Disclaimer: Aclaro que la serie de televisión y comics de Gravity Falls no me pertenecen, y que todos los derechos de este mismo pertenecen a su creador Alex Hirsch, y a la compañía Disney. Yo solo hago esta historia ficticia con fines de entretenimiento para el Fandom y lectores.
Personajes: Mabel Pines/Estrella Fugaz, Bill Cipher.
Clasificación: K+
N: Aclaro que habrá calles (que son ficticias), pero lo que son códigos: de número de celular, casa y números de código postal que escriba en esta historia no son verdaderos. Así que no lo intenten y se han buenos lectores :v
Atte. Sora no Kiss/SraPotatoHard
NT: Se ha cambiado una parte de la historia por recientes problemas en capítulos, lamento los inconvenientes. Disfrute de la lectura.
Cayendo Dimensiones
Capítulo I: Te creo
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Habíamos evadido la seguridad de los agentes del gobierno, convencimos a Soos de que nos dejara pasar al pasadizo secreto que nos conducía al laboratorio secreto. Pero nadie estaba preparado para lo que vendría. La temible verdad y el comienzo de una tragedia en la familia Pines.
Una fuerza gravitacional había estallado y se había llegado a propagar por todos los rincones del viejo pueblo de Gravity Falls.
Se había abierto el portal creando un vórtice, siendo empujados los tres contra la pared, mientras que el otro gemelo termino aferrándose al control del mando, donde se encontraba el interruptor de apagado de emergencia. Siendo arrastrado por la fuerza de la misma máquina que jalaba todo a su interior. Ninguno podía moverse de su lugar.
El adulto mayor logro zafarse de las tuberías que lo retenían, vio que su sobrina nieta iba aplastar el botón de apagado. Con sus pies se impulsó hacia ella antes de ser golpeado.
- ¡Mabel, Mabel! ¡Alto! – Grito Stan siendo empujado por su empleado a otro rincón del lugar. – Soos inservible, ¿Qué haces? Te di una orden.
- Lo lamento señor Pines, si ese es su nombre. – Aferrándose al señor. – Pero ahora tengo una nueva misión: proteger a estos niños.
- ¡Mabel! Hazlo ahora presiona el botón. – Dijo Dipper, mientras escapaba de su prisión de columnas.
- No, no lo hagas Mabel. – Llamo Stan siendo golpeado por Dipper mientras daban vueltas en el aire.
- Tío Stan quiero creer en ti, pero no sé si eres en verdad mi tío abuelo. – Sonando triste en su voz.
- Escúchame, Mabel. ¿Te acuerdas de esta mañana de lo que quería contarles?
Otra ola de energía los empujo más a la fuerza manteniéndolos atrapados entre los escombros y tuberías. La castaña estaba lista para presionar el botón, pero escucho la voz de su tío.
- Quería decirles que iban a escuchar cosas malas sobre mí, que algunas son ciertas. Pero, créeme, todo lo que hice fue por esta familia. Es todo lo que me importa. – Deseaba que su pequeña niña le creyera por esta vez.
- Mabel, ¿Y si está mintiendo? – Dijo Dipper desesperado. – ¡Está cosa podría destruir el universo entero! ¡Escucha a tú cabeza!
- ¡Mírame a los ojos, Mabel! ¿De verdad crees que soy un mal sujeto? – Dijo Stan. - Por favor cree en mi Mabel, yo no soy el malo aquí. – Grito encontrándose atrapado entre las tuberías del subterráneo, siendo sus brazos presionados por la fuerza del portal. - ¡Mabel, por favor
- ¡No lo escuches Mabel! – Grito su hermano aferrado a una columna. - ¡Aprieta el botón!
- ¡No lo hagas calabaza! – Grito con todas sus fuerzas el mismo sujeto. – Te lo suplico no lo hagas, confía en mí. Yo jamás los traicionaría ni mucho menos les haría daño.
- Lo dice el que nos va llevar a una muerte segura. – Le recrimino Dipper molesto.
- Dipper por favor no hagas esto más complicado, por favor tienen que creerme. Todo esto es para por fin… traerlo de vuelta. – Las lágrimas corrían por la comisura de sus ojos.
- Mabel escúchame si no lo aprietas todos vamos a volar en pedazos. – Dijo desesperado el castaño sintiendo la fuerza del campo gravitacional aplastarlo. – Hazlo ahora, no pierdas el tiempo.
- Tío Stan… - Musito entre lágrimas.
