olvidado por completo el vídeo, rápidamente corrió hacia su marido y bajando de golpe la pantalla del laptop gritó:
-¿No lo habrás visto verdad?
-¡Au!.- se quejó Ishida puesto que su mujer le había cazado los dedos, esta se dio cuenta de eso y levanto de nuevo la tapa.- tranquila, no lo he visto, te estaba esperando para verlo juntos…
La mujer respiró de alivió y más calmada dijo:
-Bien, pues bórralo.
-¿Qué?, ¿sin verlo?, ¡ni hablar!
-Yamato, no quiero verlo, me da mucha vergüenza, aún no se como me convenciste para hacer eso…
-Venga…
Ishida tomo a su mujer de la cintura e hizo que se sentase sobre sus piernas y sin más rodeos, dio al play.
En el momento, Sora tapo su avergonzado rostro con las manos, Yamato por el contrario sonreía divertido y no paraba de quitarle las manos de la cara para que ella también lo viese.
-Venga, que te vas a perder la mejor parte….
-¿Qué quieres decir?, ¿lo has visto ya?.- preguntó esta furiosa.
El portador de la amistad fue consciente de que la había cagado e intento disimular lo mejor posible.
-Eh… no… yo, es que recuerdo lo que hicimos anoche, pero no lo he visto.
-Yamato.- mirada inquisidora de Sora.
-Bueno, tal vez un poco…
Continuó la mirada inquisidora por parte de la pelirroja y Yamato abatido decidió confesar la verdad.
-Esta bien, en cuanto te dormiste fui a buscar un laptop y llevo toda la noche viéndolo…
-¡Yamato!.- gritó esta golpeando el brazo a su marido con desaprobación.
-Pero tranquila esta muy bien… mira, mira… ahí va tu primer orgasmo, te he contado 3... jeje
-¡Eso no es un orgasmo!, me estas cazando el pelo.- explicó la mujer observando el video con atención.
-Uy… bueno, ese tal vez no… pero luego cuando te pones a trotar como una posesa, te conté lo menos 2...
Pero eso fue demasiado para la avergonzada muchacha, que levantándose de las piernas de su esposo, apago el video y seriamente dijo:
-Se acabo, bórralo ahora mismo.
-Pero Sora, si es magnífico, mejor que una peli x.
-Dijiste que si no me gustaba lo borrábamos, ¿verdad?
-Si, pero…
-¡Pues bórralo!.- ordenó la mujer dando por concluida la conversación.- y vístete, que vamos a salir de una maldita vez de esta dichosa habitación.
-Esta bien.- accedió el chico abatido, pero cuando su mujer ya estaba en el baño, sacó un pendrive de su bolsa de viaje.- va lista si cree que voy a borrar esto, es lo mejor que he visto nunca….. Archivo…. Guardar en memoria USB… aceptar ¿nombre del archivo?…mmm. ¡ya se!… "Cielito lindo".- escribía el joven todo emocionado.
Después, como le había prometido a su esposa borró la grabación de la videocámara, pero su pendrive conservó esa valiosa copia.
Ese día, fue simplemente perfecto, los dos enamorados disfrutaron de una agradable mañana en la playa, comieron en la terraza de un restaurante marítimo en la que unos mariachis dedicaron a Sora, por petición de Yamato, la canción "Cielito lindo", para risas del rubio y felicidad de la pelirroja que no entendía muy bien porque para su novio esa canción era tan divertida. Y como no, todo este romántico día quedo para la posteridad archivado en la inseparable videocámara de Yamato.
Cuando llegaron al hotel el rubio fue directo al baño, puesto que era de esa clase de personas a las que el picante no les sienta bien, por su parte Sora no veía el momento de ver su grabación, sobre todo la parte en la que Yamato se puso como un histérico porque un adorable niño le lleno todo el pelo de arena. Y para que documento tan valioso no desapareciese en la próxima vez que Yamato grabase cualquier bobería, decidió que lo mejor sería guardarlo en el pendrive.
-Yama… ¿Dónde has dejado el pen?.- preguntó Sora asomándose un poco al baño.
-Esta en…- Ishida recordó lo que hay grabado en ese pendrive y temió por su vida.- eh… que… ¿para que lo quieres?
-Pues para guardar el vídeo que hemos hecho hoy, para que va ser.- dijo la mujer saliendo del baño.
Yamato se subió los pantalones lo más rápido que pudo y como un rayo salió al encuentro de su esposa.
