Y TODO POR AYUDAR
Por Mary Martín
CAPITULO 1
HASTA QUE TUS PADRES NOS SEPAREN
La paz había regresado al mundo, ahora no había más guerras ni enemigos a perseguir. La armonía reinaba en la ciudad…bueno… excepto en una de las calles de Japón cuya tranquilidad se ve perturbada por el estrenduoso ruido de un corvet que pasa echo la mocha. El conductor: Un joven rubio de ojos azules que bien podría ser contratado como microbusero de la ciudad de México…
– ¿Qué hago? ¿Qué hago?
– Cálmate Hyoga, no puede ser tan malo
– ¿Bromeas, Shun? Conocer a los padres de tu novia es la cosa más horrible del mundo. Imagínate, todo el tiempo van a cuestionar lo que hago y lo que dejo de hacer. ¿Y si no les agrado? ¡Ay Dios!
Bueno, decir que Hyoga estaba alterado es decir poco sólo hacia falta verle su expresión de prisionero condenado a muerte para darse cuenta que las cosas estaban peor de lo que parecían. Él llevaba una relación de más de un año con una jovencita de cabellos negros que había conocido en la universidad, ella tenía 17 años y tan sólo era un año menor que él…
– Trem me había dicho que sus padres eran estrictos pero no creo que sea para tanto
– No sé, pero algo me dice que me va a ir como en feria. Mi vida es un caos... ¡Maldición! – Se empieza a dar de topes contra el volante
– Oye, ve por donde vas o nos vamos a estampar
– ¡Maldición! ¡Maldición! – se sigue dando de topes
– Hyoga, deja de hacer eso – dijo aterrado al ver que el carro empezaba a zigzagear
– ¿Tienes algún problema? Tal vez quieras conducir tú, niño
– ¿Qué te pasa? Tampoco es para que te molestes ¿Yo qué te he hecho?
– ¡Yo me molesto con quien se me da la gana!
Hyoga estaba tan ocupado tratando de desquitarse con el pobre Shun que no se dio cuenta a qué bendita hora se metió en el carril de sentido contrario causando alboroto entre los transeúntes. Ya se imaginarán a los peatones que tuvieron que hacer hasta lo imposible por no terminar bajo las llantas del corvet. Shun sólo rogaba porque nadie saliera herido…
– ¡Cuidado!
Pero toda plegaria fue en vano pues de repente se estampan contra un lujoso carro que venia conduciendo lentamente y le dejan tremenda abolladura en un costado, varios fragmentos salieron volando por los aires, gracias al cielo al parecer a los pasajeros no les pasó nada grave, pero aún aspa Hyoga estaba en serios problemas
– ¡Rayos!
– Te lo dije
Después de eso, Hyoga se baja del auto hecho una furia para discutir con el otro conductor, tenía mucha tensión reprimida y eso era lo único que le faltaba para estallar por completo. Shun se quedó dentro para evitar más líos de los que ya tenían y es que Hyoga azotó la puerta en un claro signo de que es mejor no decirle ni pío…
– Óyeme ¿Estás ciego? ¿Qué no ves que estaba en rojo?
– Yo no tengo la culpa de que su carcacha sea lenta y ocupe todo el espacio
– ¿Cómo te atreves mocoso?
– ¡Bah! Tanto ruido por un rasponcito
¿Rasponcito? – dijo aludiendo al hecho de que prácticamente le había destrozado la defensa y los focos delanteros sin tomar en cuenta que la puerta estaba colgando de un hilo
– Conduce como tortuga. Ni crea que le voy a pagar nada, viejo decrépito – Se mete al auto y deja al señor con la palabra en la boca
– ¿A dónde crees que vas? ¡Vuelve acá! – quiso alcanzarlo pero Hyoga arrancó a todo lo que daba
– Yo creo que deberías enfrentar la situación, después de todo fue tu culpa
– ¡Cierra la boca o te vas caminando a tu casa!
– ¡Ay que carácter!