La misma fuerza del portal la estaba arrastrando, ella seguía aferrada al botón de seguridad para apagar la máquina. Veía a su tío y después a su hermano y a Soos su amigo. No sabía en quien confiar y a quien darle la razón de la palabra. El conteo ya casi finalizaba solo quedaban 10 segundos.
- Mabel. – Dijo Stan. - Escúchame, escúchame bien acaso no has querido volver a ver a alguien con todas tus fuerzas. Un ser querido, alguien cercano. – Suplico. - Por favor no lo hagas. Es importante para mí.
- Apaga la maquina Mabel o todos moriremos. – Dijo Dipper. – ¡Soy tu hermano! ¡Debes confiar más en mí!
- Dipper. – Estaba llorando de tantos sentimientos confusos.
"Diez, nueve, ocho, siete…"
- Tío Stan. – Volteo a verlo y es cuando ahí comprendió todo en esa mirada que su tío le dedicaba, esa expresión que solo podía entender ella.
"Seis, cinco, cuatro, tres…"
- Creo en ti. – Dijo esto último soltándose del mando donde se encontraba el botón de apagado, siendo arrastrada al centro del portal.
- ¡MABEL ¿QUÉ HACES?! ¡TODOS VAMOS A…! – Grito Dipper soltándose y queriendo apagar la maquina pero había sido tarde.
"Dos, uno."
Una luz los envolvió a todos cegándolos por completo, la castaña fue arrastrada dentro del portal viendo cómo se cerraba la entrada y caía dentro de un túnel de diversos colores entre brillantes y oscuros que giraban a su entorno. La fuerza con la que caía le hizo cerrar los ojos y llevarse sus manos hacia su pecho. Sus pulmones eran oprimidos y la necesidad de aire y oxigeno se hizo presente en ella cuando intento respirar, sus piernas y brazos se sentían pesados y su cabello era tirado hacia arriba. Fueron los minutos más dolorosos para ella en los que un miedo la invadió por completo, antes de terminar de cruzar un portal rojizo con naranja similar a un ocaso. Para ser tele transportada a un extraño lugar insólito.
En cuanto cruzo aterrizo en el suelo oscuro golpeándose su hombro y parte de su espalda superior, sacándole un quejido de dolor y provocándole un ataque de tos, ante el paso de aire brusco a sus pulmones. Se híper oxigenó en cuanto recibió una gran cantidad de aire tratando de controlar su respiración. Abrió sus ojos con mucho cuidado y visualizo el lugar desde su perspectiva estando recostada en el piso.
- ¿Dónde estoy? – Parpadeo sus ojos para acostumbrarse al panorama del lugar.
Podía observar una galaxia inmensa llena de estrellas, tres lunas con diferente tonalidad y separado en ángulos diferentes. Las constelaciones estaban presentes y reflejaban las nebulosas brillantes. Parecía todo sacado de un sueño o una película de ciencia ficción.
- Es asombroso. – Viendo con impresión el firmamento. - ¡Dipper…! – Llamo a su gemelo pero se dio cuenta que estaba sola. Había olvidado que fue arrastrada al portal.
Se levantó adolorida sentándose y llevándose una mano a sobar su brazo izquierdo, para calmar la punzada de dolor que comenzaba a esparcirse desde su humero hasta parte de su pecho. Tomo unas cuantas respiraciones, inhalando y exhalando para calmar su inseguridad y camino un poco hasta llegar a ver un vórtice oscuro que lanzaba rayos a los alrededores. Uno se impactó en el piso llegando a sorprenderla.
Cuando avanzo más sintió sus pies flotar dando giros en el aire, como si la gravedad no existiera en ese mundo.
- ¡Esto es sorprendente! – Exclamando con emoción en su voz, mientras flotaba. – Estoy volando, ¡wuju! - De repente sintió que su suéter y la parte inferior se elevaba por el cambio de posición. - ¡Oh no!
Llevo sus manos a cubrir su falda con suma vergüenza, hasta que pudo detener sus movimientos o eso pensó. Hasta que una estruendosa risa se escuchó haciéndola voltear a dirección de dónde provenía ese sonido. Observo una figura luminosa y amarilla aparecer ante ella.
- Te tenemos Seis dedos. – Dijo una voz distorsionada y grave. – No escaparas de tu tortura, maldito humano inferior.
La pequeña miro asustada al ente triangular de color amarillo y con apariencia de pirámide, siendo acompañado por una horda de criaturas que lo seguían, todos de aspecto temible y lanzando sonidos intimidantes entre gruñidos. La pequeña estaba temblando del miedo más si la tenían acorralada quedando en el centro del lugar y con un bastón cubierto de fuego azul apuntándola con amenaza, justo al frente de su cabeza.
