La primera vez que Yuriy vio a Mavis, era un pequeño paquete en los brazos de su madre. Los mejores amigos de sus padres, los Vermilion, eran bomberos y habían muerto en un gran incendio cuando Mavis tenía solo dos meses de vida. Sus padres, muy sentidos por la muerte de la joven pareja, decidieron adoptar a la pequeña y criarla como si fuera suya, dándole todo el amor que ellos no pudieron darle. A demás, la señora Dreyar siempre había anhelado tener una hija, pero había tenido tres preciosos barones. Con el embarazo del más joven, Yuriy, tuvo muchas complicaciones y a raíz de eso no pudo volver a quedar embarazada.

Los hijos mayores del matrimonio, Warrod y Precht, se encariñaron rápidamente con la pequeña Vermilion. Con sus preciosos ojos verdes y su rizado cabello rubio tenía a sus padres adoptivos y hermanos enredados en su dedo meñique. A todos sus hermanos excepto a Yuriy. Para él esa pequeña que le robaba toda la atención era solo una intrusa. No fue hasta un par de meses después, cuando la pequeña dijo su primera palabra, que todo cambio.

oOo

Era un sábado por la noche y la familia Dreyar celebraba su tradición de sábados de comer pizza en el sofá. Cuando llego la hora de la película, comenzó la hora de las discusiones.

- ¿Por qué le toca a Precht elegir otra vez? Cuando el elige terminamos viendo siempre la misma estúpida película de extraterrestres. -dijo un encaprichado rubio.

- Basta ya, Yuriy, es el turno de Precht, tu elegiste la película la semana pasada y ninguno de tus hermanos se quejó. -dijo una ya cansada Sora Dreyar, quien estaba alimentando con puré de manzanas a una Mavis de seis meses, que con toda la carita manchada de comida, mejillas rosadas y manos pegajosas observaba a sus hermanos con la adoración propia de quien observa a su héroe.

- Pero mamá -se volvió a quejar el más pequeño de los niños Dreyar. -era el turno de Warrod, Precht se lo cambio por unas cuantas monedas de chocolate.

- Eso está bien hijo. -dijo Casio Dreyar entrando por la puerta de la cocina con un tazón de palomitas y sentándose junto a su esposa. -estaban haciendo negocios, la próxima vez has una oferta mejor y quédate tú con el derecho de elegir qué película ver. -en mayor le guiño el ojo al niño que frunció, aún más, el entrecejo.

-Pueden meterse sus negocio por el…

- YURIY.- gritaron sus hermanos y padres al mismo tiempo interrumpiendo la frase del furioso niño rubio.

- Yuriy. -dijo claramente una dulce e inocente voz. Todos en la habitación quedaron paralizados y voltearon a ver a la pequeña Mavis que miraba a su hermano mayor y estiraba sus pequeños bracitos para que la agarrara.

El rubio estaba sorprendido, al igual que todos, al escuchar que la primera palabra de Mavis fue, efectivamente, el nombre de él, que era quien menos tiempo pasaba con ella.

-¿La oyeron?-grito levantándose y alzando a su hermanita, quien reía con felicidad al verse en brazos del rubio por primera vez.-DIJO MI NOMBRE. Ahora sabemos quién es su favorito.-espeto con superioridad, sacándole la lengua a sus hermanos, quienes solo negaban con la cabeza y sonreían, al igual que sus padreas. Esto era un nuevo comienzo para los dos rubios.

oOo

A partir de ese dia Mavis se convirtió en la princesita de Yuriy. Sobra decir que era la niña mimada de la familia. Con su alegría, inteligencia y cariño, revoloteaba todo el dia por la casa sacándole una sonrisa a cualquiera que se cruzara en su camino.

Cuando Mavis tenía cinco años, Yuriy tenía diez, Warrod doce y Precht quince. Por ese entonces, se habían mudado al vecindario un grupo de pandilleros que hacían la vida en el lugar insoportable.

