Los Personajes de este fic no me pertenecen a excepción los que sean marcados por la misma historia. Los derechos correspondientes pertenecen a NINTENDO y a los creadores de THE LEGEND OF ZELDA. Este fic no está hecho con fines de lucro sólo es por entretenimiento y diversión.
Comentarios sobre el capítulo al final porque así es más cómodo xD
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"Antes que nada les recuerdo que este es el Epílogo de otro fic que ya esta publicado, recomiendo ampliamente leer "Knights: Caballeros de Hyrule" antes de comenzar con esta parte. No me hago responsable de cualquier tipo de Spoiler xD"
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Epílogo
Juego de Heredidades
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1
"Un Nuevo viaje Inesperado"
—…y así, fue como Hyrule retornó a la paz que había perdido, escribiendo un nuevo capítulo en su historia, narrando con detalle cada gran hazaña que había nacido sobre sus tierras, en el reino por el que pelearon mis valientes y bravos caballeros…
Nuevamente la pluma se quedó sin tinta, rechiste haciendo berrinche moviendo el objeto de arriba hacia abajo frenéticamente, Impa se rio desde el fondo de la biblioteca y sin más remedio hice un mohín de forma resignada.
—Tranquila princesa, el papel no va escaparse si lo dejas un momento.
— ¡Impa! Se me corta la inspiración— gruñí de forma graciosa— ¿Por qué sólo me dejas usar un frasco de tinta por día?— musite de forma triste.
Caminó con desgana hasta llegar a mi mesita, me miró con un dejo de cariño, y finalmente posó su mano sobre mi cabellera.
—Es lindo que hayas decidido hacer una crónica de nuestra historia cariño, pero necesito que tengas las manos descansadas para otro tipo de deberes, últimamente dejas todo botado y terminas por no hacer nada. ¿Hay algo que intentes decirme?
Oculte mi mirada entre mis emociones y trague un poco de saliva ante el indirecto regaño, era inevitable… Sin siquiera pensarlo acaricie la pluma que sostenía en mi mano y con cariño jugueteé con ella, sonreí al recordar que no era una pluma propia para la escritura pero que pertenecía a uno de los regalos más lindos que hubiera recibido en mi vida. Aún recuerdo la curiosa cara que puso mi nana cuando me vio recoger las plumas que Horus se había tirado mientras se acicalaba.
—Estoy nerviosa…— solté sin más, volviéndome un mar de nervios.
— ¿Nerviosa?
—No soy buena dirigiendo cuando me siento de esta manera… necesito… necesito distraerme, y la escritura me ayuda mucho.
—Dime, no soy adivina, pero has estado así desde hace semanas, ¿Tiene algo que ver con tu pajarito?, apenas si había llegado y no tardaste en mandarlo de regreso a Holodrum
Me vire un poco al saber que se había dado cuenta, ella simplemente se acercó y con maldad insana comenzó a picotearme los cachetes.
—Vamos a ver, ¿Qué será…?,— clamó en tono pícaro— tiene que ver con tu Link ¿Verdad?
Era cruel de muchas maneras, se echó a reír al ver que hervía nada más de pensar en ello, trate de rechistar de forma autoritaria pero mi voz denotaba el bochorno que sentía…. Cielos, no podía evitarlo, cada vez que pensaba en él sentía maripositas en el estómago, quería verlo y era normal que lo extrañara, habían pasado casi otros seis meses y la espera ya se me hacía más que eterna, aunque a comparación de esos tres años había algo que amenoraba mis sentimientos, el día en el que se marchó lo hice jurar que me mandaría cartas y que me contaría con detalle cada paso de su entrenamiento. Sin siquiera pensarlo lo hice prometer que si en algún momento llegaba a sentirse preocupado o triste, nervioso y ansioso, dejara todo y volviera a mi lado, que lo recibiría con el amor más grande del mundo sin importar que no se hubiera vuelto caballero. De forma tonta aquel día sólo irguió una sonrisa, se montó en un sólo salto sobre Epona y me mando un beso desde la distancia. Aún recuerdo esa mañana, algo se me había retorcido en la boca del estómago cuando recién me levantaba y me anunciaron que un caballero había venido de visita y que esperaba en los jardines, me había asomado con nervio por el balcón, y en automático desde la floresta de los jardines reales Sir Raven me saludo de forma alegre, también estaba muy feliz de verlo, pero sabía que su presencia sólo significaba una cosa, desde la distancia había visto al amor de mi vida salir del castillo disparado como un rayo para darle un abrazo a su maestro. Simplemente me había sentido triste y cuando los vi alejarse a cabalgata sobre el horizonte me recordé a mí misma cierta promesa que me había hecho.
"Maldito Mugestu"
A veces era inevitable seguirlo maldiciendo como si aún estuviera en mi presencia, de no ser porque desde hace tiempo lo amaba y lo respetaba no hubiera aceptado semejantes berrinches, pero sabía bien que su voluntad y su ideología habían quedado grabadas en los corazones de todos los miembros de la orden, y Link también era un miembro. Después de que mis sentimientos se habían asentado lo suficiente fui capaz de volver a sonreír ante su recuerdo, el recuerdo de alguien que querría para toda mi vida…
—Oye Princesa… La tierra de Hyrule a Zelda, ¿Me oyes?
—Eh?— babuceé como tonta e Impa volvió a negar con la cabeza para después dar un suspiro.
— ¿Terminaras de contarme?
—Eso creo— volví a susurrar con nerviosismo. — Link me mandó una carta, me dijo que ya regresa.
— ¡Vaya!, menudo caballero, si descontamos el pequeño incidente de Hyrule, haríamos una cuenta de tres años y medio, creo que ha roto un nuevo récord alteza, me pregunto cómo se sentirá ahora Sir Raven, siempre creí que permanecería invicto por mas años.
—Esto no es una competencia, Impa.
—Y bien, ¿Qué es lo que te pone nerviosa?
—Tú sabes perfectamente lo que me pone nerviosa, no juegues con mis sentimientos...
Se echó a reír de forma aligerada, rechiste de buena manera, no entendía por qué le causaba tanta gracia, pero no había dejado de molestarme desde el día en el que aseguré a Link como mi prometido, se había vuelto un mar de risa repitiendo la misma frase como si de por si me bastaran los cuchicheos de los nobles... "No puedo creer que te hayas prendado de tu mejor amigo. Pequeña princesa de verdad que vives en un cuento de hadas" , y después de eso simplemente suspiraba rogando a las diosas paciencia, aunque después de varios meses me confesó que no podía imaginarme con algún otro hombre.
Era un poco extraño, pero me alegraba de sobremanera que no se hubiera opuesto en ningún instante a la relación que Link y yo habíamos comenzado, incluso a pesar de los años la fiel sheikah seguía siendo mi escudo, se había reñido con los príncipes nobles que en un primer instante se habían sentido ofendidos ante semejante decisión, "es la elección del corazón de la princesa, ¡y no permitiréque nadie la cuestione!" era gracioso ver como salían despavoridos después de semejante regaño.
Suspire. Ella aún se reía. Yo simplemente decidí dejar la tontería por las buenas, algún día se cansaría de molestarme, o quizás simplemente esperaba a que Link volviera para cambiar su víctima de tortura... Quien sabe, no sabría adivinar a ciencia cierta lo que pasaba por su cabeza, parecía feliz desde el día en que recuperamos Hyrule, más concretamente, desde ese día en el que Link me había propuesto matrimonio, quizás parte de eso se debía a que nos habíamos quitado de encima el enorme problema político que implicaba el Enlace
Pero por sobre todo, sabía que estaba feliz de que ambos finalmente fuéramos reconocidos por lo que realmente éramos, por aquello que se nos había negado en ese otro futuro... Nuestra condición reconocida de héroes del reino.
…
Ese mismo día mientras el crepúsculo se acercaba logre percibir su presencia, mi corazón salto de alegría, Impa me miró por el rabillo del ojo y para zafarme nuevamente de la tontería me hice la disimulada.
—Es todo por hoy— clamé de forma parsimoniosa mientras me retiraba de los deberes. Simplemente la observe hacer una mueca, y de forma maliciosa y vengativa le ordene archivar todo el trabajo que recién se había terminado. Pareció sentir disgusto pero no rechistó en nada, sabía bien que si se negaba yo le saldría con algo así como "¿Y en donde quedo el buen ejemplo?", tenía que admitirlo, había sido un corto tiempo, pero creo que las malas costumbres del dragón burlón se me habían pegado demasiado, de alguna manera me había vuelto un poco malvada aunque eso me causaba cierta gracia para mis adentros.
De forma alegre salí del castillo a hurtadillas, y al llegar a los arcos que enmarcaban la entrada de la ciudadela espere de forma ansiosa, aunque su magia era leve la conocía como a ninguna cosa en la vida, sabía que estaba cerca y quería darle una pequeña sorpresita.
Pero el tiempo pasaba y no parecía acercarse…
Bostece cuando transcurrió cerca de una hora y no había señales de él en la distancia.
— ¿Qué extraño?
Mi voz sonó melancólica y triste, a la distancia su aura mágica también parecía sentirse un poco inquieta, mire con discreción hacia el castillo, Impa no parecía haberse percatado de mi fuga así que sonreí y salí a darle encuentro.
La figura encapuchada permanecía posada en una de las colinillas de la pradera, el viento ondeó suavemente sobre su prenda, la tela parecía bailar bajo el susurro de la naturaleza, desde la distancia admire la belleza de la escena, era como algo surreal y mágico, demasiado bello y hermoso como para no querer reclamarlo para mí misma.
