Advertencias: Universo alterno. Incesto. Violación. Lemon.
Disclaimer: Seimie y Soubi pertenecen a Yun Kouga y yo no gano un soberano quinto por escribir esto. Si acaso ganaré algunos comentarios -
Voces en la nieve.
By Janendra
El cielo vomitaba perlas. Frías, ásperas. Lágrimas hechas de hielo, y él se sostenía de tu cadera. Seimei fornicaba con tu cuerpo. Dentro. Fuera. Un gusano se retorcía en tu columna, picoteaba el estómago. El dolor era alambre de púas enterrado en piel. Ya no sentías la parte entre tus nalgas. El chocar de su pelvis te provocaba nauseas. Ese día comenzaron las voces. Mátalo. Destrózalo. Rómpelo.
Ustedes eran dos mentirosos. Hermanos embusteros. Vírgenes a su edad, elogiaba su madre. Orejas y colas falsas. Tú mentías con cada sonrisa. Seimei jugaba a ser el hermano perfecto. Mátalo. Hiérelo. ¡Que se trague sus palabras! ¡Que no vuelva a tocarte!
La primera vez, ¡aquella grandiosa ocasión! Una patada en los testículos. Estrelló tu cabeza contra el suelo. Sangre en tu boca, en el rostro. Te separó las piernas. Una mano atrapó tu cadera. La otra tanteó entre las nalgas. Un dedo, dos. Intentaste apartarte. Un golpe en la espalda. El sexo de Seimei te rasgó. El grito abandonó tu garganta. La respiración se volvió ardiente. Hazlo pagar. Que le duela como a ti. Que sufra, que pague. El peso de Seimei sobre tu cuerpo. El sudor de Seimei mezclado con el tuyo. Sus jadeos. Los tuyos. El placer. El inmundo gozo subiendo por las piernas y estallando en el piso frío. Así se quieren los hermanos Soubi. Rásgalo. Fuerte. Duro, más, más…
Estaremos solos en casa Soubi. Seimei sirvió el cereal. Te aproximó el plato. So-los. Él y tú. La puerta se cerró. Viste a tus padres subirse al auto. Soubi se quitó las orejas. Ven, tu hermano necesita que lo chupes. SOLOS. Las voces se multiplicaban en tu cabeza. Hiérelo. ¡Busca algo, un cuchillo, la pistola! El cierre del pantalón y su ruido metálico. Mátalo. Esta vez no te dejaré gritar Soubi. El jarrón. Rásgalo. ¡Toma el jarrón!
La cabeza de Seimei vomitó sangre. Un largo, espeso, charco carmesí. Es tu oportunidad. Ahora. Antes de que vuelvan. ¡Tómalo! Tu mano se resbaló en la roja humedad. Resbalaste. Quítale la ropa. Eres un torpe. ¡Dejen de gritarme! Desnudo. Listo. Ya. Tu sexo se abrió paso en el cuerpo entumecido. Temblaste. Era rico. Más. Empuja. Tú sudaste, él no. El grito fue tuyo. Tú cerraste los ojos, Seimei no volvió a abrir los suyos.
