Bueno, antes que nada, espero disfruten de esta pequeña obra. Es el primer fanfiction que escribo (no se me da eso de subir trabajos) así que espero sea de su agrado.
Decidí que la pareja principal fuera Gumi y Lily (aparte de que las shippeo so hard) creo que hay muy poco de ellas en el fandom, así que quise aportar algo acerca de estas chicas.
No soy la mejor persona escribiendo español, pero, espero que no haya tantos horrores ortográficos y sintaxis algo extrañas. Una disculpa de antemano.
Posibles OoC, puesto que no me conozco a todos los personajes, así que me guíe en el zodiaco (haha).
Saludos.
Disclaimers: Ningún personaje de VOCALOID me pertenece, son propiedad de sus respectivos autores.
Start
by Errende Ebecee
Sus ojos verdes como esmeraldas se fijaron en aquellas cintas amarillas y negras bloqueando el ascensor. Otro día en el que el bendito elevador no funcionaba, estaba descompuesto desde el inicio de la semana... ya era viernes. Miró resignada las escaleras, no había sido el mejor día de su vida, suspiro antes de empezar a subir los escalones; su mochila pesaba, la caja de utensilios como pegamento, cinta, pedazos de madera, uno que otro de cartón y metal le pesaba más de lo normal y aún más la maqueta de su proyecto final casi sesenta centímetros de altura y unos cuarenta de ancho. Estaba un poco maltratada por tener que transportarse en camión, seguido de caminar. Al quinto piso pensó que debió haber pedido ayuda a su compañera de departamento, sabía que no dudaría en bajar, pero ya que... sólo le faltaba tres más.
Al llegar a su piso, giró a la izquierda, pasó de largo cuatro puertas, y por fin, la quinta era la suya. Dejó la caja con materiales en el suelo para sacar las llaves de su pantalón y abrir. Recogió sus útiles y entró, dejando esta a unos cuantos metros de la entrada. Estaba oscuro, era conocido que su compañera no era precisamente fan de la luz, por lo que siempre tenía todo cerrado. Dejó su maqueta en la mesa del comedor por el momento.
—Llegué.
Nadie respondió. Ni siquiera la respuesta sarcástica que regularmente recibía todos los días al llegar a casa.
—¿Lily?
Nuevamente no obtuvo respuesta, miró hacia la sala a unos cuantos pasos de ella. Los sillón de uno y dos espacios estaban vacíos, no tenía visión del vacíos de tres ya que el respaldo le bloqueaba, caminó un poco y pudo divisar un pie en el descansabrazos de este. Sin mas se acerco y miró a su compañera con una libreta en la cara y una guitarra eléctrica en su abdomen su mano muy apenas estaba apoyada en donde los trastes, el cuaderno estaba bastante gastado, reconoció al instante que era el que usaba para escribir sus canciones, posiblemente había estado sacando las notas mas el sueño le había ganado. Definitivamente estaba sacando las notas para su canción, la lata de cerveza en la mesa del centro se lo confirmo. Desde que la conocía, solía tomar para 'aclarar su mente', mas para ella, eso sonaba mas como un pretexto solo para saborear aquella amarga 'bebida de los dioses', como solía llamarlo la rubia en el conocía.
La recién llegada sonrió.
Con extremo cuidado retir la mano del mástil, levantó la guitarra y con su otra mano libre, retiró la libreta de su rostro, caminó sin hacer ruido por el pasillo de la derecha, donde se encontraban las habitaciones, pasó una puerta y la segunda a la derecha la abrió mostrando el santuario musical de su amiga. Las paredes estaban adornadas por tres guitarras eléctricas, tres acústicas y dos bajos, una batería en la esquina opuesta a la puerta, un teclado a un lado de la entrada, tres amplificadores apilados uno encima de otro en la esquina contraria a la batería y un escritorio con hojas y libros en la pared opuesta a donde ella se encontraba. Con cuidado colgó la guitarra en su base y dejo la libreta en el escritorio, miro el portarretrato que estaba boca abajo sobre esta, siempre que entraba, tenía una curiosidad enorme por mirar quienes aparecían en la fotografía, mas no lo hacía por respeto a la privacidad de la Lily, sin mas salió de la habitación.
