Hola, soy Liz-cam. La siguiente historia está ambientada en Alemania, lugar donde tomó importancia la cacería de brujas. El tema me agrada y disfruto de investigar al respecto sobre las brujas (soy rara, lo sé xD)

A causa de que terminaré uno de mis fics pronto, comenzaré a actualizar este. Espero les guste. Los capítulos son cortos a comparación de mis otras historias.


Bruja.

"A la hechicera no la dejarás que viva" (Éxodo 22:18)

Año 1630, Würzburg, Alemania. Las cosas no podrían verse peor, el hambre, saqueos, muerte y el dolor de las personas era tal que se es difícil imaginar y describir los sucesos. Durante esa época se llevaron a cabo gran cantidad de cacería de brujas, acusando a mujeres, hombres e incluso niños de la práctica de esta magia condenada por la Iglesia con la muerte. Para el resto de habitantes ver morir a esas personas era una verdadera fiesta, mientras que los gritos de agonía cuando eran quemadas, ahorcadas y masacradas se escuchaban como una plegaria.

Sangre, horror…

Miré a mis compañeros de clases, sabía que estaba pálido, era como si todo lo anteriormente recitado formara parte del escenario con todos los presentes sentados en los bancos del aula. Mi reciente actitud llamó la atención de todos, había escrito este relato para la clase y mencionar tales actos me hacían revolver mi estómago.

¿Te sientes bien?, ¿puedes continuar? —preguntó la maestra, asentí de inmediato mientras de nueva cuenta leía la pequeña novela que había pedido la maestra de Literatura ese día. Continué la lectura.

No hacía ventisca, el día que la conocí el cielo estaba tapado por nubes grises que amenazaban tormenta, yo, Sasuke Uchiha me dirigía a caballo hacia un poblado llamado Konoha, al sur de Alemania, en donde se decía había varias familias acusadas de brujería. Era contratado por El Santo Oficio para llevar a cabo la tarea de la caza de brujas, las personas denominadas así por su creencia y adoración al demonio, las "Maleficae".

El camino estaba lodoso, había llovido el día de ayer por lo tanto se encontraba húmedo al igual que los pastizales que recorrían la región. Seguí cabalgando hasta encontrar el letrero del nombre de la aldea, había llegado. Guie mi caballo hacia la única posada del pueblo, "Fuego", justo cuando pasaba tuve que controlar al animal a causa de esa chica que se había atravesado y caído al charco de lodo, había sido empujada de manera violeta hasta rodar por los escalones y llegar a donde se encontraba ahora.

Era una mujer sucia, con el pelo enmarañado y vestimentas pobres, su falda larga le llegaba hasta los tobillos. Tenía el cabello rosa, sucio ahora; la piel blanca y ojos verdes, una joven de mi edad quizás, 19 a lo mucho. Se asustó por el caballo y se cubrió la cabeza con sus brazos. La miré desde arriba sin la más mínima intensión de ayudarla.

—Ten más cuidado, asquerosa —le dije sin ninguna expresión en el rostro. Quitándole mi mirada oscura de encima conduje el caballo hasta amarrarlo en el palo de madera a las afueras de la posada.

Aún seguía en el suelo pero parecía sacudirse las manos y quitarse el lodo que había salpicado en su cara. Había dado unos pasos en los peldaños de la entrada pero luego paré y me giré para verla. Me veía con curiosidad. En ese momento era un desconocido en el pueblo, se veían mucho últimamente pues los que se hacían llamar brujos o magos también huían para evitar la muerte. En mi caso yo los buscaba y los entregaba. Vestía de negro completamente, con pantalones y camisa, botas de cuero altas al igual que los guantes, todo ello reflejaba mi carácter frío e insensible.

Sonreí con superioridad y entré. Era una posada cualquiera de tres pisos, en el piso principal se encontraban mesas y la barra de bebidas. Me dirigí hacia ella y coloqué mis brazos en el pedazo de madera. Un hombre de alrededor de 40 años limpiaba las botellas de alcohol barato dándome la espalda.

—Ya te dije maldita bruja que aquí no hay traba…

Calló al verme, me había confundido con otra persona, una bruja. Se disculpó enseguida pero no me interesaba, en ese momento él había hablado sobre una bruja y aparte de quedarme hospedado por esta noche en su posada quería tener detalles que me llevaran a esa supuesta bruja.