Un dia, volviendo de la escuela, luego de recoger a Mavis del jardín de infantes, vieron como uno de ellos atacaba a un anciano y los hermanos Dreyar, siendo quienes eran, salieron a defenderlo. Dejaron a Mavis escondida tras un bote de basura y corrieron a enfrentarlo. Pronto todo se convirtió en un campo de batalla, salían pandilleros de todos lados y se volvía cada vez más difícil mantener el ritmo. La pequeña miraba todo aterrada. Ella odiaba las peleas y que la gente se lastime, en especial sus preciados hermanos mayores. Viendo como todo se descontrolaba trazo un plan. Saco de la mochila el teléfono de Precht y busco una aplicación que su hermano le había mostrado. Presionando un botón empezaron a sonar sirenas de policía que parecían demasiado realistas. Los brabucones se asustaron y salieron corriendo, menos el que estaba atacando a Yuriy. El bastardo no se rindió y saco de entre sus ropas una navaja, estaba a punto de atacar al rubio cuando algo lo aparto hacia un lado haciendo que se golpeara la cabeza contra la pared y perdiera la conciencia.

Levantándose lentamente del suelo, los jóvenes casi sufren un infarto, al ver a la pequeña Mavis tirada en el suelo, con el brazo ensangrentado, luego de haber envestido al hombre que estaba atacando a su hermano.

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-MAVIS.-gritaron aterrados los tres hermanos corriendo hacia ella.

-Estoy bien.-dijo ella sentándose. Al ver las caras de los mayores, la pequeña rubia les regalo una sonrisa demostrándoles que se encontraba bien.

-¿En qué demonios estabas pensando?-grito Yuriy con lágrimas en los ojos.-pudieron haberte lastimado de gravedad.

-Deja de gritarle.-dijo Precht.-ya paso por suficiente por un dia.

-Gracias por salvarnos pequeña.-agradeció Warrod, acariciándole la cabeza como si fuera un gatito.

-Perdón por asustarlos.-dijo ella bajando la cabeza y cuando la levanto tenía sus hermosos ojos verdes inundados en lágrimas que ya caían por sus rosadas mejillas.-pero no iba a ver como lastimaban a mi familia.

-Estas demente.-dijo Yuriy negando con la cabeza. De repente se abalanzo hacia ella tomándola en un apretado abrazo. Los hermanos rieron, y con cuidado de no lastimar, aún más, la herida de Mavis, Precht la tomo en brazos y todos fueron a casa.

Lo que la niña no sabía era que con ese pequeño gesto de amor que había tenido hacia sus hermanos había despertado en ellos un gran instinto de protección que más adelante le traería muchos dolores de cabeza.

oOo

Muchos años después, cuando Mavis tenía 13 años, y comenzaba su segundo año de escuela secundaria, Yuriy estaba cursando su último año de escuela, Warrod estudiaba botánica en la universidad y Precht era un joven policía, fue cuando comenzó la etapa que más les aterraba a los tres hermanos. La etapa de "los novios".

La pequeña se había convertido en una joven hermosa. Tenía unos expresivos y grandes ojos verdes que cautivaban a cualquiera que los mirara fijamente, una sonrisa tan cálida que era capaz de derretir hielo, con las mejillas siempre de un lindo color rosado, un cabello rubio, rizado y largo hasta casi tocarle los tobillos, y aunque tenía una estatura baja para su edad, encantaba a todas las personas que se le acercaban. Era una persona muy amable, por lo tanto estaba rodeada de muchos amigos.

El primer dia de clases de Mavis estaba sentada junto a su mejor amiga, Zera, cuando entro el profesor.

-Atención clase.-dijo silenciando a los inquietos alumnos, que estaban hablando de lo que habían hecho en sus vacaciones.-hoy tenemos un nuevo alumno, por favor trátenlo bien. Zeref, pasa.

Cuando la puerta se abrió empezaron los murmullos. Parado frente a la clase estaba el chico nuevo. Con cabello y ojos negros, como una noche sin luna y un aura triste rodeándolo.

-Preséntate a la clase.-dijo el profesor acallando un poco los murmullos.

-Hola.-empezó con voz tímida.-mi nombre es Zeref Dragneel. Me mude a la ciudad hace unas semanas. Vivo con mi padre, Igneel, y mi hermanito, Natsu…creo que eso es todo.

-Bien Zeref siéntate en el asiento frente a Mavis.-dijo el maestro.-Mavis levanta la mano para que te vea.

La pequeña rubia levanto la mano y le regalo una brillante sonrisa al pelinegro, quien se sonrojo inmediatamente.

-Bien, ¿Quién quiere ser el encargado de mostrarle al nuevo alumno la escuela?

-Yo profesor.-dijo Mavis levantando nuevamente la mano. El profesor asintió con la cabeza y dio por comenzada la clase.

