¡Mis saludos a todos los de este fandom! Soy nueva en esta sección y muy amante del twincest (aunque, extrañamente, prefiero en esta serie más el HaruhixHikaru *Risa nerviosa*) y vengo a traerles este pequeño pedazo de delirio que salió de mi cabeza.

Disclaimer:

Ouran high school host club le pertenece a su respectivo creador y escribo esto sólo por diversión.

Sin agregar nada más, disfruten:

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Juego (Por Neko C.)

Ellos siempre fueron dos, internados en su mundo. La unión perfecta de dos personas que se tenían únicamente el uno al otro. Iguales pero diferentes. Jamás nadie supo diferenciarlos ni entenderlos de la misma manera que lo hacían ellos mismos. Cuando se unieron al Club las cosas no cambiaron realmente. Bueno, tal vez algo sí pudo modificar un poco eso…

Cuando Hikaru lo tomaba de la cintura, las mejillas o cualquier otro lugar del cuerpo, usaba una voz grave, pero suave y gentil, y le decía cosas tiernas con su mirada clavada en sus ojos, no podía evitar que su corazón se acelerara, se sonrojara y el tartamudeo se hiciera presente en su voz. Por más que fuese una simple actuación para sus queridas clientas; la cara de su hermano a centímetros de la suya hacía perder completamente el concepto de "realidad" a Kaoru.

Aunque, el chico debía admitir que le gustaba ese nuevo juego, por más doloroso que resultase después para su cerebro y corazón. La cara de su gemelo, sus fuertes brazos rodeando su figura… ¡Diablos! Hikaru era un actor excelente, de verdad que le hacía creer todo lo que pasaba entre ellos en ese pequeño instante en el que fingían un amor prohibido. O, tal vez, él mismo quería creérselo.

Se preguntaba a veces qué tanta verdad tenían esos gestos, acciones y palabras; si era posible el hecho de que el portador de un rostro igual al suyo también compartiera sus inquietudes y pensamientos acerca de cuán verídica eran esas extrañas expresiones de cariño. En su mundo nunca hubo secretos ni falsedades, ¿por qué esto tenía que ser uno? La esperanza es lo último que se pierde, y Kaoru tenía de sobra.

Posiblemente se dio cuenta de que se equivocaba cuando Hikaru se quedó prendado de la única persona que los distinguía con verdadera facilidad. Las miradas a la castaña, los evidentes celos hacia Tamaki, el empeño mayor cada día de que más gente los diferenciara y, por último, que su hermano se tiñera el pelo de negro, era una clara señal de que estaba completamente equivocado. Hikaru no compartiría los mismos pensamientos que él en algo que no fuera un simple juego. Claro, Kaoru también tenía un pequeño sentimiento por Haruhi. Mas, después de una larga reflexión, se dio cuenta de que prefería un millón de veces seguir encerrado en su mundo con su hermano, que permitir que una extraña se infiltrara en este.

Por desgracia, su elección no podía ser individual, por la misma razón de que ese lugar siempre fue habitado por dos personas. Entonces, le tocaba tratar de aprender a vivir separado de su gemelo y prescindir de él en algunos aspectos. Por más que supiera que, para mantener la imagen en el Club y su popularidad, las escenas fingidas de su amor incestuoso debían seguir con la misma frecuencia de siempre; jugando como pequeñas marionetas enamoradas en un acto para niñas ilusionadas.

No le importaba fingir algo que de verdad sentía hacia su gemelo, tampoco que todo se tratase de una simple broma o un juego muy elaborado. Que Hikaru lo abrazara y se comportara de esa forma en sus actuaciones le era suficiente a Kaoru para ser feliz; imaginando que tal vez, sólo tal vez, eso era real en el instante que transcurría.

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¿Y bien? ¿Qué les pareció? Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo lo hice al escribirlo. Críticas, tomatazos y comentarios serán bien recibidos.

¡Un abrazo desde Argentina!

Neko C.