-Sora, no te preocupes ahora por eso.- empezó completamente nervioso, mientras le arrebataba la cámara de las manos.- yo lo guardo luego ¿eh?… mejor ahora ponme un poco de aftersun en la espalda, que en la dichosa playa me he quedado como un cangrejo.
Realmente la cara con la que Yamato pidió que le untasen crema era totalmente irrechazable y de esa forma consiguió que su mujer olvidase por un momento la videocámara, el pendrive y se concentrase solo en la musculosa espalda de su hombre. Tras eso, continuó su día inolvidable, con bailes, más rancheras y muchos margaritas, claro que para cuando llegaron de nuevo a la habitación ya era de madrugada y por supuesto lo último que tenia Ishida en la cabeza era la promesa que le había hecho a su mujer de guardar su vídeo.
Alrededor de las 5 de la mañana, el celular de Sora sonaba sin parar, la pobre muchacha, que no llevaba en la cama ni 15 minutos, se cagó en el desgraciado que se atreviese a llamarle a esas horas en este caso su…
-¡Mama, se puede saber por que me llamas a estas horas!.- gritó como una histérica mientras se levantaba del lecho y su marido ni se inmutaba, ya que es de los que tras beber alcohol, les entra pronto el sueño.-… me da igual que en Tokio sea de día, aquí son las 5 de la mañana… eh… si bueno, claro que no te llamo estoy de luna de miel, se supone que Yamato y yo debemos disfrutar de nuestra intimidad SOLOS… si, bueno… si acabo de acostarme… estoy de luna de miel, podré acostarme a la hora que quiera ¿no?… eh… si… bueno un poco… estoy de luna de miel, ¿podré beberme una copa, no?…. Si, claro… ¡no estoy borracha!, y si lo estuviese no pasa nada, estoy de luna de miel, ¿podré emborracharme, no?… si… todo bien… si, ya te llamo yo ¿vale?… ¿ahora?… bueno… mira, hoy hemos estado por la ciudad y hemos grabado un video genial, ¿si te lo envío no me vuelves a molestar en todo el viaje?… vale, si… yo también… si… un beso a papa… matta ne!!
La mujer resopló nada más colgar el teléfono, ¡ni en su luna de miel su madre dejaba de darle ordenes!, como conocía a su progenitora y sabía que en estos momentos estaría esperando ese dichoso video y sino le volvería a llamar dándole la lata, la mujer con el cansancio, el mareo de los margaritas y mucho sueño en el cuerpo, fue directa al laptop.
-Ahora… a ver donde tiene este hombre el dichoso pen…- hablaba la joven mientras rebuscaba por las cosas de su marido…- aquí… a ver… enviar correo… adjuntar archivo… aquí esta "Cielito lindo"… que original cariño…. Enviar.
Y tras enviar el vídeo, la mujer se dejo caer como si de un zombi se tratase sobre la cama.
Un nuevo amanecer sorprendió a los señores Ishida, amanecer que por supuesto ignoraron y varias horas después al fin se dignaron a levantarse.
-Buf… que dolor de cabeza…- decía la joven directa al baño.
-Estamos viejos para salir por ahí, deberíamos habernos quedado en el hotel haciéndolo durante toda la noche.- dijo el rubio, estirándose tras su mujer.
-Por cierto, ¿sabes quien me llamo nada más meterme a la cama?.- preguntó la portadora del amor a la vez que ponía dentífrico en su cepillo.
-¿El casero?, no me digas que nos sigue hasta aquí, ya le dijimos que le pagamos, algún mes de estos… claro.- dijo Yamato, molesto por recordar que deben 3 meses de alquiler, mientras se untaba espuma de afeitar en la cara.
-Peor… mi madre… se puso tan pesada que al final tuve que enviarle el vídeo que grabamos.
-¿Qué video?.- preguntó el rubio extrañado.
-Pues el que hicimos ayer, emulando a los típicos turistas japoneses… que por cierto, jaja… podrías currarte un poco más los nombres ¿eh?… jaja… "Cielito lindo"…
Y Yamato se cortó.
-Has… has dicho "Cielito… lindo"…- tartamudeó pálido, sin inmutarse por la sangre que chorreaba de su corte.
-Cariño, te has cortado…
El rubio continuaba completamente estático, deseando que en ese momento un huracán arrasara el complejo hotelero en el que se encontraban, porque eso sería mil veces mejor que la furia que iba a mostrar su esposa en escasos segundos.