Cuando sonó la campana todos los alumnos recogieron rápidamente sus cosas y salieron, listos para la hora del almuerzo. Mavis le hizo señas a Zera para que siguiera sin ella, a lo que la niña de pelo negro frunció el ceño. Ella, igual que sus hermanos, eran súper protectores con la rubia, y ese chico nuevo no le había caído bien, no le gustaba la idea de dejarla sola pero por el momento no podía hacer nada.

Mavis se acercó dando pequeños saltitos y paro frente al él.

-Hola, mi nombre es Mavis Vermilion Dreyar, y soy quien te enseñara la escuela.

-Hola.-dijo el con una sonrisa tranquila.-Zeref Dragneel, encantado de conocerte.

Ella lo llevo por todos lados mostrándole las aulas de clases, los jardines, el comedor y para terminar su lugar favorito. Un gran árbol sobre una pequeña colina lleno de flores con un banco de madera bajo el.

-Este es mi lugar favorito en toda la escuela.-dijo ella dejándose caer sobre el banco.-vengo aquí los días soleados a para almorzar. A mi mejor amiga Zera no le agrada mucho, porque es alérgica al polen, pero de igual manera siempre viene conmigo. Algunas veces mi hermano mayor, Yuriy, también viene a almorzar aquí… lo siento.-dijo Mavis soltando una risita.-siempre me dicen que hablo demasiado.

-Está bien, de todos modos no soy un gran hablador. En mi otra escuela no tenía muchos amigos.

-¿En serio?, no entiendo porque, eres muy agradable.

-Gracias Mavis, no todos piensan eso.

Justo en ese momento pasaba caminando por allí el hermano mayor de la chica, quien salía del entrenamiento de atletismo. En cuanto vio a su pequeña princesita junto a un muchacho al que no conocía una alarma sonó en su cabeza.

-MAVIS.-grito el rubio acercándose rápidamente a ellos.

-Ho, hola Yuriy.-dijo sonriente la chica.- te presento a Zeref, es nuevo en la escuela. Zeref, él es uno de mis hermanos mayores, Yuriy.

Los dos hombres se miraron fijamente evaluándose. El rubio observando con furia al bastardo que se atrevió a hablar con su linda hermanita, tratando de intimidarlo. En cambio el morocho solo lo miraba fijamente con ojos vacíos, indiferentes.

-Aquí estabas.-dijo una nueva voz llamando la atención de todos.-te busque por toda la escuela, no desaparezcas así.

-Hola Yuriy, ¿Qué haces aquí?, ¿no deberías estar en otro lugar?, en clases por ejemplo.-dijo una enfadada Zera.

-¿escuchaste algo, Mavis? Porque yo no oí nada, solo el viento. Tal vez fue una ilusión.- respondió el rubio lanzándole rayos por los ojos a la amiga de su hermana.

-Basta de pelear ustedes dos. Pero Zera tiene razón, deberías ir a clases.-sonrió la rubia, relajando los humores de su hermano y su amiga y haciendo que el chico nuevo se sonrojase.

-Muy bien.-suspiro resignado el rubio. Se acercó a su hermanita y le dio un beso en la mejilla, dio la vuelta para irse, pero antes miro a Zera de reojo.- Cuida de mi hermana por favor.-dijo, ganándose un asentimiento de cabeza de la chica.

Durante el siguiente año las cosas estuvieron tranquilas en la familia Dreyar. Yuriy había terminado la escuela y estaba en la universidad, junto con Warrod, y se encontraba saliendo con una hermosa mujer llamada Rita, que se llevaba de maravillas con toda la familia, en especial Mavis, cosa que le causaba felicidad al rubio. Para disgusto de los hombres de la familia, la pequeña rubia se había vuelto amiga de Zeref y cada que podía lo invitaba a cenar a su casa y ella iba con frecuencia a la casa de los Dragneel también. Esa era una de esas noches. Pero de alguna manera era, también, diferente. No solo porque esa noche iba a ir a cenar la familia Dragneel completa, sino también, porque Mavis estaba nerviosa y eso alertaba a los sobreprotectores hermanos.

Cuando el timbre de la casa sonó, salto del sofá donde estaba sentada, se aliso el precioso vestido rosado y salió corriendo a abrir la puerta.

