Desde hace tiempo he querido escribirlo, haber que pasa...
En este Fanfic Orochimaru aún está con vida...
Había pasado casi un año desde aquel enfrentamiento contra Pain en el cual Hinata le había confesado lo que sentía a Naruto, pero desde aquel día ninguno de los dos hablaba sobre ese tema, de hecho, no habían podido verse a la cara desde aquel momento.
Hinata sentía que Naruto evitaba cualquier contacto con ella, ya sea visual o contacto directo, al grado de denegar misiones en las que estuviera involucrada Hinata o el clan Hyuga. Todos, incluso Tsunade-sama, sabían la tensión que existía entre la pequeña Hyuga y el poseedor del zorro de nueve colas.
-Me odia – murmuró la peli-azul mientras miraba al horizonte como estaban tallando el rostro de Naruto en la montaña de los Hokages puesto que él por fin había llegado a convertirse en Hokage como tanto tiempo lo había estado deseando.
Se escucharon unos leves golpeteos detrás de su puerta y la oji-blanca dio un respingo pues no había escuchado venir a nadie.
-Hinata, soy Neji. ¿Puedo pasar? –murmuró su primo.
-Aunque te diga que no, entrarás. No tiene sentido responderte – dijo con una risilla mientras miraba entrar a Neji con lo que parecía ser un paquete - ¿Qué es eso? – preguntó la peli-azul señalando la caja.
-Fui a ver a Tsunade-sama esta mañana, dijo que necesitarías esto para la misión que te acaba de encomendar – ella alzó una ceja y miro a su primo extrañada pues no recordaba ninguna misión que le hubiera dicho
– Tranquila -continuo hablando Neji - dijo que hay una nota en la que te dirá lo que tendrás que hacer – le explicó su primo con una sonrisa – Lo único raro, fue que me dijo que nadie aparte de ti viera esto y que por nada del mundo abriera la caja –soltó un suspiro – En fin, sus razones tendrá – le pasó la caja a Hinata y ella dejó la misma sobre su cama como si fuera una bomba a punto de estallar, con temor.
-Muchas gracias, Neji. Veré de que se trata y después partiré a cumplirla –murmuró sin dejar de mirar la caja. Él asintió y salió del lugar aun pensando en la actitud tan rara de Tsunade.
-Qué extraño… normalmente Tsunade nunca le dice eso a Neji y no es la primera vez que le pide que me traiga algo para una misión – pensó Hinata.
Tomó la caja con las manos y la abrió cuidadosamente y con sus manos temblorosas puesto que jamás se comportaba así Tsunade.
Mientras tanto, en la sala de los Hyuga….
-Señor – dijo uno de los guardias que protegía la casa llamando a Neji – el Hokage está aquí y exige ver a la señorita Hinata.
¿El Hokage? ¿Qué hacia Naruto en su casa, si ni siquiera había querido hablar con Hinata desde hace un año y ahora se presenta como si nada a exigir hablar con ella?
-Debería tener mierda en vez de cerebro ese chico –murmuró Neji – Yo lo atenderé –dijo y el guardia dejó entrar a Naruto a la casa encontrándose con Neji.
-¿Dónde está? –fue todo lo que dijo Naruto antes de introducirse a la casa e ir abriendo cada puerta que se encontraba en su camino buscando a Hinata.
-Naruto, ¡Detente! –Le ordenó Neji pero el rubio hizo caso omiso a las palabras del Hyuga -¡Naruto! –esta vez le grito y observó como la mirada de había cambiado, sus ojos tenían una tonalidad rojiza y alrededor de su cuerpo había un chakra rojo, el chakra de zorro…
-¿Dónde está? – volvió a repetir la pregunta pero esta vez su voz era más gruesa y con un aspecto terrorífico.
-¿Para que la quieres? –se escuchó un grito de la habitación de a fondo del pasillo, este grito provenía de una voz femenina. Naruto no tuvo más que buscar puesto que ya lo había encontrado lo que había venido a buscar.
El rubio corrió hacia esta habitación en la cual se encontraba una chica de piel blanca, casi traslucida, tirada en el suelo e inconsciente. Esta parecía dormida, pero una extraña marca en su cuello indicaba lo contrario.
Había una nota, una nota escrita con lo que parecía ser… ¿sangre? Y era resiente puesto que al pasarle los dedos esta escurría. Entonces miró la mano de Hinata, una cortada que arrastraba la mitad de su muñeca y de ahí escurría sangre.
En la nota decía….
Ya te he quitado a tu amigo… ahora a tu amada… me pregunto cuántos más te he de quitar antes de matarte a ti también….
Orochimaru
Se sintió un estruendo y un quejido proveniente de la muchacha hizo que ambos muchachos en la habitación voltearan a mirarla.
Naruto tocó la frente de la peli-azul y esta tenía fiebre, no tardaría demasiado en ponerse peor. Sabía que Sakura había visto con sus propios ojos cómo evolucionaba la trasformación y sería indicado que ella estuviera aquí.
Solo una frase cruzó por su mente en cuanto miró a Hinata.
-Te dije que me dijeras donde estaba, ahora es demasiado tarde… -murmuró mirando al primo de la joven.
