Hola~.

Primero que todo tengo que disculparme con las personas que seguían el Manifiesto de Haru, pasaron cuatro años sin ninguna actualización.

Realmente lo siento.

Por esta razón he decidido reescribir la historia ya que siento que he mejorado un poco escribiendo para traer de nuevo este fic y terminarlo por fin en esta ocasión. Además Haru y Hibari se lo merecen ;u; ~

No lo pienso dejar esta vez D8

Así que espero que disfruten el Manifiesto de Haru una vez más y a los que estén aquí por primera vez, espero que les guste.


EL MANIFIESTO DE HARU

REMAKE

CAPÍTULO 01: ENGAÑOS


02 DE ABRIL

Era el inicio de abril en donde los árboles de cerezo le daban la bienvenida a la primavera mientras una joven de 22 años observaba detenidamente las hermosas flores rosadas que comenzaban a llenar el parque con un agradable color.

Cualquiera que viera a esta joven diría que estaba complacida con la hermosa vista, pero para desgracia de ella era todo lo contrario.

Miura Haru usualmente era una persona compresiva, agradable, risueña y con un sentido de la justicia algo extraño, pero que no pasaba de ser algo inofensivo. El punto era que existían muchas características positivas relacionadas con su nombre. Sin embargo, había algo que no estaba ligado a ella por más literal que debiera ser, ya que su nombre significaba primavera en japonés.

Normalmente cuando piensas en primavera siempre se te viene a la mente flores, relaciones, parejas, amor, etc. Casi en la mayoría de los casos es algo que está relacionado a hermosos sentimientos que hacen que el ser humano se sienta lo bastante vivo para decir que la vida es hermosa.

Pero para Miura Haru en estos momentos no era así.

Y para más tristeza de ella la palabra "amor" y "Haru" se habían convertido en un tabú interno que no debería ser tocado.

Si debería haber una palabra junto a su nombre en estos instantes esa debería ser "odio".

Sí.

Odio.

Un puro e intenso odio hacia la persona que había hecho que la primavera de sus 22 años fuera este pésimo fragmento de pensamiento. Lo más lamentable del caso era que ese rencor ya no estaba siendo dirigido solo hacia esta persona en particular, sino también hacia los individuos que ella creyó por años que eran sus amigos.

En una noche había perdido a la persona que amaba y a todas sus amistades.

Sonaba idiota pero ese era el sentir de Miura Haru.

Ya no volvería a confiar en nadie más en su vida.

Todos habían traicionado su confianza hasta el punto en que ella prefería tomar sus cosas y largarse a otro país para nunca volver a ser vista.

La humillación de hacer el tonto frente a ellos le enfermaba, pero aún más el saber que su amor de juventud solo la había tomado como un simple cebo para mantener a Sasagawa Kyoko a salvo de sus enemigos. Todo había sido solo hipocresía por parte de 'Tsuna-san' que ahora pasaba a ser solo Sawada Tsunayoshi.

Un simple nombre y apellido.

Lo arrancaría de su alma pasara lo que pasara, aún si tenía que tirar ácido sobre su propio corazón.

Sawada Tsunayoshi había muerto para ella.

¡Ahora sería aquel que no podía ser nombrado frente a ella!

Abofetearía al que osara mencionar ese horrible nombre.

Darse cuenta que no era nada para esa persona le hacía querer llorar de nuevo, más cuando aún estaban frescas las memorias del día anterior en su mente.

UN DÍA ANTES

Haru estaba en un estado en que su felicidad llenaba toda la habitación con flores imaginarias que podrían hacer vomitar a Hibari Kyouya y querer asesinarla por el exceso brutal del rosa. Para su suerte estaba sola en su departamento con el pensamiento alegre de que ya cumplía tres meses de noviazgo con Tsuna. Habían pactado el mes anterior que celebrarían esta gran fecha con una cena romántica.

Aun así Haru tenía en mente que podía surgir algún inconveniente debido a los deberes de Tsuna con la mafia.

Probablemente llegaría tarde, pero ella lo esperaría de igual forma.

En eso ella escucha el timbre de su celular dándole un vuelco a su agitado interior.

¡Oh, Tsuna-san~! ¿Está todo bien? – Preguntó ella feliz al escuchar la voz de su amado por el auricular.

