Disclaimer: Digimon pertenece a Akiyoshi Hongo. Este fic participa en la actividad "Escribe a partir de un vídeo musical" del foro Proyecto 1-8.
Un lugar para recordar
Capítulo 1: Es un nuevo amanecer
Canción: Feelin good de Nina Simone.
Propuesta por Ficker D.A.T
Personajes: Mimi.
Mimi tomó su espejo y retocó su maquillaje. Sabía que la estaban esperando pero no era algo que realmente le importaba. Su maquillaje estaba bien pero ella quería verse más que bien. Le dio un último vistazo a su ropa en una de las ventanas del edificio. Si bien al tener que usar uniforme estaba un tanto limitada pero había hecho algunos arreglos que, aunque dentro de la normativa escolar, la harían destacar. Alisó las arrugas invisibles de su falda y se adentró en el edificio, ese era su primer día de clases y debía verse radiante.
Entró con la frente en alto, era su tercer día en Odaiba y el primer día en que asistiría a las clases regulares. Se sentía bien, llena de confianza. Cada paso que daba mostraba la seguridad que poseía. Mimi no tenía miedo, después de varios años estaba de regreso, muchas puertas se abrían ante ella y estaba dispuesta a aprovecharlas al máximo.
Varios estudiantes pasaron corriendo, probablemente llegarían tarde a sus clases. Algunos de ellos se detuvieron al verla pasar pero ninguno le dijo nada. Mimi se preguntó qué dirían sus amigos cuando la vieran llegar, no le había avisado a nadie de su regreso pues quería que fuera una sorpresa.
El presidente del consejo escolar lucía serio, probablemente molesto por su retraso. Él no le dijo nada por lo que no pudo confirmarlo y ciertamente seguía sin importarle, verse radiante era una prioridad para ella. Además consideraba que su retraso no había sido tan grande, en especial si se tomaba en cuenta cómo se veía.
—Me llamo Ken Ichijouji, puedes buscarme en la oficina del consejo estudiantil en caso de que tengas una duda o necesites de ayuda.
—Te tomo la palabra, luego no te quejes.
Ken le mostró a Mimi las diferentes instalaciones de la secundario tomando especial énfasis en lugares como la biblioteca o el salón de audiovisuales. Todos esos lugares a Mimi le parecieron hermosos, era una secundaria grande por lo que, con excepción de la ubicación de las aulas, no le resultaría difícil adaptarse al cambio.
—¿Podemos pasar a la cafetería? —preguntó Mimi mientras se sostenía su estómago en un gesto un tanto dramático —. Creo que moriré de hambre.
—Supongo que podemos, es el último lugar que nos falta por visitar.
—¡Genial! —gritó Mimi abandonando su actitud de moribunda.
Antes de que Ken pudiera reaccionar, Mimi lo había tomado del brazo y arrastrado. Únicamente se detuvo cuando se dio cuenta de un detalle que había pasado por alto, ella no sabía dónde estaba la cafetería pues había dejado Japón antes de empezar la secundaria. Ken no se quejó aunque tampoco abandonó su expresión seria.
En cuanto Mimi estuvo en la cafetería pidió varios de sus platillos favoritos. No tenía tanta hambre e incluso estaba a dieta pero había pasado tanto tiempo desde la última vez que había comido comida japonesa en un restaurante japonesa que no pudo contenerse. Le gustaba la comida de Estados Unidos, mentiría si lo negara, incluso varias veces rompió la dieta comiendo más de dos hamburguesas seguidas pero la comida japonesa seguía siendo su favorita.
—¿No tienes hambre? —le preguntó a Ken, en una de sus manos tenía un pan de Yakisoba y en la otra una porción de Sashimi.
—No es eso —respondió Ken, parecía sorprendido al ver todo lo que la nueva estudiante comía. Para confirmar lo que decía continuó comiendo su pan de yakisoba.
En cuanto terminaron de comer, Ken le extendió a Mimi su nuevo horario de clases y la llevó hasta el aula en donde tendría sus primeras lecciones. En cuanto terminó se dirigió a su salón de clases, tuvo que correr un poco para llegar a tiempo, como Presidente del Consejo Escolar sabía lo importante de dar una buena imagen.
Se dirigió al aula y esperó con impaciencia a que el profesor le indicara que podía entrar. El sonido de su teléfono celular la distrajo, Sora le había escrito para contarle acerca del próximo concierto de Yamato en Estados Unidos, pensó en contestarle que no podría asistir pero cambió de opinión, se lo diría personalmente.
En cuanto el profesor la presentó ante sus compañeros lo primero que hizo fue buscar a Koushiro entre los asientos. Fue una grata sorpresa para ella verlo sentado en la primera fila. No pudo evitar reír al ver la expresión en el rostro de su amigo pero lo disimuló escribiendo su nombre en la pizarra.