-Yama, ¿Qué pasa?.- preguntó la joven asustada por su paralizado novio, mientras con una toalla le limpiaba un poco el corte.
-Y dime… a… ¿a quien has enviado el… video?
-Bueno, ya que estaba aproveche y se lo he enviado también a todos nuestros amigos, para darles un poco de envidia.- dijo la mujer con una sonrisa.
Y Yamato estalló:
-¡¿Pero es que te has vuelto loca?!
-¿Qué pasa?
-¡¡¡¿Es que no miraste que había en el video antes de enviarlo?!!!
-Ay Yamato, vale ese bañador no hace justicia a tu precioso culito, pero tampoco es para tanto..- se excusó la mujer, que por lo visto tiene más que olvidado su video porno.
Pero Yamato, lo tiene muy presente y yendo directo al laptop, puso el contenido del archivo "Cielito lindo".
-¡¡Esto es lo que has enviado a nuestros amigos!!
Unas horas antes en Tokio…
Residencia de los Takenouchi:
-Querido, ven a ver el video que nos ha enviado la niña.- llamó ilusionada Toshiko a su marido, ambos tomaron asiento delante del PC y dio comienzo el visionado.
-¡Ay Dios mío mi niña!.- gritó la mujer tapándose la cara.
-¡¿Pero que esta haciendo ese desgraciado?!.- gritó el hombre furioso golpeando la pantalla.- son unos pervertidos… ¡¡¡te dije que teníamos que haberla enviado a ese internado de chicas!!!
Apartamento de Taichi:
-Joder, joder, joder… como se están poniendo… jaja, seguro que me lo han enviado para que vea que utilizan el libro que les regale jaja…
En ese momento apareció Hikari, y vio, algo a lo que ya estaba muy acostumbrada, su hermano viendo porno.
-¡Taichi!, ¡ya estas viendo otra vez esas guarradas!.- pero cuando se acercó reconoció esas particulares pornostars.- joder, joder, joder… si son Sora y Yamato… joder…
-Bua, mira como ha cambiado de ritmo, que maquina…
Hogar de Takeru Takaishi:
-¡No puedo verlo es mi hermano!.- gritaba el rubio tapándose la cara y mirando entre los dedos.- pero… Sora esta muy buena… ¡pero es mi hermano!… pero que culo… ¡aaaah es el de mi hermano!.- gritó parando de una vez esa pervertida reproducción.
Apartamento de Miyako y Ken:
-Ay, ay, ay, ay… como ha cambiado México desde la última vez que estuve.- decía Ken anonadado.
-Waa… esa postura nunca la hemos hecho nosotros…- hablaba Miyako, tomando apuntes para poder poner, en su próximo encuentro, todo lo aprendido en práctica.
-Wow, no han hecho ni empezar y ya ha tenido un orgasmo.- retransmitía el peli-azul.
-¡Eso no es un orgasmo!, si te piensas que así es como suena un orgasmo ahora entiendo muchas cosas.- bufó Inoue cruzada de brazos.
Hogar de Daisuke:
-¡Van 2!, como se mueve la pelirroja y parecía mojigata… wow… y… y … ¡¡viene el tercero!!, bua, lo menos es multiorgásmica.- decía Daisuke a la vez que se hinchaba de palomitas viendo el espectáculo.
De vuelta al hotel de Acapulco donde Sora y Yamato disfrutaban de su romántica luna de miel.
-Cielo… cielo… venga mi amor dime algo, cariño.- llamaba Yamato a su esposa, que estaba sentada en la cama, pálida y con la mirada perdida, preocupando cada vez más a su marido.-… venga cariño, grítame, rómpeme el laptop en la cabeza, pero… por favor… reacciona…
-Tu… tu… dijiste… dijiste que lo habías borrado, ¡me lo prometiste!.- la furia había vuelto a Sora, cambiando Yamato su estado de preocupación por auténtico pánico.
-Oh, venga, ¿eres nueva?, estaba claro que no lo iba a borrar… pero podrías haber mirado lo que había antes de enviarlo.
-¡Yamato!, no intentes hacerme a mi la culpable, ¡te lo advierto!.- Sora daba auténtico terror.
El joven completamente acongojado intento calmar un poco a su esposa.
-Bueno… si tampoco es para tanto, solo van a ver el video, nuestros amigos… lo entenderán…
Y conforme Yamato se auto consolaba, puesto que para Sora el hecho de que sus padres y todos sus amigos le hayan visto en esas fachas no es consuelo en absoluto, el móvil del rubio sonó.
