DISCLAIMER: Todos los personajes (hasta ahora) y sitios (excepto la torre de los Premios Anuales) le pertenecen a la ingeniosa mente de Joanne Rowling. El resto de los delirios son míos.
Capítulo 1: El infierno está lleno de buenas intenciones.
Hermione se sentó en el asiento junto a la ventana del compartimiento. Viajaba con Harry, Ron, Neville, Ginny y Luna. Todos estaban emocionados y hablaban sobre lo que habían hecho en el verano. Pero aunque ella sonreía y asentía cuando era necesario, la mente de Hermione estaba en otro sitio. Ese año se elegirían a los premios anuales de su promoción, los dos estudiantes con mejor promedio de entre todas las casas. Además, esos dos alumnos compartirían una torre apartada exclusivamente para los premios anuales. El viaje se le hizo muy corto y cuando quiso darse cuenta ya estaban en Hogwarts.
El banquete de bienvenida fue muy parecido a los que habían tenido los años anteriores. Los estudiantes aprovechaban para ponerse al día con sus compañeros de casa y echar a correr los primeros chismes del año. Cuando sólo Ron, Crabbe, Goyle, Ernie McMillan, Zacharias Smith y Marcus Belby seguían disfrutando del postre, Dumbledore se levantó e inició su discurso de principio de curso, que también fue similar a los de los años anteriores (unidad… bla, bla, bla… está terminantemente prohibido… bla, bla, bla… peligro, Voldemort, unidad… bla, bla, bla…). Entonces llegó a la parte que la chica había estado esperando:
- Por último, quiero anunciarles quiénes han recibido el Premio Anual por sus excelentes promedios… de la casa Gryffindor… ¡Hermione Granger!
Todo el Gran Salón (exceptuando a la mesa de Slytherin, por supuesto) estalló en aplausos. Hermione se levantó y caminó lentamente hacia la mesa de los profesores, donde la profesora McGonagall le indicó un taburete donde sentarse.
- Bravo, Señorita Granger. Muy bien, el otro Premio Anual... de la casa Slytherin… ¡Draco Malfoy!
Fue como si un gigante hubiese entrado destrozando el techo y hubiese aplastado con todas sus fuerzas a Hermione. Ella nunca había considerado esa posibilidad. Está bien, Malfoy era inteligente, era el segundo de la clase. Tampoco estaba metiéndose siempre en problemas como Harry y Ron, y respetaba (casi) todas las normas escolares. Lo que Hermione no entendía era que no hubiesen considerado CIERTAS COSAS sobre Malfoy. Por ejemplo, que abusaba de su poder como prefecto, o que maltrataba e insultaba a quienes consideraba inferiores a él, o que manipulaba a alumnos (e incluso algunos profesores) para que hicieran lo que él quisiera.
Mientras tanto, en el gran salón, Malfoy se levantaba entre los vítores de sus compañeros serpientes, los únicos aparte de los profesores que aplaudían. Al llegar el chico a la mesa de los profesores, McGonagall le asignó un asiento junto a Hermione, donde se sentó desganadamente, no sin antes mirarla con repulsión y murmurar un "Sangresucia" por lo bajo. Cuando el cerebro de la leona volvió a funcionar después del shock, registró que Dumbledore seguía hablando. Y prestó MUCHA ATENCIÓN a lo que decía:
- El señor Malfoy y la señorita Granger convivirán en la torre de los premios anuales, como es costumbre, pero este año introduciremos algunos cambios. Hemos decidido que, para fomentar la unidad entre las casas, cada Premio Anual viva dos meses en la casa del otro, con sus compañeros y sus horarios, y luego al revés. Los primeros dos meses, igualmente, los pasarán en su torre, para comenzar a forjar los lazos que fortalecerán más adelante. Dicho esto, sólo me queda informarles que mañana tendrán todo el día libre para instalarse en sus nuevos dormitorios. Ahora, ¡a dormir!
Mientras Hermione se levantaba mecánicamente de su asiento, la pregunta que le había surgido cuando Dumbledore hablaba le seguía retumbando en la cabeza: "¿Cómo sobrevivir UN AÑO ENTERO conviviendo con Malfoy?".
Hola! Soy Arthemysa. Este es mi primer longfic. No soy muy rápida que digamos así que no sé cada cuánto voy a actualizar. Si les gustó, o no, o tienen algún comentario o propuesta, dejen reviews! Nos leemos!