Haru… Etto… Era para disculparme. No podré llegar a tiempo hoy. Surgió un asunto complicado en la familia. – Dijo la voz apenada del décimo Vongola.

Ya veo, Tsuna-san. No se le puede hacer nada si es algo de la mafia~. No hay problema, cenaremos juntos en otra ocasión. ¿Sí? – Ella bajó la mirada y fingió un tono comprensivo para ocultar su creciente decepción.

Está bien. Gracias, Haru. Te recompensaré esto. – Dijo Tsuna despidiéndose.

El sonido de una llamada cortada llenó sus oídos.

¿Ahora qué haría?

¿Ver televisión?

Dado que su buen humor se había esfumado, ahora las ganas de ver televisión estaban de la misma forma.

Ya con esa era la cuarta vez en que la dichosa familia le hacía a Tsuna dejarla plantada.

Ella era una persona paciente.

Pero hasta su paciencia tenía un límite.

Se abofeteó sus mejillas con ambas manos para despejar su mente de aquellos pensamientos negativos que nada bien le hacían.

"No debes pensar así. Tsuna-san trabaja mucho para que todos estemos en paz." – Pensó ella para recuperar su sonrisa.

Había aceptado a la mafia por Tsuna.

Cuando se disponía a irse a dormir, su celular volvió a sonar dándole la esperanza falsa de que tal vez era Tsuna arrepintiéndose de no venir a cenar. Pero su sorpresa fue grande al ver el nombre de una vieja amiga de la universidad que repentinamente la estaba llamando.

Hola, Aoi-chan~. ¿Cómo estás? – Preguntó Haru al accionar la llamada curiosa de saber el motivo de la misma.

¡Hola, Haru-chan! mmm, se podría decir que bien. Te llamo porque quería que saliéramos a comer algo por ahí. Hace tiempo que no te veo y de verdad no quería perder el contacto contigo. ¿Estás ocupada esta noche? – Preguntó Aoi algo dudosa, había llamado repentinamente y luego pedía salir sin pensar que su amiga podía tener otros planes.

Está bien, no estoy ocupada. ¿Dónde nos encontramos? – Contestó ella sin pensarlo mucho, el plan de salir era mucho más entretenido que solo irse a dormir temprano.

¿Qué te parece el centro comercial? – Preguntó tentativamente Aoi.

Me queda muy cerca. Estaré ahí en media hora junto a la estatua del pingüino. – Dijo Haru mientras buscaba en su armario su abrigo gris. A esas horas hacía mucho frío y ella era alguien muy sensible a ese estado de temperatura.

Ok, estaré ahí en ese mismo tiempo. Nos vemos. – Dijo Aoi colgando.

Haru tenía tiempo de no salir con ninguna de sus amigas, además de Kyoko quien siempre estaba con ella cuando no estaba con Tsuna.

No pensemos en Tsuna al menos esta noche. ¿Sí, Haru? – Ella se mentalizó mientras ajustaba su falda azul que le llegaba hasta las rodillas y que iba a juego con su blusa blanca de manga larga de botones. Era el conjunto que pensaba usar en la cena con Tsuna pero dado que todo se había cancelado, ya no importaba…

30 MINUTOS DESPUÉS

Aoi esperaba pacientemente a que Haru apareciera entre la multitud sentaba en las bancas junto al pingüino donde su amiga le había pedido que aguardara su llegada.

Su nombre completo era Sugimura Aoi.

Su baja altura solía hacerla ver más joven de lo que realmente era, ya que a menudo era confundida con una estudiante de secundaria, cosa que le molestaba mucho, pero no era algo que le quitara el sueño. Gracias a su gran coeficiente había pasado de grado rápidamente en la secundaria, gran logro que le consiguió su pase a la universidad en donde se encontró con Haru. Por ello, Haru le llevaba alrededor de tres años a ella.

Está tardando… - Aoi limpió sus anteojos mientras trataba de echar a un lado su mechón de cabello verde oscuro para ver mejor y también para que no se enredara con lentes de nuevo.

¡Lo siento, Aoi! ¡Me he tardado más de lo que espe-…! ¡Hahi! – Haru se tropezó y cayó de cara al suelo.

¡Haru-chan! ¿Estás bien…? Veo que lo torpe no ha cambiado en ti. – Dijo Aoi corriendo hacia ella ayudándole a levantarse en el proceso.

