"Los increíbles también lloran"


Resumen: Ludwig no encuentra a su hermano, entonces llama a Austria para saber el paradero de Gilbert… pero Roderich le dice que no sabe… porque es algo que él debe hacer…

Disclaimer: Obviamente Hetalia Axis Powers no me pertenece…


Para mi amiga Midori… que me dio las palabras que necesitaba para animarme… y para hacer un fic.


Algo estaba mal, podía sentirlo. Había estado todo muy tranquilo… muy tranquilo, a decir verdad. Había desayunado tranquilo… después había estado tocando el piano, para almorzar y después seguir tocando su piano. Luego tomó su té y comenzó a leer tranquilamente un libro hasta el anochecer… sabía que había algo que no estaba bien.

Su teléfono comenzó a sonar, se levantó pesadamente de su butaca, dejando su libro en la mesita del té.

-¿Diga?.-Su voz sonó neutra.

-Austria… Soy Alemania.-Sus ojos violetas se abrieron un poco, no era normal que Alemania lo llamara.-¿Mi bruder está contigo?.

-Ese Obaka-san no ha venido en todo el día.-Aquello era lo que le había faltado, por lo general Gilbert llegaba a molestarlo a la hora del almuerzo, para estar con él durante todo el día.-¿No estara con Francia o España?, de todas formas ya no debes preocuparte por ese Obaka-san, él sabe cuidarse solo, Alemania.

-Lo sé.-Contestó Ludwig desde el otro lado de la línea.-Pero anoche no llegó a casa, supuse que estaría con España y Francia, que llegaría en la mañana con una gran resaca y que dormiría hasta tarde, pero cuando no llegó llamé a los dos y no sabían nada de mi bruder…-Austria podía sentir la voz preocupada de Alemania, por lo general el alemán no expresaba nada, pero… cuando se trataba de Gilbert o de Feliciano era muy fácil que perdiera su fachada de seriedad.

-Conoces al Obaka-san, ya llegara Alemania, tranquilo…-Algo hizo clic en la mente del austriaco, el también conocía perfectamente a ese Obaka-san, incluso más que Ludwig…

-Gracias Austria, tienes razón. Lamento haberte molestado.-Antes de poder contestarle algo más a Ludwig, éste le colgó. Sin más dejó el teléfono en su lugar y soltó un suspiro. Sin más comenzó a caminar hacía la puerta, poniéndose su abrigo, para luego salir de su casa, al lugar en que sabía que estaba ese Obaka-san.

~ o ~

Paseaba sus dedos por la fría lápida. Habían pasado siglos desde que esa persona tan especial para él había muerto… siglos desde que había fallecido su querido jefe, pero a él aún le dolía como el primer día.

-Sabía que estarías aquí, Obaka-San.-Se levantó del suelo y poso sus rojos ojos, de los cuales brotaban lágrimas, en la figura del austriaco, que era iluminada por la luna.-Alemania esta preocupado por ti, obaka-san.-Estaba de brazos cruzados, mirando a la ex nación, que borraba los rastros de lágrimas de sus mejillas.

-¿Cómo sabias que estaba aquí?.-Dijo mientras sacudía sus ropas y secaba su rostro, no quería que nadie lo viese de esa manera, especialmente el caballerito.

-Obaka-san…-Suspiro Austria, dejando caer los brazos a un costado de su cuerpo.-Realmente… no cambias.

-Cállate.-Austria se sorprendió cuando el hombre de cabellera blanco lo cogió del abrigo. Vio en aquello ojos rojos la tristeza que siempre intentaban ocultar.-Tú… no sabes lo que es estar siempre solo… no me provoques… caballerito…

-No querías que Ludwig te viera llorar.-Sintió como el agarre de Gilbert se hacía más fuerte. Antes de que el prusiano pudiera decirle algo, Roderich… simplemente lo abrazó.

-Yo…-Gilbert soltó de su agarre al austriaco y lo rodeo con sus brazos, devolviéndole el gesto. Enterró su cabeza en el cuello de Austria.-Yo… aún… lo extraño demasiado… no… no puedo… evitarlo….-Roderich sintió como Gilbert sollozaba aún más.

-Tranquilo, obaka-san… los increíbles también lloran…

~ The end. ~