-Moshi, moshi?… ou… hi Taichi… no, ¿lo has visto?… lo imaginaba, es un error… y ¿de verdad?, esa parte estuvo muy bien, no el truco consiste en…
Viendo como Yamato hablaba con su amigo cada vez más emocionado explicando el making off del video, Sora carraspeó fuertemente y el rubio volvió a temer por su vida.
-Eh… quiero decir que ¡no lo veas más!… ¿Qué?… ¿Qué pagina?… si, ahora lo busco, gracias…
Nada más colgar el teléfono Ishida se dirigió al laptop, ante la confusa y a la vez mortal mirada de su esposa. En seguida tecleo la página Web que le había dado su amigo y lo encontró, "Cielito lindo".
-Que… que… ¿Qué es eso?.- tartamudeó la pelirroja intentando contener su ataque al corazón.
-Alguien ha colgado el video en Internet… mira el resumen: "flipante video de dos pervertidos en su luna de miel, no os perdáis los rítmicos movimientos de la pelirroja, el rubio bastante soso, ¿quereís saber cuantos orgasmos tuvo?, ¡cuéntenlos!"… ey ¡como que soso!
-Ahora… ahora… ¿salgo en Internet?.- preguntó la mujer con una pequeña taquicardia.- ¿se puede saber quien ha colgado eso?
-Mmmm… mi intuición me dice que es Daisuke… a parte que pone subido por: Dai_Moto_Iloveporn… waa, ¡nos has puntuado con cinco tetas! Jeje..
-¡Dios mío!, esto no puede estar pasando… - se llevaba las manos a la cabeza la angustiada joven.- ¡soy una maldita zorra de Internet!
Al escuchar eso, Yamato que estaba entretenido leyendo los comentarios de su video, se puso serio y mirando a su mujer dijo:
-¡No digas eso!, eres una ¡pornostar! y esas mujeres hacen muy bien a la sociedad, ni te imaginas la cantidad de adolescentes salidos que subsisten gracias a videos como este.
-¡Yamato!.- gritó roja de ira, no queriendo escuchar ni una parida más por parte del rubio.- ¡todo el mundo va verme ahí!, ¿no te das cuenta?
-Tranquila… si, casi ni se te ve la cara, nadie tiene porque saber que eres tu…
"Si Sora, me encanta, te amo Sora Takenouchi" .- se oyeron al fondo los desafortunados gritos de Yamato en el video, para desesperación del joven.
-¡Apaga eso de una maldita vez!.- ordenó la muchacha.
Ishida paró el video y puesto que quedaba más que evidente quien era la protagonista, solo le quedaba un argumento para animar a su esposa, el típico…
-Tranquila cielo, si esos videos solo los ven pardillos imberbes y pervertidos solitarios… nadie que te conozca lo va a ver.
Y como si estuviese preparado, el móvil de la pelirroja sonó en ese momento y al ver el nombre que aparecía en la pantallita palideció por completo, puesto que el nombre era "Buja mandona hija de…", o lo que es lo mismo, su jefa.
-Moshi, moshi?.- susurró la chica con temor.-… si… hi… si… bueno… oh gracias… ya… pero… si… lo entiendo… si… de acuerdo… si… adiós.
Al finalizar la llamada, Sora cayó abatida sobre la cama.
-¿Quién era amor?.- preguntó Yamato un tanto preocupado.
-Mi jefa… ha visto el video…
-Ou… y… y… ¿y que te ha dicho?.- preguntó el hombre sentándose al lado de ella.
-Me ha dado la enhorabuena.
-¿Por el video?.- preguntó el rubio extrañado.
-No… por la boda… estoy despedida
-Cariño, lo siento.
-Al parecer no entro dentro de la imagen que debe dar la empresa, entiende que en mi vida privada pueda hacer lo que quiera, pero, de cara a la empresa quiere a mujeres decentes y sexualmente sanas.
-¿De que va?, ¿es que no ha visto el video?, ¡nuestro sexo es totalmente sano!.- gritó el rubio demostrando que era lo único que le preocupaba.
-¡Yamato!.- gritó esta que esta a escasos segundos de acuchillarle.- que me han echado a la puta calle, ¿lo puedes entender?
-Si, claro que si, perdona.- dijo arrodillándose delante de la chica y tomándole de las manos.- bueno, mira el lado bueno, siempre has dicho que era una bruja que te explotaba… así ahora, podrás crear tu propia firma de diseños, ¡como siempre has querido!