—Hmp, esa bruja de la que hablas —lo miré con toda la intensión de intimidar— ¿dónde puedo encontrarla?

El hombre me miró con grandes ganas de saber lo que tramaba pero a la vez con cierto rechazo, persona que tratara con las brujas era considerado, o muy valiente o muy estúpido, aunque generalmente lo vinculaban a favor de las sectas a adoración al demonio.

—La hija de una campesina, viven dentro del bosque, si sigue el camino por unos minutos podrá ver la entrada al bosque, adéntrese y en el cruce de caminos siga por el izquierdo, no tardará en ver la casucha —me moví con toda la intensión de irme.

—Alísteme un cuarto para esta noche —le puse una cantidad de dinero en la barra y salí sin decir nada. El tiempo empeoraría y si no me daba prisa el agua comenzaría a caer pronto, dificultando mi trabajo.

Tomé de nueva cuenta mi caballo negro y galopé rápidamente saliendo del pueblo hacia donde el viejo de la posada me había indicado. Al poco tiempo llegué al cruce de caminos, elegí el izquierdo y justo cuando divisé la casa vi a una persona en el camino que también se dirigía ahí.

La misma chica de antes, la sucia que había encontrado fuera de la posada. Escuchó las pisadas que hacía mi caballo y volteó asustada, pude leer miedo en su mirada. Corrió de un momento a otro y yo hice lo mismo con mi caballo para evitar que entrara. Le gané, la intercepté antes de que pudiera escapar. Retrocedió unos pasos al verme bajar del caballo, parecía realmente muy asustada.

—Yo no he hecho nada —dijo con temblor en su voz.

—¿Vives aquí? —asintió sin mirarme— Eres una bruja.

—¡No es cierto!, ¡no es brujería, no es magia negra! —parecía conocer los conceptos, ella era.

La miré de abajo para arriba, era una mujer horrible, y en las condiciones en las que estaba el país, la hambruna y por lo tanto la falta de dinero llevaba a una vida precaria donde ya se comenzaba a ver el canibalismo. Me detuve en sus ojos, su color era lo único bello en esa mujer, el resto era una sucia andrajosa.

—Te vienes conmigo bruja —solté sin nada de compasión. Sus ojos se expandieron porque se imaginaba lo que vendría después.

—¿Qué está pasando? —una mujer mayor, igual o peor que la primera se dejó ver en la entrada de la vieja puerta de madera. Tenía caído varios dientes y su hedor causaba nauseas. Me dirigí a ella con asco.

—Su hija es acusada de brujería por las personas de este pueblo, se ha enviado una carta a la Iglesia hace varias semanas pidiendo su captura inmediata —no me gustaba dar explicaciones pero siendo la madre debía saberlo.

No apareció ningún rastro de sorpresa, tampoco de angustia, parecía no importarle lo que pasara con su hija. Se rascó el cuello con total desinterés mientras esperaba alguna señal por parte mía. Miré de reojo a la chica, ella amenazaba con llorar, típico.

—Me la llevaré en nombre del Santo Oficio —en mis manos ya tenía una soga.

—Tendrá que pagar por ella. —escuché decir a la mujer— Si quiere llevársela.

Miré a la andrajosa y luego a la vieja decrépita, calculaba su valor, no podría ser mucho, era joven pero fea. Colgando de una pequeña bolsa en mi pantalón saqué varias monedas que bien podían servirle para comer todo un mes, o hacer lo que quisiera con él. De un momento a otro até a la chica al caballo y me subí en él. Pude ver como ella le dedicaba una mirada a su madre antes de salir, no le dijo nada, si la había vendido así de fácil era probable que no escuchara sus súplicas.

Caminaba atada, el cielo había oscurecido más, ya debían ser las 6 de la tarde. La chica iba descalza pero nunca se quejó, supongo ya estaba acostumbrada a las piedras cortantes. Cuando llegamos al pueblo todo lucía tranquilo, no había nadie afuera y era mejor así, no quería un alboroto al darse cuenta que ya tenía a su bruja, que en realidad no me había costado nada de trabajo capturar.