Jajaja… Digamos que no. – Haru dijo mientras tenía un moretón en la frente algo desanimada.

Era triste pensar que su nombre era sinónimo de torpeza para ella misma a veces.

No importa. Haru siempre será Haru. Supongo… - Dijo Aoi tratando de animar a su amiga.

¡Aoi-chan, tú siempre eres tan linda! – Haru la abrazó emocionada.

El escuchar esas palabras le hacían sentir bien de alguna forma.

¿Haru? ¿Te sientes bien? ¿Quieres que vayamos a ese restaurante del que una vez te hablé? – Preguntó ella al notar que su amiga estaba un poco extraña.

¿Ese que dijiste que servía postres muy elegantes? ¡Si quiero! – Preguntó ella con brillo en los ojos. Aunque era notable que su día de agradecimiento a Haru estaba muy lejos y que el comer de improviso podía ser considerado como un pecado para su dieta, a ella se le apetecía más probar esos manjares que le estaban esperando desde hace varios años.

EN EL RESTAURANTE LUJOSO

Ahora que lo pienso… ¿No era este un restaurante al que solo podías entrar con reservación? – Interrogó Haru recordando ese detalle.

No te preocupes por esos pequeños detalles~. Siempre he querido invitarte como recompensa por todas esas veces que me ayudaste en el pasado. – Aoi buscó en su bolso y sacó una tarjeta negra la cual presentó a la recepcionista. La empleada al ver la tarjeta se asustó bastante, pero como era parte de su trabajo el tratar con ese "tipo" de personas que pertenecía a su clientela VIP, debía comportarse.

Sígame por favor, la llevaré a la sala especial. – Dijo la empleada a punto de guiarla pero Aoi la detuvo en su camino.

No. Quiero una mesa normal. – Pidió la peliverde.

¿Algún lugar que deseé en especial? – Preguntó la recepcionista.

Aoi miró el gran salón en busca de algo anormal, hasta que se topó con unos hombres de negro que estaban esperando a alguien en especial.

Quiero la mesa junto a la gran ventana. – Dijo ella después de un buen rato de estar meditando, cosa que le parecía un poco extraña a Haru, pero no le dio más importancia. Los postres de sus sueños estaban cada vez más cerca de sus manos.

Mientras la empleada no entendía el porqué del afán de Aoi por sentarse en un lugar normal cuando podía tener una sala privada con todos los lujos del restaurante, de igual forma, con todas sus dudas en su mente las guió hacia la mesa en cuestión. Ellas al llegar esperaron el menú con ansias. Bueno, más Haru que Aoi, esta última parecía estar absorta en otra cosa.

No sabía que podías hacer eso. ¿Qué es esa tarjeta? – Haru le dio un vistazo a la menor.

A mi familia le gusta comer aquí, así que es como una tarjeta de cliente frecuente o algo así. – Contestó ella a la pregunta de Haru entre tanto un mesero llegaba con las cartas del menú.

¡Todo se ve delicioso! – Exclamó Haru al ver las deliciosas fotografías.

Quiero un Suflé de chocolate negro. – Comenzó a pedir Haru aún indecisa de lo siguiente que debía ordenar.

Yo quiero lo mismo que ella y también quiero un vino rosa. – Pidió Aoi con una sonrisa.

¿Estás segura? ¿No nos embriagaremos? – Haru la miró sorprendida por el pedido de la otra.

¿De qué te preocupas? Mínimo tenemos que conducir después, Haru. Jajajaja. Además es vino suave. – Rió ella con el comentario de la castaña.

Si tú lo dices. Te haré caso. – Sentenció ella sin darle más vuelta al asunto.

UNA HORA DESPUÉS

Todo estaba delicioso~. – Dijo Haru limpiándose con una servilleta el rostro.

Tendría que hacer mucho ejercicio después de esto.

Por estar comiendo no hemos hablado de absolutamente nada. Tenía un año entero de no verte. – Dijo Aoi con una copa en la mano.

Es verdad. ¿Estabas de viaje con tu familia? – La castaña preguntó con una sonrisa al notar que lo que decía Aoi era verdad.

Sí. Aunque fue un año demasiado cansado, pero he podido reunir bastante dinero para ser independiente. Fue algo así como un trabajo de medio tiempo con ellos en lugar de un viaje familiar. Pero dejemos de hablar de mí. ¿Cómo va todo con el amor de tu vida? Aun no me lo presentas, ni siquiera sé cómo es él. – Contestó la peliverde.

