Esta es el primer fic que publico por aqui, porque siempre me había dado mucha cosa dejar que la gente leyera mis historias... asi que hago la prueba con esta historia que estoy escribiendo, a ver que tal va. Constará de capitulos cortos, porque me es más fácil escribirlos de esta manera.
Darles las gracias tanto a Clara como a Ana por ser tan monas las dos y animarme a subirlo! Guapas!
Y nada, este fic es slash, o sea que contiene relaciones chico-chico por lo que si no te gustan o te ofenden este tipo de historias no hace falta que lo leas. Además, obviamente, los personajes no me pertenecen, son de JK Rowling, y no gano nada escribiendo esto y publicándolo, ni de lejos.
Aqui va el primer capitulo, espero que os guste! (o almenos no os disguste demasiado xD)
SEGUNDAS OPORTUNIDADES
CAPITULO 1
Era la quinta mañana de la semana que lo despertaban con una explosión, justo enfrente de su casa. Los hijos de los vecinos, mellizos de año y medio, acababan de descubrir que podían hacer volar cosas en mil pedazos y aprovechaban cualquier momento de descuido de sus padres para poner en práctica su nueva habilidad. Estos momentos acostumbraban a ser por las mañanas, cuando el resto de los mortales dormían.
Draco resopló, cogió aire y se convenció que salir y atar a esos monstruitos con algún tipo de conjuro a una silla o a un árbol no seria la mejor manera de empezar el día. Salió de la cama, asegurándose que fuera con el pie derecho puesto que quería empezar bien el día pese al concierto matutino, y fue al baño a lavarse los dientes.
Después de ducharse, desayunar y vestirse, cogió el montón de pergaminos que tenia encima de la mesa y los metió en su cartera con una sonrisa. El trabajo que les había mandado a los de cuarto curso sobre las maldiciones imperdonables había ido realmente bien, suponía que esto se debía a que era un tema que normalmente despertaba mucho interés entre sus alumnos.
Salió de su casa y se dirigió hacía Hogwarts pensando en la clase que tendría que dar en unas horas.
Hacía dos años que había abandonado su puesto de trabajo en el ministerio de magia, se había ido de la mansión Malfoy y se había divorciado de su mujer. Ante el asombro de gran parte de la comunidad mágica, y sobretodo por parte de los más conservadores, se había trasladado a una pequeña casita en Hogsmeado a la vez que aceptaba el puesto de profesor de Defensa contra las artes oscuras que le habían ofrecido.
Los primeros meses lo pasó fatal e incluso llegó a dudar si había tomado la decisión correcta, pero lo tenía claro ahora. Se daba cuenta de que tenía la posibilidad de tener una nueva vida y llegar a ser realmente feliz, lejos de las tradiciones y costumbres de los Malfoy.
Pese a estar tan bien, echaba de menos a sus padres a los que quería incondicionalmente, pues eran su familia, y sobretodo echaba mucho de menos al pequeño Scorpius al que no le dejaban acercarse ni por asomo. El día del divorcio, su mujer consiguió la custodia de su hijo y desde ese día no había vuelto a saber nada de él.
Cuando llegó a las puertas de Hogwarts alzó la vista para contemplar el majestuoso castillo que tenia delante. Dentro de esas paredes había pasado la mejor época de su vida y ahora que volvía a estar allí, sentía que podía volver a ser feliz.
Espero que no os haya horrorizado demasiado.
¡Nos leemos en el próximo capitulo!
By. Lapry