Con sigilo innato me acerque de forma traviesa, estaba tan distraído mirando al horizonte que no se dio cuenta de nada, a su lado, su equina acompañante movió las diminutas orejas en señal de alerta, se viró de forma curiosa y pareció sonreír ante la visión de la otra capucha blanca, simplemente con la mirada la invite a que se convirtiera en mi cómplice y justo cuando estuve demasiado cerca decidí saltar como gato al acecho.
— ¡Te tengo!— rugió de forma sorpresiva
Pegue un pequeño grito de asombro cuando se viró de forma rápida, en lugar de que yo lo atrapara los roles se cambiaron y termine siendo yo la presa, después de la sorpresa me reí de forma tonta. Simplemente había fracasado.
—Link— refunfuñe
—Princesa, ¿de verdad creíste que podrías?— clamó de manera picara, sus manos me acariciaron de forma tierna y su boca se entrelazó con la mía casi al instante, durante algunos minutos nos quedamos de esa forma, amándonos simplemente entre el silencio de la pradera, hasta que el aire nos faltó y nos separamos de mala gana, aun así él no perdió la posición que había ganado y acurrucó su cabeza contra mi cuello.
—Fue trampa, —gruñí— ¿cómo supiste que te emboscaría?
— ¿Trampa?, pero si escuche tus pasos desde los lejos, tu respiración atolondrada y tu corazón corriendo como loco, mi pequeña cazadora necesita un poco más de entrenamiento.
Hice un mohín gracioso que él simplemente aplacó con un dulce beso.
—Bueno… es que estoy tan feliz de verte… de tenerte— confesé mientras mis brazos rodeaban su cuello.
—También te extrañaba Zel.
—Eso parece, ¿Pero por qué tardas tanto en volver a mi lado?
—El Maestro Tesshin es peor que Rodthen— gruñó con gracia— no tienes idea de las cosas que me ha hecho hacer.
—Eso no— le rechiste entre risitas— es decir, ¿Qué haces aquí tan solito?, quería esperarte en la Ciudadela, pero pareces no querer dejar este punto.
—Oh, bueno— Clamó de forma atolondrada, me soltó con parsimonia y volvió a mirar hacia el horizonte— cuando cabalgaba hacia aquí Horus salió volando de regreso, sabes que desde que terminó todo esto se convirtió en mensajero oficial de la orden, el maestro Raven le ha colocado un hechizo de llamada así que puede saber cuándo alguien le está hablando incluso a muchos kilómetros.
— ¿Si?— clame de forma entusiasmada
—Bueno… es que, es extraño y quería saber que pasaba, así que Epona y yo volvimos a casa con trote lento para darle tiempo a que nos alcanzara, pero Horus aun no regresa, eso me hace pensar que voló todo el camino de regreso hasta Holodrum.
—Hmmm— susurre de forma dubitativa, Epona emitió un leve relinchido, Link parecía querer seguir esperando, le di un beso en la mejilla y asentí con la mirada— ¿Y tú que dices bonita?— jugueteé con Epona mientras su jinete se viraba, sus grandes ojos azules brillaron con alegría y de forma contenta me dio algunos empujoncitos, le revolví el cabello de la crin con caricias y movió sus pequeñas orejas de manera gustosa, también estaba orgullosa de ella, después del terrible combate me entere por boca de los soldados que durante la batalla había matado a varios moblins a fuerza de coces verdaderamente salvajes.
Link dio un suspiro de alegría, y ante el sonido deje de tontear con Epona y mire hacia el horizonte del cielo, la pequeña figura alada se acercaba de rápidamente, Link estiró un brazo y recibió de manera gustosa a su amigo.
Tal y como Link lo presentía, nuestro halcón traía un mensaje atado a la pata, mire a Link desenroscar el pequeño pergamino, al inicio pareció confundido ante el mensaje, pero mientras los minutos pasaban y releía aquel código su rostro comenzaba a denotar tristeza.
— ¿Que tienes amor?— pregunte acercándome. Sin siquiera dar aviso me abrazó de forma posesiva.
—No lo entiendo…
Le quiete el mensaje, solamente había dos palabras escritas en tinta roja
"Regresa…. Raven"
El maestro Raven la había enviado, entendí que al igual que yo Link no deseaba acatar aquella orden, el pobre tenía esos ojos de borrego que solamente decían "quiero quedarme contigo"
— ¿Qué pasaría?
—No sé, todo estaba en orden cuando emprendí el viaje de vuelta a casa.
—No pongas esa carita triste Link.
—Es que estaba ansioso por volver a tu lado.
—Si amor… —musite, me colgué de su cuello, no quería que se fuera nuevamente, durante un rato nos quedamos ahí abrazados, era un mensaje que estaba escrito en tinta roja, posiblemente era urgente. Sus brazos me acurrucaron hasta que sentí la pesadez de no querer separarme y mi loca cabecita comenzó a cavilar en posibilidades… no tenía pendientes que no fueran administrativos hasta bien entrado el invierno…— Hmmm— arqué un ceja ante la loca idea— Amor…
— ¿Qué, cielo?
— ¿Qué tal si ahora mismo me secuestras?, vayamos juntos a Holodrum.
Soltó una pequeña risita y me apachurró por la cintura al escuchar semejante comentario.
—Impa me mataría.
—Se dará cuenta cuando ya estemos muy lejos. Anda, ¿Qué dices?— clame de manera picara y traviesa, la idea era tan tentativa que también arqueó una ceja de forma cómplice.
—Está bien, nos vamos y enviamos a Horus con un mensaje en un lapso de algunas horas, así cuando lo sepa seguro que no nos alcanza.
Ambos nos reímos y rápidamente nos montamos sobre Epona, La noble yegua entendió nuestra conversación y emprendió trote rápido rumbo a kakariko.
La villa lucia tan bonita, desde que la tempestad había pasado muchos comerciantes de otras regiones se habían instalado en ese sitio, las noches placidas y tranquilas ahora se llenaban de luces de colores, la vida de los habitantes había comenzado a tomar otros rumbos y no dudaba en que muy pronto aquel pequeño pueblito que alguna vez fue Sheikah lograra convertirse en una segunda ciudadela dentro del reino. Link me llevó a comer cosas deliciosas, me compró ropas cómodas para el viaje y con mucha alegría me invitó a que nos relajáramos antes de la intensa travesía, casi al caer la noche liberamos a Horus para que entregara nuestro mensaje, una pequeña carta que decía: "Regreso hasta nuevo aviso, ocúpate hasta entonces del reino". Link se rio mientras me veía garabatear semejantes palabras "suicidas", pues al igual que yo, él estaba seguro de que después de eso Impa nos golpearía ambos. Despedimos a Horus con una sonrisa mientras decidíamos embarcarnos en el viaje, al inicio habíamos pensado en rentar una posada para pasar la noche, pero viéndolo en perspectiva aquello era una terrible y mala idea, dado que ambos sabíamos que en cuanto Impa tuviera aquel papel en sus manos seguramente emprendería carrera para llevarme de vuelta.
Sin más remedio compramos algunas provisiones y alistamos a Epona para la travesía de regreso.
—Dime Zel…
—Si— susurre feliz mientras él me acomodaba delante de la montura, de manera tierna se colocó a mi lado y me abrazó con amor desmedido.
— ¿Aun sabes cómo acampar?— reí de forma ligera mientras le daba un codazo travieso con el brazo.
—Creo que sí, de todas formas, planeaba usarte como almohada.
—Hay cosas que no cambian con el tiempo, ¿cierto?
—No— rechiste de modo gracioso, sonrió de forma coqueta ante la respuesta, le dio un suave espoleo a Epona, y ella atendió fielmente a su llamado, cruzamos el pueblo de forma rápida y tranquila, pero justo al llegar al arco que enmarcaba la entrada, una lanza literalmente cruzó el cielo, se incrustó en la tierra de forma brava y Epona se detuvo de golpe al ver que nos cerraban el camino, relinchó asustada y levantó las patas delanteras, Link jaló las riendas tranquilizándola en ese preciso instante.
—Princesa…— resonó una voz macabra, casi terrorífica, Link y yo nos pusimos verdaderamente pálidos ante el sonido
—No puedo creerlo— clamó mi amor con voz temblorosa, habíamos estado un poco ensimismados en nuestra felicidad, así que ninguno de los dos creyó que de verdad nos encontraría— pero si apenas mandamos a Horus, ¿Cómo fue que nos encontró tan rápido?— respingó de forma quejumbrosa y triste.
—Existen misterios que ni siquiera yo puedo descifrar en este mundo— trague saliva y aferre mi mano contra la manga de su uniforme, de la nada decenas de soldados del castillo aparecieron y rodearon a la yegua. Epona relinchó nuevamente al verse rodeada.
—No creí que de verdad te atreverías— Volvió a rugir esa voz tétrica. Gemí con cierto terror para mis adentros mientras veía como desde el tumulto salía mi cuidadora con un aura verdaderamente oscura emanado desde sus entrañas.
—I.I..Impa…cielos, ¿Cómo fue que?, es decir, apenas si…
—Sí, apenas si…— masculló y repitió la oración que yo no había terminado— ¿Buscabas esto verdad?— clamó de forma maliciosa mientras me mostraba una jaula que llevaba en la mano, desde el interior de la pequeña cárcel Horus chilló con tristeza.
—Wahhh!, ha sido capturado— clamó Link de forma espantada. Lo vi llorar en el silencio mientras sentía en carne propia el hecho de que hubieran apresado a nuestro amigo.
— ¿Pero, como?— pregunte de manera desilusionada al ver que habíamos fracasado en nuestros planes de huida.
—La gobernante del reino desaparece, ¿De verdad crees que nadie se da cuanta?, era tan extraño, que decidí investigar por mí misma. ¡Qué crees que haces, Zelda!, no puedes salir así como si nada y menos teniendo un incidente tan reciente en el reino, literalmente pasamos por un golpe de estado crees que lo más coherente es estar ahora en Kakarico, te recuerdo que hay quienes aún no creen del todo la verdad de la Zelda falsa.