La familia Dragneel estaba compuesta por el padre, Igneel y los dos hijos, Zeref y Natsu. Igneel había quedado viudo al nacer el más joven de sus vástagos y se las había arreglado para llevar adelante a su pequeña familia solo. Natsu había crecido para convertirse en un niño de cinco años hiperactivo y que derramaba confianza y entusiasmo. En cambio, Zeref, era lo contrario a su hermano; tranquilo y tímido, fue por eso que cuando su hijo mayor trajo por primera vez a Mavis a su casa se sintió tan feliz, la muchachita era encantadora. No sabía que era lo que planeaban esos dos, pero, dado al nivel de nerviosismo y hasta miedo que tenía Zeref, era algo muy importante.

La cena paso rápidamente. Cuando menos se quisieron dar cuenta estaban comiendo el postre, mientras conversaban amenamente. En determinado momento Mavis llamo la atención de todos los presentes golpeando ligeramente una cuchara contra una copa de agua. Espero a que todos guardaran silencio para poder hablar.

-Sé que todos están curiosos sobre porque los reunimos aquí.-empezó la rubia con una sonrisa que le partía la cara en dos.- la verdad es que Zeref y yo les tenemos una noticia.-tomo la mano derecha del de cabellos azabache entrelazando sus dedos.- ¡estamos saliendo!, ¡somos novios!

Al pronunciar esa frase todo se quedó en un silencio sepulcral por unos instantes.

-TE MATARE.

-LO SABIA.

Con esos dos gritos, provenientes de un eufórico Natsu, y un furioso Yuriy, se desataron todas las reacciones. Precht levanto su arma y le apunto a Zeref. Warrod sostuvo a su hermano menor para que no saltara sobre el aterrado chico, pero de todos modos lo miraba con ojos entrecerrados con furia. El padre de la chica se sostenía el pecho como si sintiera un profundo dolor. Igneel, sin darse cuenta de nada de lo que pasaba a su alrededor, golpeaba amistosamente el hombro de su hijo dándole sus felicitaciones.

Las únicas que parecían darse cuenta del caos a su alrededor eran las mujeres de la familia Dreyar y Natsu, quien salto frente a su hermano tratando de protegerlo. Mavis iba a interrumpir pero se vio envuelta por un abrazo del padre de su novio.

-PRECHT DREYAR.-grito la matriarca de la familia callando a todos.- baja esa arma inmediatamente. Me importa un bledo que seas un oficial de policía, en esta casa están prohibidas esas cosas. Y ustedes dos.-dijo mirando a sus dos hijos menores.-basta ya de intimidar al novio de su hermana.- cuando dijo la palabra novio, su marido lanzo un quejido, como de agonía, de lo más profundo de su garganta, que en vez de preocupar a su mujer, le causo un poco de gracia. A la que no le causo gracia, porque no comprendía la exagerada reacción de su padre, fue a Mavis, quien se acercó corriendo al lado del mayor.

-¡Papá!, ¿estás bien?-pregunto alterada, a lo que el hombre negó con la cabeza.- ¿Qué puedo hacer para que mejores?

-Deja al bastardo y únete a un convento.-dijo melodramáticamente el hombre. Sus hijos asintieron en acuerdo con su padre y su mujer bufo intentando esconder su diversión.

-No le hagas caso a tu padre cariño. Estará bien.-les dio una última mirada de advertencia a los hombres de la familia y luego volteo a ver a Zeref y le dio un cálido abrazo.- Estoy muy feliz por ustedes.

-Gracias señora Dreyar.-dijo apenado el joven, devolviendo el abrazo torpemente, ya que aún tenía al pequeño Natsu en sus brazos.

-No puedo creer que estés de acuerdo con esto madre.-exclamo Yuriy sintiéndose traicionado.- Mavis es muy pequeña para tener novio.

-No soy pequeña.-se defendió la rubia inflando las mejillas, dándole un toque mucho más infantil.

-Yuriy tiene razón, no puedes estar bien con esto.-dijo Precht perdiendo la paciencia.-TU.-señalo a Zeref.-te arrestare por aprovecharte de nuestra princesita.

-No, no arrestaras a nadie.-dijo su madre con venitas saltando en su cabeza.-son unos exagerados Mavis tiene ya catorce años, esa es la edad que tenía yo cuando comenzó a salir con su padre.

-Pero no es lo mismo.-contraataco Warrod.-estas son épocas distintas, más peligrosas para que una linda y tierna joven como Mavis ande por ahí con un muchacho al que apenas conoce.

-Pero se conocen hace ya más de un año.-Igneel defendió a su hijo.

-¿Qué edad es la apropiada, según ustedes, para que ella comience a salir con chicos?-pregunto Sora Dreyar, mirando a sus tres hijos varones como si les hubiese crecido una segunda cabeza.