Luego se dirigen a la casa de la novia y el rubio todavía estaba tan alterado que casi arrolla a dos gatos y una toma de agua en el camino pero para fortuna de todos, su auto tampoco estaba en tan buenas condiciones razón por la que disminuyó su velocidad…pero aún así era un peligro… y Hyoga seguí más que nervioso, furioso y súper alterado por todo lo ocurrido, tanto que Shun empezó a pensar que si saltar por la ventana sería menos peligroso que seguir en dicho auto
– Errr... creo que mejor conduzco yo… – comentó aterrado
– Pero tú ni sabes conducir, te aseguro que no nos va a pasar nada
– Déjame dudarlo
– Pero si te detiene la policía va a ver que no tienes licencia
– Entonces hazme el grandísimo favor de ver por donde vas y no maldecir a todos los conductores
– Yo no tengo la culpa de que sean tan lentos ¿Que no ven que tengo prisa? Además ya sabes que estoy un poco alterado por lo de esta noche
– ¿De veras? Mira tú que no lo había notado
Luego de que milagrosamente no se estamparon contra un muro ni atropellaron a nadie, al fin llegaron vivos, fue hasta entonces que Shun pudo respirar tranquilo ya que hasta el momento había estado aferrado al cinturón de seguridad. Hyoga se baja tranquilamente ignorando el hecho de que al salir, su espejo fue a dar al suelo. Luego Shun lo sigue revisándose por todos lados para ver si no tenía fracturas internas. Ya habían avanzado un poco y ven que la novia llega corriendo a saludarlos...
– Hola amor… ¿Qué le pasó a tu auto?
– ¿A mi auto? No, nada ¿Por que lo dices?
– Quizá porque traes la defensa hecha añicos – respondió Shun viendo lo que quedaba del auto
– Shun, no te había visto ¿Cómo estás?
– Gracias a Dios, todavía estoy vivo
– ¿Eh?
– No le hagas caso, total que ya se iba ¿Verdad? – dijo con cara de: Ve a ver si ya puso la marrana
– Sí, ya me voy. Me dio gusto saludarte Trem, nos vemos – se despide de ella con un beso
Después de que el niño de ojos verdes se retiró dejándolos solos, Hyoga aprovecho para darle un beso a su novia y fueron paseando por la entrada de la gran casa de Trem mientras platicaban, él trataba de ocultar su nerviosismo pero simplemente no podía hacerlo. Trem más bien estaba muy preocupada por su amigo al cual le tenía mucho cariño, eso era fácil si tomamos en cuenta que Shun era un chico muy cariñoso y dulce.
– ¿Qué le pasa a Shun? Se veía algo espantado
– Nada, cosas suyas
– ¿Y tú cómo estás?
– Nervioso. Eso de conocer a tus padres me ha puesto alterado últimamente.
– No te preocupes, les vas a caer bien. En serio ¿Qué le pasó a tu auto?
– Nada, un pequeño accidente con un idiota que se me atravesó en el camino.
– ¿Pero tú estás bien, no te pasó nada? – preguntó revisándolo por todos lados para ver si no tenía algún golpe, rasguño o algo así…
– Estoy bien, no te preocupes amor. ¿A que hora dijiste que llegan?
– Mmm, pues... ¡Mira, ahí están! – dijo señalando hacia la entrada – Qué raro, se adelantaron 4 horas
Efectivamente, un carro hizo su aparición junto a la reja de entrada que estaba un poco lejos de donde ellos se encontraban. El chico rubio respira profundo, tratando de contener las ganas de salir corriendo a velocidad luz de ahí. Entonces se voltea lentamente y siente que el auto con una abolladura en el lado izquierdo se le hace muy pero muy familiar...
– ¿Dónde he visto yo ese carro? – preguntó rascándose la cabeza
– Vaya, parece que nos quieren agarrar de sorpresa. Mi papá siempre hace esas cosas.
– ¿Ese... ese es... tu papá?
– Sí ¿Por qué?
– ¡Ay Dios!
– Hyoga ¿Qué te pasa?
– Es que... ese... señor... es con el que choqué hace rato
– ¿Qué?
Para ese momento, el carro se había estacionado y el ocupante recién había apagado el motor, el cual echaba humo por todas partes, para acto seguido salir del auto con cara de muy pocos amigos y cayéndose por completo la puerta al ser cerrada por este. Esto lo enfureció mucho más, con decir que andaba pateando las hojas secas del camino mientras murmuraba una que otra maldición
– Pero... pero, no creo que haya problema, total que llegaron a un acuerdo para pagar los daños ¿Verdad? – preguntó juntando sus manos y mirándolo suplicante…
– Je, je, este... nop..
– ¿Entonces qué hiciste?
– Le dije hasta de lo que se iba a morir
– ¿Qué?