Las cosas van bien. Eso creo. Y él es algo bajo en comparación a sus amigos, tiene cabello castaño claro, sus ojos son marrones y siempre vist-… - En medio de su descripción Haru fue interrumpida por Aoi.

¿Siempre viste de negro y es acompañado por guardaespaldas? – Preguntó Aoi.

Si… ¿Cómo lo sabes? – Haru estaba asombrada.

¿Acaso Aoi podía leer la mente?

¿Era algo que se aprendía en los viajes familiares?

Es que mientras lo describías, alguien parecido apareció… - Aoi señaló disimuladamente.

Haru volteó buscando al sujeto al que Aoi se refería y ahí fue que lo vio todo.

Esto la había agarrado con la guardia baja.

No sabía qué decir para expresar lo que sentía.

Un poco lejos de su mesa, Tsuna estaba siendo guiado por otro mesero hacia una sala privada del restaurante que antes le habían ofrecido a Aoi. Pero eso no era lo más impactante en el panorama.

No.

Lo que era impactante de verdad era ver a una Kyoko sujetando de forma cariñosa el brazo de su novio.

Le costaba decir que su vista le fallaba, ya que esa no podía ser otra más que su ahora ex-amiga.

Inmediatamente la vista se le aguó al ver tal escena, no quería ponerse a llorar en pleno restaurante, pero dudaba que su resistencia emocional fuera lo bastante fuerte como para dejarla al menos salir del recinto. Por eso en un esfuerzo sobrehumano se levantó de la mesa para irse rápido de ese lugar. No obstante, Aoi la sujetó del brazo para impedírselo.

Espera. ¿No quieres saber la verdad? – Aoi la interrogó con mirada fría.

Tu sufrimiento es el mío, así que yo te acompañaré en esto. – Aoi la jaló en dirección al pasillo en donde se suponía que debían llevar a Tsuna y a Kyoko.

No puedo hacer esto, Aoi. E-Es demasiado para mí… - Ella tartamudeaba más a medida que se iban acercando al otro pasillo.

Haru, tú estás en todo tu derecho de saberlo. – Aoi no aceptaría una negativa.

Aoi abrió la puerta de una sala VIP que sabía que estaba desocupada y que sería usada por el restaurante a razón de que las demás debían estar llenas en estos momentos. Al sentir las voces de Tsuna y Kyoko que venían de saludar al dueño del restaurante como signo de cortesía, ambas entraron a la sala antes de que pudieran ser vistas y se metieron debajo de un gran asiento en donde podrían escuchar todo lo que se conversara ahí.

Al escuchar que la puerta se cerraba después de que el mesero se retirara, las respiraciones de ambas cesaron por el miedo a ser descubiertas, siendo reanudadas después de unos segundos por la falta de aire pero con más normalidad para pasar desapercibidas.

¿Crees que ella sospecha, Tsu-kun? Por lo que me han dicho, las has dejado plantada tres veces este mes. – Dijo Kyoko rompiendo el silencio en la sala.

Cuatro veces… Hoy se supone que tenía que salir con ella, pero lo recordé al último minuto. – Tsuna puso su mano en el hombro de Kyoko con suavidad.

Haru al escuchar eso apretó los puños con furia, estaba a punto de levantarse para darle una buena bofetada a Tsuna.

¿Cuándo vamos a sacar lo nuestro a la luz? Ya estoy cansada de estar en las sombras~. – Preguntó Kyoko con una sonrisa.

Cuando la reunión de las mafias haya pasado. Después de eso terminaré con Haru. Si alguien descubre nuestra relación, estarás en serio peligro. – Explicó Tsuna.

Kyoko no agregó más a la resolución de Tsuna, sabía que estaba mal mentirle a su amiga, pero no quería estar en peligro de muerte.

"¿Solo soy el señuelo…?" – Haru no lo podía creer.

Después de aquella reunión, nos casaremos. Ya les avisé a los demás. – Agregó Tsuna muy sonriente.

Realmente Haru lamentó haber escuchado esta parte.

¿Acaso todos lo sabían y habían preferido callar?

¿Cómo era posible?

A Haru se le escapó un sonido al intentar ahogar sus lágrimas que ya recorrían su deprimido rostro. Tsuna al escucharlo estaba por levantarse e ir a investigar, pero el mesero regresó con la orden de comida y licor en una carretilla lista para servirse.

