- Título: Quiéreme tal cual soy.

- Autor: Babi Cullen

Disclaimer: Twilight y todas sus referencias no me pertenece, son de la escritora del best-seller, Stephanie Meyer.

- Algo que deben saber:

1.- Esta historia es de mi completa autoría, aunque no los personajes de la saga.

2.- Escribo solo porque me gusta. No soy una experta y puede que tenga muchos errores, pero trato de hacer lo que se puede.

3.- Espero que a ustedes también les guste.

ENJOY!

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Esme Platt, una joven de apenas 20 años, nunca pensó que el amor, o lo que ella creía era amor, podía llegar a doler tanto. Podía ser muy soñadora e imaginarse grandes historias de amor y desamor, pero nunca pensó que algo así le podía llegar a pasar a ella.

Llevaba un tiempo realizando sus prácticas de odontología en un hospital y todos la trataban muy bien, eran agradables y siempre estaban dispuestos a ayudarla. Aunque en esos momentos lo único que quería era estar sola.

James, su novio desde que tenía 16 años, la había engañado con la que creía era su mejor amiga, Victoria. Los había descubierto hace unas noches atrás cuando fue a darle una sorpresa a su novio, pero la sorpresa se la llevó ella cuando los vio por la ventana, besándose y en lo que pronto acabaría como una noche de sexo puro. No quiso entrar, no quiso armar escándalos, solo se fue corriendo rápidamente para no volver a verlo nunca más.

Al llegar a su casa, sus padres, Peter y Charlotte, y su hermana, Carmen, quedaron impresionados al ver el estado en el que la chica había llegado. Quisieron hablarle, saber qué era lo que ocurría, pero ella simplemente quería estar sola. Se encerró en su cuarto para no salir en días y llorar por su trágica historia de amor.

Por las mañanas se levantaba antes que los demás despertaran para que no la interrogaran y se iba al hospital para su práctica diaria. Su rutina había sido así por unos días: se levantaba temprano y se quedaba hasta tarde en la universidad a estudiar para no llegar a su casa y tener que dar explicaciones.

Tampoco había sido capaz de llamar a James o a Victoria, los había evitado a toda costa y cortaba sus llamadas cada vez que intentaban contactarla, pero ese día no había podido evitar ver a su ex novio cuando se le apareció de la nada. El se veía tan radiante como siempre y parecía confundido por la actitud de su novia, pero cuando supo el por qué solo se comenzó a reír. No lo negó, no se arrepintió ni pidió perdón, solo le dijo que se había aburrido de ella y que necesitaba a alguien más atrevido, a alguien que lo hiciera sentir cosas nuevas y que no solo le diera sexo gratis. Esme estaba en shock, no sabía qué hacer. El solo se burló y, diciéndole que ya no eran nada y que la llamaría cuando necesitara sus servicios, se fue. Ella solo pudo llorar amargamente y sentirse como un objeto. La habían utilizado todos esos años y ella no lo había notado. Era una tonta.

Salió del piso donde estaba odontología y se fue directamente a un lugar donde nadie la pudiera ver llorando. Necesitaba desahogarse, soltar todo lo que estaba sintiendo sin que nadie le preguntara qué era lo que le pasaba.

— ¿Cómo pude ser tan tonta? ¿Cómo no me di cuenta antes?— lloraba y se lamentaba una y otra vez.

No podía creer lo que le estaba pasando. Después de tantos años todo se había esfumado y se había derrumbado en solo segundos ¿Y el amor eterno? ¿Qué haría con el matrimonio que tenían pensado hacer en unos meses más? Pues nada de eso ocurriría.

En ese mismo momento un joven estudiante de medicina de 23 años bajaba por las escaleras para ir a reunirse con sus demás compañeros en el área de urgencias. Se detuvo en cuanto escuchó el llanto de una chica y, extrañado, decidió averiguar qué era lo que ocurría.

Era ella, la chica que tantas veces había visto en los pasillos de la universidad y que llevaba admirando desde que la vio hace dos años cuando ella ingresaba a su primer día de clases, pero a la que no se había atrevido a hablarle. Acercarse o no acercarse, acercarse o no acercarse... ¿Qué debía hacer? ¿Y si ella se lo tomaba a mal? Bueno, solo debía intentarlo ¿no?

A paso lento y con mucho nerviosismo, bajó los escalones que aun los separaban y se acercó hasta la chica de cabellos castaños.