—Pero Impa— rechiste de modo suplicante.
— ¡Pero nada!
Su regaño épico prosiguió durante minutos, no hace falta mencionar el bochorno que sentía en esos momentos, dado que los soldados estaban ahí y todo mundo se había dado cuenta. No había modo de que alguien hubiera pasado por alto semejante teatrillo.
—Perdón alteza— susurró uno de ellos de manera apenada
—Lady Impa nos ha obligado— clamó otro, no hacía falta que lo mencionaran eso era algo que a leguas se notaba. Literalmente los vi llorar en el silencio al haber quedado atrapados entre la espada y la pared, entre su lealtad y sus obligaciones.
—Asumí que estarías cerca— el tronido de su voz me devolvió a realidad de forma casi angustiante— te vi entrar en la villa y espere a que salieras, solamente planeaba darte una buena zarandeada.
— ¡Zarandeada!— clame un poco aterrada. Link tragó saliva y se escondió a mis espaldas,… bueno era tranquilizante saber que mi salvador siempre estaba en forma… casi en forma.
—Pero entonces, vi salir volando a tu pajarito— gruñó de forma acusadora mientras nos mostraba la jaula en alto, el pobre Horus miró a Link de modo suplicante regándole a su manera para que fuera a salvarlo. — utilice una red y una ballesta de forma improvisada, ¡Jamás creí que te atreverías a semejante osadía!, ¡Que rayos crees que sentí al leer semejante mensaje!
—Impa, yo.
— ¡Absolutamente, nada!, me decepcionas Zelda, ya no eres una niña no entiendo por qué me sigues haciendo esto, ¿Y qué pasa con tus obligaciones?
—Pero llevo adelantado el trabajo desde hace meses, no creí que tuviera algo de malo tomarme libre sólo unos cuantos días— rechiste con un tono un poco dolido, no me parecían justas algunas de esas acusaciones.
—Y por qué no hacerlo de la forma correcta.
—Porque esto es urgente y porque no te veo en condiciones para darme el sí de buena manera, también necesito buscar otras alternativas.
— ¡Urgente!
—Voy a acompañar a Link a la Orden en Holodrum.
Link se rio de forma nerviosa y le mostro la misiva con el mensaje importante, Impa suspiró al leer el recado.
—Bien…
— ¿En serio?
—Sí, te perdono por casi haber huido. Pero no te perdono por hacer las cosas de esta manera, bájate del caballo.
—Yegua— corregí al ver que Epona la miraba de manera graciosa.
—Lo que sea, baja ahora mismo.
Mire a Link y él me miró, ¿Bajar?, no me gustaba como sonaba esa propuesta.
—No me veas con esos ojos Link— gruñó ella de forma desafiante— también me tienes decepcionada, ¿crees que un buen rey ostenta semejantes cualidades?, no siempre es viable seguirle el juego a tu pareja.
Puso una cara triste ante el regaño, ambos bajamos de Epona.
—Nos vamos al castillo ahora.
— ¿Qué?
—Lo que oíste.
—¡Pero Impa!
—Nada de peros, estas castigada. Link tú ya puedes marcharte, se bien que los caballeros no escriben en vano misivas en letras rojas.
Ambos nos quedamos un poco helados, la sheikah ya había dicho suficiente, la tristeza en los ojos de Link delataba que había comprendido perfectamente aquel mensaje.
—Pero quiero ir con Link— rechiste tratando de hacer un último intento, Impa se viró de mala manera y ordenó a los soldados que nos escoltaran.
—No tienes nada que hacer en Holodrum Princesa, fue sólo a Link a quien le mandaron el recado
Link y yo bajamos la mirada como chiquillos regañados y durante cierto tiempo caminamos en el silencio, hasta que llegamos a las afueras de villa Kakariko e Impa se viró para indicarle a Link que se fuera.
—Yo…— murmuró, cerró los ojos y se viró para abrazarme— déjame despedirme.
—Creí ver que llevabas prisa, joven caballero.
—Yo sé que estos pocos meses no se comparan con esos tres años, pero aun así…— también lo abrace sin decir palabra, no quería despedirme todavía, lo había esperado con tantas ansias desde que me dijo que regresaba y no podía creer que solamente hubiéramos podido pasar algunas horas juntos, escondió su rostro contra mi cuello, e Impa rechisto con un semblante fastidiado, quizás a sus ojos aquello parecía una niñería, pero para nosotros aquel gesto de cariño era un consuelo para nuestras almas, cuando los minutos pasaron me di cuenta que mi amor definitivamente era más fuerte que mis deberes, ella tenía razón, me había comportado de una manera un poco tonta y creo que había perdido mi derecho de imponer mi voluntad y la oportunidad para reclamar unas pequeñas vacaciones.
—Link— la sheikah gruñó de nuevo.
—Sólo un ratito más— musitó, no dije nada, quería que se quedara a mi lado, deje que el tiempo fluyera sin poder soltarlo..— no llores Zel.
— ¿Qué?— masculle y sólo hasta entonces sentí mis propias lágrimas, definitivamente había perdido mi resistencia.
Link simplemente suspiró quedito y con ternura me limpió el rostro con la caricia de sus manos, solamente se quedó enganchado a mi cuello y antes de soltarme me aprisionó con un tierno beso, sus labios se engarzaron con los míos y nuevamente dejamos que el tiempo fluyera.
—Volveré pronto.
—Pero no sabemos para qué te necesitan, ¿Y si nuevamente pasan meses sin que pueda verte?
—Pero ambos tenemos la voluntad para esperarnos.
—Ya no quiero esperar, Link.
—Yo sé que no, cielo.
—No te vayas— susurre sin poder soltarlo, alguien se aproximaba por el bosque, reconocí de inmediato su esencia, le hice la pequeña señita a Link de que ganara un poco más de tiempo, él entendió aunque parecía confundido.
—Basta ya, princesa, no seas una mala influencia— Impa rechistó mientras se viraba y se montaba en su caballo
—Lady Impa, ¿Me devolvería mi halcón?- preguntó Link
—Definitivamente no, parece ser la herramienta perfecta de todas sus travesuras. ¡Esta confiscado!
—Pero lo necesito para platicar con Zelda.
—Exactamente.
—Eres muy cruel— clamó haciendo mohín, el pobre Horus volvió a llorar de modo triste.
Pero entonces, Epona relinchó de una manera curiosa cuando una montura conocida apareció entre la arboleda, el nuevo jinete azuzó a su propio caballo cortándole el paso a la Sheikah— ¡Hey!— rugió ella con enfado poniendo postura defensiva.
Una risita sonó de forma maliciosa. Link puso los ojos como platos al ver semejante osadía.
— ¿A dónde va con tanta prisa, Lady Impa?— e Impa arqueó una ceja mientras veía al misterioso jinete deshacerse de su capucha.
—Sir Raven, ¡A qué se debe esta emboscada!
El maestro caballero se rio al ver su cara de enfado.
Finalmente después de la pequeña broma, descendió de su montura, se acercó a mi lado e hizo una feliz reverencia.
—Mi joven princesa, ¿Son lagrimas las que veo?— clamó con tono triste al darse cuenta, me sentí un poco avergonzada y me volví limpiar el rostro— ¿Qué sucede Alteza?
—Impa no me deja acompañar a Link— me acerque un poco y le susurre de forma bajita— se ha enojado porque planeaba fugarme sin su permiso.
Soltó una risita al escuchar aquello, miró a Impa por el rabillo del ojo y negó con la cabeza.
— ¿Puedo ir Sir Raven?
— ¡Zelda!— Impa gruñó desde la distancia al percibir mi nuevo intento de escape.
—Los años no la cambian, eh. — contestó él de forma picara.
—No la solapes Raven, además, seguro que tú y tu pupilo tienen un asunto en privado.
—Sí, no… es decir, es un asunto de caballeros pero, me temo que hay algo más a lo que he venido.
— ¿Algo más?— pregunte muy curiosa.
—He venido como emisario directo de la Orden, Alteza. – se viró y le dedicó a Link una sonrisa— Perdona Link, quería avisarte con Horus, pero el halcón tiene ordenes de hacer un encargo por turno.
—No entiendo maestro.
—La mañana en la que partiste, Rodthen me llevó un mensaje del consejo, claramente dijo "Los ancianos quieren hablar con Link" , pero habías partido demasiado temprano, así que instintivamente llame a Horus, y simplemente escribí la palabra Regresa, tenía curiosidad de saber que había pasado así que sin pensarlo dos veces fui directo con el consejo, estaban un poco perplejos al saber que ya habías emprendido cabalgata, pero entendieron de buena manera que ansiabas regresar al lado de la princesa. La cuestión fue, que para cuando se enteraron ya estabas muy lejos y el halcón ya había partido con el mensaje, lo que los ancianos necesitaban de ti era que escoltaras a Holodrum a nuestra Alteza Zelda.
— ¿A mí?
Asintió con gracia ante mi pregunta y prosiguió en su relato.
—Así que cabalgue esperando a que Horus dejara su mensaje, creí que estando a medio camino podría llamarlo de vuelta, pero nunca contestó a mi llamado y termine por emprender el viaje hasta Hyrule.
—Bueno he perdido mi halcón en manos de Lady Impa.
— ¿Perdido?
—Esta confiscado Maestro.
El maestro Raven volvió a mirar a Impa con desenfado, haciendo negaciones severas con la cabeza, ella simplemente contestó con un mohín a modo de berrinche.
—Entonces, ¿el consejo manda a buscar a la princesa?— clamó Link confundido.