– Es que estaba muy alterado y... y... ¿Cómo iba yo a saber que ese era tu papá?
– No sé, pero de lo que si estoy segura es de que tenemos un gran, gran problema.
– Viene para acá, mejor me escondo mientras pienso que hacer.
– Sì, sì, ya vete antes de que te reconozca
Hyoga se esconde rápidamente tras unos arbustos a través de los cuales veía todo lo que pasaba, y el papá llega hecho una furia pero al ver a su amada hija cambia un poquito su actitud, esa niña era su adoración y siempre sabía sacarle una sonrisa por más difícil que fuera la situación
– ¡Papi! Qué gusto verte
– Hijita, que bueno que te encuentro. No sabes lo que me pasó hace rato, un idiota me chocó mi auto nuevo
– Este... ¿Sí? No me digas – respondió tratando de alegar demencia mientras una gotita de sudor surcaba su frente
– Ese infeliz, si algún día me lo encuentro pobre de él pues te aseguro que le voy a dar una golpiza que hasta sus hijos van a nacer adoloridos
Hyoga había escuchado perfectamente lo que había dicho su antes probable y ahora casi imposible suegro e instintivamente se llevó las manos a los….ojos… mientras deseaba convertirse en Marti McFly y tener su máquina del tiempo para que nada de esto hubiera pasado.
– ¡Ay Papi, no es para tanto! – trató de persuadirlo Trem
– Lo siento hija, pero ya sabes que soy muy rencoroso y vengativo, nadie se burla de mí y se va tan campante. Pero ya no quiero hablar de ese tarado. Y pasando a otra cosa ¿Dónde esta ese muchacho que pretende robarse mi florecita?
– ¿Te refieres a mi... novio?
– Así es
– Entonces tú quieres saber donde esta mi novio – dijo tratando de salirse por la tangente
– Sí hija ¿Dónde esta?
– "Por favor Trem invéntate algo rápido" – pensó Hyoga escondido en los arbustos todavía
– Él... está... está...arreglándose para hoy en la noche, sí eso ¿Sabes? Ha estado muy emocionado por conocerte y estoy segura que lo vas a querer...
– "Sí, pero me va a querer 3 metros bajo tierra" – pensó mortificado
– Lo dudo mucho, ya sabes lo exigente que soy y no voy a permitir que cualquier tipejo se quede con mi niñita adorada
– Papá, no seas así. Y por cierto ¿Dónde está mamá? – preguntó tratando de desviar el tema
– Tuvo que atender unos asuntos pero debe llegar en unas horas, justo a tiempo para la presentación oficial de tu novio. Pero sólo vine a saludarte me tengo que ir a desempacar. Te veo a las 9 como quedamos.
Entonces se despiden y el señor se aleja en su carro… bueno… lo que quedaba de él. Una vez que estuvo lo suficientemente lejos y después de un rato. Hyoga se asoma un poquito sobre los arbustos y al cerciorarse de que ya no estaba decide salir y va corriendo con Trem
– ¿Y ahora que hacemos, Hyoga?
– ¿Qué te parece cirugía plástica de emergencia?
– Oye, esto es serio
– Lo digo en serio. Si me ve, me mata
– Estoy segura que no va a querer que sigamos juntos
Se abraza a él y no puede ocultar su preocupación y tristeza, conocía perfectamente a su papá, él no olvidaba este tipo de cosas así tan fácilmente. Hyoga se siente culpable por la situación tan difícil en la que están pero aún así trata de buscar una solución a ese tremendo problema
– Espera, dijiste que sólo se quedarían un día ¿No es así?
