HOLA¡ He vuelto... con un fic de unos pocos capítulos. Ya está acabado así que intentaré publicar un capítulo por día. Este es un prólogo bastante cortito, luego quizás cuelgue la próxima parte.

Gracias a Lucyyh por betear con paciencia un fic más.

Espero que os guste¡


Un día más

Prólogo

Con actitud derrotada, introdujo la llave en la cerradura, en un gesto tan mecánico y cotidiano que ni siquiera se dio cuenta de que no era su casa. Tenía gracia. Bueno, no ese tipo de gracia, era más bien una ironía, pues nada tenía gracia en los acontecimientos que habían tenido lugar esa tarde. La ironía residía en que antaño si algo así hubiera ocurrido no habría estado allí, no habría ido a refugiarse en alguien…no. Habría acabado en su bar de costumbre y habría ahogado toda su pena, su frustración y cualquier otra cosa que le asolara, en litros y litros de alcohol. Con la tercera copa de un buen whisky (pues cualquier cosa no era suficiente) habría empezado a bromear con el barman mientras este, con su paño de algodón blanco, limpiaba la barra, le haría trucos de magia hasta marearlo y conseguir que apostara algo con él. Ese algo, por supuesto, sería la botella de lo que él estaba bebiendo. Así, con su pericia conseguiría llevarse a casa a una dorada y hermosa…botella en la que se enterraría hasta quedar sin conocimiento. A la mañana siguiente sólo quedaría una leve resaca que podría disimular a la perfección con todo el poder de autocontrol que poseía y sus preocupaciones se habrían esfumado. Sí, una noche regodeándose en la autocompasión y en su triste vida y a la mañana siguiente listo para seguir siendo el mismo cínico, egoísta y despreocupado Patrick Jane. Pero ahora, esa noche, no estaría solo, pues tenía una llave, y ésta le proporcionaba cobijo, comprensión y una infinidad de cosas que había aprendido a apreciar, cosas que nunca admitiría necesitar. No, nunca había pensado en refugiarse en una persona otra vez; hacía tiempo desde la última vez que sucedió y mucho tiempo había pasado guardando cosas para sí mismo, ocultando sentimientos. En realidad no estaba viviendo allí, sólo tenía una llave que le daba acceso a la vivienda, facilidad para moverse por allí como a él le gustaba: "como Pedro por su casa". Y Lisbon había accedido a dársela como voto de confianza, quizás cansada de sus súplicas y sus argumentos sobre por qué debería de tener él una llave. Él sabía bien jugar a agotar a la gente hasta que se hiciera su voluntad.

Fuera como fuere, esa noche de todas las noches, era a ella a quien necesitaba y la única persona que sabía que lo entendería, se pondría en su piel, y haría lo mejor para hacerlo sentir bien. No tenía nada que ver con que recientemente su relación hubiera cambiado o subido de nivel, puede que así fuera pero, la realidad era que con ella siempre podía contar, pasara lo que pasara siempre podía refugiarse en ella. Siempre. Y en este caso sólo ella podía ayudarle, porque sólo ella podía entender cómo se sentía.

Traspasó el umbral aún entre cavilaciones. Sí, ella sabría bien cómo ayudarle esta noche.