- Un momento. – Dijo el triángulo de un solo ojo. – Tú no eres Seis dedos. – Llevando una mirada exacerbara de emoción en todo su cuerpo. – Eres una humana femenina. – Buscando en su ojo diversas imágenes que le hicieran recordarla.
- Yo… - Mabel iba hablar pero luego entrecerró la mirada y vio de cerca a la figura. – Eres el triángulo isósceles que arruino mi obra y… ¡daño a mi tío Stan! – Señalando con un dedo.
- Vaya, vaya, vaya. – Dijo el demonio encantado y llevando una mano a pulir sus dedos contra su borde plano. – Mira quien fue a parar en nuestra dimensión, si no es nada más que la chica adicta al azúcar, enamoradiza y rebosante de energía. – Girándose furioso y cambiando de color rojo en su apariencia. - ¡LA ESTRELLA FUGAZ!
- ¡Ah! – Ella retrocedió chocando con una de las criaturas.
- No te asustes humana. – Dijo el demonio del sueño. – Estamos en medio de una cacería de prisioneros.
- Necesito regresar. – Dije asustada. – Caí al portal y… - No alcanzo a terminar cuando escucho al demonio carcajear junto con los demás.
- Espera, espera chico. – Dijo en tono divertido. – Dices que caíste y que hiciste un intercambio con mi presa. – Menciono el demonio curvando su ojo. – Alguien por fin fue tan estúpido para crear la fisura interdimensional, muchachos ahora si estamos a punto de dominar esa dimensión. – Anuncio a su ejército de locura.
Mabel miraba con horror como las criaturas se reían de forma desquiciada y con locura, listas para invadir el pueblo y causar destrucción por donde sea. La pequeña sintió un golpe con el bastón empujándola de regreso al suelo.
- ¡Auch! Eso dolió – Se quejó la castaña llegándose a sobar su trasero. – Oye cara amarilla ten más cuidado.
- Te daba una ayudadita. – Haciendo girar su bastón.
- Esto es malo. – Dijo ella.
- Esto es bueno, muy bueno. – Aterrizando a su lado para colocar un brazo sobre sus hombros. – Niña lo lograste si tu abriste el portal, ¡felicidades eres una de nosotros! – Entono contento en su voz.
- ¿De que hablas? – Dije aun adolorida. – Yo no abrí el portal, fue mi tío Stan. – Levantándome con dificultad. Mientras sacudía mí ropa y apartaba su brazo de mi cuerpo. – Yo solo… no aplaste el botón para cerrarlo, yo quería creer en él por un momento. – Viendo el lugar por donde había caído. – Debí aplastar el botón si terminaría así. – Agachando la cabeza. – Fue un error.
- No, no hiciste lo correcto. – Tomándola por los hombros. – Creaste una oportunidad para nosotros, solo necesitamos una apertura más y la grieta se abrirá, y por fin nuestro plan de dominar el universo de tu dimensión estará completo.
- ¿Plan? – Dijo confundida.
- Hablaba del otro sujeto que escapo. – Soltando una risa. – Seis dedos no debió escapar en primer lugar, tampoco debió faltar en su palabra. – Apretando su agarre. – Pero tú eres la causa por la que crearas un caótico mundo. – Palmeando su cabeza. – Eres buena niña, solo falta pulir ese talento claro si te unes a mi ejército.
- ¡Suéltame! – Dije empujándolo lejos. – ¡Quiero irme! – Sonando asustada. – Por favor…
- La pequeña Pines se quiere ir. – Dijo el demonio. – Yo siendo un buen anfitrión, y tú rechazas mi caridad.
- ¿Cuál caridad? Figura torpe. – Escupió molesta. - ¡Yo quiero irme a casa!
- Estás muy habladora saco de carne. – Tronando los dedos hizo que todos fueran acercándose. – Supongo que nada quieres.
- ¡Quiero irme! – Proteste.
- Lastima caíste en la peor dimensión que podías entrar en tu corta vida. – Tornándose el lugar lúgubre y de ambiente frío. – ¿Te has preguntado que es este lugar?
- No… - Dije temerosa al ver como las criaturas me acorralaban mostrándome con sus brillante ojos rojos y mostrando sus dientes afilados, levante mi mirada viendo como el triángulo demoniaco flotaba hasta llegar a un trono hecho de ilusiones ópticas, y respaldado por un ejército de criaturas nefastas que amenazaban con atacarme.