—A la Princesa y a los guardianes del espíritu, y también a ciertas personas especiales. Link, parece ser que desbloqueaste una condición de revelo.
—Condición de revelo… —masculló con cierta sorpresa— ¿de quién?— preguntó con cierto nervio.
—Del maestro Mugetsu.
— ¡De Mugetsu!— clamé en el mismo instante en el que escuche su nombre.
—Pero yo, no entiendo, ¿Qué fue lo que hice?
— Creo que se activó en el instante en el que completaste la última prueba del espíritu.
—Dígame Sir Raven, ¿Usted sabe de qué se trata?— añadí tratando de saber más acerca del asunto.
—Parece ser una carta. Según tengo entendido, dejó el encargo a manos del consejo, la verdad es que tampoco han querido decirme mucho, la condición de revelo ha sido activada, pero al parecer existen otras condiciones para que el contenido de la carta pueda ser leído.
—Entonces… llama a los guardianes del Espíritu, quizás se trate de alguna voluntad, ¿Me pregunto desde cuando abra escrito la carta?— musite. Sir Raven puso ojos un poco tristes.
—De cualquier forma, parece ser que el asunto va más allá de sentimentalismos, dado que el maestro pidió que la gobernante de Hyrule estuviera ahí presente, después de todo los reyes de este reino han sido dueños oficiales de la mayor parte de la Orden durante siglos, incluso cuando ésta comparte liderazgos con Holodrum y Labrynna.
—Bueno, eso significa que debo ir con Link por causa de fuerzas mayores— clame de forma feliz colgándome del brazo de mi novio, él también sonrió con alegría y juntó su frente con mi cabeza.
—Es una excusa alteza, aun no le he dado permiso.
— ¡Impa!— rechiste.
—Entonces, esto podría causar un conflicto político, dígame Impa, ¿qué cree que crean los países vecinos si Hyrule se niega a asistir a un llamado de su propia orden?, es verdad, que tal y como dije gran parte de ésta le pertenece, pero Holodrum y Labrynna también tienen ahí a sus caballeros….
— ¡Arggg!, Esta bien, ya basta— lo interrumpió de manera tajante— creo que nuevamente he perdido, Sir Raven usted es desesperante, no tiene idea del peso que me quito el día en que se convirtió en guardián de la no sé qué cosa, y se fue a tomar unas vacaciones— rechistó.
Sir Raven volvió a reírse de forma bajita. "No son vacaciones" gruñó después de un rato
—Bueno, tenemos suerte de que estamos en Kakariko eso nos quita medio día de trayecto.
— ¡Entonces nos vamos!— clame con mucho gusto.
—Princesa, ¿por qué no volvemos a Hyrule y alista un carruaje como se debe?— farfulló minana
—Quiero ir con Link y con Epona, Impa, además, él ya me compró lo necesario para el viaje.
—De alguna forma suena como un deja-vú, pero… No se preocupe, estimada Sheikah, este viaje no será tan difícil como el de hace un año, ¿Por qué cree que llegue aquí como el rayo?, sin monstruos al acecho tenemos los caminos principales despejados hasta donde se nos dé la gana.
—Es cierto— canturreó Link siguiendo la conversación que Sir Raven había dejado— la última vez dimos vueltas durante semanas esquivando a los monstruos.
Impa suspiró completamente vencida, se dio la media vuelta y agachó la mirada.
—Está bien. Sólo vete. — soltó de forma seca.
—Impa— musite de modo triste al ver su semblante, parecía un poco resentida y eso me hizo sentir culpable, sin siquiera pensarlo la abrace por la espalda y le di un beso en la mejilla.
— ¡Princesa!— clamó de forma atolondrada ante mis acciones.
—No pongas esa cara, tú sabes bien lo mucho que te adoro.
—Entonces, no entiendo por qué siempre huye… es porque ya no me tiene confianza, ¿cierto?.— preguntó en tono triste.
—Te equivocas, a decir verdad, es por lo contrario, porque solamente en ti tengo plena confianza y porque sólo a ti te dejaría encargada la seguridad de mi reino.
—Alteza…
—Y además, solamente huyo porque es sumamente divertido.
Hizo un mohín verdaderamente gracioso, los soldados a sus espaldas soltaron una risita, pero ésta fue aplacada de inmediato cuando Impa los miró con ojos asesinos.
…
Finalmente con su "ira" apaciguada, pude obtener el permiso para abandonar el reino…
Y de esa forma, nos embarcamos en nuevo viaje, claro está, no sin antes rescatar a Horus, a Sir Raven le costó un poco de trabajo, pero después de una pequeña charla convenció a Impa de que liberara a mi ave, "Es propiedad de la Orden" clamó de forma autoritaria, y fue así como Horus ganó su libertad de nuevo.
—Sir Raven…
— ¿Si alteza?
— ¿Cómo puede usted ser tan valiente ante esa mirada escarlata?
—Si maestro, ¿Por qué no nos cuenta su secreto?
—Es una larga y vieja historia, la historia de mi vida, de cuando aún era un caballero inexperto, usted sabe que crecí al lado de su padre el rey Nohasen.
—Lo sé, aunque es curioso que recuerde muy poco de aquello.
—Supongo que era demasiado joven y yo me convertí en guardián del espíritu también a una edad temprana.
—Oh, el maestro Raven es increíble— clamó Link de manera entusiasta y divertida.
Epona asintió con la cabeza, parecía feliz mientras caminaba al lado del otro caballo, aunque si lo pensaba en retrospectiva, Sir Raven y Link solían ir a muchos lados juntos y eso significaba que sus corceles compartían largos trotes durante esas travesías.
—Alteza, hace años que lo prometí…
—¿Qué cosa Sir..?
—Que nunca me dejaría vencer por esa mujer, aunque me estuviera muriendo de miedo, ese ha sido el peor de los desafíos de mi vida— clamó un poco acongojado, Link soltó una risita mientras su maestro le confesa que a pesar de su semblante Impa también lo hacía temblar de terror de vez en cuando.
Acampamos en horas tardías de la noche, pero de igual forma dejamos que se nos escapara como si nada la madrugada, fue un viaje calmado y armonioso, salir del castillo era bueno de vez en cuando, y hasta cierto punto podría decirse que por primera vez había salido por voluntad propia.
Cuando menos lo pensamos ya estábamos en puertas de ciudad Lynna, Link puso una cara curiosa, había permanecido feliz porque estábamos juntos y sólo hasta que pisamos la cuidad el muy atolondrado pregunto "¿Por qué vinimos por este camino?"
Sir Raven meneó la cabeza de un lado a otro, aceptando finalmente que la despitadez de su pupilo posiblemente no tenía cura. Según me dijo Link, el camino rápido entre Holodrum y Hyrule era a través del pasaje de las montañas, así que de cierta forma era extraño que rodeáramos camino para venir a parar justo a ciudad Lynna.
—Necesito ir a casa, y además, el maestro Leon vino a descansar unas semanas con su familia, es más fácil si le doy el aviso en persona a esperar a que el consejo le redacte alguna carta.
—Muy bien.
—Ustedes pueden descansar con Nayru en tanto vuelvo, mi señora de las eras seguro estará contenta de verla princesa Zelda.
—No hay nada mejor que una visita sorpresa— clame de forma entusiasta. Aunque de todas maneras planeaba llegar con Nayru en el camino de regreso.
Nuestros pasos se separaron al llegar a la plaza central, las cosas habían cambiado, el rastro de destrucción y tristeza había desaparecido, erguí una sonrisa al ver la estatua restaurada de la Reina Ambi.
—Gracias, Zel.
— ¿Qué? – farfulle de forma boba al escuchar su voz susurrándome en el oído.
—No disimules, sabes que los cotilleos de los caballeros a veces son peor que los de las damas nobles— reí ante aquello, bueno, no podíamos hacer nada respecto al chisme y sus poderes de comunicación interminables— Sé que fuiste tú quien donó al estatua.
—Lo recordé claramente, en realidad, tú debiste de haberlo recordado.
— ¿Yo?
—Link eres un despistado. Mugetsu te lo dijo, justo en este mismo sitio, "Link ¿podrías recordármelo?… cuando todo esto termine debemos reparar esta estatua"
Sudó en frío por largos instantes mientras lo regañaba por haber olvidado algo como eso.
—De cierto modo sentí que era parte de mi responsabilidad arreglar uno de los asuntos pendientes del maestro, aunque sabes Link, yo solamente done los fondos, fueron los Artesanos de Labrynna quienes la dejaron como nueva.
—Es muy bonita, ¿Cierto?
—Sí, es preciosa— clame con tono alegre. — ¿Esta Ralph contento?
—Muchísimo mi princesa.
…
El rostro de Nayru mostró plena felicidad cuando esa tarde abrió la puerta de su casa, me abrazó y me apachurró con ganas y yo simplemente reí ante sus acciones traviesas, era bueno volver a vernos.
—Es una lástima— susurró de forma triste mientras me mostraba el Óculo de los oráculos, también suspire al ver que estaba roto.
—Tuvo mala suerte— clame mientras tomaba entre mis manos una de las piezas —de los cuatro cristales mágicos que existen, este fue el único que terminó en pedazos, después del desastre que hizo Twinrova aún me sorprende que la biblioteca de mi castillo terminara casi intacta.
—No es justo— gruñó con un mohín gracioso— creo que soy la única que se quedó incomunicada.
—No te preocupes, seguro que lo arreglaremos.
Irguió una sonrisa y nos acomodó en su vivienda de manera amable y cariñosa.
