En la ciudad se había esparcido una noticia. Una estudiante se había suicidado, no obstante, en cierta forma en su país eso era bastante normal, la única diferencia y lo que volvió peculiar este suceso es la forma en que la joven lo había hecho.

El tirarse de su escuela de la azotea de su escuela ya era muy raro de por sí, pero si alguna personas hubieran visto las caras de sus compañeros que al encontraron, quienes tendrán la imagen de la joven desplomada en suelo con un charco de sangre creciente a su alrededor.

El suceso destrozo y sorprendió a sus familiares y amigos, los cuales dicen que no tenía síntoma alguno de depresión o tener algún problema en la escuela, aun que tenía malas notas, esto no parecía importarle a la joven.


Después de funeral exhaustivo, había empezado a llover muy fuerte.

Un Joven de cabello negro miraba al cielo con una cara de melancolía. Sus lágrimas se confundían con las gordas gotas de lluvia.

-Ayano, Como pudiste ser tan tonta y hacerme esto…-


La palabra perfecta de describir a Shintaro kisaragi era "antipático". No hablaba con sus compañeros de clases, al punto que si les preguntabas a alguien quien era te diría que no lo conocía para después de unos segundos de pensarlo te dirían que es un compañero, pero no lo conocían del todo.

El realmente no tenía conflictos con nadie, salvo a los matones de siempre, a los cuales les gustaba molestar a todos y al ser él unos de los promedio de toda su escuela lo llamaban "Nerd" y "ñoño", claro, que él no se dejaba y terminaba confrontándolos, haciendo que él se ganara un bueno puñetazo en la cara.

Por otra parte, Ayano, era una persona popular en la escuela, siempre sonreía, se llevaba bien con todos y siempre estaba dispuesta a ayudar a todos.

-Hola…- Fue la primera palabra que la chica que siempre usaba bufanda roja le dijo al chico introvertido, mientras veía al joven cuyo lugar estaba al lado del de ella. Por su parte el pelinegro sola la vio decidió ignorarla.

-¿Hola?...- Volvió a decir la chica con una sonrisa perpetua peor con duda en la cara. Seguía siendo ignorada.

-¡Hola!- Volvió a decidir la chica, pero, esta vez, no fue ignorada y con la cara de antipatía con al que siempre solía responder el chico -¿Qué quieres?-.

-Y-yo, quería platicar contigo, solo eso…- Le respondió la pelinegra con una sonrisa nerviosa.

Él le respondió preguntándole -¿Y por qué quisieras hacer algo así?- con una cara que expresaba 2 cosa, la primera era "Me caes mal" y la segunda "Aléjate de mí".

-B-bueno, es que la verdad tu no hablas con nadie y pensé que te sentirías solo así que decidí hablarte…- Y tenía razón, hace unos meses la clases del primer año habían comenzado, sin embargo él no hablaba con nadie, pareciera como si fuese un fantasma.

-¿Y cómo de que cosas hablarías conmigo?- La vio con una mirada asesina que decía "Aléjate de mí en este mismo instante", con más desprecio que antes.

-De las cosas, que te gustan, no sé, ¿Qué cosas te gustan?- Le dijo la chica, cada vez se ponía más nerviosa.

-Nada, no me gusta nada- Dijo tajantemente el joven pelinegro.

-Bien, hagamos algo, serás mi amigo por una semana y si no funciona pues…- Se quede pensando la chica con bufanda roja.

-Si no funciona no me volverás a hablar en tu vida.- Volvió a decir tan tajantemente el pelinegro.

-¡Vale!- Le replico la chica con una sonrisa muy confiada, -Entonces, tenemos un trato ¿No?-Dijo la chica sonriendo.

Ahora empezaba lo divertido, y la chica haría lo necesario para ganarse la amistad de este "Joven fantasma" al cual nadie le prestaba atención.
Y ella haría esta lo imposible para lograr su cometido.


Hola, este es la nueva historia que les traigo. Es solo el comienzo asi que denme una oportunidad, por favor.
Dejen sus reviews, por favor.