Renuncia: todo de Shirow Miwa.
n.a: ¡para Wends! Feliz cumpleaños atrasado ;;;;;;💕 seguro está re ooc y carece de trama y sentido y se suponía que me estrenara con un Heine/Lily lol pero te adoro y merecés puras cosas bonitas. (cuando Bishop me salga medio IC te daré algo con él tho!)
En el principio:
Es todo espada que profana el hueso, que lacera la carne, que espanta las sombras ya muertas.
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Y hay un beso de acero frío— en sus labios-pétalo de flor maquillados con sangre, de sus padres postizos, de Fuyumine, de ella también.
Y hay un beso de acero frío— por encima de su cicatriz (que la herida ya cerró pero el dolor aún se pasea por los callejones de su piel) y un poco más abajo, a la altura de su ombligo de caracola y otro poquito más; desciende desciende desciende— hasta sus muslos y su hiel.
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En la mitad:
Es Magato, devorándola entera y sin apuro alguno, porque Magato es un perro de la calle con hambre y sed perpetuas, en una búsqueda constante por un aperitivo digno de su tiempo y esfuerzo para cazarle. No le agradan las sobras ni comida miserable de esa ciudad donde Dios está ciego y no les puede ver nunca a pesar de que siempre los está mirando (piensa Naoto un brevísimo instante que se parece a Bishop). Pero de inmediato se acuerda que no cree en ningún Dios.
Resulta que el Diablo ha pedido su mano para un vals y baila con ella desde que tiene memoria
de vidrios rotos y empañados con vaho, difíciles de descifrar. Se le encajan en la punta de los dedos si trata de agarrarlos, y la hoja de su espada ya es roja antes de cortar a otros inclusive.
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Y Naoto trae un perfume de calaveras y se viste con el abrigo del cielo de la noche. Y Naoto carga con mil vidas de tortura en sus ojitos de botón y obsidiana, apagados y demasiado fríos, y eso.
Eso le encanta a Magato (no es que a Naoto le interese, todo lo que le guste a él a ella le importa un demonio).
— Cruel, muy cruel —canturrea Magato, como en un hábito suyo, con burla y cinismo—. Eres una Moira, ¿sabías? Y una perita dulce. Hmm.
Naoto le sisea que se calle.
No quiero escucharte, sólo sentirte.
(sólo sentirme a mí, algo como humana).
Así que maldice su lengua de víbora y sus palabras endulzadas con veneno y todo en él, básicamente. Pero luego Magato la besa con brusquedad, y le clava los colmillos sin disculparse y.
Y Naoto no es débil, no obstante—
(el sufrimiento es lo único que en un constante la recibe con los brazos abiertos).
(lo único que jamás se va ni la abandona).
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En la mitad:
Es el cuchillo que grita en un silencio muy ruidoso.
Es el cuchillo que aúlla a la luna bañada en carmesí y a los cigarrillos a medio consumir que están tirados en el suelo y a las plumas de las alas de paloma blanca que no puede volar por sí misma.
Es el cuchillo-lengua que le besa y lame los pechos, la respiración acelerada, y el sendero de arbustos negros entre sus piernas. Sin consideración, sin ternura. Crudo, crudo, crudo—
(igual que la vida).
Una absoluta obscenidad.
Y porque piedad es la distancia entre mi boca y la tuya—
No me tengas misericordia.
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Entonces Magato le sonríe y es como vislumbrar a una pantera justo en el preciso instante en que te va a atacar. Y Magato la acorrala contra la pared de un callejón y le murmura cosas sucias al oído (te quiero te quiero te quiero—), y promesas crueles que no va a cumplir (te destruiré Naoto-chan, espera por ello) y un amor odiado y al que ambos le escupen encima (pues eres tan patética y preciosa...)
Y Naoto le permite. (todo-todo, menos ser asesinada o que Magato muera). Y es desordenado y tosco, más en ningún momento suelta ella su futuro en forma de acero diluido, escurriendo por el papel tapiz de sus medias.
Resulta que su azul yace espantado en un rincón, y los besos de Magato son mitad beso mitad infierno. La incinera, pero eso significa el cariño ¿no es cierto?
Aún así.
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En el final:
Es todo "lo siento, no puedo amarte bien."
(—tu sangre no está podrida).