Era agradable estar en un ambiente sin tensiones, sin las comunes y aburridas cuestiones diplomáticas del reino. Link parecía feliz mientras husmeaba en los libreros de mi amiga, no sabría decir por qué, pero de algún modo sentía que Link trataba de llenar ciertos vacíos, cuando éramos pequeños era extraño que leyera, y ahora sin más, simplemente parecía emocionado con cualquier cosa, una noche mientras dormíamos simplemente se me ocurrió mencionarlo.
"Quiero saber" fue lo único que dijo en aquel entonces, más tarde descubrí, que era porque había perdido parte de su biblioteca ambulante, sin Mugetsu rondándole cerca seguramente sentía cierto desequilibrio, y ahora que lo pensaba, nuestro querido animago quizás realmente tenía la edad que siempre nos había dicho, lo habíamos tomado en broma, sabiendo de ante mano que por más magia que utilizara ningún ser humano podría vivir ochocientos años, pero ahora sabíamos que de verdad había sido un dragón.
Suspire a la idea... Si por lo menos me lo hubiera dicho, habría aprovechado su cabeza, seguramente que dentro de esa memoria centenaria guardaba secretos increíbles.
Es algo que de seguro nunca sabremos.
— ¿Y esas maletas?— pregunte de forma dubitativa, mientras mi vista curioseaba en las tonterías de Link, capte que Nayru tenía provisiones y maletas preparadas, como si de un momento a otro fuera a salir de viaje.
—bueno, es que...
La puerta de la entrada se abrió interrumpiendo sus oraciones, cierto chico pelirrojo entró con alegría, reí de forma graciosa al ver que cargaba consigo decenas de paquetes con más provisiones y otras chucherías, la pila de cosas era tan alta que no me sorprendió que en un primer instante no nos viera, aun no entendía como era que había caminado a ciegas hasta llegar al centro de la estancia.
—Ya volví Nayru, he comprado algunas cosas lindas, seguro que van a encantar...te. ¡Princesa!— clamó de forma sorpresiva, cuando después de dejar sus paquetes finalmente pudo ver hacia el frente, sólo para darse cuenta de que me encontraba ahí sentada junto al Oráculo de las Eras.
—Que tal Ralph— salude con gusto. Sin pensarlo mucho, se acercó a mi sitio e hizo una educada reverencia.
—Qué pena, no sabía que venía, hubiera comprado algo lindo también para usted alteza, mis disculpas.
—No te preocupes, también fue nuestra culpa por llegar así de improviso.
— ¿Le acompaña lady Impa?
—No precisamente— respondí encogiéndome de hombros. Puso una cara graciosa cuando Link apareció a sus espaldas sin previo aviso y le picó las costillas de forma maliciosa y malintencionada.
—¡Link!— gruñó al reconocerlo — ¿Que rayos haces?, ¡Oye!, si sales así de improviso volverán a relegarte los derechos para ser aspirante de caballero.
—Ralph despistado. ¡He terminado correctamente todas las pruebas!
— ¡Ehhhh!, ¿Cuando ocurrió eso?
—Hace un par de días— clamó de manera entusiasta
— ¡Y por qué rayos no estoy enterado!
— ¿No lo estás?... que extraño— susurró de forma burlona.
—Link idiota, no sé ni por qué me preocupo, tú de verdad que no me aprecias, siempre terminas olvidándome.
Link se rió de forma tierna y después le abrazó la cabeza juguetonamente, Ralph gruñó tratando de zafarse, pero al final simplemente se rindió ante los juegos de su amigo.
— Deja de hacer berrinche, tenía planeado escribirte una carta.
—Ajá, ¿para cuándo?, para el siguiente solsticio seguramente.
—Necesitaba primero ver a mi princesa— se excusó con un poco de vergüenza al tiempo que me dedicaba una cálida mirada.
Ralph simplemente movió la cabeza de un lado a otro.
— ¡Oh cierto!— espetó de repente — oye Link, ¿qué pasa con el consejo de la Orden?
— ¿Con el consejo?
—Ayer recibí una carta— clamó metiendo una mano a su capa y sacando a la susodicha, escrita en papel Pergamino y decorada con el escudo de la Orden, no había duda de que se trataba de la correspondencia del Consejo. — se solicita su presencia lo antes posible, es imperante que atienda a este llamado— leyó de forma rápida un fragmento de mensaje.
—Qué extraño— farfulló Link simplemente.
— ¿Sabes algo al respecto?
—No realmente— contestó de forma despistada.
Me reí ante su respuesta, Nayru y Ralph me miraron de forma curiosa, le hice a Link varias señas con las manos, aunque lo único que logre hacer fue que ladeara la cabeza como cachorrito.
—Ay Link, que despistado. La carta. — le recordé.
— ¿La carta?... ¡Oh, es cierto, la carta!
— ¿Cual carta, Zel?— Nayru parecía sumamente interesada.
—El maestro Mugetsu dejó una carta, de hecho, antes no lo había mencionado, pero es la razón por la que estamos aquí de paso.
—El maestro Mugetsu...— repitió con cierta tristeza, me vire un poco y la abrase con cariño, sabía bien que ellos dos habían sido más que amigos, y que Nayru le había querido casi toda una vida como a un hermano, razón por la que Ralph no se había llevado del todo bien con el joven dragón en un inicio. Me sentí sumamente triste después de que me lo había contado hacia casi un año.
— ¡Muy bien!— Clame de modo alegre tratando de cambiar su semblante.— entonces podemos viajar juntos. Vas junto con Ralph, ¿cierto?
—Si— su expresión cambio de triste a juguetona ante la propuesta, parecía muy feliz de poder viajar al lado de su guardián. — Ralph estaba triste y tenía miedo de que algo me pasara en su ausencia, así que le dije que iría con él, de esa forma aún podría cuidarme.
—A veces Ralph es un guardián demasiado lindo— Clame de manera picara.
—Verdad que si— contestó Nayru con un poco de sonrojo, nuestro joven mago también cambio un poco de colores y de forma discreta se puso a reacomodar sus paquetes...
...
Al caer la tarde Horus salió volando sin previo aviso, me quede un poco extrañada, pero volvió de forma rápida a su sitio, había una nueva nota, la cual desenrosque al ver que no llevaba un destinatario en específico.
"No he podido encontrar al maestro Leon en su casa, parece ser que salió a dar un pequeño paseo. Tendré que ir a buscarlo, adelántense, nos vemos en la academia, es más importante que la princesa Zelda esté presente. Raven."
—Hmmmm?
Simplemente solté un suspiro, bueno, de cualquier forma Link y yo viajaríamos con compañía, pero eso tendría que esperar hasta el día siguiente, se notaba a leguas que Nayru no solía salir de su casa así que la pobre estaba hecha un enredo tratando de decidir qué tipo de cosas se llevaría.
Esa noche conversamos de cosas agradables a la mesa, Nayru me sirvió café con leche y unas cuantas galletitas, "el deleite de los plebeyos" clamó de forma sumamente graciosa, si bien lo sabría porque Link me había enseñado esos deleites de las formas más lindas posibles, aunque Impa siempre me reñía y me molestaba con la típica frase de "No es comida para la realeza". En horas tempranas Link y Ralph cayeron como piedra, después de haberse estado peleando como niñitos toda la tarde ninguna de las dos supo a ciencia cierta cómo era que ambos habían terminado por dormir en la misma cama y a pierna suelta, el guardián del Oráculo se dio la media vuelta de forma despistada y terminó por abrazar al joven caballero que reposaba justo a su lado, Nayru y yo soltamos una risita discreta cuando Link hizo una cara graciosa al sentir que lo aprisionaban por la cintura.
—Seguramente mañana alguno de los dos pegara el grito en el cielo.
—No lo dudes querida amiga, no lo dudes— repetí haciendo un eco de sus palabras.
La oscuridad en ciudad Lynna parecía eternamente perpetua, era tan diferente a Hyrule y tan distinta de Holodrum dado que aun guardaba ese carácter de antaño, las noches eran noches y los días… simplemente días, por largos años me había acostumbrado a ver luz entre la oscuridad, el revuelo que se formaba en la ciudadela incluso a esas horas, costaba aceptarlo un poco, pero poco a poco mi bonito país se estaba transformando en una de las poblaciones más grandes de aquellos parajes, a veces simplemente pensaba, ¿Y a qué hora duerme la gente?, pronto, simplemente no importaba, solamente me dedicaba ver sus rostros felices, satisfecha al corroborar que hacia un buen trabajo como gobernante, la época oscura finalmente se había disipado para dar la bienvenida a un nuevo comienzo.
Y hablando de comienzos…
El café con leche rozo mis labios cuando un pequeño murmullo salió desde la otra estancia, Ralph parecía estar murmurando entre sueños, y esos sueños parecían ser felices…
—Creo que tu pequeño enamorado te llama.
Nayru se puso roja como tomate al escucharme decir eso, yo simplemente reí de forma bajita.
— ¿Y cómo va eso?
— ¿Cómo va qué?
—Tú sabes…
—….
Y fue así como desvió la mirada. En un semblante conocido, en una posición que había visto decenas de veces, la misma expresión que solía hacer Link cuando aún no deseaba que supiera acerca de sus sentimientos.
—No le has dicho nada, ¿cierto?
—No.
— ¿Pero por qué Nayru? Sabes lo mucho que Ralph te…
—No quiero incomodarlo Zelda— me interrumpió de forma un poco triste— No está bien que un Oráculo sienta esto, y está muy mal que trate de arrastrar a Ralph junto conmigo.
—Esa es una tontería, tus sentimientos son sólo tuyos y sólo a ti te pertenecen, no dejes que el ser Oráculo te arrebate esa parte de ti misma.
—Pero me dolería que las cosas no funcionaran, ha estado conmigo desde siempre y no quiero que eso cambie. Estoy bien así Zel… soy muy feliz sólo con tenerlo a mi lado.