- Mala suerte. – Dijo el demonio curvando su ojo y riendo sombríamente. – Bienvenida a la dimensión 46 conocida por todo el multiverso como "el reino de las pesadillas" y como yo su soberano y rey que gobierna este mundo me tienes a mí, Bill Cipher. – Escuchando las ovaciones de sus súbditos. Mientras se señalaba a sí mismo.
- Dijiste que solo eras un demonio de los sueños. – Recordando cuando se lo encontró en la mente de su tío. – Que no podías hacer nada, más que en la mente.
- Y tú no deberías faltarme al respeto insolente humana promedio. – Invocando llamas alrededor de ella.
- ¡¿Qué haces?! – Apartándose del fuego. - ¡Detente!
- Chicos que opinan si le mostramos una lección a este mortal.
- ¡No! – Grite asustada. – ¡Déjenme!
- Como perdimos la diversión con Seis dedos, tú eres la única que queda en este lugar Estrella fugaz. – Sonando de forma juguetona y burlona que irradiaba molestia. – Podías haber sido parte de mi ejército de locura. Pero como todos los Pines, siempre son unos cabezas huecas nunca piensan en sus decisiones.
- No… - Mirando con terror al ser triangular.
La castaña no tenía escapatoria pensó por un momento que este sería su fin cuando vio amenazante aquel demonio, lanzarle esa mirada de desagrado y desprecio hacia ella.
- Unos 300 volteos a lo mejor te hacen suplicar y recuperar la cordura. – Dijo Bill. – Ya quiero escucharte pequeña Pines.
Mabel vio el vórtice y a su alrededor había varios portales de distintos colores, sin pensarlo dos veces salto a uno que era de color verde limón siendo succionada inmediatamente. El demonio vio con su ojo ensanchado y frunciendo el ceño por el portal por el que había escapado. No había predicho ese movimiento suyo.
¡¿QUÉ?! – Sonando furioso.
- La estúpida humana entro a la dimensión 32. – Dijo Dientes. – No sobrevivirá por mucho.
- ¡Idiotas! – Grito Bill. – Esa humana no se tenía que ir.
- ¿A qué se refiere jefe? – Dijo Pyronica viendo con extrañez al demonio. – No íbamos a torturarla y divertirnos con ella.
- En parte sí. – Dijo aclarando. – Pero su familia volverá a buscarla.
- ¿Y eso que tiene que ver jefe? – Dijo Kriptos sin comprender el motivo de su jefe.
- Son unos estúpidos sin mente. – Menciono el demonio de los sueño. – Que cuando se abra de nuevo el portal o se rompa la fisura, ¿adivinen imbéciles en donde ira abrir?
Todas las criaturas pensaron un momento, pero ninguno lo conseguía hasta que el mismo demonio les dio la respuesta.
- El saco de carne que acababa de irse de este mundo es el receptor. – Refiriéndose al autor de los diarios. – Hubo un intercambio y ahora esa estúpida mortal es el nuevo receptor y nuestro boleto a la libertad.
- Entonces la humana que se adentró a una de las dimensiones. – Dijo Kriptos.
- Es nuestro maldito receptor para el portal. – Dijo Bill. – Si se abre el portal en donde se encuentre y ella se va, la fisura se cierra y adiós dominación total.
- ¡Oh! ya entendí. – Dijo Pyronica. – La humana es nuestro portal.
- Piensan muy lento. – Llevándose una mano a su borde triangular superior llegándolo a masajear. – Debemos traerla de regreso.
- Vamos es la dimensión 32 no tiene donde escapar. – Dijo Dientes. – Necesitaría regresar a este puerto de partida.
- Dientes enserio eres un idiota. – Dijo Pacifier. – La dimensión 32 tiene una anomalía, ahí un agujero de gusano que el mismo sujeto creo para viajar ilegalmente a otros lugares.
- Exacto. – Dijo el demonio. – Si ella lo encuentra todo se ira por la borda.
- Upss… - Dijo Dientes. – Había olvidado ese pequeño detalle.
- Bien cambio de planes, ¡secuaces dementes! – Se levantó Bill de su trono y dio un golpe con su bastón abriendo un portal oscuro. - ¡Estrella fugaz quiere jugar a las escondidas, quien la encuentre y me la traiga ante mí, le daré su propia galaxia como recompensa!
- ¿Podemos divertirnos con ella? – Dijo Hectorgon.
- Claro. – Dijo en tono oscuro y siniestro. – Siempre y cuando esté viva, para que reciba su castigo. – Menciono. – No dejare que una humana se burle de mí. – Llegando adentrarse al portal junto a sus secuaces.
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Continuara