Ella no lo notó, ni siquiera le prestó atención. Siguió llorando y lamentándose de su terrible vida. No le podía estar pasando esto a ella ¿Cómo se lo diría a sus padres? Su papá… Se molestaría demasiado. Él se lo había advertido un centenar de veces.

Completamente inseguro, Carlisle estiró la mano y la posicionó sobre el hombro de la chica haciéndola sobresaltarse. Él no se esperaba esa reacción, por lo que también saltó cuando ella lo hizo.

— Lo… Lo siento, no quería asustarte— se disculpó, tratando de controlarse. Sus manos temblaban y su respiración estaba entrecortada.

— No te preocupes— le contestó con voz rasposa. Odiaba llorar, su voz siempre terminaba pareciéndose a la de "El Padrino". Se limpió las lágrimas y luego apoyó su cabeza en sus brazos que abrazaban sus piernas hacia su cuerpo.

— Ehm…— el rubio carraspeó un poco para captar la atención de la chica, pero esta no se inmutó. A pesar de eso decidió hablar— ¿Ne… Necesitas ayuda? ¿A lo mejor quieres tomar algo? ¿Un jugo, un café?

— El café… El café mancha los dientes— sollozó. El solo pudo sonreír por su respuesta.

— Cierto, pero el jugo no.

Esme volteó su mirada nuevamente hacia el hombre que le sonreía. Lo había visto antes en la universidad, eso era seguro, pero nunca le había prestado atención. Era guapo, tenía que admitirlo. Ahora que lo miraba bien era bastante guapo… No puedes pensar eso, Esme. Acabas de terminar con tu novio de años.

Carlisle, ya resignado a que la chica le fuera a decir que no, se dio la vuelta para salir del lugar en dirección a urgencias donde ya debían esperarlo.

— Un jugo estaría bien— dijo una tenue voz, deteniéndolo al instante y haciéndolo voltearse— Creo que aceptaré el jugo. Necesito un poco de azúcar en mi organismo.

Carlisle sonrió y se acercó nuevamente a ella para ayudarle a pararse. Le tendió la mano de forma caballerosa y ella no dudó en cogerla, haciendo un poco de fuerza con sus piernas para colocarse de pie por completo.

Los dos se pusieron a bajar las escaleras para llegar al primer piso, donde se encontraba la cafetería del lugar. Ella en completo silencio y solo abrazando su propio torso en un vano intento de calmar su cuerpo que no dejaba de temblar como una hoja, algo que siempre le ocurría cuando lloraba por mucho tiempo; y él la miraba de reojo para asegurarse que no era producto de su imaginación todo lo que estaba ocurriendo.

— Así que el café mancha los dientes— comentó Carlisle con una sonrisa y tratando de hacer más ameno el ambiente. Ella asintió— Creo que siempre lo supe y no le presté atención. Es bueno conocer una odontóloga— ella lo miró impresionada ¿Cómo sabía…?— Tu uniforme te delata— sonrió nuevamente y de manera torcida— Carlisle Cullen, mucho gusto— le tendió la mano

— Esmeralda Platt, pero prefiero Esme— le correspondió el gesto

— Entonces, Esme será.

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¡Hello, everybody! Lo sé, ha pasado casi un siglo desde que subí una historia en esta página, pero la verdad es que no tenía nada para subirles (o eso pensaba) y la universidad me había consumido por completo en el último semestre. Salí hace unas cuantas semanas y por fin me pude colocar a trabajar en mis amadas historias, que espero terminar en este verano para estarlas subiendo durante el año.

Esta es una historia que tiene un tiempo guardada en mi computadora y que no había querido subir porque, la verdad, no sé si será del gusto de los lectores. Es una historia corta (apenas cuatro capítulos) y que espero que les agrade, sino pueden tirarme tomatazos si quieren.

Esta historia se la dedico a todos mis compatriotas que están sufriendo por los malditos incendios forestales que azotan desde la región de Coquimbo hasta la Araucanía a mi lindo Chile. Fuerzo y ánimo que, como siempre, vamos a salir adelante y nos levantaremos.

También se la dedico a mi amada amiga Jennifer, quien siempre está a mi lado (aunque miles de kilómetros nos separen) y me apoya en cada una de mis locuras. Te adoro amiga de mi alma, mi loca de patio.

Sin otro particular, y esperando con ansias sus reviews, me despido.