Asentí con la mirada, creo que de cierta forma comprendía muy bien su miedo, entonces… seguramente tendría que ser Ralph quien diera el primer paso. Mire hacia la cama, los dos tortolos dormían plácidamente abrazaditos, oculte mi risita y antes de irme a dormir le di un beso a Link en la frente.
Nayru y yo subimos a la estancia de arriba y sin más remedio también dormimos juntas en la misma cama, para ese entonces mi mente parecía estar eternamente atrapada en los recuerdos, la curiosa risa de Sir Raven llegó a mis oídos desde las profundidades de mi memoria, recordé mi manta tejida a mano y la cara que había puesto Link aquel día cuando le dije lo mucho que ésta me gustaba, de igual forma sentí cierta nostalgia.
—"Eso me pasa por fugarme sin permiso"— pensé mientras conciliaba el sueño, recordando que había dejado mi cobijita guardada en el armario de mi habitación en el castillo…
Un plácido sueño…
Una compañía agradable…
El aire puro de la ciudad de Lynna entrando por los diminutos resquicios de la ventana…
Todo era tan acogedor, que de cierta forma me di el lujo de no abrir los ojos a pesar de que mi cuerpo sabía que ya había amanecido. El cabello de Nayru me hacía algunas cosquillas en el rostro pero de todas formas no quería levantarme.
Todo era tan pacifico.
Hasta que ese par de gritos nos hicieron levantarnos como resortes, Nayru se levantó espantada al escuchar semejante sonido, había sido un grito casi agudo así que nos erguimos sintiéndonos un poco mareadas.
— ¿Qué pasa?— susurró más dormida que despierta.
Solté un resoplido y me lleve una mano a la cabeza para acicalarme el cabello.
—Parece ser que los bellos durmientes despertaron— masculle con cierta ironía.
…
Y mientras más lo pensaba, más gracia me hacía, solamente de imaginar que habían despertado y se habían encontrado el uno muy cerca del rostro del otro, Link gruñó durante todo el camino, incluso después de kilómetros, cuando finalmente habíamos llegado a los bosques perdidos y atravesábamos los espesos follajes.
De vez en cuando se miraban de reojo y parecían matarse simplemente con la mirada.
—Maldito Ralph, por tu culpa no podre casarme como se debe.
—Tú eres el que de seguro estaba haciendo cosas extrañas anoche.
— ¡Yo!, ¡Eras tú el que me estaba abrazando!, como quieres que vea ahora de frente a mi novia.
Gruñeron y gruñeron sin cansarse, Nayru y yo soltamos un suspiro, a veces podían ser peores que niños y por un momento me compadecí de Sir Raven y Mugetsu…
Suspire nuevamente ante el recuerdo, aunque había pasado cierto tiempo, parecía no querer abandonar mi memoria, el bosque se volvió tupido, el trote de Epona sigiloso, incluso la discusión de nuestros guías parecía haber quedado relegada al mutismo. Mi mente abandonó mi cuerpo por unos instes hasta que sin saber porque me percaté de que la cara de Nayru parecía un poco perpleja.
—Zel…— masculló mirando hacia la floresta
Ladeé los ojos y erguí una ceja.
—Link— lo llame en automático, y a pesar de que camina junto Ralph, algunos metros por delante guiando a los caballos, se viró de forma inmediata para atender a mi llamado.
— ¿Qué sucede mi princesa?
—Creo que estamos dando vueltas en círculos.
—Hmmm— musitó mientras se rascaba la cabeza.
—Waaah, malditos bosques perdidos— gruñó Ralph al cerciorarse que era cierto— Es tu culpa Link, ¿por qué quisiste venir de nuevo por este camino?
—Porque si cruzamos los bosques, llegamos directo al corazón de Holodrum.
— ¡Pero siempre nos perdemos!
— ¡Es porque tú no me dejas concentrarme!
—Ya basta— ordene de forma suave.
—Perdóname Zel…
—Está bien Link, descansemos un poco, parece que Epona está sedienta.
Asintió y me ayudo a descender de la montura, Ralph suspiró de forma clamada e imitó las acciones de Link para poder ayudar a su propia protegida, Nayru parecía feliz cada vez que Raph la tenía así de cerca, más sin embargo ninguno de los dos precia estar listo para revelar plenamente sus sentimientos.
El oráculo de las Eras puso una cara graciosa cuando vio al pequeño animalito salir de entre los arbustos y saludarla con una sonrisa.
Era un tokay como los que habíamos visto antes, aunque en esta ocasión parecía sumamente alegre.
—Mira Ralph, es una pequeña creaturita.
—No es una creaturita Nayru y ten cuidado porque son mañosos.
—Parece ser muy lindo, quizás pueda darnos indicaciones.
Link se acercó y saludo con gusto, el tokay pareció reconocerlo.
— ¿Sabes cómo salir de aquí?
—Sí, ¿El hermano Link está perdido de nuevo?
—Así parece, ¿aún hay tokays en los bosques perdidos?
—Sólo algunos, los demás volvieron a la isla de la luna creciente, gracias por mantener tu promesa, los tokays sabemos que fue el hermano Link quien expulsó a las feas creaturas de la oscuridad. ¿Quieres ver la salida?
—Eso sería bueno.
—Entonces sígueme.
Y de esa manera conseguimos un guía más apto, salimos de modo rápido y sin mayores percances, antes de abandonar la floresta Nayru hizo que nos detuviéramos, quería darle un regalo al tokay por habernos ayudado.
Ralph suspiró con cierta ansia al observar la escena.
— ¿Qué te pasa?— gruñó Link
El guardián sólo viró los ojos al ver a su protegida juguetear con la creatura a lo lejos.
—No me gusta que san confiada, aunque los tokays sean tus amigos, no quiero que nunca nada le pase.
—Ralph, eres demasiado sobreprotector— refunfuñó Link de forma graciosa.
—No eres quien para decirme eso.
—Dime una cosa, incluso después de lo que paso, ¿No has podido decirle que la amas, verdad?, eres un cobarde.
—Link idiota— rugió— no quiero escuchar algo como eso proviniendo de la boca de una persona como tú, no eres quien para juzgarme, sé muy bien que de no ser por la Princesa Zelda, aun estarías haciendo el tonto.
— ¡Eso es mentira!
—No lo es.
Suspire nuevamente, ahí iban de nuevo, cuando menos lo pensé ya se estaban pelando nuevamente, cuando Nayru volvió solamente los vio de forma curiosa.
— ¿Y ahora por qué se pelean?
—Pues…, es difícil de explicar. — clame poniendo una mano en mi rostro.
— ¡Mentira!— volvió a gruñir Link mientras ambos se sostenían con llaves.
—No creas que nací la semana pasada, se nota a leguas que de no ser por la princesa de verdad seguirías casto y ¡virgen!
— ¡Que!
—Atrévete a negarlo.
Nayru se llevó ambas manos la boca, Link enrojeció de la pura vergüenza y yo simplemente respingue en un suspiro y me di un tope con la mano en la cabeza. No podría haber sido más bochornoso, especialmente porque después de eso mi querida amiga parecía no poder sostenerme la mirada.
—De..de.. de verdad?
—Por favor Nayru esto es penoso.
— ¡Cielos, Zel!
Simplemente solté otro suspiro ahogado.
—Link despistado, creo que no se dio cuenta de que Ralph lo había dicho en broma….
Y cuando finalmente llegamos a Holodrum ambos parecían haber salido de un campo de guerra, después de horas, Nayru y yo simplemente nos cansamos de regañarlos y dejamos que siguieran matándose a sus anchas, no entendía ni porque, pero después de que descargaron sus energías nuevamente caminaban contentos como un buen par de amigos, era una relación sumamente extraña basada en el amor y el odio.
Aunque cada vez que pensaba en ello simplemente sonreía, aunque fuese una amistad masoquista, seguramente sería por siempre una amistad sincera y eterna.
Las calles de la plaza nos recibieron con alegría, no sé si fue una coincidencia pero terminamos por vagabundear por ahí en uno de esos días festivos, había gente por todas partes, y Nayru y yo tuvimos que bajar de nuestras monturas para que los caballos no tropezaran con los transeúntes.
—Mira Link, hay cosas muy lindas— Link sonrió ante mi comentario y me tomó por el brazo como buen caballero, parecía sentirse orgulloso mientras me presumía de forma abierta, como si quisiera que todo el mundo se diera cuenta de que yo era su pareja.
Sus miradas galantes hicieron que me dieran maripositas en el estómago, siempre había sido lindo, pero desde que éramos prometidos era incluso muchísimo más atento. Las chicas locas de la plaza soltaron suspiros tristes, de alguna manera creo que me daban un poco de pena…. Nahhh, era broma, la verdad era que me sentía sumamente feliz al saber que yo era la que había ganado, y que a pesar de los años Link solamente a mí me había querido, de todas formas, muy dentro de mis pensamientos desee que ellas también encontraran algún día a su príncipe y que no cometieron el mismo error que cometieron con Link al acosarlo.
— ¿Cielo?— pregunte de forma atolondrada cuando Link se detuvo de golpe.
— ¿Qué es eso?
— ¿Qué es que, Link?— murmure, puse atención, había un griterío a la lejanía y no precisamente por ser día de fiesta, desde ese preciso instante vi como las facciones de su rostro cambiaban, parecía molesto como si a pesar de la lejanía sus ojos lograran captar dicha escena.
— ¡Maldita rayanii!— rugió una voz desde el tumulto de personas, mientras nos acercábamos logre ver a un hombre tomando por el brazo a una mujer, la zangoloteó de forma brusca y la tiró al suelo sin ningún remordimiento.
Respingue de forma asustada al ver la escena, especialmente porque de inmediato me di cuenta de su condición, la pobre estaba en cinta, en un embarazo que se veía muy avanzado, temí que con semejante golpe la criaturita se hubiera malogrado antes de venir al mundo.