– Sí, lo que pasa es que solo están de pasada, ya sabes solo andan en viajes de negocios e hicieron una pequeña parada aquí para visitarme
– Entonces creo que tengo una brillante idea – profesó con una sonrisa malévola en el rostro
– ¿Qué estás tramando? – preguntó con temor pues muy bien sabía que a su noviecito se le ocurrían cada cosas que mejor ni que decir
– Ya verás, todo saldrá perfecto… – dijo muy seguro pero Trem no pudo evitar quedarse con el temor de que sea lo que fuere que se le hubiera ocurrido a Hyoga solo les iba a traer más problemas…
Entre tanto, en otro lado de la ciudad, Shun se encontraba acostado en la cama boca arriba con los brazos cruzados detrás de la cabeza. En su rostro podía apreciarse una hermosa sonrisa y es que estaba más que feliz porque hace tan solo unos pocos días recibió una noticia desde Inglaterra…
– Qué feliz soy, dentro de unas horas llega June... y esta vez estoy completamente decidido, quiero que esté conmigo siempre. No podría soportar que volviera a alejarse de mi lado. Tengo que poder decirle lo que siento por ella… pero el que sí me preocupa es mi nii-san, si se entera que June era una amazona capaz que me prohíba verla por el resto de mi vida, con eso de que ya no hay guerras no quiere volver a tener nada que ver con el santuario y esas cosas… además, últimamente se está comportando muy extraño…
Estaba muy metido en sus pensamientos cuando de repente oye que golpean a la puerta y después de guardar una foto de June en su bolsillo va a abrir… y hablando del Rey de roma…
– ¿Nii-san? ¿Pasa algo malo? – preguntó preocupado puesto que su hermano sólo se asomaba por ahí cuando habían malas noticias
– Shun ven para acá – lo jala del brazo – necesitamos hablar...
– ¿Sobre qué Ikki? – preguntó con curiosidad
– Hay algo sumamente importante que debo decirte
Dijo con una expresión muy seria y sentándose en el borde de la ventana que deba hacia el patio. Shun sabía perfectamente que es lo que seguía a continuación, las señales era muy claras, ahí iba de nuevo con las conversaciones extrañas que habían tenido últimamente
– bien… tenemos que hablar de hombre a hombre
– "¿De hombre a hombre? ¿Qué significa eso? No será que..." – se puso pálido de repente de tan solo pensarlo – "¡Ay no! No querrá hablar so-sobre chi-cas"
– Otooto, tenemos que hablar sobre chicas
– ¿Qué?
– Estuve pensando en lo que hablamos el otro día y quiero darte consejos sobre estos asuntos del amor y como me dijiste que pronto vendría a visitarte una amiga pues no quiero que vayas a cometer una tontería y por eso quiero transmitirte todos mis conocimientos...
– Ikki, no... no... creo que sea... necesario – Shun estaba a punto del colapso nervioso y es que se le hacía por demás extraño que su nii-san le hablara de eso tan repentinamente
– Claro que si, lo primero que tienes que saber es…
Ikki empieza a dar su discurso que bien podría ser llamado "Como conquistar a una chica por Ikki Kido parte 1" Evidentemente que Shun esta en un estado de Shock y su mente está totalmente bloqueada y gracias a eso no escucha las palabras de su hermano porque si no de seguro se desmayaba el pobre al escuchar ciertas cosas que le avergonzaban sobremanera
– ¿Me estás poniendo atención?
– Bueno pues… – Shun estaba a punto de lanzarse por la ventana si era necesario con tal de librarse de eso, hasta que se decidió a actuar… aunque mejor no lo hubiera hecho – Oye nii-san… ¿No crees que ya estoy grandecito como para saber de dónde vienen los bebés?
– ¿Qué? ¿Cómo te enteraste?
– Es que Seiya me lo dijo el otro día
– ¿Que Seiya te dijo qué? ¡Lo voy a matar! – gritó dispuesto a cocinar al pobre pegaso con las llamas del infierno
– Tranquilo nii-san – dijo agarrándolo del brazo porque ya estaba a punto de salir a buscar a su víctima – …no es para tanto. No te preocupes no es necesario que me digas nada… yo ya se que a los bebés los trae la cigüeña de parís… – respondió inocentemente dejando de a seis a Ikki
– ¿Qué?
– Sí, eso fue lo que me dijo Seiya… o ¿Acaso hay otra cosa que deba de saber, Ikki? – preguntó con curiosidad
– Este….no… ¿Cómo crees?... "Creo que no tengo nada de que preocuparme, mi otooto sigue siendo tan inocente como siempre y prefiero mil veces que se quede así" Bueno, es mejor que me vaya...
Muy desconcertado vio como su nii-san salió apresurado del departamento y entonces sólo atinó a encogerse de hombros. Lo bueno es que se le ocurrió inventar eso de la cigüeña porque si no de seguro Ikki le hubiera dicho sabrá Dios qué. Después trató de borrar de su mente una serie de cosas indeseables que se le venían a la cabeza. Luego escuchó que alguien tocaba a la puerta y fue a abrir temiendo que Ikki no se haya tragado el cuento y regresara para darle un discurso...