-Treinta.-respondieron todos a coro.

Esto desato una discusión entre las personas sentadas a la mesa, inclusive Natsu. Los únicos que no decían nada y solo permanecían observando eran, en cuestión, los causantes de tal alboroto.

-Debo darte la razón con tener miedo.-dijo Mavis, tomando nuevamente la mano de Zeref.-no pensé que reaccionaran de ese modo.

-No fue tan malo como pensaba.-aseguro él. Ella simplemente levanto una ceja.- ¿Qué?, no me mires así, tu hermano podría haber disparado, el no tener orificios de bala ya es un avance.-dijo sacando una risotada de la chica.

-Tienes razón, pero luego me vengare de Precht por eso. Ahora voy a tratar de remediar esto.- la pequeña rubia se paró sobre la silla y silbó, llamando la atención de todos los presentes.- Basta ya. Dejen de pelear. Papá, chicos, sé que están preocupados por mí, pero les aseguro que Zeref es un buen chico y no me hará daño.

-¿Eso no tendría que decirlo él?- demando aun enojado Warrod. Mavis estaba a punto de responder pero Zeref la interrumpió.

-Tiene razón. Les prometo que jamás le hace daño a Mavis. Ella es muy especial para mí y si llegara a sufrir por mi culpa jamás me lo perdonaría, cualquier castigo que me impongan no sería suficiente.

Todos se quedaron callados meditando sus opciones. La cara iluminada de felicidad que tenía la rubia y los brillantes ojos verdes convencieron a los hombres de su familia a no matar al muchacho… por ahora.

-Si llegas a lastimar a mi hermanita, te usare como juego de tiro al blanco.-dijo Precht, ceñudo.

-Y yo lo ayudaría a enterrar el cuerpo.- aseguro Warrod.

-¿Tu Yuriy?, ¿Qué dices?-pregunto Mavis al ver que su hermano no contestaba y solo miraba fijamente al piso. Al escuchar la voz de su hermana, el hombre se paró y camino lentamente hasta quedar a unos centímetros del pelinegro.

-Si lastimas a mi princesa, juro por todos los presentes que te pondré de para rayos y veré como te quemas vivo.-dijo oscuramente el rubio, con una seriedad desconocida para su familia.

-Si alguna vez lastimo a Mavis, yo mismo vendré a que me maten.-dijo con seguridad, a lo que Yuriy dio un seco asentimiento de cabeza y salió de la habitación.

-¿Yuriy?, ¿A dónde vas?- dijo la pequeña, siguiendo a su hermano con la mirada. Estaba a punto de ir tras él, cuando sintió una mano en su hombro.

-Déjalo solo un poco, querida. Necesita acostumbrarse a la idea.- susurro su madre, dándole una sonrisa cariñosa.

La cena termino de manera tranquila, aunque el padre de Mavis aun sostenía su pecho de manera preocupante cada vez que las manos de su pequeña hija y Zeref se tocaban. La madre de la rubia e Igneel estaban completamente emocionados con la relación de sus hijos. Se podría decir que hasta estaban planeando la boda. Natsu por su parte no comprendía porque los hermanos de la chica no querían a Zeref. Él se emocionó muchísimo cuando su hermano llevo por primera vez a Mavis a su hogar. Ella era todo lo que su hermano no ere y necesitaba; alegre, optimista, campante y demostrativa, en cuanto sus sentimientos. La verdad era que esperaba que la rubia se convirtiera en su nueva hermana. Y como Natsu no era el tipo de niño que se guardara sus preguntas, comenzó una conversación con esos hombres de aspecto rudo que miraban mal a su preciado hermano mayor.

-Oigan ustedes, caras de simio.- exclamo el pelirosa, señalando a los mayores, y llamando la atención de todos los que quedaban en la mesa.

-Hey más respeto niño.-respondió ofendido Precht.

-Déjalo.-dijo Warrod, mirando a su hermano.- ¿Qué pasa pequeño?

-¿Por qué ustedes odian a mi hermano? Él no ha hecho nada malo.- pregunto Natsu con inocencia. Los hermanos intercambiaron miradas desconcertadas y simplemente se encogieron de hombros.

-No es nada personal. No nos cae bien porque está intentando robarnos a nuestra hermanita. Odiaríamos a cualquiera que hiciera eso.-respondió, como siempre, elocuente el menor de los hermanos presentes.