-¡Como si fuese tan fácil!, no lo entiendes, ese trabajo es de lo que vivimos, tu aún no has terminado la carrera, ¿se puede saber de que vamos a comer hasta que por arte de magia cree mi exitosa súperfirma de moda que venda por todo el mundo?, ¡piensa y deja de decir tonterías!
-No te preocupes por eso, buscaré un trabajo a tiempo completo, o le diré al profesor Yoshimura que me pague, al fin y al cabo soy su mejor ayudante, me debería pagar…
Y como respondiendo a la invocación, el profesor Yoshimura, que era por así decirlo el "jefe" de Yamato llamó.
-Moshi, moshi?… hi… ah, si… gracias… si… de acuerdo… vale… si, lo entiendo… vale, si… matta ne!
-¿Te han echado de la universidad?.- preguntó temerosa la mujer.
-No, llamaba para darme la enhorabuena…
-¿Por la boda?
-No, por el video… ha dicho literalmente "chico, tu esposa me ha alegrado completamente el día, y lo que no es el día… cuando vuelvas pásate por mi despacho, voy a hacer de ti el mejor astronauta de la historia"… ¿no es genial?.- dijo el portador de la amistad entusiasmado.
Pero Sora, no encontraba nada de genial en todo eso, sin trabajo, con un video porno suyo por Internet, esto sin duda era una pesadilla hecha realidad.
-¡Ya lo tengo!.- dijo la pelirroja como si hubiese encontrado la solución a todos sus problemas.- nos quedamos a vivir aquí, venderemos helados en la playa, daremos masajes… y tu, puedes vestirte de mariachi y cantar a parejas felices que aún no hayan tirado su vida por la borda porque no son tan imbéciles de grabarse haciendo el amor.
Aunque los intereses de Yamato ya estaban a años luz de lo que decía su esposa, al fin y al cabo estaban en su luna de miel, ya habría tiempo de preocuparse de todo esto cuando volviesen a casa, por eso con una picara sonrisa abrazó a su esposa y comenzando a besarla susurró:
-¿Por qué no ponemos en práctica lo del video?…
-Yamato.- dijo con desaprobación empujándole, pero al sentir las manos de su esposo acariciando su cuerpo, se le empezaron a olvidar también sus preocupaciones y no pudo evitar reír cuando su marido entono una canción que de ahora en adelante sería muy especial para ellos.
-"Ay, ay, ay, ay… canta y no llores, porque cantando se alegran cielito lindo los corazones…"
Y es que, si ya todo el mundo les había visto haciéndolo, de que iba a servir ahora negarse. Con estos pensamientos la mujer no tardó en desear de nuevo a su marido, olvidando que el mayor pensamiento en el día de hoy había sido "¿Cómo hago para matarle, deshacerme de su cadáver y conseguir una pensión de viudedad?". Pero antes de que Yamato se emocionase demasiado, la pelirroja aún tenía algo que hacer y dejando a su marido sobre la cama, se levantó directa a la videocámara. Cuando Yamato vio que la tenía en sus manos sonrió y preguntó divertido.
-¿Ahora quieres hacer una segunda parte?
Takenouchi también sonrió con picardía, pero su sonrisa desapareció en el momento que arrojó la videocámara contra la pared con todas sus fuerzas, asustando a Ishida, pensando en como habría quedado su cabeza si la habría arrojado contra él. Después, con una sonrisa triunfal, Sora volvió a abalanzarse sobre su esposo.
Y mientras la mujer devoraba, literalmente, la oreja de Yamato, este rebuscaba con el mayor disimulo posible el celular, cuando lo encontró, lo saco de su bolsillo.
-"… porque cantando se alegran cielito lindo, los cooooorazones…".- cantaba Yamato, para mantener a Sora ocupada mientras sus dedos manejaban el teléfono móvil… video… GRABAR…
-OWARI-
…
N/A: una de mis idas de pinza, la verdad que en este fic primero se me ocurrió el título, homenajeando al título de una peli que ni siquiera he visto, "Sexo, mentiras y cintas de vídeo" después se me ocurrió el fic, la verdad me costó imaginarme a Sora accediendo a grabarse, pero cualquiera se resiste a los encantos de Ishida…. jeje.
Y puesto que están en Acapulco va dedicado especialmente a los lectores/as de ¡¡México!!
Un saludo a todos, gracias por leerlo!!!, soratolove/sorato4ever