– ¿Otra vez? Ikki, ya te dije que... ¡Ah! Hyoga, eres tú
– Shun, necesitamos hablar
– Otro – dijo con pesar mientras rodaba los ojos al techo
– ¿Cómo dices?
– No, nada. ¿En que te puedo ayudar? – preguntó haciéndose a un lado para dejarlo pasar al interior de la habitación, se preocupó al verlo un tanto agitado
– Bueno... tú... tú sabes que yo te aprecio mucho... ¿Verdad?
–Errr…sí claro…
– ... te considero una persona maravillosa y digna de admiración… en las batallas siempre peleamos hombro a hombro, se que puedo contar contigo en lo que sea y que nunca me abandonarías. Además…ya llevamos mucho tiempo de conocernos y sinceramente estos años juntos han sido maravillosos… – en ese momento, Shun lo estaba empezando a mirar medio raro – ...no es fácil para mí decirte esto pero…eres muy especial y… quiero que sepas que no le pediría esto a nadie más…
– Hyoga, me estás asustando
– Es que... quería saber si me puedes hacer un favor
– ¿Y qué tipo de... favor?
Mientras tanto en la casa de Trem, ella estaba súper hiper nerviosa, toda esta situación la tenia muy intranquila. No sabía que tenía pensado hacer Hyoga ¿Qué cosa estará tramando? Lo que sea, esperaba que funcione. Andaba dando vueltas por todo el lugar como león enjaulado y de repente aparecen sus papás en la entrada y fue a recibirlos con aparente calma.
– Hijita ¡Qué alegría volver a verte!
– Mamá ¿Cómo estás? – dijo corriendo hacia ella para darle un gran abrazo. Le ayuda luego a cargar las maletas y platican un rato
– Estoy más que ansiosa de conocer a mi futuro yerno
– Ja, eso si yo lo permito – dijo el papá que venia detrás de ellas con otras maletas y que todavía tenía cara de muy pocos amigos
– Papá, no empieces
– Él tiene razón, hijita, no vamos a dejar que cualquier mequetrefe se case con nuestra única hija, sabes que te queremos mucho y no dejaremos que te pase nada malo
– Espero que sea puntual. Es lo mínimo que exigimos de él.
– Ojalá que no sea uno de esos patanes que andan como locos por las calles, tú sabes, esos Juniors que se pasean por ahí en sus corvets creyéndose los dueños de las calles
– No ¿Cómo crees?
– Pero no nos has dicho cómo es
– Tampoco nos has dicho cómo se llama
– Errr... pues... mejor espérense a verlo, total que sólo falta una hora para la cena... "Y espero que no sea la última cena"
Mientras tanto en el depa de Shun , Hyoga ponía en marcha su plan en el cual Shun tenía mucho que ver y del cual dependía su relación con Trem… aunque al parecer Shun estaba un poquito en desacuerdo con dicho plan y sinceramente no era para menos…
– ¿Que quieres que yo haga qué cosa?
– Oye, no puede ser tan malo – trató en vano de tranquilizarlo mientras una sonrisita culpable aparecía en su rostro
– ¿Estás loco? De ninguna manera voy a hacer eso
– Por favor, te lo pido como amigo, porfis
– No, pero para nada
– Ándale ¿Qué te cuesta? Sólo esta noche ¿Sí?
– ¡Que no!
Bien, al parecer esto le iba a costar más trabajo del que había pensado. Pero tenía que conseguirlo pues esta era la única brillante idea que había podido maquinar su cerebro… pero no encontraba muchas ganas de cooperar en el pequeño niño que lo miraba con cara de ¿Wath? Y que por lo visto no se iba a dejar convencer así nomás
– No seas ingrato, Shun. Que mala memoria tienes, yo siempre he dado todo por ti… o me vas a decir que ya se te olvidó quien se arriesgó valientemente sin importar nada y te salvó de las llamas en aquella casa en las montañas
– Ese fue Ikki
– ¿En serio?... bueno, no importa….pero por favor ayúdame, sólo esta noche y te prometo que ya nunca jamás jamás de los jamases te vuelvo a pedir nadita de nada…
– ¿Te das cuenta de lo que me estás pidiendo?
– Sólo tienes que hacerte pasar por el novio de Trem una noche y después ya todo regresará a la normalidad, te lo prometo Shun… por favor… – suplicó haciendo un drama de telenovela barata
– No creo que sea buena idea – Shun nunca se había negado a ayudar a alguien y menos a Hyoga pero este tipo de ayuda si que era bastante extraña para él – Además, a mi no me metas en tus líos
– Por favor, por favor, ayúdame….