Nuevamente regreso al comedor para mirar el reloj, eran casi las 7:30PM, se dirigió hacia la cocina para empezar a preparar la cena, podría asegurar que la descuidada de su roommate sólo tenía esa lata de cerveza en el estomago desde las doce del medio día que ella salía de clases.
Abrió el refrigerador, estaba algo vacío... les urgía salir a comprar el mandado, quizá cuando despertase se lo propondría. De lado de la puerta, estaba casi tapizada por latas de cerveza y bebida energética, suspiro.
—Debo dejar de tomar bebidas energetizantes...
Cada que tenía finales, sobrevivía a base de café, bebidas energéticas y más café. Era lo único que podía mantenerla despierta para poder terminar sus proyectos a tiempo. Como sea, debía hacer algo para comer... inspeccionó mejor el interior del refrigerador, sacó lo que había quedado de una cebolla, tomate... abrió un bote de pepinillos que llevaba algo de tiempo ahí, aun así los olio... estaban bien, tomó el bote casi vacío de mayonesa. Cerró el refri para buscar algo de pasta, jalapeños y atún en la alacena. Dejó todo a un lado de la estufa y aprovechó para prenderla, sacó un sartén hondo donde colocó la pasta y algo de agua, dejó que la pasta se hiciera mientras cortaba el tomate, la cebolla y los pepinillos.
Una chica de cabellos aqua se se encontraba sentada en el sillón de piernas cruzadas mientras 'veía' la televisión, aunque mas que mirarla, honestamente no estaba prestando atención, su mirada estaba fija en la pantalla, mas su mente estaba divagando en otro lugar. Tenía expresión triste, a comparación de a como era normalmente... quizá debió haberle hecho caso a su amiga... pero no, tenía que ser terca y hacer guturales. Suspiró al mismo tiempo en que tocaban la puerta. Sin muchas ganas se levantó a abrirla.
—¡Miku-chan!
La aludida cerró la puerta al ver la cabellera morada. Mas volvió a abrirla con una sonrisa juguetona dejando pasar al chico que traía una bolsa consigo.
— Miku-chan, eres el diablo— Comentó el chico pasando mientras saludaba a su pequeña amiga. —Me dijo Luka que te checara nuevamente...
La menor sólo asintió con la cabeza, mientras iba a sentarse en el respaldo del sillón, para quedar a una altura cómoda para el chico alto, quien sacaba un palo delgado de madera y buscaba en su celular la aplicación de lámpara para iluminar mejor la cavidad bucal de la joven.
—Di 'a'
La chica abrió la boca y el chico se dispuso a evaluar la zona dañada.
—¿Aún te duele al pasar saliva?
—'Aha'
—Pues, creas o no, vas mejorando, si todo va bien, para la próxima semana estarás como nueva. —El joven apago la lámpara de su celular y fue a tirar el palo de madera, mientras regresaba con la bolsa que había traído con medicamentos. —Sólo tomate esto y veras como mejoraras más rápido...
Miku tomó las medicinas, uno era un analgésico y los otros, honestamente no supo para que, pero ya que su buen amigo Gakupo se las daba, era por algo.
—Le dije a Luka que me dejara checarte... pero ya sabes como es... no se por que tanta desconfianza si te conozco desde que estabas en pañales...
La chica sólo sonrió al pensar en su compañera de habitación, desde que se había mudado con ella era así. Las primeras semanas conviviendo con la chica fue un total desastre, ya que la menor era bastante alegre, extrovertida y siempre estaba haciendo algo, mientras que la otra, era mas pacífica, amaba la tranquilidad... realmente opuestas, pero, como adultos jóvenes que eran decidieron llegar a un acuerdo propuesto por la menor, cosa que le costo creer a la mayor. Desde entonces, las cosas entre las dos fueron más tranquilas. Como sea, se dispuso a tomarse ambas pastillas, mientras el joven se acercaba a la barra desayunadora para quedar frente a Miku.
—Aunque, bueno... no la culpo... desde que le dije que estaba jugando gato en el anfiteatro mientras esperábamos a los demás compañeros...