—Tome asiento al lado de Izumi —le dijo el profesor con un tono monótono que casi la hizo dormir para luego dirigirse a Koushiro —. Izumi, levante la mano.
Mimi no se demoró en cumplir con lo que el profesor le había pedido. Tomó su bolso y lo colocó en la parte trasera de su asiento. No quería negarlo, estaba feliz de poder compartir asiento con Koushiro, ver rostros conocidos la había alegrado y sabía que Koushiro pensaba lo mismo.
—¡Hola! —le saludó Mimi mientras le extendía unas gomitas por debajo de la mesa.
En cuanto el profesor volteó en su dirección puso su mejor expresión de niña buena. A su lado Koushiro perdió todo rastro de expresión e incluso de color. El profesor los miró por varios segundos antes de volver a escribir en la pizarra pero a ambos le resultaron eternos. En cuanto les dio la espalda Mimi cubrió su boca para poder silenciar su risa y le dio otra gomita a su compañero de asiento quien no dudó en tomarla a pesar del impacto que le produjo estar en la mirada del profesor.
Las clases continuaron con su curso habitual, Mimi se dedicó a prestar atención a la clase y a enviarle papelitos a Koushiro cuando se aburría, esto último con más frecuencia que lo primero. En cuanto el timbre que daba fin a la clase sonó fue la primera en recoger sus pertenencias y salir del salón.
—¿En dónde acostumbran reunirse? —le preguntó Mimi emocionada.
—En la cafetería que queda cerca del pabellón tres —respondió Koushiro con calma antes de ser tomado de la mano de Mimi y ser arrastrado.
Mimi no se detuvo hasta que llegaron a la cafetería donde acostumbraban reunirse. Hubiera llegado antes de haberle preguntado a Izumi pero no pudo contener la emoción de volver a ver a sus amigos además consideró que no necesitaría de ayuda para poder llegar. Si bien la puntualidad no era una de sus principales cualidades en ese momento estaba muy emocionada, deseaba ver la expresión de sorpresa.
De sus amigos Sora fue la primera en saludarla. Ella se había acercado y la envolvió en uno de sus maternales abrazos. Yamato estaba sentado al lado de ella y de Taichi por lo que dedujo que en unos días saldría para su gira. Eso la hizo feliz pues deseaba preguntarle por Appli Yama 470, había escuchado rumores de que una de sus integrantes había renunciado y quería confirmarlo.
Hikari y Takeru fueron los siguientes en unirse al abrazo. Jou, Taichi e incluso Yamato se unieron. Eso hizo que ella se sorprendiera, conocía al Ishida y sabía que en ocasiones podía ser demasiado cerrado. Quiso hacer una broma respecto a eso pero decidió dejarlo pasar, pocas veces lo veía de tan buen humor por lo que decidió no hacer algo que lo empeorara.
En cuanto el abrazo fue rotó comenzó a repartir las gomitas que había llevado. Eran sus favoritas y quería compartirlas con sus amigos. Fue en ese momento que reparó en la persona adicional, trató de hacer memoria pero no recordaba haberla visto antes. Le extendió una de sus gomitas, no quería que se sintiera excluida pero solo logró que se sonrojara más de lo que estaba. Aquello la confundió, no creía haber hecho nada mal.
—Ella es Meiko Mochizuki, se mudó a Odaiba a principio de año —le dijo Sora para luego dirigirse a Meiko —. Ella es Mimi Tachikawa, es una amiga de la infancia.
—Un gusto conocerte —le dijo Mimi con una sonrisa.
—El placer es mío —respondió Meiko entre tartamudeos.
—¿Cuándo regresaste? —le preguntó Taichi.
Mimi les contó acerca de su regreso. Había esperado el momento en que estuvieran reunidos para contarles su historia. Fue lo más detallada que pudo y sus amigos, incluyendo a Meiko, le prestaron atención a cada una de sus palabras. En cuanto terminó aprovechó para preguntarle a Yamato lo que le interesaba.
—Es cierto —le confirmó Yamato —. Se retiró por motivos personales, creo que por su religión ¿por qué preguntas?
—Curiosidad —respondió Mimi con una sonrisa maliciosa, tenía otros planes pero no hablaría de ellos hasta que los cumpliera —. Y ahora si me disculpan, voy por comida, no quiero que termine el almuerzo sin que yo haya comido algo.
Había comido hace poco pero quería comer algo más antes de regresar a clases. Estar de nuevo con sus amigos le había abierto el apetito. Sabía que debía mantener su peso si quería continuar con sus planes pero en ese momento no le importaba, estaba segura de que tendría tiempo después para quemar las calorías ganadas.
Durante lo que duró el almuerzo pudo comprobar que, a pesar de que había una nueva integrante en su equipo y Yamato se había unido a Appli Yama 470 las cosas no habían cambiado durante su ausencia. Eso lejos de molestarle la hizo sentirse cómoda.
Estaba de regreso en su casa, con sus amigos, su historia estaba por comenzar… Se sentía bien.