– ¿Y yo por qué? Si se puede saber…
– Pues porque eres mi gran amigo, mi compañero de batallas, el mejor de todos mis hermanos, el más guapo, educado, hermoso, maravilloso, definitivamente el indicado… y también porque eres el primero que se me ocurrió, el único que encontré y que no tiene novia…
– Mmm
– Te lo suplico… como amigos… – Pone una carita tierna de niño regañado marca Shun y como todos sabemos este tiene un gran gran gran corazón y se apiada de su amigo
– ¡Dios mío! ¿Por qué a mí?
– ¿Eso quiere decir que aceptas? – casi gritó de lo emocionado que estaba en ese momento
– Pero que conste que sólo por esta noche – dijo ya con resignación
– ¡Gracias! Además, sólo son dos horas ¿Qué puede pasar?
Veinte minutos después, Shun ya se había resignado y arreglado. Hyoga le daba algunas indicaciones para que nadie sospechara nada. El chico lucía realmente excepcional, muy elegante con una camisa de vestir color vino con las mangas enrolladas hasta los codos, corbata rosada, pantalones y zapatos negros y así tan formal como estaba no se veía tan niño. Después fueron caminando hasta donde estaba el auto de Hyoga. Pero para evitar problemas, se detuvieron dos cuadras antes de la casa de Trem. Luego siguieron a pie, y ya estaban en la puerta de la casa…
– ¿Seguro que no quieres hablar de esto antes de ir?
– No, gracias
– ¿Seguro? Te puedo dar unos muy buenos consejos
– Ya te dije que no – no tenía idea de que clase de consejos le podría dar pero conociendo a Hyoga sería mejor no saberlo
– Si me escucharas tendrías a todas las mujeres que quisieras a tus pies, ni una sola podría resistirte – dijo dándoselas de gran conquistador
– "¿Qué parte de NO, no entendiste?" Te lo agradezco pero no es necesario y mejor ya me voy
– Conste pero si me imitas en todo lo que hago y te portas bien, algún día podrás ser como yo
– "Dios me libre"
– ... y recuerda, si no sabes que hacer, haz lo que yo haría
– ¿Echarlo todo a perder?
– Muy gracioso niño. Ahora ve y salva mi pellejo
– Sí, mamá – respondió sarcásticamente
Hyoga se subió a un árbol para espiar y vigilar cada cosa que pase. Shun toca el timbre y el mayordomo sale a recibirlo. En el camino va rezando para que no ocurra una desgracia. La verdad es que estaba muy nervioso pues tenía que enfrentarse a los papás de Trem y a ella que ya es mucho decir…
– "Ojalá que esto no termine mal" – pensó para sí una vez que la puerta estuvo abierta…
Veamos que pasa en el interior de la casa. El lugar era bastante elegante y amplio con un comedor largísimo iluminado con la suave luz de unas velas rojas que daban color al ambiente. En la sala de estar, una impaciente figura se pasea de un lado a otro mareando a los presentes, su enérgica voz retumba en las paredes…
– ¡Ajá! Ya lleva 15 segundos de retraso
– Papá, no exageres, ya debe estar por llegar
– Déjalo, seguro que la quiere hacer de emoción, pero lo que no sabe es que somos difíciles de impresionar – comentó la mamá
– Pues yo ya me cansé de esperar – se detiene abruptamente ante la mirada intrigada de las mujeres – Trem, dime ahora mismo dónde está tu novio...
– Aquí estoy – dijo Shun entrando repentinamente
¿Ya vieron a su nii-san cuando sale de repente de quien sabe donde? Pues igualito igualito, nomás le faltó decir "Soy Ikki el ave fenix" y poner cara de chico rudo. Y haciendo su entrada triunfal logró impresionar a todos los presentes, incluso a Trem
– ¿Tú... eres su...novio? – preguntó la mamá boquiabierta
– ¿Él es tu novio?
– ¿Tú eres mi novio?
Genial, creo que no fue buena forma de empezar. Al parecer Trem no tenía ni la menor idea de que esto iba a pasar puesto que se quedó totalmente impresionada al igual que sus padres. Muy bien, si que estaba en un gran lío pero ya se había presentado y no había marcha atrás…¿Y ahora qué?
Continuará...