— ¡Mujer desquiciada qué diablos pasa contigo!— volvió a rugir el hombre, la gente a su alrededor salió espantada cuando lo vieron amenazar a la mujer con una daga de mano.
—¡Horus!— la voz a mi lado rugió de forma colérica, todo paso demasiado rápido y a la vez en cámara lenta, cuando el hombre levantó el arma el halcón peregrino lo interceptó echándosele encima, con sus fuertes garras logró arrebatarle su pertenecía, y él, al verse atacado se desconcentró de lo que estaba haciendo.
— ¿Qué diablos?, ¡de quien es esta maldita ave!
—Es mía— la voz de Link sonó como el rugido de un león enfadado.
—Pagaras caro por meterte en lo que no te importa muchacho.
—Pagare lo que sea, pero no precisamente por meterme en lo que no me importa, la capital de Holodrum es territorio de la Orden y mientras lo siga siendo no puedo permitir que se cometan semejantes barbaridades, y además en mi presencia.
Se miraron con desdén desmedido, Horus se posó sobre el hombro de Link después de haber cumplido con su trabajo, el hombre se inclinó para recoger la daga.
— ¿Comienzas una pelea desarmado?— rechistó al ver que lo retaba a mano limpia
— ¿De verdad desea que desenfunde?
El conglomerado de gente miró con cierta ansia, un anciano se abrió paso entre el tumulto.
— ¡Estás loco hijo!, ¿Que no lo reconoces?— le gritó desde una distancia prudente al otro quien sólo arqueó una ceja mirando a Link de arriba a abajo.
— ¿Debería?— rechistó
—Es Sir Link — clamó una voz media escondida
—El discípulo de Sir Raven — pronuncio una más allá a lo lejos.
El hombre siguió mirando con desdén a Link como si no captara las indirectas directas.
— ¿Sir?, Entonces, con que un caballero ¿eh? , a mí no me lo parece. De cualquier forma no te metas en esto, esta rayanii se buscó lo suyo, me provoco de mala manera he incluso me hecho el mal de ojo. A mí nadie me va a quitar mi hombría de esa manera, si no la mato seguro quedo marcado para siempre.
— Estupideces— Bramó Link de forma verdaderamente furica
Nayru me tomó por el brazo y con delicadeza me arrastró hacia atrás de forma cautelosa, también estaba segura de que seguro se cerniría una pelea, pero...
Al mirar al suelo también sentí mucha rabia, normalmente hubiera tomado a Link por el brazo y habría terminado con palabras aquella tontería, pero de cierta forma mi orgullo de mujer estaba herido, me quede callada y deje que Link se encargara del asunto.
—Te das cuenta de lo que dices... No ¡Claro que no te das cuenta!, ¡crio imbécil!, pero por supuesto, creen que por ser caballeros son superiores y que pueden pasar por alto semejante osadía, por parte de los de su raza— rechistó mirando con severo asco a la mujer caída— pero claro, ¿no?, ¿cómo no van a ser así? Todo Holodrum lo sabe, el hecho de que el maestro enano acogió a una de estas desgracias dentro su edificio, y que para colmo, ahora la susodicha se pavonea por las calles como si nada tomada de la mano del primer caballero tonto que engatusó con la mirada...
Me puse un poco pálida al escuchar eso, las palabras del hombre se interrumpieron cuando Link le lanzo un puñetazo en toda la cara silenciando semejante ofensa, tenía tiempo que no lo veía tan colérico, pero no era para menos teniendo en cuanta lo que había dicho, "¿el maestro enano?" oh cielos, y tenía que mencionarlo justo hoy que habíamos venido para leer su carta.
— ¡Eres una escoria atrévete a decirlo de nuevo!, no voy a perdonar que nadie manche la memoria de mis maestros en mi presencia. Y además te crees valiente demostrando tu supuesta hombría con una mujer en estado delicado, ¡Poco hombre!
El otro se levantó aturdido y sin pensarlo le lanzó la daga directo a la cara, un sonido metálico hizo hegemonía en el ambiente, todos parecieron quedarse helados cuando Link desenfundó de forma increíblemente rápida desviando el proyectil que le habían lanzado con su espada.
— ¿Qué!?— perplejo y asustado al haber que había fallado, el hombre tembló de miedo, era normal después de ver semejante espectáculo y aún más si el caballero al que habías agredido se te acercaba ahora con pasos aumente amenazantes.
Link parecía no querer perdonar al hombre y yo ya no sabía si era correcto intervenir o dejar que las cosas siguieran como si nada su marcha, pero justo cuando estaba a pocos pasos, una extraña magia levantó al individuo y lo hizo girar de cabeza a varios metros sobre el suelo.
—Ya basta— gruñó finalmente la voz a mis espaldas. Ralph no parecía contento mientras miraba al nombre por el rabillo del ojo.
—¡Y ahora un mago!, ¡qué le pasa a todo el mundo— rechistó el hombre colgado de cabeza.
— ¡Silencio!— rugió de forma enfadada— si no dejas de buscar pelea simplemente te soltare, no creas te estoy salvando la vida por gusto, la ciudad merece respeto y no quiero que el atolondrado de Link quede marcado de por vida por hacer una tontería.
— ¿Eh?— miró hacia abajo de forma curiosa, en el suelo, Link parecía un gato cazador a la espera de que le bajaran a su presa, de cierta forma el hombre sudó en frío durante esos segundos, y después de eso Ralph lo bajó con poca delicadeza diciéndole simplemente con la mirada que se largara. Aunque Link bufó de forma enojada al no haber podido desquitarse. —malditos caballeros creen que esta ciudad les pertenece, ¡¿ustedes no van a decir nada?! — gruñó mirando a sus vecinos, la gente de la multitud lo miró de mala manera.
—Te has pasado de la raya— gruñó la misma voz anciana— te tienes bien merecida tu paliza. Solamente los ingratos olvidan que gracias a la Orden esta ciudad es segura y prospera, y que los caballeros viven para cuidarnos sin importar las circunstancias.
Parecía no creer lo escuchaba y se retiró echando pestes, "todos son unos perros falderos" rechistó mientras se perdía en las lejanías, de inmediato me deshice de del agarre de mi amiga y fui a verificar que la salud de la pobre mujer inconsciente, era extraño que nadie se acercara después de lo sucedido, no estaba muy al tanto de los cánones sociales que gobernaban mi país vecino, pero por lo que había escuchado los rayanii no eran muy bien recibidos por los lugareños residentes.
— ¿Estas bien?— musite mientras le aplicaba magia sanativa, despertó de forma lenta y pareció mirarme de forma curiosa.
— ¿Por qué un hylian me está ayudando?
— ¿Qué?— Clame soltando una risita — ¿No entiendo la pregunta?
—Las razas de sangre pura nos odian— musitó bajando la mirada.
—No, no es cierto— susurró Link inclinándose a su lado — no todos son de esta manera, no le hagas caso a ese hombre esta es una ciudad libre, no dejes que nadie te haga menos.
—Me defendiste... Pero yo deseaba que no sufriera, ¿qué es lo que has hecho?— murmuró bajando aún más la mirada.
Link ladeó la cabeza sin comprender a que se refería, sus ojos parecían perdidos en la escena y de forma extraña se clavaron sobre su vientre, pareció no saber lo que hacía cuando posó su mano en ese sitio y acarició de forma tierna la superficie. Durante segundos me quede observando su comportamiento, enternecida y asombrada. Me pregunte que tanto pensaba Link mientras hacía eso, o si quizás proyectaba sentimientos más allá del presente. De cualquier manera me encanto descubrir ese lado suyo.
— ¿Que has hecho?— de modo extraño gruñó con enojo, y de forma inesperada apartó la mano de Link con un severo manotazo, el pobre retrocedió de manera sorprendida, de reojo pude ver como Ralph ponía una cara pálida al ver como su amigo se había quedado de piedra ante semejante hostilidad.
Sin decir otra cosa se levantó del piso y emprendió huida.
Me quede sin palabras, pasmada y sumamente confundida. ¿Qué rayos había sido eso?..., muy bien, acabamos de salvar a una rayanii pero al parecer la víctima no deseaba ser salvada del todo, me levante de manera un poco ida mientras veía como el anciano de antes se acercaba.
—No se sienta mal, joven caballero, los siglos pasan y nadie logra congeniar con esa raza tan extraña, es mejor si simplemente lo deja.
Susurró, se marchó, y simplemente nos quedamos un poco en blanco. Link se levantó y clavó la mirada hacia donde la mujer había huido, me sentí triste al ver que se sobaba la mano con un semblante sumamente herido y sin pensarlo dos veces tome su mano entre las mías y le di un beso cariñoso en el dorso.
— No sé qué ocurrió, sólo trataba de ayudar.
—Así fue Link. — musite.
—Vaya agradecimiento— farfulló Ralph, — creo que por algo los rayanii no son muy bien bienvenidos en las ciudades, aunque de cualquier forma era tu deber detener semejante espectáculo de barbarie.
—Eso creo— musitó confundido
—Quizás simplemente huyo porque hiciste algo que no debías
— ¿¡Yo!?— clamó un poco preocupado.
— ¿Qué se supone que hacías con su estómago?— replicó el joven mago, a leguas se notaba que no perdía oportunidad de meter a su amigo en apuros, Link enrojeció un poco de la vergüenza ante la pregunta y Nayru y yo nos reímos al ver su reacción atolondrada y tímida.
—Bueno pues... No... Yo... no. Realmente no lo sé— simplemente contestó de forma seria, pareció perderse en sus pensamientos. Lo envolví en un tierno abrazo y musitó algo verdaderamente imprevisto— fue una sensación extraña, no sé... Fue como, cuando te quedas atrapado en el influjo de una magia poderosa.