Su orden está aquí, Sr. Sawada. – Avisó el mesero.

Gracias. – Tsuna dejó pasar al mesero quien puso la carretilla junto al sillón mientras acomodaba la comida. Después de unos minutos, el mesero se retiró dejando de nuevo "solos" a la pareja en la sala. Tsuna se acercó cautelosamente a la parte de atrás del sillón para atrapar al intruso, pero al llegar a esa sección descubrió que no había nadie.

"¿Habrá sido imaginación mía…?" – Tsuna pensó algo nervioso.

000000TSUNA00000

El mesero dejó la caretilla cerca de la cocina y se fue a buscar otra orden que atender en la sala principal. Haru y Aoi aprovecharon la oportunidad para salir de adentro del mini vehículo de comida. Entonces Haru se dirigió hacia la mesa en donde habían estado sentadas las dos y con expresión seria tomó la botella para salir del local. Aoi se dirigió a la recepción para pagar lo más rápido posible para así poder alcanzar a Haru quien parecía haberse perdido de su vista.

00000HARU00000

Ya cuando Aoi volvió a encontrar a Haru esta estaba en un parque bebiendo el vino rosa que se había llevado del restaurante.

¿Haru…? Estás bebiendo demasiado. Mañana vas a tener un dolor de cabeza de campeonato. – Dijo Aoi viendo que no había captado la atención de Haru con su llegada.

Haru no la miraba siquiera, lo único que ella deseaba en ese momento era desaparecer de la faz de la Tierra como lo estaba haciendo su bebida.

Entiendo cómo te sientes, pero beber no es la mejor solución. – Aoi intentó quitarle la botella.

¿Realmente importa cómo me desahogue? – Haru apartó su mano con molestia.

¡H-Haru! – Llamó Aoi quien iba a seguir forcejeando pero el arribo de unos sujetos le quitó la idea de momento.

¡Oh! ¿Pero qué tenemos aquí? – Dijo uno de los tipos que parecía pertenecer a una banda de delincuentes local.

¡Son dos zorras para servirnos! ¿Con cuál se quedan? – Preguntó el líder a sus compañeros dando por hecho que ellas dos no podían huir de ellos.

Aoi miró a Haru aterrada, la embriagada mujer no estaba en las mejores condiciones para huir de aquellos hombres y mucho menos se veía capaz de defenderla. La peliverde se espantó más al ver que el líder se acercaba a ella para hacerle quien sabe qué.

Yo me quedo con la enana. – Dijo agarrando a Aoi por su suéter, ella lo miró mal.

No dejaría que nadie le hiciera nada a Haru.

Ustedes hagan lo que quiera con la otra. – Ordenó el líder.

En ese instante, Haru se percató de lo que sucedía y con una decisión que no era propia de ella, se levantó y golpeó a uno de los delincuentes con una roca en la cabeza sin pensarlo dos veces. Su propia cabeza le dolía demasiado para detenerse a pensar que lo que estaba haciendo era algo violento.

A ella le parecía que era un buen plan.

Por eso corrió hacia el líder para golpearlo también, pero en ese lapso de tiempo en que su cerebro registró todo el movimiento a su alrededor lentamente, notó que su vista se empezaba a oscurecer mientras su dolor de cabeza se volvía más insoportable. Estaba segura que se había caído porque percibió de inmediato el frío concreto debajo de ella.

Lo que pasó después de esto, Haru lo desconocía porque probablemente había caído inconsciente o algo así…

No recordaba nada más.

TIEMPO PRESENTE

PARQUE

Era obvio pensar que esa no era su semana ya llegados a este punto.

¿Por qué Haru pensaba eso?

Pues…

Detrás de ella habían seis cadáveres tirados junto a unas bancas.

También tenía el abrigo ensangrentado de Aoi en su poder.

Y por si no fuera poco, tenía un anillo como los que usaban Tsuna y sus guardianes en su dedo con la única diferencia que este tenía otro tipo de inscripciones.

¿Qué había sucedido después de que ella cayera inconsciente?

Haru solo tenía esa pregunta en la cabeza.

Para su desgracia, este evento apenas sería la punta del iceberg de los problemas futuros que tendría esa misma semana.


DEATH GOD RAVEN :3