-Eso es basura.-grito el niño.-Zeref no está intentando robar a nadie. Él la quiere mucho.-declaro haciendo sonrojar al mayor.- De todos modos, si ustedes la alejan de él, seré, yo quien se la lleve.

-¿Qué?-se preguntaron todos.- ¿Por qué?

-¿No es obvio?- el niño los miro cono si fueran estúpidos.- Ella hace que mi hermano sea feliz. Nunca lo había visto sonreír tanto como cuando esta con Mavis y sus ojos brillan de una manera extraña.-declaro haciendo que su hermano adquiera el color de un tomate.- No quiero que el vuelva a estar triste y solo como antes de mudarnos aquí. Y si tengo que pasar por encima de ustedes, grandulones, lo hare.- aseguro el niño con la convicción de un adulto.- No dejare que nadie le arrebate la felicidad a mi familia.

Los Dreyar lo miraban asombrados. Nunca nadie les había hablado así de seguros de algo, mucho menos un niño de cinco años.

Zeref tomo a Natsu, que estaba a su lado izquierdo, y lo abrazo fuertemente.

-Gracias.- le dijo tan bajo que había que esforzarse por escucharlo.

-Ese es mi hijo.- exclamo con orgullo Igneel.

Los hermanos de la pequeña rubia, intercambiaron miradas y sonrieron, luego volvieron a mirar a Natsu que avergonzado escapo del abrazo del pelinegro.

-Bueno.-dijo Warrod.- solo por ese magnífico discurso le daremos una oportunidad a tu hermano.

-Pero la amenaza de antes sigue en pie.- aseguro Precht.

-Bien.-sonrió feliz el niño.-y si mi hermano hiere a Mavis seré yo mismo quien le dé una paliza.-luego se volvió hacia la chica, que miraba la escena conmovida.- Pero tu jura que no lastimaras a mi hermano. No quiere verlo triste de nuevo.

-Juro que jamás de los jamases, lo lastimare.-dijo seriamente la joven Vermilion Dreyar, poniendo su mano sobre el corazón.

-Ok.-volvió a exclamar el rubio, alzando su puño al aire. De repente su cara cambio y volvió a preguntar.- ¿Y qué pasa con el otro cara de simio?

-Yo hablare con el mas tarde.-aseguro Mavis.

Unas horas más tarde cuando los Dragneel se habían ido a su hogar, haciéndoles prometer a su nueva familia política que irían pronto a cenar a su hogar, los Dreyar decidieron que era hora de ir a descansar. La única que se quedó en el salón fue Mavis, quien estaba esperando a Yuriy. El joven hombre había salido hacía ya más de cuatro horas y comenzaba a preocuparse.

Justo cuando la chica estaba a punto de llamar a la policía, escucho la puerta de su casa abrirse. Por ella entro su rubio hermano, mirando muy deprimido.

-Yuriy.- exclamo la chica haciendo sobresaltar al mayor.- me tenías preocupada, ¿Dónde te habías metido?

-Princesa.-dijo el, acercándose al sofá donde estaba sentada ella, acomodándose a su lado.- estaba en el parque pensando, ¿Qué haces despierta a esta hora?

-Estaba esperándote. Te fuiste muy deprisa hoy.

-Lo siento, solo quería estar solo. Pensar un poco en todo esto.

-¿En todo qué?

-En que ya dejaste de ser mi princesa, para pasar a ser la princesa de otro.

-Oh Yuriy.- exclamo Mavis abrazando fuertemente a su hermano.- Jamás dejare de ser tu princesa. El que tenga novio no significa que todo tenga que cambiar. Sigues siendo mi hermano, y lo serás hasta el dia en que muera… no, más allá de la vida o la muerte seguirás siendo mi hermano, mi familia.

-¿Lo juras?

-Por supuesto que lo juro, tonto.-respondió riendo la chica.

Los hermanos permanecieron abrazados por un largo tiempo, disfrutando del hecho de tenerse el uno al otro. Uno jamás sabe que le depara el destino, pero lo que si sabían ellos, es que nadie jamás desarmaría a su familia.

Bueno, eh aquí mi primer fic sobre Mavis y Zeref…espero que les guste, me costó mucho al principio pero estoy conforme con el resultado.

Es el primero de lo que espero sean tres one-shots :3

Gracias por leer!

Este fic es (como dirían los minions) de mí, para tu 3

CILLAFULLBUSTER