— ¿Magia?— musite siguiendo el hilo que su voz había dejado
— Era una rayanii Link— Respingó Ralph mientras tomaba a su protegida por el brazo — no tienes que romperte la cabeza, y además, eso sólo deja claro que aun debes tener cuidado, podrás ser héroe pero sigues siendo sumamente débil contra la hechicería. Estaré prevenido la siguiente vez, no quiero que me vuelvan a romper una pierna.
Link agachó la mirada, Nayru le dio un zape tronado a Ralph en la cabeza, ambas sabíamos que con "alguien" se refería al pobre de Link en específico.
—Link, no te sientas mal cielo, nunca se sabe cómo puede reaccionar la gente.
—No Zel pero... ellos son como cualquier otra persona.
— ¿A qué se refería Ralph con hechicería?
— Pues... Es una raza que lleva siglos huyendo, se distinguen de los humanos precisamente porque por sus almas corre el don de la magia negra, la gente simplemente los llama como los que tienen la sangre maldita los rumores dicen que su sola presencia atrae a las maldiciones, es por eso que nadie los quiere dentro de las ciudades, aunque con los siglos ese pensamiento prejuicioso y supersticioso había menguado en buena manera, creo que me salí de quicio al toparme con la ideología de ese hombre...
—Si?
—Es que... Todo es mentira Zel, he vivido todos estos años cerca de Hatoru y no me ha pasado nada.
Casi me tropiezo mientras camino.
La joven ayudante albina vino de inmediato a mi memoria. Por supuesto, ahora entendía porque se había cabreado de esa manera, y seguramente el Sir tonto era nada más y nada menos que nuestro amado Raven.
—No sabía que era rayanii— Clame de manera tonta.
—Bueno, no parece tener don con la magia negra, pero su cabello la delata a primera vista, es decir, es albina pero sus ojos no son rojos son de un azul puro e intenso. Básicamente eso es lo que los distingue como raza, otros humanos no tienen esas características.
—Ouh— entonces todo se resumía a una simple cosa. Una mujer extraña con un comportamiento extraño, los rayanii no estaban locos, pero la mujer en la plaza si parecía tener ciertos problemas.
Observe a Link de forma tierna antes de hacerle una última travesura. Me miró de forma curiosa cuando le volví a acariciar la mano herida y la coloque sobre mi propio vientre.
—Parecías curioso, dime Link, ¿quieres uno?
— ¿Un qué?
—Tú sabes
Pareció vagabundear en sus pensamientos hasta que después de un rato se topó con la respuesta, el pobrecito volvió a ponerse de colores y me reí nuevamente al ver su cara tímida. Seguimos avanzando por las calles atareadas, hasta que nuestros pasos nos llevaron hasta la academia, en donde finalmente esperábamos encontrar aquello por lo que habíamos venido.
Mi primera impresión del todo era que algo definitivamente había cambiado. La tensión del año anterior causada por los rondines de los monstruos había desaparecido, muchos estudiantes jóvenes caminaban de modo alegre, uno de los miembros del consejo nos recibió en uno de los jardines privados.
—Alteza, que gusto tenerla aquí en mejores condiciones.
Asentí con la mirada mientras nos invitaba a sentarnos en una de las mesas predispuestas en el sitio, el silencio del ambiente permeó de forma agradable, Link se sentó a mi lado mientras me ofrecía la silla de forma caballerosa. El resto de los ancianos del consejo llegaron en segundos y tomaron posiciones.
—Así que, ¿El maestro Mugetsu dejó una carta?— pregunte tratando de no sonar muy ansiosa.
—Así es, alteza. Aunque...
Los ancianos se miraron los unos a los otros como si decidieran con la mirada quien de ellos proseguiría, finalmente uno de ellos retomó la palabra.
—Existen varios asuntos pendientes antes de eso, me temo que ha llegado pronto, nos faltan algunos guardianes del espíritu, Sir Raven nos notificó a través de carta que mañana en la mañana estará aquí junto con Sir Leon.
—Hasta entonces, me apena decirle que sólo podemos desearle que disfrute de su estadía— pronunció un segundo anciano con cierta pena.
—Está bien, después de todo me hacían falta vacaciones— subraye con una sonrisa, parecieron despejar sus nervios ante mi buen carácter, quizás pensaron que me molestaría al enterarme que me harían esperar todo un día.
—Ay otra cosa...
— ¿Sí?
— Para el joven Link. Cierta noticia que queríamos darle desde hace tiempo.
—Se trata de su nombramiento. — clamó otro de ellos mientras alisaba su larga barba blanca.
Link puso una cara alegre, también supuse que deseaban agendar el día para dicha ceremonia, finalmente uno de sus grandes sueños se vería realizado, después de tanto esfuerzo y sacrificio invertido durante años.
—No es una buena noticia joven caballero. Lo siento— clamó
Cierto escalofrío recorrió mi espalda, el anciano viró un poco la mirada al ver que nuestro semblante alegre se había desvanecido.
— ¿No es buena?— musitó Link, por debajo de la mesa sentí que me apretaba la mano.
El anciano negó con la cabeza.
— Tenemos un problema respecto a eso, esperábamos con esperanza que se resolviera antes de que concluyeras todas las pruebas, pero me temo que tu talento como guerrero es más eficiente que nuestras soluciones.
—Lo siento tanto joven Link, estábamos al tanto de que planeabas estrenar tu título el mismo día de tu boda.
—Pues sí, ¿no se puede?— musitó un poco acongojado.
—No entiendo— musite de la misma manera, creí que el gobernante de Hyrule podía escoger la fecha para eso.
—Tememos que el gobernante no es el único que debe aprobarlo.
— ¿Y entonces quién?— farfulle muy confundida.
Parecían acomplejados entre ellos mismos.
—Alteza, creo que será prudente esperar a mañana para decirlo, es mejor si todos los guardianes están presentes. Ha llegado el momento de que el consejo revele un secreto que ha sido custodiado con recelo durante siglos.
Link y yo nos miramos mutuamente, al parecer las cosas iban más allá de una simple carta, ¿qué clase información habría dejado nuestro amigo Mugetsu?. Lamentablemente el consejo se retiró sin decir otra palabra, había sido un día injusto, dos puñaladas por la espalda, creo que el corazón de mi pobre Link estaba un poco más que destrozado.
Ralph y Nayru miraron de forma curiosa al cielo.
¿Qué sería lo que nos tendría preparado el destino? ...
.
.
Continuara...
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Comentarios del Capitulo:
Hola !
Si, lo sé ¬¬
En serio, lo sé. ¡Ya sé que ya pasaron como dos meses!... quizás hasta más, he perdido completamente la cuenta xD (antes de que alguien me lo diga *-* ) jajajaja, pero en serio quería tomarme mi tiempo, ha sido difícil hacerme tiempo x(. ¡Pero finalmente!, me daré literalmente el lujo de comenzar a publicar esto, he decidido no meterlo en el otro fic básicamente porque es larguísimo.
Espero que les haya gustado esta primera parte, esta un poco llena de tonterías xD y me arme de paciencia para tratar de recuperar esa parte de la personalidad de Ralph que se había perdido, se había escondido debido a los últimos acontecimientos de la cruenta guerra de Hyrule ^^.
.-.-.-.-.-.-.
Antes que nada. Tal y como se los prometí el epílogo viene con regalito integrado, les había comentado que se trataba de una compensación, dado que en todo0o0o0o Caballeros de Hyrule Link y Zelda solo habían logrado darse como dos besos ñ_ñ, cosa que, creo que desilusionó a ciertas personas. Lo comprendo perfectamente, pero el final de la historia estaba preparado y escrito, y había decidido seguir fiel a mi idea original, la razón de eso están por descubrirla un poco más adelante.
pero volviendo al tema, se que también prometí un pequeño Lime. Por respeto a mis lectores quienes siguieron la historia en su anterior rango "K", y también porque se lo prometi a varias personitas, he decidido poner un señalamientos para que se salten ese tipo de escenas sin tener que desprenderse de otras partes de la trama, asi que pongan atención.
La señal es esta: *w~w~w*
Sé que de alguna manera todos esperaban a que el epílogo se remontara a esa noche, justo al final del otro fic cuando Link le propone a la princesa que se escapen juntitos del castillo, pero...
La verdad sobre eso es que, esa noche, no paso absolutamente nada, xD lo cierto fue que Link y Zelda si se quedaron juntitos el resto de ese día, pero ese paseo no los llevó más allá de los besos y los apapachos x3, de forma curiosa me hizo gracia que todos intuyeran que esa noche algo pasaría, quizás fue la forma en la que lo escribi, quien sabe xD
.-.-.-.-.-.-.
Lo otro que me resta por comentar, es que el resto del epílogo, (en especial el siguiente capitulo) es más que nada un conjunto de reflexiones, quizás se pregunten ¿Por qué terminó siendo de esa manera?, quizás también se dieron cuenta especialmente con el último tramo de esta primera parte. Eso pasa porque el Epilogo conecta directamente con tres partes diferentes de la historia, dos de ellas que son Spin off y por supuesto el otro lado de la historia que va a estar narrado por Link así que no se preocupen si de repente no entendieron algo o parece ser que hay varias secuencias que son incoherentes, porque de igual manera están preparadas solo para ser entendidas desde otro punto de vista.
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Una disculpa por haber hecho este capitulo inmensamente largo, y para rematarla poner comentarios que son igual de largo0o0o0o xD, pero creo que hacia falta antes de adentrarnos más en la narrativa, me quedo con ganas de seguir comentando, pero mejor mereservo para los capítulos que siguen ^^.
