¡Feliz cumpleaños! ¡Espero sea de tu agrado!
Todos los personajes de hetalia pertenecen a Himaruya Hidekaz
We'll Meet Again
Capitulo único.
La vieja radio emitía leve estática que interrumpía a la melancólica canción cantada por la tan famosa y bella Vera Lynn mientras ambos países trataban de seguir el ritmo alegre sin caerse sin pisarse.
—Eres pésimo bailando, Iggy—se rio Estados Unidos dándole una inesperada vuelta al inglés provocando que este se golpeara contra la mesa. Ante esto solo pudo fruncir el ceño y darle un ligero golpecito en la espalda.
—Si te la pasas solo girando, obviamente me voy a marear—contesto desviando su mirada, pronto la canción terminaría, junto a ella se irían mucho más que un par de notas. Mañana seria 6 de Junio, el día en la cual estaba planeado la operación Overlord.
Por alguna extraña razón, ambos se encontraban extremadamente temerosos y no era para menos pues esta misión podría salvar a toda Europa o hundirla en las manos Nazis. Toda esperanza recaía en sus blancas manos.
Arthur soltó un largo suspiro mientras recargaba suavemente su cabeza sobre el hombro del americano—. Alfred…—murmuro provocándole escalofríos al nombrado—. Tengo miedo.
Estados unidos apoyo su mejilla en el cabello rubio opaco y por unos minutos cerro los ojos, imaginando estar lejos de cualquier campo militar, en Chicago bailando junto con Arthur en un parque, a su alrededor habría niños corriendo, vendedores, viejos paseando y una orquesta tocando arriba del kiosco lleno de focos.
Perfección.
Paz.
Palabras que se le venían a la mente.
Pero todo era diferente, se encontraban encerrados justo en medio de una guerra, lejos de casa, destinada a lo incierto y peligroso.
—Yo también tengo miedo—Alfred se aferró aún más a los brazos británicos—. Estamos cansados, es solo eso…Mañana patearemos traseros alemanes, regresaremos a casa y bailaremos hasta desfallecer ¿Te parece? —beso su frente con delicadeza.
Arthur asintió volviendo a iniciar sus leves pasos, disfrutando de las últimas notas que se tocarían en esa oficina durante un par de semanas y pidiéndole a cualquier dios oyente que no pasara mucho tiempo antes de volverse a encontrar bailando melancólicas canciones.