La chica miró extrañada.
—En las costillas del sujeto...
Miku lo miró extrañado... lo conocía desde que tenía uso de razón y jamás lo había visto hacer algo tan infantil y bastante irrespetuoso. Le sorprendió esa confesión viniendo de él. Enserio.
—Pero bueno... Creo que Luka fue con Meiko a comprar cosas para la fiesta... ¿te dijeron?
La peliaqua terminó de tomarse las pastillas y negó con la cabeza.
—Bueno... No sé porqué Meiko quiere juntarse... pero... ya sabes como es... —El chico se estiro un poco. —¿Vendrás cierto?
La menor salió de la cocina corriendo para arrastrar al joven fuera de la casa (la cual cerró con llave) e ir al departamento de la buena anfitriona Meiko.
Dos chicas se encontraban en el elevador que las llevaría a la planta alta del súper mercado. Una castaña se dedicaba a teclear en su celular, mientras la otra pelirosa esperaba a llegar a su destino. Una vez que las puertas se abrieron, salieron de ahí para tomar un carrito.
—¿Nos separamos?—Preguntó la pelirosa que iba detrás de la chica del carrito.
—Nah, sólo venimos por alcohol.
—¿Sólo alcohol?
—Si, la hice tarde para que vengan comidos y así no gastar en alimento—Le guiñó el ojo mientras entraban a los estrechos pasillos de la cerveza y las bebidas.
—No sé si eres tacaña o una maldita genio, Meiko—Sonrió levemente parándose a un lado de su amiga que miraba el celular. Una lista de bebidas—¿Que tenemos en la lista?
—Lo normal... Whisky, Vodka, Ron, Tequila y algo de Coñac...Sake aún tengo bastante de la fiesta anterior—Dijo al leer los nombres de las bebidas escritas en forma comercial como Capitán Morgan, José Cuervo, Absolute entre otras—Luka, no tomes más de dos botellas... por que lo pesado será la cerveza.
La pelirosa se dedicaba a encontrar cada una de estas para meterlas al carrito, diez botellas. Ambas pasaron de largo el pasillo para dirigirse al enfriador donde se encontraba la cerveza.
—¿Que llevarás?—
—Sube algo de Budweiser, Miller, Coors... —Miró la gran variedad que tenían—Heineken, Guinness...Corona, XX Lager y Bohemia.
—Se ve que quieres causarles cáncer a tus invitados—Comentó la pelirosa mientras metía pocas cajas de algunas mencionadas, que eran de las mas dañinas por el jarabe de maíz que era genéticamente modificado. —¿Que es lo que la gente toma más?
—Hein, Lager, Miller y Coors— Conforme su amiga se las iba pasando, ella las iba acomodando.
Llevaban más de treinta cajas en el pobre carrito más las otras pocas que Luka llevaba consigo misma. Era bastante gracioso como la gente las miraba extrañadas al ver la cantidad de alcohol que cargaban. Una vez que pegaron una cuenta que la pelirosa no prestó atención. Salieron de ahí para acomodar todo en el carro e ir hacia el departamento de Meiko donde se haría la fiesta.
Escuchaba a lo lejos varios golpeteos, frunció el entrecejo... no cesaba. Abrió con pereza los ojos el techo le decía que había luz proviniendo de la cocina, hizo fuerza con su mano para 'sostener su guitarra' mas no sintió nada, asustada miró el piso con el temor de que estuviera ahí... no estaba. Se apoyó del respaldo del sillón para ayudarse a levantarse, entrecerró los ojos por la luz, era la peliverde. Su compañera de departamento. Se reincorporó del sofá, buscó con la mirada su libreta. Tampoco estaba. Se talló los ojos y tomó la lata de cerveza del centro de mesa llevándosela a sus labios con la esperanza de que aún tuviera algo de ese delicioso líquido. Mas no había. Estiró un poco sus brazos antes de levantarse y caminar hacia la cocina con el sigilio que la caracterizaba. Su compañera solía recriminarle el hecho de que siempre terminaba asustándola cuando se la encontraba en el baño a mitad de la noche o entraba a su estudio mientras estaba haciendo sus maquetas. Se recargó en el marco de la puerta de la cocina.
