A ella le gustaba aquello pero le faltaba algo. Le gustaba el ruido de los zapatos sobre el suelo de madera, el olor a tinta de los libros nuevos y el reconocimiento.

A él le gustaba aquello pero le faltaba algo. Le gustaban los dulces de chocolate, los objetos insólitos y la popularidad.

Pero no recibía bastante reconocimiento. Era buena, inteligente y tenía talento, eso era innegable, hacía cosas interesantes y las hacía bien, toda la gente que por algún motivo le prestaba atención durante más de cinco segundos daban crédito de ello, pero no era bastante. No quería más gente que le dijera "lo haces bien" sin entender nada, quería más gente que entendiera lo que estaba haciendo y por qué estaba bien.

Pero era demasiado popular. Era atractivo, interesante y atrayente, eso era innegable, prácticamente todo el mundo le prestaba atención en algún momento al menos durante cinco segundos. Era demasiado. No quería más gente que le dijera "me gusta como te ves" quería gente que le valorara por lo que era.

El problema era que ella no se centraba en las cosas adecuadas. No se centraba en las cosas que hacían que la gente le prestara atención. Estaba absurdamente empeñada en hacer lo diferente en vez de lo habitual, lo inesperado en lugar de lo cómodo, lo interesante en lugar de lo fácil.

El problema era que solo era flor de un día. Era excelente llamando la atención, siendo espectacular, pero luego había algún problema debajo. Era difícil saber qué estaba mal, él hacía las cosas correctas, las cosas adecuadas, lo que cualquiera podía esperar.

Y no le molestaría si no fuera por que centrada en esas cosas no creía recibir el reconocimiento suficiente. Es difícil que alguien utilice su criterio para discernir si merece o no reconocimiento algo nuevo, inesperado e interesante sin el apoyo de lo habitual, cómodo y fácil. En resumen, más vale enemigo conocido...

Y no le molestaría si no fuera por que viviendo siempre como todo el mundo esperaba los que estaban a su alrededor no toleraban que se saliera de la norma, pero mantenerse en ella no le producía ninguna satisfacción. En resumen a nadie le interesa lo bueno si está por conocer.

Habría sido tan fácil, solo tenía que hacer lo cómodo y habitual. Solo tenía que centrarse en hacer bien lo que era popular, lo que todo el mundo valoraba. Solo tenía que vender su alma.

Habría sido tan fácil, solo tenía que romper los esquemas, dejar de ser quien todos querían que fuera para ser él mismo. Solo tenía que comprar su alma.


JK Style.