Hola, ¿Qué tal? Siempre me he preguntado porqué Ray se aferra tanto a la canción de Isabella, aunque una parte de mi siente que en gran parte es culpa del anime pensar eso, pues en el manga me parece que el no canta la canción la última noche. Aún así, me pareció un detalle muy bonito porque al final Ray sigue siendo un niño.
Ray cantaba la canción de cuna de Isabella la noche anterior a su cosecha. Aquella melodía le era útil para descansar desde que era un pequeño cuando antes de dormir recordaba que sería devorado algún día. En ese momento la tarareaba sonoramente buscando un ápice de esperanza en ésta.
En el fondo de su corazón deseaba que su madre lo amase y haber tenido una familia normal, con ella y sus hermanos, a pesar de que su lado más racional le indicaba que probablemente Isabella lo reconocía como un problema y un niño más que pasaba por Grace Field, pues aún tenía la imagen mental de su rostro cuando preguntó:
"Madre, ¿Por qué me tuviste?"
En su pensar navegaban mil conjeturas ya que sería su preparada última noche en donde finalmente le ganaría a mamá en el tablero de ajedrez: ¿Su madre pensaba conservar algo de él una vez lo entregase como carne de humano feliz a los demonios? Se lo preguntaba de forma repetida, pues le entristecía que con ella no hubiese formado ningún vínculo, ya que no sólo por los beneficios había sido un espía, sino también porque su pequeño ser, su pequeña persona como infante deseaba el amor genuino de quien lo había dado a luz y criado, como varias madres en más de alguna de las historias de fantasía de William Minerva.
Bajo la luna de un quince de febrero, esa canción que le había entregado esperanza para vivir a su madre de crianza y biológica al momento de su embarazo y tras cada cosecha, era misma que a él en la oscuridad del comedor también lo alimentaba. Sin embargo, era su última noche y hasta ese momento seguía desconociendo si su vínculo con mamá existía o si sólo se trataba de haber sido una oveja más del ganado.
Cuando se abrió la puerta quizás hubiera deseado que fuera su madre. Quizás hubiera deseado que le dijera que huyera con Emma y el resto de los niños, que los dejaría huir y los ayudaría. Quizás aún tenía esperanza de que su madre lo quisiera con vida.
Tal vez su vínculo con su madre eran los intensos deseos de no ser devorado, no de vivir porque esos ya los había perdido. Y quizás, la canción también era parte de ese vínculo, pues representaba el anhelo común de la búsqueda de esperanza e Isabella jamás le había ordenado que no la cantara.
Probablemente, el vínculo más importante de su vida hasta ese momento acababa de abrir la puerta y estaba parada frente a él. Se trataba de quien le daría lo que le faltaba para tener nuevamente deseos de vivir y no era mamá, era Emma.