La conduje justo con el caballo al área de las caballerizas, también pertenecientes a la posada. Había solamente dos caballos más. Una vez que dejé al mío la amarré como un animal más sin darle una posibilidad de que pudiera soltarse de la soga. Me miró con los ojos cristalizados y por alguna extraña razón me incomodaron. No creía en las brujas, todo eso era una tontería, la brujería era una invención de la iglesia, la misma gente loca que se hacía pasar por uno y los estúpidos ignorantes que creían en ellos.

¿Entonces por qué lo hacía?, ¿por qué ayudaba a asesinar a ese tipo de personas si mis creencias no los aceptaban como personas capaces de realizar tales actos de adoración a lo maligno? Simple, no me importaba nadie más que no fuera yo, en ese entonces era un asesino que no se dejaba convencer por ningún anciano o loca mujer, solamente cumplía con mi trabajo y trataba de no involucrarme demasiado con todas esas personas que encontraba para llevarlas al matadero.

—¿Qué vas a hacer conmigo? —Escuché de nuevo su voz temblando. No la miré, me dediqué a quitarle la montura al caballo.

—Te llevaré a Würzburg, ahí serás juzgada y si tienes suerte se te declara inocente —en cuanto pronuncié la palabra Würzburg pareció asustada, sabía toda la clase de actos inhumanos que se habían llevado a cabo en ese lugar durante la cacería de brujas, así que era normal un estado de pánico, también debía saber que no tendría tal suerte.

—¿Por qué pagaste por mí si perderás el dinero si muero?, ¿o es acaso que cobras tu recompensa por cada mujer que capturas? —supuse que no emplearía la palabra bruja, se refirió a ella como mujer.

—Recibo un saldo de la Iglesia, no me cuesta nada perder un poco por una sola mujer como tú —miré el abrevadero que se encontraba dentro— deberías aprovechar el agua y tratar de quitarte toda esa suciedad que llevas a cuestas.

Cerré el lugar poniendo una tabla entre la puerta para evitar que saliera en dado caso de que pudiera arrancar las cuerdas, no creí que entraría alguien más a dejar un caballo, era tarde y el tiempo no muy bueno así que no era probable. Me dirigí al dueño en la barra y me entrego una llave vieja.

—Segundo piso señor, tercera puerta —no dije nada, subí y abrí mi habitación, no era la gran cosa, pequeña y con una cama individual, del resto no había mucho que alardear.

Me recosté en la cama sin quitarme las botas y me entregué al sueño profundo. No desperté hasta que se hizo completamente de noche, los truenos no dejaban de cesar y descubrí que estaba lloviendo. Caminé hasta la planta baja, tenía hambre así que vería que tenía ese viejo para comer.

—Usted, sírvame lo mejor que tenga —ordené.

Parecía tenerme miedo y no lo culpaba, mi aspecto me hacía parecer más un bandido que alguien que trabajaba para el Santo Oficio. Hmp, no era un hombre de fe, así que no me importaba si ardía en el infierno por mis pecados, en realidad ni siquiera creía que había infierno. Al poco tiempo un plato de sopa estuvo frente a mí, ¿eso era lo mejor que tenía?

—Joven, usted llegó en caballo, ¿cierto? Debería revisar que esté bien, suelen asustarse en noches como esta, incluso algunos escapan.

—Aseguré la puerta viejo metiche —era un insolente pero me había criado solo desde que era un niño, en ese momento no me importaban los modales.

Me levanté tomando el plato de sopa y salí de la posada rumbo a las caballerizas. Esa bruja debía tener hambre, ya habían pasado un par de horas. No lo hacía por amabilidad, necesitaba que llegara viva a su destino, además esa sopa no era de mi agrado a pesar de no haberla probado.

Quité el pedazo de madera y entré pero no había ni terminado de dar un paso cuando algo, o más bien alguien amenazó con cortar mi cuello con una daga. Me giré sin miedo y con seguridad supe que era ella, su cabello rosa estaba mojado al igual que su cara ahora blanca, libre de suciedad. La había lavado tal como le dije. Sonreí, la fea bruja se había transformado en una bella doncella.


Probablemente estarán pensado, "que Sasuke tan superficial" Sí lo es y esa es la cuestión (aparte de los problemas que les daré), él debe cambiar su forma tan estúpida de actuar y tratar a la gente, sin mencionar que es un asesino.

Si les ha agradado me lo hacen saber , así sabré si debo continuarlo o es un asco n_n

¡Cuídense!