—¿Llegaste temprano? —Caminó al refrigerador para sacar otra lata de cerveza.
—Son casi las ocho de la noche, querida.
—Oh... — Abrió su lata dándole un gran sorbo. — ¿Cómo te fue en clases? — Se colocó a un lado para ver que era lo que hacía. ¡Oh! ¡La ensalada de atún que preparaba era exageradamente deliciosa!
—Ni me preguntes —Dio un largo suspiro para acercarse a la estufa a checar la pasta —Me dijeron que volviera a hacer los planos, porqué las medidas del terreno no eran correctas... —Metió el atún, y lo recién cortado a una vasija honda para revolverlos —Estoy segura que las medidas son correctas...
—Si quieres puedo ayudarte... tengo lunes y martes libres de esta semana que viene.
—La última vez casi te quedas sin dedo por andar usando el cutter...
—Tenías que recordármelo, ¿no? —Rodeo los ojos. —Pero al final pudiste entregar a tiempo y tu calificación fue bastante alta.
—Tranquila, es sólo la estructura— Soltó una risita al recordar como la rubia con la pura mirada amenazaba a su profesor camino a la universidad si no le ponía buena calificación. — ¿Cómo te fue a ti?
—Casual— Se limitó a responder, dio otro sorbo a su cerveza — Luka y Gakupo peleando, Kaito queriendo dominar el mundo a base de helado... Casual—Alzó sus hombros.
—¿Y Miku?—Preguntó curiosa, hacia una semana que no hablaba con su mejor amiga.
—Aún no se recupera de la garganta...
—¿De verdad?
—Si... espero honestamente no vuelva a intentar hacer guturales...
—Suena difícil...—Sacó del fuego la pasta, para quitarle el agua y vaciarla con los demás alimentos.
La rubia dio una bocanada de aire para dar un grito rasposo seguido de:
—Suena difícil, pero no lo es, el problema es que a Miku se le salió de las manos...—Terminó de dar su último sorbo a su cerveza.
—No hagas eso...o te lastimaras tú también — Tomó una cuchara grande para la ensalada y salir caminando con la cena hacia el comedor.
—Vamos, Gumi... vengo haciéndolo desde que tenía dieciséis años— Sonrió mientras llevaba dos vasos, platos y cubiertos a donde la chica de ojos esmeralda.
Ambas chicas se sentaron a disponer de su cena después de un ajetreado día, o por lo menos desde el punto de vista de la menor. La cena pasó tranquila, platicando entre bocados. Gumi comentó sobre que trataba la canción que estaba escribiendo a lo que la rubia respondió un simple 'amor a la música', mas la oji esmeralda sabía que había algo mas oculto dentro de esa canción, tal y como su roommate solía hacerlo. Nunca hacía canciones por hacerlas. Sólo había tenido la oportunidad de escuchar unas pocas, y la gran mayoría tenía un significado bastante profundo. Le costaba creer que alguien tan desordenada, arrogante, exageradamente orgullosa, pervertida y autoritaria, pudiese ser tan profunda y romántica (a su manera) a la vez.
El celular de ambas comenzaron a vibrar, ambas cruzaron miradas y sacaron sus móviles de la bolsa de su pantalón. Un mensaje grupal de la aplicación que usaban para mantenerse en contacto. Ambas lo abrieron. Era Meiko.
"Fiesta en mi depa a las 9PM"
—¿Y porqué mierda tienes que avisar al momento?— Preguntó Lily mas para si misma, mientras comenzaba a teclear...
La menor suspiro, supuso que lo mejor sería ir a ponerse algo cómodo para la fiesta. Lo mas seguro es que duraría hasta altas horas de la noche. Levantó los platos para ponerlos en el fregadero y encaminarse a su habitación a darse un baño. En cuanto a la rubia, sólo se levantó caminando hacia su cuarto mientras le contestaba a Meiko, era excelente momento para estrenar su camisa amarilla de botones.
Subiré el siguiente capitulo terminando de darle una vuelta a la ortografía.
Saludos.
